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¿Cómo fue que recién ahora encuentro este mundo?
¿Cómo fue que recién ahora encuentro este mundo? Es hermoso. – Dijo aquel explorador que aún no había bajado la mochila del hombro al encontrar aquellas tierras de color azul y blanco. – Sí, es hermoso, contestaron los pobladores. Salvo por el dios que nunca nos responde, los huracanes que nos dejan exconvictos, asesinos seriales y justicieros a sueldo que van y vienen de un lado a otro buscando a sus presas. Todo es perfecto. //
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Esto no es un cuento
-¿Cómo se abre un cuento? -Me preguntó el poeta.
Su pregunta me dejo frío. No sabía que responderle.
Tenía muchas ganas de ser escritor, la literatura me apasionaba pero la realidad de la vida y la presión familiar, me desviaron de mi camino, yendo a parar a la facultad de ingeniería de una no muy prestigiosa universidad. Ya no había marcha atrás mi destino estaba marcado con fuego, seria ingeniero.
Por fin, con aire de autoridad, pues él era el que estudiaba literatura y no yo, dijo: ¡Esto no es cuento, es sólo una narración!
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Y el espanol al fin cruzó la frontera
Y el espanol al fin cruzó la frontera pero olvidó algo que no se dio cuenta hasta que miró sobre su cabeza.
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Esto no es un microrrelato
El profesor llenó la enorme vieja pizarra verde. Escribió y escribió y continuo escribiendo mientras los chicos miraban pasmados la energía con la que realizaba aquel acto. Parecía poseído y es que era un momento mágico de inspiración que no podía dejar pasar. Una vez que llego a la esquina inferior derecha, dejo de escribir volteo, estaba cubierto de polvo de tiza blanca y dijo: -Estimados alumnos este es un buen ejemplo de lo que no es un microrrelato-.
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El creador mantenía su silencio
El creador mantenía su silencio, creyendo que todo se solucionaría solo.
Mientras tanto en la tierra los humanos seguían preguntando por su aparición.
¿Existirá? ¿Existió?
Los más lúcidos decían: Alguien tuvo que crear este mundo. Nada es aparece espontáneamente.
Mientras se sentía un fuerte viento que no era más que el anuncio de un huracán de opiniones se asomaba.
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El creador al fin se pronuncio
El creador al fin se pronunció. Solo dijo tres palabras. ¡Libertad, Libertad, Libertad! Aunque esas tres palabras destruyeron el huracán que amenazaba aquel mundo, aún quedaba la amenaza de aquellos que en nombre de la libertad querían apropiarse de la justicia.
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Un brinco
Era la primera vez que una historia le provocaba tal reacción. Cuando terminó de leer simplemente dio un brinco fuera de la cama .Y es que de hecho, ella era la protagonista de aquella historia que terminaba con una chica, que emocionada, daba un brinco fuera de la cama.
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Independencia.
Aquel día se escuchaba el sonido de los cañones dentro de un ambiente que olía a pólvora. Unos 200 hombres entraron a sangre y fuego a la -hasta ese entonces- inexpugnable fortaleza. El VI Conde de San Juan de Lurigancho -el último de una familia noble limeña, dueña de grandes extensiones de tierra, explotadores coloniales que ahora veían perdidos todos sus privilegios, por algo llamado la independencia – se encontraba tendido en el suelo junto a otros. No fue necesario disparar un solo tiro. Todos, hace unas horas antes, habían muerto de escorbuto.
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El paleontólogo
Y el paleontólogo, excavó, excavó y excavó. No halló nada. Triste y cansado solo tuvo fuerzas para dirigirse a su carpa y echarse a dormir. El cálido viento nocturno lo arrulló. Cuando despertó se dirigió al lugar de la excavación, miró hacia adentro… el dinosaurio estaba allí!
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De tanto dictar justicia
De tanto dictar justicia, los luminosos justicieros de la ortografía se convirtieron en seres oscuros, iban de un lado a otro de aquel mundo azul y blanco, con sus gafas gastadas y sus enormes lápices. Alguien escribió: «ola soy nueva k opinan de mi relato» lo cual desató la ira de los seres oscuros, clamando venganza entre ellos pues sabían que ningún dios los escucharía.
Y entonces alguien se preguntó, -¿en qué momento se jodió el feisbúk?
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¿Cómo fue que recién ahora encuentro este mundo?
¿Cómo fue que recién ahora encuentro este mundo? Es hermoso. – Dijo aquel explorador que aún no había bajado la mochila del hombro al encontrar aquellas tierras de color azul y blanco.
– Sí, es hermoso, contestaron los pobladores. Salvo por el dios que nunca nos responde, los huracanes que nos dejan ex convictos, asesinos seriales y justicieros a sueldo que van y vienen de un lado a otro buscando a sus presas. Todo es perfecto.
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Huracán
El creador de ese mundo, miraba como el huracán que no era más que el revoltijo de los símbolos: palabras y frases que se habían acumulado desde que el humano fue creado, estaba a punto destruirlo todo.
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Un cadáver en la Biblioteca
El sujeto llega a la biblioteca y se sienta en la misma mesa que yo. Saca unas galletas guardadas en su bolsa, empieza a comérselas siendo ésta su primera interrupción – no digo nada-. Luego empezó a tamborilear con los dedos la mesa. Segunda interrupción- tampoco digo nada-, no dejó de hacer eso hasta quedarse dormido con la cabeza pegada a «Introducción al pensamiento jurídico».- Al fin algo de paz pensé-
Terminé de leer y me fui, él seguía con la cara pegada al libro abierto, ni siquiera los insistentes movimientos del bibliotecario lo despertaron. Media hora después llegó la policía y la fiscal para confirmar el deceso. Los médicos determinaron la causa. Excesivo consumo de normas sin cumplir.
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El dios foca
Como todo buen dios, el dios foca desde los cielos escuchó y escuchó a sus creyentes. Paciente, amable y cariñoso inclusive aplaudió algunas gracias que estos le hacían. Al terminar los creyentes esperaron una ayuda de su parte. Aduciendo el libre albedrio de los humanos opto por no hacer nada. Dedicándose a engullir un par de pescados frescos dejados como ofrendas.
Textos: Wilmer Mejía Carrión
Fotografía: Juan Tonchez (cc)
#Mikrorelatark