DE LA CASA #81: SOPA15. RELATO DE UN CONGRESO PROCOMÚN Y NO COMÚN / AVV.

Por Adela Vázquez Veiga

Foto cabecera blog

Quizás muchos hayan pensado, cuando viajaban hacia aquí o cuando llegaron, “¿por qué tan lejos?”  “¿qué estoy haciendo acá?”. Y poco a poco fueron entendiendo, con ese entendimiento que pasa no únicamente por la razón, sino que se hace vivo en la cabeza, en el cuerpo, en la sensibilidad.

María Silvina Irouléguy

SOPA Congress

Ha pasado un tiempo desde que regresamos del SOPA15, un congreso que vivió su primera edición en Latinoamérica, de rural a rural y su tercera edición en Benito Juárez, una ciudad de la provincia de La Pampa, en Argentina.

El Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural nace en el año 2013 de la mano de Underground Arqueología; de las manos de Juanjo Pulio Arroyo y Sabah Walid Sbeinati. “Tras celebrar dos ediciones en España, este año el SOPA cruza el Océano Atlántico para aterrizar en Argentina, concretamente en el Municipio de Benito Juárez, Provincia de Buenos Aires” (SOPACongress, 2015).

¿Cómo escribir sobre un encuentro que es a la vez procomún y no común? Procomún porque es un congreso “de todos y de nadie al mismo tiempo” (Lafuente, 2007), o mejor aún, porque se hace “entre todos”. No común porque se escapa de lo conocido, de los congresos repletos de sabios en los que suele operar un sistema vertical de transmisión de conocimiento, y en los que la expertise es terreno de “unos pocos”.

Contar lo que (nos) pasó la semana del 3 al 8 de noviembre de 2015, va mucho más allá de esa temporalidad y de ese espacio físico, inolvidables. Contar lo que (nos) pasó requirió un tiempo de reflexión que ha permitido no sólo empaparnos más, si cabe, sino dejar fluir en el ir y venir cotidiano que cada cuerpo necesita; el flow sabahiano que tanta falta hace en cualquier faceta. El SOPA15 ha estado presente en mis días y en las experiencias que en ellos suceden; una acumulación de co-aprendizajes que comenzó con el 13 -Malpartida de Cáceres, Extremadura-, y un 14 -Celanova, Galicia- en la distancia. Y seguimos.

A mi llegada a Benito Juárez, después de un largo viaje Mérida-Ciudad de México-Buenos Aires, me reciben en la ruta camino a Mar de Plata María Silvina Irouléguy y María Luján Marino, dos mujeres que cualquiera quisiera que formen parte de su vida. Bellas, únicas, valientes, sabias, aventureras -¡qué alegría volver a vernos!-. Silvina y María cruzaron por primera vez el charco -al otro lado, en la vieja Europa- para participar en la primera edición del SOPA y darnos a conocer el fructífero Proyecto Huellas; una lección de cómo hacer lo común y construirlo entre todos. Latinoamérica es y seguirá siendo un motor, una enseñanza abierta para el mundo.

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Estaré empapada de la hospitalidad de Benito Juárez toda la vida. En el coche, de camino al congreso, y emocionada por abrazar a Juanjo y Sabah, comento que la ciudad se me hace familiar -¡es por las fotos, por los safaris¡- Muchos vivimos el preSOPA como si estuviésemos cerca, muy cerca. Gracias a Silvina Irouléguy, la edición de este congreso entrañó no sólo un año de preparativos, sino de dinámicas previas sazonadas de safaris urbanos, cuentos, memoria común y bicomunes compartidos en físico y en digital.

BIComún

Siempre hubo un momento para disfrutar de la hospitalidad juarense. De inicio, en la mesa de inscripción, recibimos un kit muy útil que incluía los más finos detalles y sorpresas; y un mapa de la ciudad con indicaciones de las sedes, acompañado de imágenes de lugares que no podrías dejar de conocer. Un mensaje de bienvenida en el mapa, terminaba con esta frase: “la realización de este Congreso es el ejemplo vivo de la gestión comunitaria de los proyectos culturales”. Tan vivo que hubo lugar para todos, tan comunitario que fue gesticulado entre todos.

Participantes llegados de diferentes países -vecinos de Chile, Colombia, México, Costa Rica, España, etc.- no dejamos de sonreír, conversar, colaborar, observar y compartir aquello que nos había llevado hasta allí. En la nota escrita por María Silvina el 4 de diciembre, Algunas palabras para ir cerrando, menciona que “hubo lugar para todos los que se sintieron convocados. Se escucharon voces nacionales e internacionales, de niños, jóvenes y adultos, de profesionales, de idóneos y de los que intuitivamente buscan y hacen sobre cultura y patrimonio”. Se escucharon las voces de los más jóvenes, ponentes de las escuelas primarias y secundarias que nos dieron lecciones de expresión, pasión, conocimiento y enseñanza.

BIComúnEntreTodos

Los gestores culturales Ornella Lopardo y Jonatan Arredondo presentaron su admirable propuesta de creación vecinal, Historias vivas con raíces pampas, en la que se realizaron libros colectivos que recuperaron la memoria común de una plaza de su ciudad, Azul, desaparecida después de la dictadura. Invitaron a sus vecinos a iniciar un viaje cultural puerta por puerta y la calle se convirtió en un escenario de asistentes y productores.

Mariana Contreras nos maravilló con las voces del valle de Ítaca en Chile, una iniciativa ciudadana impulsada por ella y su hermano, para visibilizar las voces vinculadas a sus raíces rurales que hablan sobre un territorio amenazado. Un trabajo volcado en la plataforma Valle de Voces, en la que navegar por cápsulas sonoras que cuentan la historia oral y hablan de elementos que permanecen inalterables en el tiempo, en una suerte de paisaje sonoro.

En palabras de Miguel Ángel Cuevas, quien expuso las experiencias de la Escuela de Turismo de la Universidad Autónoma de Morelos y el programa nacional Vigías del Patrimonio: “a la gente no le interesa que haya una declaratoria de patrimonio, la gente hace desde la cotidianidad”. Brisol García García, estudiante de doctorado de la Universidad de Guanajuato, compartió su trabajo sobre la conservación de la cocina tradicional con las comunidades de la meseta P’urhépecha, una propuesta brillante de política pública para conservar la cocina.

“¿Qué gestionamos?”, se pregunta Fernando Da Souza, “no podemos pensar las políticas culturales sin colectividad ni conectividad”. Las acciones deben ser articuladas por los propios actores, resignificar su participación y amplificando los recursos que ya se tienen. Los procesos que se están dando en los ámbitos rural y rururbano están invisibilizados y no tienen cabida en las estadísticas, o en otras palabras, no se puede contabilizar a las personas y sus recursos. Es necesario visibilizar las prácticas existentes y las necesidades de los afectados por este tipo de políticas.

Presentación_Fotografía de SOPACongress

El concernido no es el patrimonio, son los colectivos de personas que trabajan en los bordes de la dicotomía público-privado para (re)activar lo común, procesos visibles a lo largo del mundo que evidencian la inclusividad social, y ponen en valor prácticas que surgen desde los afectados y los expertos en experiencia. En el SOPA lloramos de emoción, de impotencia, de alegría. Lloramos porque en este encuentro hay lugar para el cuidado, para la atención, para el afecto. Y porque nos indignamos.

Se habló de que la participación es una cuestión de decisiones, pero nos preguntamos ¿a quién pertenece la toma activa de decisiones? ¿son las administraciones públicas y las empresas privadas las que deciden en un contrato dicotómico? ¿somos los ciudadanos marionetas a las que se nos concede la agencia pasiva del derecho a decidir? El conocido “para todos” al que nos tienen acostumbrados refleja la permisividad de lo público, mientras que transitar hacia lo colectivo visibiliza el derecho a la protesta y se convierte en un gesto que es “de todos” ¿Y si reivindicamos el derecho a la propuesta como una acción acometida “entre todos”?

Desde el hacer_cli?nica de la empanad a_Fotografía de El Fénix Digital

Carlos Moreno comentaba que el patrimonio es una herramienta creada por el Estado para disciplinar, que seguimos en un estado de colonización en el que es pertinente rescatar las ausencias y los temas prohibidos para reformular la valorización del patrimonio.

Nos preguntamos si es posible abrir la relación entre patrimonio y procomún. El discurso de los commons pareciera que rebrota de un letargo, pero en realidad habla acerca de la vida en común que en el supuesto liberal conocemos como calidad de vida. El procomún hace mucho tiempo que existe, es anterior al Estado. En los siglos XVIII y XIX, el Estado liberal patrimonializó lo común, musealizando un pasado memorialista y conservador, o en otras palabras, estático y propúblico. En el siglo XX, el Estado neoliberal privatizó lo común. En el siglo XXI es necesario movilizarlo y gesticularlo, en lugar de gestionarlo.

En una de las mesas de trabajo se escuchó que “la cultura debe ser la mediadora entre lo que sucede y lo que no sucede, no los agentes culturales”; una frase que puede servir para concluir y al mismo tiempo, recordarnos que la cultura es en sí misma un acto de libertad, esto es, cultura libre.

Mesas de trabajo_Fotografía de SOPACongress

Existe un repositorio de conclusiones colectivas que pueden escucharse en los canales audiovisuales capturados en algunos momentos del congreso, disponibles en la red social. Las palabras de Sabah sirven como cierre de esta reseña, para “dar las gracias a todos los que han participado por respetar los tiempos de las comunidades, entender que trabajar entre todos es escucharnos, saber que nos equivocamos, saber rectificar y, sobre todo, querer hacer”.

Relatogra de Carla Boserman SOPA14

¡El SOPA15 fue la pampa! Y el 16 los espera de nuevo en España -Zalamea de la Serena, Extremadura- del 5 al 10 de octubre.

Están presentes en esta reseña María Silvina Iroulèguy, María Luján, Sabah Walid, Juanjo Pulido, Ana Julia Bellocchio, Silvia Laura Mogni, Alicia Lapenta, vecinas y vecinos de Benito Juárez y todas las personas que estuvieron (en y en la distancia) y lo hicieron posible.

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Blog del congreso: http://sopa15.blogspot.mx/

Red social: https://www.facebook.com/SOPACONGRESO

Notas de prensa: http://www.elfenixdigital.com/resultado.php

Material audiovisual:

https://www.facebook.com/SOPACONGRESO/photos_stream?tab=photos_albums

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Nota de la autora: Mi participación en el III Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural SOPA15 ha sido posible gracias al apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como parte de una beca de Posgrado en Trabajo Social.

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Sobre la autora: Santiago de Compostela, Galicia (España). De la Historia del Arte a la Conservación-Restauración de Bienes Culturales y el Trabajo Social, actualmente interesada en activar nuevas dinámicas y procesos de co-aprendizaje entre cultura digital y analógica. Co-fundadora y coordinadora de la AC y ONGD Niquelarte y el proyecto BIComún. Profesora en#LDyGI. Colabora con la Revista de Arte y Cultura Contemporánea ORIGAMA y la Revista Iberoamericana de Patrimonio y Comunidad La Descommunal, el proyecto artesmerida.com, Cultura Digital y Cultura Libre GeneraRED, Culturas Libres al Parque o SOPACongress.

Ha trabajado con el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México como conservadora-restauradora desde el año 2004, actualmente diseña proyectos de coproducción social del patrimonio en comunidades de la Península de Yucatán. Docente en la Universidad Inter del Sureste en Mérida, la Universidad de Oriente (UNO) en Valladolid y en el Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) particularmente en la Licenciatura en Desarrollo y Gestión Interculturales.

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