DE LA CASA #189: LOS ÁRBOLES DE LOS RUMBOS DEL UNIVERSO / J.G.

Por Jesús Gerardo Guerrero Castañeda

El tiempo y el espacio son conceptos que han intrigado a los Homos[i], desde que adquirimos la capacidad de admirarnos[ii]. El tiempo y el espacio son dos elementos que han causado un gran impacto en la formación de la cosmovisión de los pueblos.

La apreciación del tiempo es relativa desde la perspectiva cosmogónica[iii] y el espacio está reducido a las áreas a las que tenemos acceso los valles, los ríos, las montañas, los volcanes y a los que físicamente no tenemos acceso pero podemos conceptualizar (y personificar) como los astros, el firmamento, el inframundo algunos con características dinámicas y otras estáticas.

Mayoritariamente las culturas antiguas, he incluso actualmente, se mantienen segregados el tiempo y el espacio; de forma diferente Mesoamérica tenía una cosmovisión que concatena tiempo y espacio en una unidad mántica.

En la mitología judío-cristiana y en las doctrinas orientales el tiempo es lineal, parte de una eternidad (pre-creación), la creación-existencia terrenal, una parusía o apocalipsis y finalmente una nueva eternidad. Entendiendo que la eternidad es en estado de la materia donde hipotéticamente no existe el tiempo. Y por otra parte el espacio es un regalo del dios o de los dioses, “un jardín”, para domeñar, es decir que el inerte espacio es para dominio del hombre.

Mientas que en Mesoamérica el tiempo es un ciclo que se repite una y otra vez, el calendario adivinatorio-ritual de 260 días llamado tonalpoalli[iv], contiene los mismos augurios para los días de igual nombre y numeral, es decir que el mismo destino se repite  cada 260 días. Una cosmovisión que conceptualizada como “eterno presente ” (Arturo Ismael Montero García https://academia.edu/resource/work/73201315) o un “destino cíclico”. En tanto que el espacio es una serie de seres deificados o animados con los que había que interactuar e incluso tributar u ofrendar.

Además tiempo y espacio fluían juntos en un ciclo que se repetía una y otra vez, hasta que el Sol no volviera a salir, viniendo una noche larga[v] y otro dios se convertía en un Nuevo Sol y comience otro ciclo. Es decir una serie de creaciones, existencias temporales y destrucciones sucesivas.

(Figura 1 La lucha del Sol por sobrevivir el águila que la impulsa bebe sangre, mientras el Señor de la Muerte vomita para obscurecerlo mientras realiza un sacrificio, El Eclipse (Códice Laud)

En la geografía cosmogónica del mundo mesoamericano en el centro del universo estaba el Templo[vi], el “cerro de los sustentos”, puente de comunicación entre el cielo y el inframundo, ambos sitios dominados por entes entes mágicos que dominaban las fuerzas de la naturaleza. Los templos eran marcadores astronómicos que se relacionaban con el movimiento de los astros.

(Figura 2 Montañas vistas como seres mágicos y de la naturaleza en el Códice Vidobonensis, una geografía viviente.)

En cada extremo horizontal del mundo[vii] había un árbol que que sostenía la bóveda celeste y que también era un acceso a las deidades y las ánimas, de un mundo al otro.

(Figura 3 Los hombres árbol en la peregrinación de la creación. Lámina 50 códice Vindobonensis.)

En el mito de la creación relatada en el Códice Vindobonensis que va de la creación del mundo a la creación de la humanidad[viii], hay una peregrinación de seres y objetos mágicos entre los cuales hay cuatro hombres de los que brotan árboles en la cabeza[ix], parece que van a ocupar su lugar en los puntos cardinales para la formación del universo.

Volviendo al tiempo y al espacio estos se mueven en conjunto, Los días organizados en trecenas van girando dedicándose alternativamente a cada punto cardinal como se ve en la siguiente tabla.

(Tabla 1)

En la parte inferior de las láminas 17 y 18 del Códice Vaticano B o Manual del Adivino aparecen de izquierda a derecha los árboles de cada punto cardinal sobre los que se sostiene la bóveda celeste, pero además están “enraizados” con el inframundo.

Las cuatro escenas tienen elementos comunes. Como objeto central un árbol, la raíz de cada uno de ellos, flores y joyas (dos de ellas en el suelo o en la parte inferior del árbol,), una criatura mántica y un hombre o dios.

Los árboles tienen poderoso significados, caer de ellos en sueños o en la realidad puede significar desgracia; treparlos, llegar al éxito, son seres animados que dan alimento cuando están vivos y leña cuando mueren.

Los animales igualmente son guardianes de los bosques, de la noche, de los ríos, de los árboles, amigos del hombre como el perro, seres en los que ven características humanas como el valor en el águila, la infidelidad en el ratón, la nobleza en el quetzal, la sabiduría de la vejez en el Zopilote.

Aquí la descripción de cada uno de los cuatro árboles en la secuencia Oriente, Norte, Poniente y Sur.

El árbol del oriente

(Figura 4)

Este árbol de vaticinio describe el destino de los nacidos en  las cinco trecenas del tonalpoalli relacionadas con el Oriente, es decir las que comienzan con los días 1 Cipactli, 1 Caña, 1 Serpiente, 1 Movimiento y 1 Agua.

Este árbol azul es de turquesa con cuatro flores y dos botones con joyas amarillas[x], el árbol tiene por raíz un Cipactli o Monstruo de la Tierra sin mandíbula inferior, la conexión con la tierra, el portal de entrada de las almas y de salida de los dioses del inframundo.

Luego está la base del árbol, que es un semicírculo, que podría ser un caparazón de tortuga, símbolo de la Tierra[xi] misma.

En la cúspide del árbol descansa un quetzal, premonición de nobleza y riqueza. Se relaciona a príncipes y señores.[xii]

El hombre que abraza el árbol parece Yacatecuhtli, por la pintura cultural, anillo de turquesa en las piernas; señor de los mercaderes, viajeros y negocios.

Los nacidos en estas trecenas serán comerciantes o tendrán buena fortuna.

El árbol del norte

(Figura 5)

El pronóstico para las trecenas del Norte, es decir las que comienzan los días 1 Jaguar, 1 Muerte, 1 Pedernal, 1 Perro y 1 Viento.

Aunque el árbol debió haber sido verde, actualmente luce amarillo, el tiempo debió desteñirlo los colorantes, en el tronco hay incrustaciones de jade, tiene dos flores y cuatro botones y está enjoyado con jade.

La raíz es un Cipactli con las mandíbulas abiertas[xiii], el tronco del árbol tiene bandas y círculos.

En el árbol anida un águila, que representa la dicotomía valentía-rapacidad, la ferocidad y mortandad.

El hombre que se sienta en el árbol está pintado como Mixcóatl, (Serpiente de las nubes), el cuerpo cubierto de rayas rojas era un dios mesoamericano identificado, el rostro pintado de negro. Es el Señor regente de la caza, la Vía Láctea y las estrellas y los cielos en general. Parece traer una orejera con plumas.

Los nacidos en estas temporalidades serán grandes cazadores.

El árbol del poniente

(Figura 6)

Este árbol marca el destino de los nacidos en las trecenas que comienzan con 1 Venado, 1 Lluvia, 1 Mono, 1 Casa y 1 Águila.

El árbol rayado parece sin corteza[xiv] no tiene flores, solo botones está adornado con joyas rojas que pudieran ser conchas coloreadas de tradición maya o bien obsidiana roja.

 Su base es un monstruo de la tierra también rayado, no tiene mandíbula inferior.

El  árbol tiene una base semicircular café con franjas y círculos alternados, pudiera ser la corteza original del árbol[xv].

En el árbol anida un colibrí, que son los guerreros muertos en combate que acompañan al Sol en su camino al cenit.

Auguran riqueza, fertilidad, gloria, serenidad y calma.

El hombre que abraza al árbol es de turquesa, señal de riqueza, tiene pocos adornos un taparrabo y un collar también de material rojo y cuentas blancas.

Tiempo en el que nacerán los artistas, los pensadores, personas de éxito y mujeres fértiles.

El árbol del sur

(Figura 7)

Los trecenas del sur, tienen símbolos completamente diferentes.

Determinan a los nacidos en las trecenas que comienzan con: 1 Flor, 1 Hierba, 1 Lagartija, 1 Zopilote y 1 Conejo.

En esta imagen no se trata de un árbol sino de una palmera, tiene dos inflorescencias[xvi] está enjoyada con piedras amarillas que pudieran ser oro o ámbar.

Contrario a los otros árboles no está coronado por un ave, sino por un jaguar terrenal, pues ya tiene manchas[xvii]; este animal es el Señor de la Noche, simboliza la fuerza, la valentía. Pero también significa los peligros de la noche, de la selva.

Encontrarse en el camino con un viajero con dientes de jaguar, era encontrarse con un brujo envidioso.

El aullido o llanto del jaguar es presagio de la muerte, de guerra, de desastre, de miseria.

El hombre que abraza al árbol es Tezcatlipoca o uno de sus sacerdotes; “el espejo que humea» era el dios supremo, que estaba en todas partes, ofrece a la humanidad bienes y luego los quitaba. También causaba dificultades. problemas, enfermedades. Era caprichoso y voluble.

Bajo el tiempo de este árbol nacen sacerdote, guerreros, brujas.

Otro elemento notablemente diferente es la raíz, no es Cipactli, sino un objeto oval cuya parte superior es blanca con líneas negras, hacia abajo sigue una cinta roja y luego unas cuentas blancas; la parte inferior es marrón y tiene cuatro tentáculos con los extremos también en blanco y negro.

Esta “raíz” oval aparece también en el árbol primigenio del Códice Vindobonensis[xviii] y de algunos “hombres árboles”[xix] del mismo códice.

(Figura 8)

Palabras finales

Los augurios cíclicos concatenados en tiempo y espacio son una forma de dar sentido y orden a un mundo desconocido, lleno de peligros e imprevistos; los mesoamericanos podían prever su futuro, vivir en un mundo estable.

Una cosmovisión donde los elementos naturales como los árboles (en un caso la palmera) y los animales tienen una naturaleza mántica que les permite predecir el futuro, que además es pasado y que será presente.

Las desgracias, las catástrofes son culpa del hombre por no honrar y sacrificar de forma eficiente a los dioses. El presente ya se ha vivido y se volverá a vivir, durante la vida del Sol reinante, a cuya muerte, iniciará un nuevo orden que se implantará cuando la deidad personificada[xx] del Sol sea vencida, pero aún así y pese a que vivos y muertos dejaran de existir; iniciará el reinado de otro Sol dominado por otro Dios, bajo el que habrá un nuevo ciclo de presagios repetitivos periódicamente.

Esta cosmovisión diferente a la occidental y a la oriental permitía a los mesoamericanos conocer su destino, el destino de su mundo y de su inframundo.

Los Árboles cósmicos son los linderos del espacio donde acaba el mundo donde los  vivos pueden habitar y empieza el mundo de los seres del inframundo.

Los Árboles son el nexo que une a las direcciones del mundo con el tiempo en un continuo repetir de sucesos, augurios, pronósticos y rituales.

La repetición de los augurios daban seguridad a los mesoamericanos en un mundo lleno de fenómenos incomprensibles; las características de los nacidos eran inciertas, pero si eran piadosos y tributaban, sacrificaba correctamente a los dioses les esperaría un futuro próspero, digno, como los dioses lo prometían en los augurios.


[i] Hay pinturas de Homo sapiens de 45,000; del Hombre del Cromañon y de Neanderthal  de 41,000 años antes del presente.

[ii] La admiración es considera algo extraordinario o inesperado. A lo admirado se le trata de entender, explicar y relacionarse sea científica o míticamente.

[iii] Dependiendo de la voluntad del dios creador de cada mitología hay diversos calendarios algunos solares,  lunares, religiosos, culturales, rituales.

[iv]El tonalpoalli es el calendario ritual y augural duraba 260 días, era cíclico consta de la confinación de 20 nombres de día y la confinación de los números del 1 al trece representados por puntos. La secuencia es: 1 Cipactli, 2 Viento, 3 Casa, 4 Lagartija, 5 Serpiente, 6 Muerte, 7  Venado, 8 Conejo, 9 Agua, 10 Perro, 11 Mono, 12 Hierba torcida, 13 Caña, 1 Jaguar, 2 Águila, 3 Zopilote, 4 Movimiento, 5 Pedernal, 6 Lluvia, 7 Flor, 8 Cipactli, 9 Viento, 10 Casa, 11 Lagartija, 12 Serpiente, 13 Muerte, 1 Venado,  2 Conejo, 3 Agua, 4 Perro, 5 Mono, 6 Hierba torcida, 7 Caña, 8 Jaguar, 9 Águila, 10 Zopilote, 11 Movimiento, 12 Pedernal, 13 Lluvia, 1 Flor… 13 Flor y de nuevo 1 Cipactli y así cíclicamente.

[v] Donde los vivos serían devorados por las Tzitzimimes que también bajarían al inframundo a alimentarse de las almas que se extinguían definitivamente, una segunda muerte.

[vi] En el templo mayor de cada gran centro ceremonial era el 0 en las condenadas x, y, z. El punto de origen del universo.

[vii] Puntos Cardinales

[viii] Laminas 52-50

[ix] Lamina 50

[x] Tal vez decolorados o posiblemente sea ámbar.

[xi] El planeta, la totalidad de la extensión del espacio.

[xii] Todas las explicaciones de los seres están tomadas de Historia general de las cosas de Nueva España de Fray Bernardino de Sahagún e interpretaciones mías.

[xiii] Parece que el dibujante olvidó colorear los colmillos del monstruo de la tierra, pues solo aparecen delineados.

[xiv] Tal vez esta descortezado para la extracción de copal, resina ritual.

[xv]  Los patrones de la base del árbol del poniente es similar a la corteza del árbol del norte puede ser que sean la misma especie; el del norte con corteza y el segundo sin ella.

[xvi] La inflorescencia es la disposición de las flores sobre las ramas o la extremidad del tallo

[xvii] Los jaguares celestiales carecen de manchas.

[xviii] Lámina 50

[xix] Lámina 37 y 38

[xx] Atribuir vida o acciones o cualidades propias del ser racional, al irracional, o a las cosas inanimadas, incorpóreas o abstractas.

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