DE LA CASA #38: RETO AL TEPOZTECO: UNA CELEBRACIÓN QUE VALE LA PENA VIVIR / PN.

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Por Paulina Negrete

A las faldas de la majestuosa sierra del Chichinautzin, en el Cerro del Tepozteco, ubicado en el Pueblo mágico de Tepoztlán, en el estado de Morelos, cada 6, 7 y 8 de septiembre se lleva a cabo una serie de celebraciones en honor al señor Tepoztécatl.

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El domingo 7 de septiembre, se llevó a cabo el inicio para ofrendar a su deidad, que mediante una ofrenda hacen reverencia al mito que nos dice: Una doncella que fue abrazada por la brisa del dios Ehécatl, divinidad del Viento, concibió a un niño, al que llamaron Tepoztécatl, bebe que fue recogido por una pareja de la región. Años más tarde, fue él quien defendió a su familia y a los habitantes de su pueblo al enfrentarse al gigante Xochicálatl, en Xochicalco por lo que fue festejado en su regreso a Xochicalco, por lo que fue ovacionado a su regreso por Quauhnahuac (actualmente Cuernavaca); al salir del lugar, durante su trayecto al cerro del Tepozteco llevó entre sus manos tocando, en señal de festejo un instrumento de percusión conocido como teponaztli . Finalmente, durante la época colonial, en el año 1558 d.C Tepoztécatl fue convertido al cristianismo por fray Domingo de la Anunciación, quien lo bautizó el 8 de septiembre, dando origen así a la fiesta que cada año se realiza en ese día.

Con gran devoción se prepararon los habitantes del pueblo con la mejor actitud, siempre sonrientes para emprender la ascensión al cerro del Tepozteco. La peregrinación estaba liderada por cuatro personas principales, una de ellas era la encargada de llevar el copal y parte de la ofrenda que consistía en flores, mientras que las otras tres personas llevaban tres caracoles para anunciar la llegada al cerro. En puntos específicos del trayecto, los guías se paraban para tocar el caracol haciendo reverencia a los cuatro puntos cardinales, este, norte, oeste y sur, sonido que estremece el corazón de cualquiera. Una gran peregrinación llegó a la entrada del cerro.

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Poco a poco, nos fuimos adentrando a un lugar lleno de historia. Cada paso que se daba a través de escalones de piedra hacían que el cansancio se hiciera presente, pues son tres kilómetros aproximadamente de tres kilómetros, la cumbre se veía cada vez más inalcanzable. Sin embargo, este duro camino valió la pena al admirar la naturaleza que nos acompañaba, mariposas volando alrededor, el rico aroma del copal combinado con el de las flores y árboles del lugar parecía ser que el mismo Tepoztecátl nos estaba dando la bienvenida.

Después de un largo camino, se escuchaba de forma muy estridente, un eco gracias a los cuetes lanzados por los mismos habitantes del pueblo, de vez en vez se escuchaba a lo lejos el dulce cantar del caracol. Con tanta algarabía, la gente que sube, entran en comunión para apoyarse, riendo y conviviendo. La larga subida valió la pena, nos premió al llegar a la cima con una vista espectacular, los cerros de la periferia adornaban el paisaje con su galanura natural.

Una vez arriba, los nativos del lugar nos aguardaban con las ofrendas en mano. Ya todos reunidos comenzó el ritual. El sonido peculiar del teponaztli, que durante épocas prehispánicas era usado para el llamado de los guerreros, se empezó a inundar la cima del cerro. Este sonido fue acompañado con una pequeña flauta, que fue tocada por un anciano con gran habilidad y era éste quien encabezaba esta peregrinación a la cima del templo de Tepozcátl.

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Lamentablemente, no todos pueden ascender al templo, así que los que nos quedamos en una explanada, permanecimos alrededor de 30 minutos esperando a que finalizara la ceremonia. Al terminar, comenzó un festín culinario, en donde el rico mole verde y los tamalitos no pudieron hacer falta. La magia de este lugar hace que por un momento formemos una gran familia entre los originarios del lugar y los extraños, hasta pareciese que tuviéramos años de convivir.

Después de realizado el rito, hubo oportunidad de subir a este basamento conocido como el Templo de Tepoztécatl, que fue construido durante el periodo mexica en honor a la muerte del Tlatoani Auhítzotl, esto es así porque en este recinto se encuentra el glifo 10- conejo que corresponde al año 1502 d.C. y el símbolo de Auhitzótl. Ya en la parte superior, se encuentra una banqueta con los veinte glifos del calendario mexica y encima de ésta se encontraban muy probablemente el numen de esta deidad.

Tepoztécatl, es una deidad que también fue llamado como Ome- Tochtli, uno de los cuatrocientos Dioses del Pulque. En la creencia actual para los pobladores del pueblo, es quién facilita la fertilidad y abundantes lluvias. Tras atestiguar tan importante celebración, finalmente, descendimos por aquéllas escaleras de piedra hasta llegar nuevamente al pueblo.

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Eran alrededor de las 3:00 pm y empezamos a reunirnos en la Parroquia de la Virgen de la Natividad; ésta dispone de un amplio atrio en el que se encuentran cuatro capillas posas (capillas que servían para posar ahí al Santísimo en las procesiones de la celebración de Corpus Christi, estaban hechas de piedra y se situaban en las esquinas del atrio) y una cruz atrial cuyas puntas terminan en forma de flor de lis, emblema característico de la Orden de los Frailes Dominicos.

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Esta celebración se lleva a cabo es esta Parroquia, porque en 1558 Tepoztécatl fue convertido al cristianismo por fray Domingo de la Anunciación, quien lo bautizó el 8 de septiembre, dando origen a esta celebración. Donde se llevó a cabo la segunda peregrinación, encabezado por el padre y al son de un estridente grupo musical llamado “El Ocotito”. Después de terminar la misa, salimos de la iglesia y comenzó un pequeño festival en dónde se empezó a colocar un mural hecho de puras semillas en el arco de medio punto, que da entrada a la iglesia. La Parroquia de la Natividad, la Iglesia de Tepoztlán, y su Ex Convento fueron construidos entre 1555 y 1580 por habitantes de los pueblos del antiguo Señorío de Tepoztlán, bajo la dirección de monjes Dominicos.

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Fue una experiencia muy agradable, es increíble que a pesar de este sincretismo religioso se siga teniendo presente parte de los rituales prehispánicos. Valdría la pena ahorrar un poco para el siguiente año y ser parte de esta maravillosa celebración, conocer un poco más a este pueblo lleno de historia, tradiciones, alegría y hospitalidad.

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Carta de los trabajadores del Centro INAH Morelos. Xochicalco en peligro

Carta de los trabajadores del Centro INAH Morelos al director general del INAH. México, D. F. 28 de febrero de 2013: Etnólogo Sergio Raúl Arroyo. Director General de INAH

Presente.

Ante la inminente apertura de una mina a tajo abierto a tan solo 3km de la Z.A. de Xochicalco, existe la preocupación de un sector de la comunidad académica y de los trabajadores Administrativos, Técnicos y Manuales pertenecientes a la Delegación INAH-Morelos de esta institución, dados los efectos negativos que tendrá hacia el patrimonio arqueológico. Los abajo firmantes, arqueólogos preocupados ante el peligro en que se encuentra este sitio inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, deseamos exponer nuestras observaciones ante este hecho.

1. El proyecto de la mina a tajo abierto presentado por la compañía de origen canadiense Esperanza Silver de México, afectará el sitio arqueológico El Jumil, localizado en el cerro homónimo, área inicial de la probable explotación minera.

2. Destacamos que la zona arqueológica de Xochicalco ha sido decretada por la UNESCO, desde 1999, Patrimonio de la Humanidad.

3. La afectación por los trabajos de extracción de metales preciosos del cerro El Jumil, altera y destruye la vinculación existente entre este sitio y la zona arqueológica de Xochicalco, evitando con ello comprender a futuro su integración, en el entendido de que hasta el momento no está bien estudiado el mencionado sitio.

4. Es importante destacar la pérdida de elementos orográficos y arquitectónicos que en algún momento permitieron realizar observaciones astronómicas que forman parte importante de la cosmovisión xochicalca y mesoamericana.

5. La zona arqueológica está localizada sobre la formación geológica Xochicalco, de características cársticas y por lo tanto inestable, resultando altamente afectada por las vibraciones de las detonaciones causadas durante el proceso de explotación de la mina.

6. Conviene resaltar que el proyecto de la explotación de la mina abarca 15,000 ha. y en la manifestación de impacto ambiental presentada por la compañía minera existe lo que ellos llaman “Etapa 5”, justo en el área de asentamiento de la Z.A. de Xochicalco.

7. Resulta sorprendente e inexplicable que se haya autorizado por una dependencia de nuestra institución, la liberación del área circundante a la zona arqueológica del Jumil y más sorprendente aún, que no se hayan percatado de que futuras áreas de explotación abarquen la propia zona arqueológica de Xochicalco.

No podemos permanecer ajenos a este atentado contra nuestro patrimonio arqueológico, no sólo nacional, sino de orden mundial.

La producción de cal y sus consecuencias