ARKEOPATÍAS EN «PLAZA MAYOR» DE RADIO CORA PERÚ.

La semana pasada tuvimos el placer de conocer a los compañeros de #PlazaMayor, un programa de #radio en #Perú, quienes amablemente nos contactaron para solicitarnos una #entrevista, la cual pronto se convirtió en una charla entre amigos.// Este sábado se transmitió el programa donde pueden escuchar una parte de lo que estuvimos platicando bajo una noche lluviosa en la #CiudadDeMéxico./////// Aprovechamos para mandarles un abrazo a todos nuestros contactos de la red de #ArKeópatas en el Perú, especialmente a Rosanna Ramos y su familia por el contacto.//

Radio Cora PLaza Mayor

Aquí abajo pueden escuchar la segunda parte de la entrevista que nos hicieron en Radio Cora Perú con Rosanna Ramos en su programa Plaza Mayor.// Un placer hacer contacto y esperamos que la unión entre los hemisferios siga cada vez con más fuerza.///////

DE LA CASA #120: LA LEYENDA DEL CERRO DE ZAPOTECAS, SAN PEDRO CHOLULA, PUEBLA / RCLL.

Por Rocío del Carmen López Lemus

Los mitos y leyendas son el claro ejemplo de la herencia cultural de una región, su preservación oral ha influido en la identidad del lugar, su misticismo y cargado imaginario vuelven a estas narrativas una joya histórica. Hace algún tiempo, realicé un viaje a Cholula, Puebla, lugar al que ya tenía el gusto de conocer por parte de un viaje escolar de la experiencia educativa de Mesoamérica,  experiencia que curse en el primer semestre de mi licenciatura en Antropología Histórica.

En esta ocasión las circunstancias fueron diferentes; había llegado a aquel lugar en función de acompañante y copiloto de un buen amigo que reside en Cholula, de nombre Paco. Me invitó a pasar unos días en aquel hermoso lugar y decidida a redescubrir la zona, fue que emprendí el viaje. Después de casi dos horas y media en carretera, desde Xalapa hasta allá, llegamos algo cansados por eso de la manejada. Nos dispusimos a descansar, con la promesa de al día siguiente  aventurarnos a los alrededores del lugar, entre la broma de visitar las “365 iglesias” que alberga la zona.

El día estaba despejado, dispuesto a acompañarnos, con su particular frío matutino,  fue que salimos de casa a recorrer aquella zona que antes había sido  gran territorio para los toltecas, luego de su expulsión de Tula en el año 1000 d.n.e. Entre los típicos tamales canarios de la plaza de la concordia y las calles empedradas, dimos con un servicio turístico propio del lugar, decidimos abordarlo y emprender dicho recorrido; en este caso contaba con un guía de audio que narra todas las estaciones que propiamente va haciendo el autobús.

Entre  las tantas narraciones, una llamó en especial mi atención, ya que hablaba sobre las mayordomías, actos que aún se  llevan a cabo en Cholula, pero cada vez con menor fervor. Contaba la leyenda de un hombre que entregó la vida de su mejor amigo, a cambio de dinero para poder costear la mayordomía anual, historia que adelante les contaré.

Leyenda del cerro de Zapotecas

Cuenta la leyenda que un hombre andaba muy preocupado porque tenía que hacer una mayordomía en su pueblo y solo faltaba un mes, y no tenía dinero suficiente para llevar a cabo su compromiso, así que decidió solicitar un préstamo entre sus conocidos y compadres, pero como la temporada de siembra había sido mala, todos le negaron la ayuda, hasta su compadre le dijo que también necesitaba dinero y que lo había pensado muy bien, en ir al cerro Zapotecas para salir de pobre.

CerroZapotecas

Triste y preocupado pensaba en los gastos que tenía que hacer para salir de sus apuros; comprar las flores, contratar a la banda de música, los cohetes, los toritos, la bebida y el mole. La única alternativa era ir a pedir dinero al cerro de zapotecas, llego la noche, agarro su chamara y salió sin dar explicaciones a su familia. Caminó por las calles y provocó el ladrido de los perros que se oían a lo lejos, el viento soplaba siendo más frío el sudor que brotaba de su cara, comenzó a veredear y a subir el cerro.

Cuando estaba a punto de llegar a la cima pensó en regresar, pero meditó:- “Ya estoy más pa’ca  que pa’ ya” – y justo cuando iba a seguir caminando oyó una voz que le dijo: – “Me dijo tu compadre que me andas buscando , no es necesario que me lo expliques, ya sé cuál es tu problema y te voy a ayudar, solamente tienes que pensar de quién es el alma de tu familia que me vas a dar, te voy a dar  unos segundos para que lo pienses, ahorita regreso para firmar el pacto con sangre”-.

La sombra oscura de lo que parecía ser un caporal con su gabán y su sombrero, desapareció por entre los árboles y ahí quedo nuestro amigo sólo, no con un problema, sino con dos. Y antes de que pudiera pensar en la respuesta, comenzó a escuchar unos quejidos, muy lastimosos, pensó –“¿Quién podría ser, alguna persona que necesita ayuda?”-  al buscar entre los árboles, descubrió una enorme casa, más bien dicho una hacienda y se encamino a donde se escuchaban los quejidos, entro por el portón.

Grande fue su sorpresa, al ver muchos hombres, colgados de las manos y amarrados de los pies, a los que se veía, los habían azotado cruelmente. Algunos de ellos ya no se movían, pero entre todos ellos, reconocido a su compadre y corrió hacia él. Y antes de que pudiera hablarle, su compadre le dijo con voz cansada y quejumbrosa: –“Compadrito, ¿Qué haces aquí?, ¡Lárgate! , ¡Vete, antes de que regrese aquel, ¡Sálvate!,  ¡Sal de aquí y no voltees la cara!,  ¡Anda , qué esperas, no lo pienses más! ¡Que a mí ya me llevo la…! – y sin pensarlo, salió corriendo de la imaginaria hacienda.

Llegó a su pueblo, se dio la una de la mañana y así fue como regreso a su casa y se metió a su cama, al amanecer, lo que había vivido la noche anterior, lo tenía absorto en sus cavilaciones y de vez en cuando se acordaba del problema de la mayordomía, hasta que la solución le vino de inmediato. –“Voy a vender dos vacas y con eso voy a hacer una fiesta sencilla, lo importante es cumplir con el santo patrón”- aún no había de pensar en su solución, cuando oyó un grito que decía: -“¡Burros, vacas, becerros que vendan!”- milagrosamente le llegaba la solución a su problema.

Salió corriendo y le chiflo a los de la camioneta, al momento oyó en la iglesia, que estaban dando doble, arregló la venta de sus animales, le pagaron buen precio y se encamino a la iglesia, para comenzar con los preparativos de la fiesta. Cuando vio un grupo de gente, que se remolinaba junto a una carreta y le dijeron: -“Ya vites, trajeron a tu compadre, lo encontraron muerto, arriba del cerro de zapotecas”- . Cuando se abrió el paso por la gente, pudo ver a su compadre amarrado de pies y manos sangrando. Pero lo más curioso, es que llevaba puesta la chamarra de nuestro amigo.

Cuando el caporal le pregunto a nuestro amigo, de quien era el alma que le deseaba entregar, a cambio de recibir ayuda, quizá nuestro amigo sin querer queriendo, en ese momento pensó en su compadre y fue el alma que le entro a este caporal. Es una historia, que según cuentan los habitantes, sucedió en el cerro Zapotecas.

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Fotografía y video: México DJI Puebla.

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Sobre la autora: 1998 / Xalapa, Veracruz. Estudiante de segundo semestre de la carrera de Antropología Histórica en la Universidad Veracruzana. Fotógrafa y participante en el panel sobre patrimonio biocultural, sustentabilidad y etno-ecologia, en el marco del V Coloquio Multidisciplinario “Patrimonio, turismo y sustentabilidad ambiental”. Llevado a cabo en las instalaciones del CETis 134 Manuel Mier y Terán y en la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana en Xalapa.

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DE LA CASA #117: EL ROMANTICISMO EN LA COSTA DEL GOLFO: EL PASO DE CARL NEBEL POR EL TOTONACAPAN / AGA.

Por Anael González Álvarez

Durante el Romanticismo, existió una tendencia a mirar al pasado. No solo por curiosidad o por la necesidad de un saber más amplio. Aquellos hombres no buscaban en los vestigios arqueológicos sociedades primitivas,  sino civilizaciones en su Edad de Oro. Carl Nebel no se sustrajo a esta fascinación, y se acercó a las antigüedades mesoamericanas con la perspectiva de quien busca en ellas los rostros de culturas verdaderas.// Leonardo López Luján

Introducción

El presente artículo tiene como objetivo principal exponer el estudio del tránsito de Carl Nebel por la Costa del Golfo a través de dos de sus litografías del Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique[1].

Con el fin de conocer el área que comprende el Antiguo Totonacapan, a partir de las manifestaciones plásticas que pertenecen a este álbum, como lo son las litografías de principios del siglo XIX.

Generalidades

Desde la historia del arte es posible comprender el Romanticismo de finales del siglo XVIII, como una contraposición a las ideas de la Ilustración, periodo del razonamiento humano anterior a este. El Romanticismo Europeo del Siglo XVIII al XIX, buscaba como objetivos principales el egocentrismo, la libertad, la introspección, lo interior a través del arte, la literatura y la música, con una mirada hacia el periodo Gótico. Rodeado del impulso vibrante de Delacroix plasmado en Dante et Virgile aux enfers de 1822 o en La Libertad guiando al pueblo de 1830, inmerso en un movimiento musical el cual poseían artistas de la talla de Ludwing van Beethoven o Frédéric Chopin, alemán y polaco respectivamente.

En este amplio contexto, el viajero alemán Carl Nebel cruzaba el incipiente territorio de la Nueva España, cuya magnificencia es ejemplo del portento del Nuevo Mundo, ante la expectante mirada de uno de los dibujantes costumbristas más sensibles de la época.

El Antiguo Totonacapan en el Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique de Nebel

Conocido castellanamente como Carl Nebel, se trató de un hombre notable de origen alemán. Quien fuera arquitecto, dibujante costumbrista e ingeniero nació un 24 de marzo de 1802, en Hamburgo-Altona de Holstein, Reino de Dinamarca y Noruega. Posteriormente Nebel fue reconocido por sus retratos y paisajes en México, además de representar fielmente muchos de los escenarios de las batallas de la guerra de la intervención norteamericana.

Los estudios universitarios de Nebel los llevó a cabo en la ciudad-estado de Hamburgo, siendo de su interés la arquitectura y la ingeniería, lo que lo llevaría a plasmar con delicadeza rigurosa los diferentes edificios prehispánicos vistos por el costumbrista alemán.

Estuvo fuertemente influenciado por el Romanticismo del siglo XIX, como mencioné anteriormente, temática que podemos ver claramente en sus litografías. En el álbum de litografías Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique (Viaje pintoresco y arqueológico sobre la parte más importante de la República Mexicana); somos testigos silentes de un pasado memorable del antiguo esplendor de México, obra que marca un hito en la vida del artista. Dicha obra estuvo integrada por cincuenta litografías y varios dibujos sin colorear. La mayoría de estos posee una introducción que fue escrita por Alexander von Humbolt. Muchos años después, nuestro costumbrista y retratista, materializa e inmortaliza varias de las escenas más importantes y representativas de las batallas de la primera intervención estadounidense en México. Este álbum litográfico fue impreso por primera vez en París en 1836.

En el primer periodo de estancia en México de Carl Nebel que abarcó de 1829 a 1834, fueron los años en que conoció la costa del Golfo, la zona volcánica central y parte de la costa del Pacífico. Fue durante este periodo que cruzó las calurosas tierras del Antiguo Totonacapan detallando con ardua labor, parte de ese pasado glorioso.

¿Qué nos dicen sus litografías acerca del Totonacapan?

De gran ayuda y fortuna es contar con las piezas de arte que materializan las litografías de principios del siglo XIX. Estos documentos son fuente inagotable de numerosa y valiosa información de primera mano, detallándonos ciertos aspectos de la vida cotidiana y religiosa de los indios de estas nuevas y desconocidas tierras para los conquistadores españoles y posteriores coleccionistas y viajeros. Así pues, es posible reconocer en estas litografías, algunos aspectos de la conformación cultural totonaca en este amplio territorio de la Nueva España, como la indumentaria y algunos edificios mesoamericanos emblemáticos.

Por otra parte, acerca de la personalidad e intensidad creativa y el interés vertido hacia la arqueología mesoamericana identificada en la obra del Viaje pintoresco…, Leonardo López Luján sostiene lo siguiente:  

“Para entonces, Nebel era ya un declarado amante de la arqueología mesoamericana. Durante sus primeros años de estancia en México, el pasado prehispánico había incidido vigorosamente en su espíritu creativo, y lo había motivado a plasmar en papel cuanto vestigio de la antigüedad se atravesaba frente a sus ojos”[2]

El autor propone que el primer acercamiento hacia la cultura mesoamericana de Nebel sucedió “[…] en la Plaza de Armas de la capital. Lugar donde habían sido exhumadas la Piedra del Sol y la Coatlicue en el no muy lejano año de 1790”[3]. Sin duda ponerse de frente ante cualquiera de ambos monumentos, incluso hoy día, imponen respeto y la sensación de rodearse de dichas magnas piezas en el antiguo Zócalo de México, debió de ser un suceso francamente increíble.

La Pirámide de Papantla: La Pirámide de Los Nichos de El Tajín

De acuerdo con López Luján el costumbrista alemán no tuvo éxito en conseguir recursos para llegar a Palenque. Debido a ello “[…] al joven arquitecto no le quedó más remedio que anunciar a la Societé de Géographie el 30 de diciembre de 1831, nuevamente por vía de Cochelet, que se retiraba en definitiva de la liza”[4]

Sin embargo, con cierta reticencia ante tal decisión, “[…] Nebel realizó una expedición a los densos bosques tropicales del Totonacapan veracruzano”[5]. A Carl Nebel le costó, en palabras de López Luján, 1200 pesos y una terrible enfermedad, no especificada. Sin lugar a duda, una decisión que lo puso de frente a lo que denominó como: La Pirámide de Papantla o como la conocemos hoy día: La Pirámide de los Nichos de El Tajín.

En la Costa del Golfo Carl Nebel logró visitar los sitios arqueológicos de Malpica, El Tajín y Tuzapan así también como el Puerto de Veracruz, el cual tenemos como la primera de las litografías de su álbum. El cual destaca por la posición en que se encuentra representado, desde el hotel actualmente conocido como el Gran Hotel Diligencias de Veracruz. Desde aquí se posee una panorámica del Zócalo de Veracruz en la que se visualizan a los Portales, el Ayuntamiento y la Catedral en primer plano, y algunas personas paseando por el lugar (Figura 1). Aun hoy día es posible ver una misma panorámica con ciertas modernidades. Por otro lado recorrió gran parte de la serranía de Papantla y lo correspondiente con la sierra de Puebla.

Veracruz Nebel.2(1)Figura 1. Veracruz. C. Nebel del. | Imprimé par Benard | Arnout lith. Full color lithograph with gum arabic. 20 x 34 cm. Beautifully lit view of Veracruz Plaza with carts, riders, and figures, background with ocean and ships. Fuente.

Para llegar a las cercanías de la ciudad prehispánica de El Tajín, Nebel tuvo que cruzar el río Tecolutla, venía directamente del noroeste, del sitio arqueológico de Malpica. A la llegada de Nebel a las inmediaciones de El Tajín “de inmediato ordenó cortar los árboles que crecían en torno a la Pirámide de los Nichos para elaborar la litografía más espectacular de su álbum”[6] (Figura 2). Carl Nebel hace de La Pirámide de Papantla, una de las litografías no nada más extraordinariamente bella, sino precisa y meticulosa, según López Lujan:

“Pintó una reconstrucción geométrica de la fachada oriental (sin desplomes ni faltantes, aunque con una escalinata), con el fin de que el interesado pudiera obtener medidas exactas de cualquier elemento arquitectónico a partir de la litografía”[7]

De tal exactitud y prudencia era dicha litografía que los nichos de esta pirámide, elemento arquitectónico que le da su nombre por lo que es la más relevante, “[…] emergen esplendorosamente de entre una exuberante vegetación, y se superponen con elegancia hasta casi alcanzar los 25 metros de altura”[8].

TajinNebel(1)Figura 2. La Pirámide de Papantla. | (Llamado el Tajin.). C. Nebel del | Lith. de Lemercier | F. Mialhe lith. Full color lithograph with gum arabic. 25.2 x 36 cm. Archaeological site with two seated figures in foreground. Fuente.

Indios de la sierra de Guauchinango: Los Voladores y el Árbol Florido.

En el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco participé con una ponencia intitulada “Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz”[9]. Esta misma actualmente se encuentra en dictamen para la presentación de un compendio on line por parte del Comité Organizador de este magno evento en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. De la cual me permito comentar algunas referencias acerca de la litografía (Figura 3) que a continuación enunciare sucintamente. 

Debido a lo detallado en las litografías de principios del siglo XIX podemos reconocer las formas así como el uso de algunos colores o pigmentos naturales entre los indígenas de esta gran zona cultural. Como consecuencia de lo anterior es de inconmensurable valor tanto arqueológico como etnográfico, la fina obra litográfica de Carl Nebel.

No obstante la materia de estudio de Carl Nebel es la piedra, la arquitectura, la escultura. Sin embargo se ocupó de dejar testimonio de los indígenas de la primera mitad del Siglo XIX en la Costa del Golfo.

Aquí es posible identificar dos elementos, uno en primer plano y otro en segundo plano. En primer plano nos llama la atención a cuatro indígenas portando indumentaria tradicional y en el segundo plano el rito de Los Voladores. Es de nuestro interés centrarnos en ambos.

En el primer plano en esta pequeña porción de tierra se ubica un infante, dos mujeres adultas y un personaje masculino. Menciono a ambas mujeres, una se encuentra de pie y portando quexquemitl y falda en tono blanco con rojo. La otra mujer se encuentra sentada y su vestimenta es integrada por las mismas prendas, pero en colores azul y blanco, en el primer caso se trataba de los colores rojo y blanco. El adulto y el pequeño visten prendas semejantes, un sombrero pequeño y de forma semiesférica de color amarillo, camisas de tono azul, pantalones cortos de color blanco. Por otra parte el adulto sujeta un bastón mientras yace en la tierra descansando y visualizando nuestro festivo segundo plano. De este primer plano quisiera destacar el elemento iconográfico de “Árbol Florido”. Este elemento iconográfico se encuentra localizado en la parte inferior de la falda de la primera mujer indígena aquí representada, que se identifica como personaje principal, la cual se encuentra de pie. Este elemento es identificado por primera vez en estas tierras por medio de esta litografía[10].

Hacia el segundo plano es posible identificar el ritual del Palo Volador. Aquí es posible ver a un conjunto de hombres los cuales se encuentran sujetos de sus cinturas mediante una cuerda tensa a un círculo. Portan tocados, que al parecer se trata de penachos de plumas rojas. En su mayoría llevan una pluma de color verde o una rama de árbol en sus manos izquierdas, un par de ellos lo llevan en su mano derecha. Como indumentaria llevan solamente un maxtlatl o taparrabo de color blanco. En la parte superior se localiza un sujeto de pie y con un brazo alzado y el otro abierto. Este individuo esta sobre su pie izquierdo y su brazo izquierdo es el que está hacia arriba, siendo el derecho el que esta sobre su costado. Este individuo posee un tocado de plumas azules, mientras lleva un tipo de enredo masculino faldellín de plumas rojas. No porta accesorios u objetos musicales. Es posible visualizarlo en una actitud de franca danza.

NebelVoladores(1)Figura 3. Indios de la Cierra de Guachinango. C. Nebel del | Imp. Lith. de Lemercier, A Paris | Lehnert Lith. Full color lithograph with gum arabic. 30.7 x 39.8 cm. Native costume group with four barefoot figures lounging in foreground (two women, a child, and a man), middle ground shows six Voladores in mid-flight and spectators, city in far distance. Fuente.

Conclusiones

¿Cómo acercarnos a un pasado cuya transición de Mesoamérica a Nueva España es un tanto difuso? ¿Qué objetos podría darnos cuenta de la sociedad o de las gloriosas ciudades mesoamericanas ya abandonadas? En un territorio convulso por la conquista española, transitaron personajes cuya relevancia trasciende precisamente por diferenciarse de los aspectos bélicos o religiosos de esta ardua época.

Cuenta de ello tenemos la obra litográfica de Carl Nebel Habes. Alemán costumbrista, arquitecto y viajero, que retrató bellos paisajes mexicanos así como edificios enigmáticos de algunas ciudades prehispánicas envueltas en la espesa jungla o selva. Finalmente también materializó parte de la intervención estadounidense.

Sin duda la arqueología mexicana se encuentra en franca deuda con la figura de Carl Nebel, opinión encontrada con la de López Luján. Su detalle meticuloso y la estructura que presenta tanto para el caso de Tajín o Xochicalco, por ejemplo, son obras de arte legadas a muchas generaciones que podrían no llegar a conocer dichos recintos antiguos mesoamericanos, los cuales se encuentran amenazados por el turismo excesivo, el descuido de autoridades, por la escasez o recorte de recursos.

Las obras litográficas de Nebel nos acercan al Antiguo Totonacapan de principios del siglo XIX, cuestión que es relevante para comprender aspectos sociales y culturales de los indígenas de las “tierras calientes”. A través de una esplendorosa visión de Los Voladores y de la Pirámide de Papantla.

Si bien es cierto existen más litografías donde Carl Nebel retrata esta amplia zona costera, como aquella que pertenece a Tusapan o aquella que muestra una pequeña panorámica de Jalapa, la actual Atenas Veracruzana, por ejemplo, son objeto de una posterior entrega.

Bibliografía

González Álvarez, Anael Joanna. Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz. Ponencia presentada en el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco, en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. Noviembre, 2016. En dictamen.

Sin nombre. Karl Nebel. El gran ilustrado del México Antiguo. Página web: https://www.mexicodesconocido.com.mx/karl-nebel-el-gran-ilustrador-del-mexico-antiguo.html Consultado: 15/01/2017.

López Luján, Leonardo, “Carl Nebel y la arqueología mesoamericana”, Carl Nebel: Pintor viajero del siglo XIX, Artes de México, n. 80, 2006, pp. 20-33. VISIT: http://www.mesoweb.com/about/articles/Arqueologia-mexicana-de-Nebel.pdf Consultado el: 17/01/2017.

Videos

Carl Nebel, litografía siglo XIX Historia de México. Portal Académico CCH. Consultado: 13/01/2017. https://www.youtube.com/watch?v=fWyWrdhVEqA

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Notas:

[1] México Desconocido. “Karl Nebel. El gran ilustrado del México Antiguo”. https://www.mexicodesconocido.com.mx/karl-nebel-el-gran-ilustrador-del-mexico-antiguo.html (consultado el 15de enero de 2017).

[2] López Luján, Leonardo, “Carl Nebel y la arqueología mesoamericana”, Carl Nebel: Pintor viajero del siglo XIX, Artes de México, (n. 80, 2006): 20-33: http://www.mesoweb.com/about/articles/Arqueologia-mexicana-de-Nebel.pdf (consultado el 17 de enero de 2017).

[3] Ibíd., 24.

[4] Ibídem., 28.

[5] Ibíd.

[6] Ibídem., 30

[7] Ibíd.

[8] Ibíd.

[9] González Álvarez, Anael Joanna. “Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz”. Ponencia presentada en el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco, en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. (Noviembre, 2016). En dictamen. 

[10] González Álvarez, Anael Joanna. Óp. Cit., 3-23.

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Sobre la autora: (Veracruz, México – 1985) Arqueóloga por la Universidad Veracruzana con la tesis “El simbolismo en la indumentaria de la pintura mural prehispánica de Las Higueras” y maestrante de Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México, con el proyecto de investigación “Los sacerdotes de labios azules y tezcacuitlapilli de la pintura mural de Las Higueras, Veracruz. Una imagen a través del tiempo en Mesoamérica y el culto a Quetzalcóatl”. Sus cuestionamientos tienden hacia la comprensión más profunda del arte prehispánico, para converger en el discurso locativo de las capacidades artísticas de la Costa del Golfo y su inclusión e implicaciones a nivel Mesoamérica.

Ha participado como Asistente y Ponente en diferentes Congresos Institucionales a nivel Nacional sobre la Filosofía de la Ciencia y la Filosofía Antropológica, la Teoría en Arqueología, la Arqueoastronomía y temas referentes a la Montaña Sagrada en Mesoamérica y de Estudios mesoamericanos en general, en instituciones como la UV, la UNAM, la ENAH, el CIESAS-D.F., el CIDHEM, entre otras. Ha asistido a distintos cursos sobre Mitos mesoamericanos, Arte prehispánico y Arte Novohispano, en la UNAM, en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, respectivamente.

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DE LA CASA #61: XIHUINGO. UN SITIO ARQUEOLÓGICO EN TEPEAPULCO, HIDALGO / LOL.

Si este silencio hablara | sus palabras se harían de piedra | si esta piedra tuviera movimiento | sería mar | si estas olas no fuesen prisioneras | serían piedras en el observatorio | serían hojas convertidas en llamas circulares... J.E. Pacheco. Tulum (fragmento)

Por Luis Ortíz Laguna

¿Qué hace especial un sitio como Xihuingo?, ¿arquitectura monumental?, ¿escultura antigua?, ¿vasijas multicolores?

Las piedras del camino golpean la parte baja del carro. Tal efecto tiene algo de aventura. Aventuras que inician de forma sencilla y terminan en lugares emblemáticos. Miento. A cada metro se busca “lo más parejito” como si olvidáramos que un vehículo es útil siempre que pueda ampliar nuestras posibilidades.

Con más de 3200 msnm., el volcán Xihuingo es la segunda cota más alta del estado de Hidalgo. Tanto en la región pulquera como en las zonas cercanas, es notable el dominio visual dicho cono volcánico. En la ladera sur-poniente se encuentra la zona arqueológica, a pocos kilómetros de Tepeapulco, Hgo.

El acceso a la sitio se abre entre campos de cultivo y poco después, el camino es limitado por elevaciones cubiertas de matorrales, nopaleras y mezquites. Casi de modo imperceptible, ese manto dorado y verde se impone hasta llegar a un amplio espacio cercano al basamento piramidal. Es más, un observador atento situado en uno de los miradores naturales del sitio, podrá apreciar los cerros de La Ardilla y Las Tres Peñas como parte de un conjunto alternado de lomas y basamentos dispuestos en un interesante y sutil ritmo visual.

Desde el basamento piramidal, la proximidad del volcán pasa a segundo término. Quienes hayan visitado Xihuingo deben recordar la Pirámide del Tecolote. Se trata de un basamento piramidal teotihuacano cuya base es de 20 metros por lado aproximadamente. En términos generales, se compone de tres cuerpos escalonados con el típico talud-tablero, una escalinata de 20 peldaños limitada por una alfarda con dados. Afortunadamente, el edificio mantiene parte del antiguo estuco. Los investigadores refieren que el espacio estuvo ocupado por los teotihuacanos a partir del primer siglo de nuestra era hasta el 750 DC.

Como parte de uno de los sistemas conceptuales más fascinantes de la antigüedad, en Xihuingo se han identificado algunos marcadores grabados en la roca que pudieran haber funcionado como calibradores astronómicos. Al respecto, cabe destacar el gran aporte realizado por el equipo de Matthiew Wallrath quienes después de varias temporadas de trabajo, identificaron algunos petrograbados alineados astronómicamente. De hecho, al ordenar visualmente tales grabados con ciertos objetos celestes parecieran formar dos hojas adyacentes de un mismo “libro” gigante. Ejemplo de ello son los orientados a la estrella polar o a la salida del sol el 22 de diciembre (día en que el sol alcanza su máxima posición sur).

El camino continua por una de las laderas cercanas a la Peña del Tecolote. Ya que estamos en el sitio, el vehículo puede “descansar” un momento. Sin duda, esa continuidad en el recorrido bien puede servir como metáfora. A partir de aquí se abren las posibilidades: pintura rupestre, miradores geológicos o un ambiente natural endémico. Aún en plena era digital, vale la pena una caminata cuando los vestigios iniciales de nuestra memoria cultural nos rodean.

Para llegar al sitio arqueológico de Xihuingo, desde Pachuca se transita por la carretera 88 a Ciudad Sahagún. Cinco kilómetros antes de llegar a Sahagún, se toma un puente en dirección a Tepeapulco. Desde la ciudad de México, se recomienda llegar por la autopista a Tulancingo y en el entronque con la carretera 88, girar a la derecha.

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TEXTOS ARKEOPÁTICOS NÚMERO 06 EN OAXACA

ARK6 con autoresPresentaciónMemo y Mari

El evento se llevó a cabo el pasado 17 de julio de 2014 en el Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma «Benito Juárez» de Oaxaca. Agradecemos a todos los autores y asistentes que nos acompañaron, fue un placer verlos ahí y tomarnos juntos unos mezcales cortesía de los productores/artesanos de Matatlán.

Autores y EditoresLa galería completa en nuestra página de facebbok, aquí: Publicación de ArKeopatías.