#LasPrestadas: El Edificio H, entre el patrimonio y la educación.

Por Patricio Patiño

ee8

En el círculo universitario, sobre todo el más cercano a la “cultura”, ha surgido una interesante inquietud. Un nuevo edificio de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), el edificio H de ocho pisos, parece interferir con la estética proyectada por los realizadores del Espacio Escultórico. La imagen final de este espacio, que pretendía entre otras cosas eliminar los edificios de su paisaje más próximo, no había sido alterada desde que fue concebido en 1979.

Pero hay que recalcar que no se trata de un caso aislado, otros espacios han visto cuestionados sus privilegios estéticos en el pasado; por ejemplo, el corazón del Centro Cultural Universitario, que en 2007 tuvo que plegar su Sala Nezahualcóyotl a un segundo y poco vistoso plano, por la llegada de la enorme edificación que alberga al MUAC, Museo Universitario de Arte Contemporáneo, inaugurado en 2008.

Al margen de que el beneficio de la expansión de espacios en la Universidad es indiscutible, algunos se preguntan si en ambos casos resultaba estrictamente necesaria una intervención tan agresiva.

Podríamos incluso citar un caso más, la construcción del IISUE, Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, situado a un costado de la Biblioteca Nacional, “obstruyendo” así sus posibilidades paisajísticas.

Probablemente la respuesta sea negativa en ciertos casos. No es necesario violentar el patrimonio para conciliar la necesidad de espacios más numerosos y de calidad en la UNAM. Pero el caso del edificio H y el Espacio Escultórico es un tanto distinto.

Primero, el Espacio Escultórico está considerado “Monumento Artístico”, lo que jurídicamente le proporciona una situación especial y protección extra de parte de otras instituciones (por ejemplo, del Instituto Nacional de Bellas Artes y del Patronato Universitario). Por si fuera poco, resulta ser uno de los complejos escultóricos al aire libre más reconocidos a nivel mundial, algunos dirían “único en su tipo”. De ahí que, a raíz de la construcción del mencionado edificio, quienes son capaces de apreciar estos detalles hayan salido en su airada defensa por medio de la presión política. Efectiva en cierta medida, pues hasta ahora ha logrado colectar más de 25 mil firmas de apoyo, valiéndose de información sesgada, por decir lo menos.

Por su parte, el edificio H de la FCPyS ha sido construido bajo dos poderosos argumentos: aumentar el espacio disponible para las numerosas actividades de esta Facultad, y disponer en libertad del ya de por sí limitado espacio que les ha sido asignado. En otras palabras, una causa de que la construcción se extienda hacia arriba es que no puede hacerlo hacia los lados, precisamente porque la FCPyS se encuentra rodeada de zonas protegidas (en específico, reservas ecológicas y la mencionada zona designada “Monumento Artístico”). Asimismo, construir hacia abajo implica un abrumador reto técnico y económico, por la dura piedra volcánica que yace bajo toda la Ciudad Universitaria.

El que comparte estas líneas pudo corroborar, por medio de breves entrevistas de sondeo y consulta en grupos en línea integrados por estudiantes de aquella Facultad (por ejemplo, el grupo de Facebook “No me quiero morir en Polakas”), que se trata de una decisión respaldada por la propia comunidad de la FCPyS, y para ello bastan unas pocas muestras. La más elocuente: la construcción de este edifico tardó aproximadamente dos años, y si bien fue alzado de forma irregular y sin las precauciones debidas (por ejemplo, jamás se acordonó la zona contigua de riesgo durante los trabajos), la gran mayoría de los que ahí desarrollan sus actividades está de acuerdo en que lo prioritario es dar cabida a la mayor cantidad de estudiantes posible. Algo que resulta inviable sin la ampliación de los espacios.

Incluso hay grupos de activistas tradicionalmente críticos de la institución que así lo consideran, y por ende se manifiestan en conformidad. De este sector, sólo los más trasnochados y puristas exigen el derrumbe o modificación estructural del edificio (cuyo costo final se calcula en más de 80mdp, sin hasta ahora disponer de cifras oficiales por parte de la Dirección General de Obras y Conservación de la UNAM), pues a su juicio “no se tomó en cuenta a la comunidad para una decisión de esta magnitud”.

De modo que en esta ocasión no se trata, en general, de una pugna más que proviene de sectores “radicales”. Una estructura que estuvo abierta a la crítica por más de setecientos días (y contando), no puede ser rechazada razonablemente a su término por la comunidad que la vio consolidarse. ¿De dónde viene entonces esta pugna? Como dije, de las élites universitarias, de los estetas que ponen por encima de las necesidades de los mexicanos la supuesta preservación de un espacio artístico. De un puñado de egoístas privilegiados.

Una prueba al respecto: el rector se manifestó “abierto” a escuchar las inquietudes relacionadas y para ello abrió un canal de diálogo, cosa rara si se tratase de una inconformidad multitudinaria. ¿Cometemos un exceso con nuestra sospecha?, otra prueba: este canal de diálogo se cristaliza en la reciente creación de un “Comité” para la discusión y solución de este asunto, integrado por afamados arquitectos, artistas y estetas emanados de las élites de la cultura que ejercen al interior de la UNAM, bien como funcionarios o bien como beneficiados del control fáctico de los espacios.

Desde aquí nos lamentamos por la voluntad de dar voz únicamente a quienes tienen privilegios, y de que estos a su vez sólo la alcen para conservarlos. Creemos que en el fondo se trata, para ellos, de una victoria política y oportunista que les permite seguir agenciándose espacios universitarios a discreción. Creemos también que su lucha debilita los esfuerzos de la Universidad por el cumplimiento de su deber primordial: hacer accesibles las luces del conocimiento a los mexicanos. Y en sintonía, también sostenemos que estos esfuerzos implican una actitud dolosa por pretender imponerse sobre las necesidades de la comunidad estudiantil, mostrando su total desconocimiento e interés por la misma.

¿Por qué quejarse hasta ahora que la inversión y los trabajos han concluido? ¿Por qué darse el lujo de exigir el derrumbe parcial a estas alturas? ¿Qué hicieron con su preocupación estética durante estos dos años?

Por último, creemos que esta coyuntura constituye una oportunidad inmejorable para abrir el debate sobre el asunto que reposa al fondo, por demás escabroso y que por ello casi nunca se aborda; y del que además, casi nunca podemos apreciar sus contradicciones con tanta claridad como ahora: la institución del “patrimonio” y las funciones de la Universidad.

¿Tiene la UNAM obligación de preservar intactas sus estructuras, en función de los intereses de otras instituciones?, ¿es necesario plegar las necesidades universitarias por el estatus de museo que se le imponen a algunos de sus inmuebles?, ¿la función primordial de la UNAM es servir a los mexicanos o ser un bastión de la alta cultura?, ¿en qué medida resulta regresivo considerar la petrificación de los espacios por ser “patrimonio”?; en suma, ¿qué es más importante, el patrimonio o la educación? Esta última pregunta puede considerarse maniquea, pero debemos mencionar un hecho contundente: buena parte del campus central funciona mal, en sobrepoblación y de forma excluyente por la imposibilidad de expandirlo, porque es Patrimonio de la Humanidad.

____

Fuente: Metrópoli Digital 

 

DE LA CASA #79: LA UNIVERSIDAD ARQUINE / MM.

Por Marlen Mendoza

Anduve perdida un tiempo, vaivenes de la vida supongo, a bien he tenido un tema dándome vueltas constantemente, nació una ocasión platicando con un excelente amigo y colega andes de apoyarlo en una clase sobre crítica arquitectónica; le comentaba que había visto el cartel de Mextrópoli 2016, tal cual. Lo que me saltó a la vista fue el modo en que estaban comercializando un evento de tal magnitud ¿de cuándo acá, un congreso sobre arquitectura y ciudad se presenta a sí mismo como evento de OCESA?

“Vive la ciudad extraordinaria” dice su eslogan, vaya cinismo. El Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad, a realizarse del 5 al 8 de Marzo del 2016, y cito su descripción desde su página web (www.mextropoli.mx):

¿Qué es Mextrópoli?

MEXTRÓPOLI, Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad es la ventana que se abre cuatro días al año para vivir a través de la arquitectura, una ciudad extraordinaria.

La ciudad de México se convierte en el más importante y diverso escenario para pensar, crear, diseñar y disfrutar la ciudad. Fomenta el ejercicio creativo, crítico y participativo entre la ciudadanía a través de conferencias, diálogos, talleres, rutas, pabellones y actividades al aire libre que convierten a la ciudad de México en el abanderado de la arquitectura y el urbanismo mundial. El único foro en Latinoamérica que reúne en 4 días más de 22 mil personas diseñando ciudad: estudiantes, ciudadanos, profesionistas, turistas, creativos, servidores públicos, artistas, líderes de opinión y expertos en la materia para generar conocimiento, intercambio y una nueva visión de ciudad a través de la arquitectura.”

Mextrópoli (c) http://mextropoli.mx/

Ahora, claramente suena a un discurso encantador, sin lugar a duda atrae la atención e incentiva el deseo por ser parte de una premisa tan alentadora y si a eso le añadimos la plantilla que participa éste año, como nada más y nada menos que Rafael Moneo (ganador del Pritzker en 1996), Tom Mayne (Pritzker 2005) Bjarke Ingels (BIG), Alberto Kalach (ser Kalach) Rafael Barajas (El Fisgón, monero) entre otros, podría desatar el furor irrisible, ávido de correr a cualquier centro ticketmaster y por unos 2900 pesos precio VIP o ya en el poormode aflojando 990 pesos (si es que no es usted estudiante y logró juntar a sus cuatitos y le entra al paquete-estudiante); la sede es el teatro Metropolitan (guiño, guiño), cabría mencionar que los boletos, como en el Corona Capital, se venden por fases, así que dependiendo del bolsillo y desenfrene consumista es si obtiene unos baratos o le tocan en tercera fase a precio de ver a Blur o Muse (sólo que sin la diversión y las chelas).

Quiero dejar en claro que, considero una iniciativa interesante, sabemos que es de suma importancia traer mesas de dialogo, conferencias y festivales culturales que enriquezcan nuestro criterio y experiencias sociales, más allá del futbol y las luchas; sin embargo ésas intenciones son meramente una máscara, el objetivo a perseguir es alimentar un imperio que se ha ido construyendo piedra a piedra por fanáticos de la plástica y la pseudo-estética, aquellos que alimentan el ego y la postura del arquitecto como un ser omnipotente casi divino, poseedor de todo conocimiento pero al mismo tiempo es frágil, humilde y misterioso. ¡Sarta de babosadas!

Al final del día no pongo en duda la calidad y prestigio de los ponentes, tampoco el billetote que deben cobrar para venir aquí (si mis queridos niños, ellos cobran por cada conferencia, incluido el hospedaje, comida y transporte), lo que es alarmante es la mediatización y consumismo que detona una práctica como ésta. Sesga a los interesados comenzando por los precios de los boletos, y porque a bien, involucra otras actividades que implican recursos, sin mencionar al selecto grupo de profesionales que se la viven publicando sobre los cocteles VIP y eventos privados en el marco del festival, dejando de lado los temas y discusiones realmente importantes más allá de la mera descarrilada social; muy su derecho dirían algunos.

Arquine, sabemos, es un imperio. Ha logrado comercializar con algo que en nuestro país no era tan popular como lo es ahora, de pronto hubo un boom voraz alrededor de todo lo involucrado con el diseño: arquitectura (de interiores), diseño industrial, textil, etc. Lograron no solo atraer al público especializado, sino también a personas que simplemente tomaron sus publicaciones como un medio educativo, aquello que está bien, la guía del buen gusto, cosa sabemos de sobra es una mentira.

Claro que hay artículos de Arquine de carácter divulgativo e informador, pero eso no significa que cuente con un contenido sólido que pudieras usar como fuente o referencia para una tesis, por ejemplo. No tengo el gusto de conocer a Miquel Adrià pero es evidente que el señor es un visionario y un magnifico empresario, pues ha llevado un proyecto que en un inicio parecía poco ambicioso hasta erigir su propia escuela: ¿Ya conocen CENTRO?

CENTRO

Para aquellos despistados como yo, que apenas supe de su existencia el año pasado, CENTRO es un instituto de diseño, arquitectura y cine. Llegué a ella por un anuncio en Twitter, para la convocatoria de su maestría en vivienda, lo primero que llamo mi atención fue el afiche promocional, muy editorial, con un slogan conmovedor: “De la célula al edificio”; también tienen un mensaje bastante inspirador en su página de inicio:

CAPTURA 1

No sabía si reír o llorar, independientemente de la poca seriedad que reflejen afirmaciones de tal índole, lo que quizás me causo un revuelo estomacal fue aquello de “el negocio de la creatividad”, ¿negocio para quién?

Revisé su plan de estudios y las materias que imparten, al menos de nombre son una tomada de pelo, entre más rimbombante y barroco suenen mejor, sin exponer un análisis racional ante ello, no soy experta en pedagogía ni pretendo sonar como alguna, y aunque el plan de estudios de mi alma mater (UNAM) ha sido por demás demeritado y tirado al lodo pinta significativamente mejor, cuando menos es coherente.

Eché ojo de la plantilla docente, efectivamente está formada de profesionales por demás capaces y algunos sobresalientes, lo curioso es que varios de ellos son alegres colaboradores activos de las publicaciones en Arquine, incluido el jefe de jefes Miquel Adriá ¿coincidencia o destino?

A mis ojos, este instituto parece creado por las mismas manos detrás del gigante Arquine, con todo y sus fanáticos, que leen ávidos desde la media superior sus publicaciones aspirando así a estudiar en la universidad Arquine, claro está con su debido tributo monetario, que asumo no debe ser nada despreciable. Me bastó leer toda la paja pseudo poética con la que describen sus carreras, especialidades y maestrías, para cuestionarme seriamente el aporte académico de la institución. Sin duda un centro para moldear al “profesional refinado” aquel que sólo ve la belleza formal y deifica la arquitectura de revista, al entrepreneur de vocación adiestrado e influenciado por un medio que se ha enfocado a convertir una profesión dirigida a satisfacer una necesidad social en un monigote engreído y petulante, convencido de que es lo mejor que le pudo pasar al diseño y que como él nadie, brindándonos la gracia de su presencia pero sobre todo de su arte.

CAPTURA 2
CAPTURA 3

____

Sobre la autora: (Guanajuato, México – 1988) Arquitecta egresada de la UNAM campus CU en 2012, colaboró como docente de la asignatura representación gráfica por un periodo de 3 años. Para el 2010 incursiona en el interiorismo, posteriormente se especializa en diseño arquitectónico, desarrollo y coordinación de proyectos residenciales, ramo en el que se desenvuelve actualmente. También escribe para ArKeopatías, Portavoz y ERRR-Magazine, sus textos se enfocan desde la crítica arquitectónica, el cine y la literatura, reflejando una visión peculiar sobre su relación con la cotidianidad y su impacto a nivel social. Se interesa en temas relacionados con el arte, ilustración, arquitectura, cine, música y literatura. 

____

Versión para imprimir y descargar aquí // Imágenes tomadas del sitio: http://www3.centro.edu.mx/centro/

ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #79″. México 2015. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

#LasPrestadas: Felipe Criado: «La arqueología es fundamental para generar producto turístico»

Por A. Vilas

arqueólogo Felipe Criado Boado

Descubrir el pasado para entender el presente es una de las máximas de la arqueología, una ciencia «subjetiva» con una dosis aventurera pero también mucho de lectura y estudio, lejos de lo que nos mostró Indiana Jones en el cine. Uno de sus mayores representantes es el santiagués Felipe Criado Boado, director del Instituto de Ciencias del Patrimonio (Incipit) y profesor de la USC durante una década. Desde septiembre dirige además la Asociación Europea de Arqueólogos (EAA).

¿Qué supone para usted haber sido nombrado presidente de este organismo, que aglutina a arqueólogos de todo el continente?

Un honor por contar con la confianza de mis colegas de toda Europa y una responsabilidad por las obligaciones que supone ocupar la presidencia, algo que no es un cargo sino un servicio.

¿Qué papel tiene el organismo?

Promover el desarrollo armónico de la arqueología, apoyar a los arqueólogos de Europa y fomentar el aprecio del público por nuestra actividad y por el patrimonio.

¿Es la arqueología una ciencia objetiva?

De ningún modo. Es un conocimiento en muchos casos hipotético y condicionado por el contexto. Dicho esto, nuestra responsabilidad es producir un conocimiento lo menos subjetivo posible; «domesticar» la subjetividad.

El cine ha contribuido a idealizar su profesión pero, ¿qué hace un arqueólogo día a día?

En realidad somos profesionales que saltamos de la biblioteca al campo y del despacho al laboratorio. Utilizamos superordenadores, drones y complicados equipos topográficos a la vez que picos y palas.

¿Qué estudios se requieren?

En muchos países europeos el alumnado se gradúa en Arqueología, pero en España hemos sido incapaces de conseguir un grado propio y lo normal es acceder desde Historia. En el futuro, con la nueva reorientación universitaria y el traslado de la especialización profesional a los másteres, será cada vez más frecuente hacer Arqueología desde cualquier carrera. Conozco arqueólogos que son matemáticos, físicos, biólogos…

«Saltamos del campo a la biblioteca y usamos superordenadores y drones a la vez que picos y palas. Es una profesión que cautiva»

¿Está especializado en algún campo de la arqueología?

Principalmente trabajo en el Neolítico y Edad del Bronce, entre el 5500 y el 1000 a.C. para entendernos. Pero mi auténtica especialidad es la arqueología del paisaje, el estudio de cómo ha sido la relación humana con el medio. La arqueología se relaciona a me nudo con el pasado remoto.

Pero algunas veces vemos noticias arqueológicas que se refieren a momentos muy recientes…

La arqueología en realidad no es el estudio del pasado lejano, sino de los restos materiales de cualquier momento. Es frecuente, por ejemplo, que se hagan trabajos arqueológicos relacionados con la Guerra Civil o conflictos mundiales, con temas de memoria histórica, con procesos contemporáneos…

Usted también ha sido profesor de universidad. ¿Con qué parte se queda, enseñar o indagar?

Si no tengo más remedio que elegir, me quedo con la búsqueda de nuevo conocimiento. Pero las cosas nunca se pueden separar, no hay oposición entre enseñar y descubrir. Todo profesor sabe que se aprende cuando enseña y todo buscador sabe que no tiene sentido el hallazgo si no se socializa.

Parece dado a divulgar sus conocimientos, pues ha escrito 12 libros y 154 artículos científicos…

Es por lo mismo que acabo de decir. La investigación no se separa de su uso y aplicación.

¿Es Galicia una tierra rica en patrimonio arqueológico? ¿De qué época se encuentra más?

Galicia es muy rica por nuestra larga historia, la elevada densidad de población en muchos momentos y la diseminación del asentamiento. Se encuentra más lo más visible: castros y mámoas. Pero cada vez conocemos más y mejor el patrimonio de otras épocas, como del mundo romano y medieval. Cada vez hay más datos sobre los vikingos, por ejemplo.

¿Qué zonas son más propicias en la comunidad?

Aquellas que han tenido históricamente mayor densidad de población, como las Rías Baixas y, en general, las zonas costeras. Pero esto no es uniforme. Por ejemplo en el Neolítico, por el tipo de tecnología agrícola, las zonas más pobladas podían ser algunas zonas del interior y sierras.

¿Promovería una mayor actividad arqueológica en la comunidad?

Sí, por supuesto. No solo porque sirve para conocer mejor el pasado y patrimonio de Galicia, sino porque la arqueología genera nuevos productos y valores que, en un momento de crisis como el actual, sirven para ampliar la oferta turística, generar nuevos mercados y, ante todo, impulsar el aprecio del público por su memoria.

«Europa nunca tuvo puertas, siempre estuvo abierta a los movimientos de los pueblos»

¿Cómo ha influido la crisis en las inversiones arqueológicas?

De una forma desvastadora. En los últimos 25 años se había desarrollado un sector arqueológico que ha sido brutalmente golpeado por la crisis de la construcción y los recortes en la obra pública y privada. Además se han reducido los presupuestos destinados a la conservación del patrimonio arqueológico y la financiación de proyectos de investigación.

¿Hay algo que la arqueología pueda hacer para contribuir a solucionar los conflictos del mundo actual?

A lo mejor sorprende decir que sí. Supongo que desde cualquier actividad científica o profesional se puede colaborar en ese sentido, pero la arqueología en particular permite analizar desde la larga duración aquellos rasgos de la humanidad. Como ejemplo, en plena crisis de los refugiados, la arqueología muestra que Europa nunca tuvo puertas, sino que estuvo abierta a los movimientos de pueblos en todos los sentidos.

____

Fuente: El Progreso [http://elprogreso.galiciae.com/] Fotografía: La voz de Galicia [http://www.lavozdegalicia.es]

#LasPrestadas: ¿Por qué hacemos de todo, menos la tesis?

Por Agnese Sampietro

En esta entrada quiero reflexionar sobre un comportamiento que es bastante frecuente en el gremio de los doctorandos, es decir, el hecho de trabajar dirigiendo nuestros esfuerzos a muchas y distintas tareas, pero sin avanzar con la tesis. En mi opinión, se trata de una sutil forma de procrastinación, que intentaré analizar en esta entrada, haciendo referencia a mi experiencia personal.

En las últimas semanas he ido a trabajar como siempre, llegando como de costumbre la primera al despacho, estando mis horas delante del ordenador, concentrada, trabajando, más o menos productiva según el día, el cansancio, las ganas, la motivación… Estuve descargando artículos muy interesantes, empecé a esbozar un artículo y a investigar un poco para otro, tuve mis pequeñas peleas con el gestor bibliográfico, estuve organizando unas jornadas y llevando su comunicación, busqué congresos y convocatorias, me dediqué a un par de investigaciones (o futuras investigaciones) en las que estoy implicada, etc. Sin embargo, notaba que, aún tachando cosas de mi lista de tareas, muchas de las actividades que estaban relacionadas con la tesis se iban desplazando de un día para otro, sin llegar a ser nunca completadas. No me sentía culpable, pues había trabajado, aunque en otras cosas, hasta que, reflexionando, me di cuenta de que se trataba de una forma de procrastinación.

Procrastinar es evitar o posponer hacer algo que tenemos que hacer. La procrastinación no se concreta sólo en navegar por las redes sociales, leer el periódico por Internet o mandar mensajes a los amigos. En el momento en el que estamos jugando con los datos para otra investigación y no escribiendo la tesis, por mucho que estemos trabajando, estamos procrastinando. Es una forma muy sutil de procrastinación (que en otro artículo denominé “procrastinación activa”), puesto que no estamos derrochando el tiempo, y puede que no surja el sentimiento de culpa por no trabajar, y podría pasar desapercibida.

Ahora bien, ¿por qué hacemos esto? ¿Por qué decidimos trabajar, pero dirigimos nuestros esfuerzos a otras cosas? Reflexionando un poco sobre mi propio comportamiento, he identificado los siguientes factores que pueden motivar el recurso a la procrastinación activa:

  1. FALTA DE ESTRUCTURA. Escribir la tesis, sobre todo en sus fases iniciales, es un trabajo poco estructurado, y trabajamos mejor cuando tenemos una estructura.
  2. PERFECCIONISMO. Las personas perfeccionistas sufren cuando trabajan en algo que no pueden controlar completamente o que temen que no harán lo mejor que pueden, o que incluso depende únicamente de ellos.
  3. DESILUSIÓN. Las posibilidades de seguir en la universidad al acabar la tesis son muy pocas, por lo que es fácil venirse abajo y no esforzarse en la tesis.
  4. BÚSQUEDA DE GRATIFICACIÓN. Ante este panorama desolador, buscamos gratificación inmediata. En la procrastinación pasiva (por ejemplo, navegar por Internet) esta gratificación la buscamos en actividades placenteras externas. En la forma enmascarada de este comportamiento, intentamos buscar estas gratificaciones en nuestro propio trabajo. Escribir un artículo, por mucho que sea complicado, es un trabajo que requiere menos tiempo que una tesis doctoral, tiene una estructura bastante definida y un alcance menor, así que nos permite ver antes la luz al final del túnel que la tesis doctoral.

No tengo grandes soluciones para estos problemas, pero puedo compartir con mis escasos lectores qué estoy haciendo yo para intentar paliar el problema:

  1. PLANIFICAR DETALLADAMENTE. Si el problema es que falta estructura a mi día a día, voy a dársela. En las semanas de procrastinación tenía en mi lista de tareas: “dar otra vuelta al apartado 2 del marco teórico”. No tengo ni idea de cómo reescribirlo o plantearlo, así que era normal que lo evitara. Una solución podría ser subdividir en varias tareas esta gran actividad, como: “vuelve a leer el artículo tal, redacta el párrafo x integrando la referencia tal, haz un esquema del apartado y”… algo mucho más alcanzable.
  2. ELIMINAR EL PERFECCIONISMO. Es nuestro gran enemigo. Como ya he dicho en otras ocasiones, mi mantra es Mejor una tesis acabada que una perfecta. Simplemente hay que trabajar, por mucho que nos parezca mediocre lo que hacemos. El perfeccionismo nos bloquea. Mi tesis no me gustará, no estoy satisfecha con ella, pero peor sería no acabarla. Me dejo guiar por ese pensamiento
  3. NO PENSAR EN EL FUTURO. El futuro está por llegar. Nuestro trabajo ahora es acabar la tesis, posiblemente a tiempo, así que no hay que preocuparse por las posibilidades futuras. He dejado más o menos de agobiarme por el futuro, pensando otra vez al reto que tengo ahora entre las manos, que no es poco.
  4. TRABAJAR. Me da mucha gratificación tachar de mi lista de tareas actividades relacionadas con la tesis, así que intento hacerlo, por mucho que a veces resulte tan difícil y desalentador. ¿Y cómo? Por ejemplo, al llegar al despacho por la mañana lo primerísimo que hago es ponerme a trabajar en la tesis, así de simple. En las próximas entradas explicaré más concretamente cómo lo hago.

Espero que estas reflexiones hayan resultado útiles a alguien. Así que, ¡a por ello!

_____

Fuente: Mi doctorado al día. https://midoctoradoaldia.wordpress.com/2014/10/13/por-que-hacemos-de-todo-menos-la-tesis/

#LasPrestadas: Patrimonio (Universitario) y Futbol.

Patrimonio y Futbol 4

Por Lupita Silva

LA CANTERA

Se trata de un predio de doscientos seis mil metros cuadrados, que fue horadado durante 35 años por la Planta de Asfalto del Distrito Federal. El proyecto arquitectónico fue concebido por el arquitecto Juan José Díaz Infante -integrante del equipo fundador de la UNAM en la Segunda División, en 1954-, quien tuvo como condicionantes: hacer un diseño que no afectara las características propias del lugar y lo suficientemente austero, para no afectar la economía del Club de futbol.

El desalojo de millones de metros cúbicos de piedra conformó un ámbito único con un microclima propio, un ojo de agua, cuatro lagos y condiciones tales, en la terraza de 35 metros, que han permitido el resurgimiento de especies de flora y fauna que se creían extintas en el Valle de México.

Patrimonio y Futbol 1

Patrimonio y Futbol 2

Patrimonio y Futbol 3

Patrimonio y Futbol 5

Patrimonio y Futbol 6

___

Información de Lupita Silva en Curso Vivo.Patrimonio Universitario Edificado. / Fotos: Internet.