DE LA CASA #125: ENTRE MEMORIA Y OLVIDO: EL PATRIMONIO CULTURAL ESCRITO / JCAR.

Por Julio Cesar Alfonso Ruiz

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Hablar del patrimonio cultural, hace referencia a un universo de significaciones según el punto de vista académico desde el cual se aborda, considerando la aparición de este término durante la segunda guerra mundial como preocupación a la desaparición de los testigos físicos durante este conflicto bélico y el cual se encuentra compuesto por  dos significaciones la primera refieren a lo heredado (patrimonio) y la segunda por todo lo realizado por la civilización humana (cultura), formulando acciones por países contratantes de tratados creados por la UNESCO con la finalidad de salvaguardar esta herencia. Lo anterior parte de la conservación de la historia de la humanidad por diversos medios, como la edificación, artística, la tradición oral y los escritos con  varios contenidos, por ser una representación tangible de la memoria de las sociedades conformantes de la humanidad. Las cuales a lo largo de los años han buscado registrar los momentos importantes para su historia o bien han marcado un parteaguas en el desarrollo evolutivo en una fecha determinada y con personajes y factores explícitos, así como eventos reflejantes de errores o desastres naturales que deben ser recordados.

El sismo del pasado 19 de septiembre que afecto al centro del país, puso en tela de juicio las actividades de las instituciones encargadas de la salvaguarda de los bienes patrimoniales de la nación, así como las acciones emprendidas por los gobiernos municipales y estatales a través de sus secretarias, considerando los daños a los bienes edificados de carácter histórico dan muestra del interés prestado en su  salvaguarda y restauración en años anteriores al del fenómeno natural anteriormente mencionado.

La puesta en evidencia de la falta de monitoreo del estado de conservación de los bienes históricos por parte del Instituto nacional de Antropología e Historia es uno de los factores en los daños sufridos por estos inmuebles de relevancia histórica para la nación, considerando las acciones de restauración que pudieron haberse llevado a cabo en años pretéritos al sismo ocurrido en semanas anteriores y de esta manera el impacto del fenómeno telúrico hubiesen sido menores al sufrido.

Lo cual ha llevado al INAH a realizar un extenuante censo para emprender las labores en el mejor de los casos de restauración e incluso de reconstrucción en los monumentos con una fuerte afectación en su  estructura, para de esta manera procurar la perpetuidad de este legado para generaciones venideras, las cuales solo verán el sismo como un fenómeno anecdótico para no repetir los errores cometidos por las generaciones que les tocó sufrir este embate de la naturaleza. El daño sufrido por los inmuebles históricos de manera indirecta afectaron a un tipo de patrimonio pocas veces percibido pero de suma importancia en la preservación de la memoria histórica de los municipios, estados y por ende del estado mexicano, el cual es el patrimonio escrito. Este tipo de patrimonio suele ser el menos considerado por las instituciones culturales de gran parte de las diversas localidades conformantes de la República Mexicana por no ser un factor generador de divisas.

Si bien uno de los primeros referentes al abordar el tema del legado escrito hace venir a la mente el archivo general de la nación el cual a través de los años se ha dado a la ardua pero noble labro de salvaguardar, restaurar y difundir el patrimonio escrito resguardado en sus instalaciones, y el cual ha sido un logro apoyado por académicos, instituciones universitarias, y vínculos con gobiernos estatales los cuales también suelen ser auxiliares en la labor de salvaguardar la memoria de México.

Si bien los estados han creado instituciones como sus archivos generales e históricos, los cuales resguardan documentos que son prueban fidedigna de acontecimientos de relevancia en la historia de los mimos. Pero lamentablemente el impacto en sus municipios no ha sido como hubiese de suponerse, a pesar de la existencia de marcos legislativos federales y estatales que tienen como objetivo crear acciones para el rescate de la memoria escrita de las naciones para su conservación y estudio por las diversas generaciones respecto a hechos relevantes para cambiar el destino de su contexto social. Las iniciativas por preservar la herencia escrita de México inicio hace ya más de 22 décadas cuando en 1792 se iniciaron los trabajos para crear lo que hoy es conocido como el archivo general de la nación y de esta  forma se da inicio a una, ardua labor de almacenar, inventariar, organizar y restaurar la memoria de la nación, creando con el devenir de los años marcos legales para regir esta ardua encomienda.

Entre las normas que actualmente se encuentra vigente para la conservación de la memoria escrita son las siguientes:

Memoria del mundo de la organización de las naciones unidas para la ciencia y la cultura dicho programa del cual México es un país contratante desde su creación en el año de 1992, este programa surgió a raíz de considerar el lamentable estado de conservación del patrimonio documental considera que un:

“Documento es “aquello que consigna algo con un propósito intelectual deliberado”. Se considera que un documento consta de dos componentes: el contenido informativo y el soporte en el que se consigna. Ambos elementos pueden presentar una gran variedad de formas y ser igualmente importantes como parte de la memoria. Producidos en el marco de la actividad humana, los documentos pueden tener características relevantes y ser símbolos de la memoria colectiva de un pueblo, nación, región o sociedad. A través de su soporte y contenido, los documentos reflejan la diversidad de los pueblos, las culturas y los idiomas, pasando a ser parte del patrimonio de la humanidad. (UNESCO)”.

Por ello el programa es ambicioso al contemplar documentos móviles, imágenes como fotografías, mapas, dibujos y acuarelas de relevancia para una comunidad, al mismo tiempo busca conservar un legado reproducible haciendo referencia a filmes históricos. Con el único objetivo de facilitar el acceso a este legado partiendo de la conservación mediante las técnicas tecnológicas más avanzadas en el mundo, y de esta manera crear una concientización de la sociedad de la necesidad de preservar esta parte de la memoria humana.

Entre las definiciones del programa abordado la UNESCO señala:

“1.1.1 La Memoria del Mundo es la memoria colectiva y documentada de los pueblos del mundo -su patrimonio documental- que, a su vez, representa buena parte del patrimonio cultural mundial. Traza la evolución del pensamiento, de los descubrimientos y de los logros de la sociedad humana. Es el legado del pasado a la comunidad mundial presente y futura.

1.1.2 La Memoria del Mundo se encuentra en gran medida en las bibliotecas, los archivos, los museos y los lugares de custodia existentes en todo el planeta y un elevado porcentaje de ella corre peligro en la actualidad. El patrimonio documental de numerosos pueblos se ha dispersado debido al desplazamiento accidental o deliberado de fondos y colecciones, a los botines de guerra o a otras circunstancias históricas. Algunas veces, hay obstáculos prácticos o políticos que obstaculizan el acceso a él, y en otros casos pesa sobre él la amenaza de deterioro o destrucción. Las solicitudes de repatriación del patrimonio han de tomar en consideración las circunstancias además de la justicia… (UNESCO, 2002:1)”.

Entre algunos de los señalamientos de las directrices del programa se encuentran los factores endógenos y exógenos, que ponen en peligro la estabilidad del patrimonio documental y en este caso el escrito al encontrarse plasmado en un material de fácil deterioro, por ello sugieren la necesidad de crear instalaciones adecuadas para su preservación y la reproducción de los mismos mediante métodos tecnológicos, para asegurar su perpetuidad en caso de la desaparición del documento.

Aunado a este tratado internacional el estado mexicano se ha dado a la tarea de crear marcos jurídicos propios para asegurar el resguardo de la memoria escrita de la nación formulando la Ley federal de archivos la cual se respalda en el articulo 108 de la constitución de los estados unidos mexicanos de 1917, esta norma federal considera en su: “Artículo 1. El objeto de esta Ley es establecer las disposiciones que permitan la organización y conservación de los archivos en posesión de los Poderes de la Unión, los organismos constitucionales autónomos y los organismos con autonomía legal, así como establecer los mecanismos de coordinación y de concertación entre la Federación, las entidades federativas, el Distrito Federal y los municipios para la conservación del patrimonio documental de la Nación, así como para fomentar el resguardo, difusión y acceso de archivos privados de relevancia histórica, social, técnica, científica o cultural. (Ley Federal de Archivos, 2012:1)”.

En suma  la cita anterior la Ley Federal de Archivos otorga la responsabilidad al Archivo General de la Nación de realizar, inventarios, catálogos y administración de los documentos mediante una administración archivística, basada en un marco operativo creado por la propia institución  con la finalidad de ofrecer un fácil acceso a la información a investigadores y académicos interesados en el acontecer del estado mexicano a través de su historia escrita.

Por ello define en el  Artículo 4:

“XXXI. Patrimonio documental de la Nación: Documentos de archivo u originales y libros que por su naturaleza no sean fácilmente sustituibles y que dan cuenta de la evolución del Estado y de las personas e instituciones que han contribuido en su desarrollo, o cuyo valor testimonial, de evidencia o informativo les confiere interés público, les asigna la condición de bienes culturales y les da pertenencia en la memoria colectiva del país; (LFA, 2012:5)”.

En otros aspectos considerados por LFA de 2012 es dar las pautas para el manejo, de la memoria escrita por parte de los encargados de los archivos de la patria mexicana, mediante una capacitación constante mediante cursos organizados por el archivo general de la nación. Además de incentivar al envió de los textos de índole histórico al repertorio resguardado por el AGN a los municipios y estados del país.

Además de tener una lista de archivos con documentos históricos fuera de la capital mexicana para de esta forma tener un control del inventario depositado en estos inmuebles, y de esta manera lograr su preservación y difusión de contenido a la comunidad donde se encuentra. De esta manera se logra un inventario, actualizado y una referencia geográfica de  ubicación de los documentos considerados como patrimonio escrito mediante los señalamientos estipulados en la mencionada ley.

“Artículo 31. No podrán salir del país documentos que hayan pertenecido o pertenezcan a los archivos de los órganos federales, entidades federativas, municipios y casas curiales, así como documentos originales relacionados con la historia de México y libros que por su naturaleza no sean fácilmente sustituibles, sin la autorización previa del Archivo General de la Nación.

Artículo 32. En los casos de enajenación por venta de un acervo o documento declarado patrimonio documental de la Nación, y en general cuando se trate de documentos acordes con lo previsto en el artículo 36, fracciones I y II, de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, el Ejecutivo Federal, a través del Archivo General de la Nación, gozará del derecho del tanto en los términos que establezca el Reglamento respectivo; (LFA, 2012:13)”.

Del mismo modo sugiere a los estados la creación de marcos jurídicos propios que apoyen a la labor de la conservación, del legado escrito como forma de apoyo a las acciones emprendidas por la institución nacional encargada de su preservación, en el caso del estado de puebla su marco legislativo considera en su: “Artículo 5. Para los efectos de la presente Ley, se entenderá por:

I. Acervo documental: Conjunto de documentos, sea cual fuere su forma y soporte material, producidos o recibidos por una persona física o jurídica, o por un organismo público o privado en el ejercicio de sus funciones; (Ley de Archivos del Estado de Puebla 2013:7)

Artículo 6. Los sujetos obligados que refiere esta Ley, se regirán por los siguientes principios:

I. Conservación: Adoptar las medidas técnicas, administrativas y tecnológicas para la adecuada preservación de los archivos;

II. Procedencia: Conservar el orden original de cada fondo documental producido por los sujetos obligados en el desarrollo de su actividad institucional, para distinguirlo de otros fondos semejantes;

III. Integridad: Garantizar que los documentos de archivo sean completos y veraces para reflejar con exactitud la información contenida; y

IV. Disponibilidad: Adoptar medidas pertinentes para la organización y localización de los documentos de archivo. (LAEP, 2013: 10)”.

Lo anterior mediante un trabajo en el interior de la jurisdicción del estado, a través de las dependencias encargadas en cada municipio, el cual se encargara de designar en su personal un encargado de sus archivos históricos, con la finalidad de salvaguardar la memoria de sus localidades y por ende de Puebla, el responsable de salvaguardar el legado escrito deberá realizar, inventarios, clasificación y una guía de archivo con la cual sea más eficiente el orden y la consulta de los acervos. Mismo que deberá registrar el depositario a su resguardo y los cambios que este sufra cada mes de septiembre esto con la finalidad de tener una actualización constante de la memoria documental, si bien lo anterior es uno de los fundamentos con los cuales el estado busca preservar esta importante evidencia histórica.

Lamentablemente el marco jurídico es pocas veces conocido por los encargados de salvaguarda de estos bienes difícilmente reemplazables. Lo cual fue evidenciado por el sismo señalado en los párrafos iniciales del presente texto, al mostrar el tipo de inmuebles donde muchos de los archivos eran resguardados, los cuales en muchos casos eran utilizados como bodegas, tenían altos grados de humedad que ha llegado a la destrucción y degradamiento de estos materiales. Incluso a la extracción de documentos relevantes para ser llevados a colecciones privadas de pseudo historiadores allegados a los poderes municipales o bien por simple curiosidad.

A MANERA DE CONCLUSIÓN

El patrimonio cultural escrito, es uno de los legados en mayor peligro de desaparecer por factores endógenos y exógenos, a pesar de la ardua labor emprendida por el archivo general de la nación y auxiliado por los gobiernos estatales, mediante acuerdos, los cuales lamentablemente no han logrado llegar a la meta pretendida. Este alcance ha sido un factor importante en la perdida de documentos de relevancia histórica para los municipios, estado, nación y sus ciudadanos.

Lo anterior al considerar que el patrimonio es de índole social, por lo cual debe de ser preservado y difundido para goce de sus legítimos herederos los ciudadanos, debiendo ser considerado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia como una de las instituciones encargadas de importante labor y al mismo tiempo de universidades públicas con carreras a fines de la conservación del legado tangible e intangible. Y no como lo acontecido tras el terremoto del 19 de septiembre para realizar actividades como la emprendida por el gobierno de puebla a través del oficio circular No. SGG/SJ/DGAN/AGEP/006/2017 enviado el 5 de octubre de 2017 con la finalidad de realizar un censo de los archivos y su conservación.

Esta actividad pudo ser realizada mucho tiempo antes de lo acontecido, tomando en cuenta que por cada documento perdido, o sustraído se pierde parte de la memoria de nuestra sociedad./ <JA

BIBLIOGRAFÍA

Cámara de diputados del H. Congreso de la Unión (2012) “Ley Federal de Archivos” Pp. 1-20.

Orden Jurídico Poblano (2013) “Ley de Archivos del Estado de Puebla” Pp. 1-25

UNESCO (2002) “Memoria del mundo directrices para la salvaguardia del patrimonio documental” División de la Sociedad de la Información Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura Paris.

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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos De La Casa #125″. México 2018. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

#LasPrestadas: Empresas Culturalmente Responsables.

Zitlala Jorge

Por Rodrigo Llanes Castro y Boris Berenzon Gorn

“Alfabeto, pan y jabón hay que decir y todo lo demás se os dará por añadidura.” Alfonso Reyes

A manera de presentación:

La cultura, una moneda social no valorada. ¿Por qué y para qué invertir?

México cuenta con una riqueza patrimonial que ha sido motivo de asombro a lo largo de los siglos. Su imponente belleza natural y su vasta diversidad cultural, han constituido un escenario histórico de verdadera excepción. Cuna de civilizaciones, en la lista de patrimonio mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, nuestro país cuenta a la fecha con 33 lugares designados (27 como Patrimonio cultural, cinco como Patrimonio natural y uno, como Patrimonio mixto).

Esto lo convierte en el sexto país con mayor cantidad de sitios inscritos en la lista, sólo por detrás de Italia, España, China, Alemania y Francia, así como primero en el continente americano y de América Latina y Caribe. Además, cuenta con siete tradiciones y festejos como Patrimonio cultural inmaterial. Éste no se limita a los bienes materiales con un significado o valor excepcional, como las zonas arqueológicas, los monumentos, los centros históricos o las obras de arte. También comprende al acervo de conocimientos, valores y expresiones culturales heredadas de nuestros antepasados y que transmitimos a nuestros descendientes.

El patrimonio cultural inmaterial se manifiesta en la lengua y la tradición oral, tradiciones culinarias, artes del espectáculo, juegos tradicionales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y el universo; en la música y danza tradicionales, en saberes y técnicas vinculados a la artesanía milenaria, en la medicina de los pueblos originales, en modos de vida. Estas son expresiones culturales que cambian con el tiempo adaptándose a las nuevas realidades, pero que contribuyen a darnos un sentimiento de identidad y continuidad al crear un vínculo entre el pasado y el futuro: el vínculo somos nosotros, el presente.

La Conferencia General de la UNESCO aprobó, en el 2003, la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, un acuerdo firmado por 158 países, en el que se comprometen a trabajar en la salvaguardia de estas expresiones culturales.

Un primer paso se realiza mediante su identificación y registro en tres listas:

La Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, en la que se incluyen las expresiones que ilustran la diversidad del patrimonio inmaterial con el fin de contribuir a una mayor consciencia de su importancia.

La Lista del patrimonio cultural inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia: se compone de elementos que las comunidades y los países consideran que necesitan medidas de salvaguardia urgentes para asegurar su trasmisión. Las inscripciones en esta Lista contribuyen a movilizar la cooperación y la asistencia internacionales, para que los actores interesados puedan tomar medidas de salvaguardia adecuadas. Por ejemplo, en México, muchas lenguas indígenas están en peligro de extinción.

El Registro de las mejores prácticas de salvaguardia se compone de programas, proyectos y actividades que mejor reflejen los principios y objetivos de la Convención. Del rico y diverso patrimonio cultural inmaterial de México, la UNESCO ha reconocido a siete expresiones como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y ha seleccionado a un programa para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.

Lo anterior nos habla de un nicho de mercado que privilegia a la cultura como una moneda social que, paradójicamente, ha sido desestimada por parte de la iniciativa privada en México, dejando el desarrollo cultural en manos del Estado. Esta herencia del mecenazgo cultural de los regímenes posrevolucionarios, ha cambiado su papel con el paso de los años, se ha ido reduciendo de la centralización a la dinámica de la administración de los recursos en los procesos la investigación y salvaguardia y en la asignación y ejecución de proyectos de turismo cultural, cultura popular y desarrollo artesanal comunitarios, creación y operación de infraestructura, teatros, centros artísticos; programación y divulgación de las llamadas bellas artes.

Este panorama nos obliga a echar manos de numerosos estudios sobre lo cultural que han realizado los especialistas para entender cuál es el papel de la cultura como pilar de desarrollo social, particularmente en contextos de violencia por los que atraviesa nuestro país, sobre todo si entendemos que la cultura es un proceso y no un evento; por eso genera valores éticos, pues constituye un proceso inherente al desarrollo integral de cualquier país, transmite saberes culturales, estereotipos, prejuicios, ideas, imágenes y sonidos del mundo, formas de representación y sistemas de interpretación. Por ejemplo, sería impensable concebir el modelo de desarrollo económico de los Estados Unidos de Norteamérica sin el papel fundamental que ha significado la lógica del capital y de los modelos de vida que comporta el neoliberalismo, sus dispositivos ideológicos, sus estrategias de posicionamiento y alienación sin la industria cinematográfica de Hollywood.

El sector empresarial mexicano tiene una deuda en materia de inversión cultural. No ha desarrollado esquemas de participación, sociedad, alianza, manejo y gestión del patrimonio cultural y los contenidos que otorga a diversos escenarios naturales, culturales e históricos en términos de las listas de patrimonio y la gran cantidad de posibilidades que existen para el desarrollo de la llamada industrias blanca, industria creativa y que Adorno llamó industrias culturales. México es una potencia económica en ciernes. La mayor aportación de una cultura, es que su pueblo, este país, disfrute y usufructué su riqueza y que de ella derive el alimento para el espíritu y para el cuerpo.

El estado de lo cultural, luego de las últimas reformas, requiere de un diagnóstico que nos permita hacernos de un panorama general sobre las posibilidades que guarda cada uno de nuestros estados desde sus regiones y procesos culturales, que a la vez redimensione el peso social de la cultura en el desarrollo económico de México, sin chovinismos, etnocentrismos, regionalismos o esencialismos históricos.

El Estado no ha podido democratizar los bienes y servicios culturales, entonces queda abierto el espacio de intervención del sector privado para el rediseño de legislaciones que flexibilicen y fomenten la inversión privada en el manejo y gestión de recursos culturales, en el rediseño de instituciones y políticas públicas a través de programas y acciones que abran un sector de oportunidad para una coyuntura reclinada en una crisis social severa a consecuencia de la corrupción y la impunidad radicalizadas en el narcotráfico.

El sector empresarial puede estimular a través de la producción de bienes y servicios culturales, la dinámica misma de los derechos culturales y de la participación ciudadana, incorporándose a procesos locales de financiamiento a través de agencias de proyectos que se planteen metas regionales, a partir de la organización del mismo sector cultural: corredores de teatro; locaciones, circuitos y festivales de cine y televisión por cable o Internet. La crisis de contenidos y financiera por la que atraviesan las dos grandes cadenas privadas, TV Azteca y Televisa, impone un análisis de mercado sobre cuáles son los gustos que hoy modelan no la personalidad del público ni del mexicano, sino la diversidad de públicos consumidores de contenidos innovadores.

Actualmente los proyectos gubernamentales en materia de desarrollo cultural encuentran oposición entre el sector cultural precisamente por la ausencia de transversalidad y legitimidad. Se piensa en hacer, pero desde el escritorio, sin tomar en cuenta los gusto, las preferencias, las necesidades de consumo de los públicos, de los actores sociales en donde se implantan esquemas de intervención cultural sin consulta: un ejemplo es la categoría de Pueblos mágicos, programa que no es malo en sí mismo, sino que muchas veces las instituciones estatales no atienden criterios serios de conservación, sino a la producción de escenografías que homogenizan la identidad de los pueblos, de las ciudades y/o centros históricos, contraponiendo legítimos valores comerciales contra auténticas expresiones en defensa del territorio.

1. Economía y cultura

1.1 ¿Por qué invertir en cultura?

Hay mercados, como la cultura, que normalmente son asociados con el gobierno. Se asume que el Estado es el único que debe invertir en la cultura, pues se trata de un bien público. Así, se deja a la voluntad del gobernante la construcción de espacios y proyectos culturales.

Los bienes públicos, como se sabe, son aquellos servicios que, por su naturaleza, no generan grandes beneficios económicos. Dentro de esta categoría podríamos incluir a los parques, el alumbrado público, la policía y el ejército.

Ningún empresario se atrevería a invertir en la policía de los mexicanos, pues sabe que su beneficio económico será muy pequeño. El Estado invierte en la capacitación y el mantenimiento de la policía porque no busca un beneficio económico. El Estado sabe que incluso perderá dinero con la policía. Sin embargo, decide invertir en ésta para garantizar un bien mayor: la seguridad de todos nosotros.

De la misma manera, existe la idea errónea de que la cultura es un mercado similar al mercado policiaco. Sólo un empresario inocente o frívolo se atrevería a invertir en museos, libros, música, pintura. Se cree, de manera equivocada, que la cultura no puede generar beneficios económicos. Sólo el gobierno debe invertir en cultura. Y esta idea es completamente falsa, pues la cultura no es un bien público.

1.2 ¿Cuál es el mercado?

Según datos del INEGI, en 2012, la cultura, en México, generó beneficios económicos enormes. Se dice que en ese año 2.8% del PIB nacional provino de diversos proyectos culturales a lo largo y ancho del país.

Es complicado comparar la relevancia de la cultura en el PIB nacional con años anteriores. Tristemente, el INEGI sólo tiene datos desagregados del sector cultural desde 2008. Lo interesante, en ese sentido, es notar que la producción cultural se ha mantenido constante desde 2008 hasta la fecha, a pesar de la crisis económica que comenzó en ese año y afectó de manera significativa a otras industrias como la de la vivienda y la automotriz.

1.3 ¿Y la demanda?

En 2012, el INEGI, en colaboración con Conaculta, realizó la Encuesta Nacional de Consumo Cultural de los Hogares. Este tipo de encuesta fue la primera que se realizó en nuestro país. Esto significa que, tristemente, no tenemos datos para comparar la evolución de la demanda agregada de cultura a lo largo de muchos años. Sólo hay datos para 2012.

Según la encuesta de 2012 del INEGI, 3.8 de cada 100 pesos gastados por un mexicano van al sector cultural. Parece poco dinero, pero si tomamos en cuenta el tamaño de la población mexicana, nos podemos dar cuenta que significa alrededor de 123 mil millones de pesos anuales.

La pregunta importante, en este sentido, tiene que ver con los motivos por los que la cultura, actualmente, genera tanto dinero. Es necesario profundizar en los estudios sobre este tema para determinar si realmente ha habido un aumento significativo en la demanda cultural en los últimos años.

Lo que sí se puede afirmar, sin lugar a dudas, es que el mercado cultural es sumamente importante en nuestro país. Invertir en cultura, a pesar de lo que se cree, no es invertir en vano. Hay una demanda importante de bienes y servicios culturales. En otras palabras, los mexicanos demandan teatro, pintura y arte con regularidad.

1.4 Mercados complementarios a la cultura

Es evidente que hay mercados complementarios a la cultura, que otros sectores económicos se benefician de los proyectos culturales. En general, se puede decir que las industrias hoteleras, alimenticia, de transporte (aéreo y terrestre), de publicidad, editorial y televisiva son mercados complementarios de la cultura.

Así, por ejemplo, la construcción de un museo en un municipio no sólo generará utilidades para quien lo construye: gracias al turismo, incrementará las ganancias del hotelero, el restaurantero y el vendedor de souvenirs. También obtendrá un beneficio económico quien tiene inversiones en el transporte o cuenta con una agencia de publicidad, comunicación o diseño.

Se puede decir, entonces, que muchos sectores económicos son beneficiados con los proyectos culturales. Éstos permiten la preservación de una identidad que resulta atractiva para el extranjero o el foráneo. México es un destino turístico importante porque se trata de un país con una amplia diversidad cultural. Aquí tenemos los tacos, los tamales, el pozole, los bordados a mano y el mariachi. Aquellos extranjeros que deciden visitar nuestro país buscan una experiencia novedosa, extraña, atípica para ellos.

Es importante fomentar proyectos culturales para mantener esa identidad nacional. No debemos permitir que México pierda sus muy originales raíces, pues esto puede ir en detrimento de la industria turística. No dejemos que el mariachi pierda terreno frente a la bachata o el pop en inglés.

2. Sociedad y cultura

La cultura no sólo genera beneficios económicos en distintos mercados. Además, a diferencia de otros mercados, la cultura es un concepto que debe ser entendido desde la sociología, las clases sociales, los grupos de referencia y pertenencia.

Supongamos, en principio, que la sociedad está dividida en tres grandes clases sociales: la clase alta, la clase media y la clase baja. En este sentido, durante siglos, la cultura fue un espacio reservado para la clase alta. Las clases más favorecidas eran los que asistían a los conciertos de música clásica, las obras de teatro. Lo menos favorecidos tenían otros medios de entretenimiento que no necesariamente eran considerados cultura.

Sin embargo, con el desarrollo de la Internet y la globalización, los actos y proyectos culturales comenzaron a masificarse. Actualmente, en las zonas urbanas, no sólo los ricos van al teatro. También la clase media se ha incorporado a muchas actividades culturales que antes sólo eran frecuentados por los ricos.

Ejemplo de esta apertura cultural es el desarrollo de ciertas tribus urbanas como los “hípsters”   o los “bon vivant”.   Se trata de nuevos sectores de mercado que consumen bienes culturales como una forma de pertenecer a un cierto grupo social. El hípster, por ejemplo, no siempre asiste al teatro porque éste le apasione; más bien, va al teatro para pertenecer a un cierto grupo social, para encajar con sus amigos.

Así, la cultura se ha vuelto un medio para ganar cierto estatus. Anteriormente, sólo los ricos veían en la cultura un mecanismo para preservar su nivel socioeconómico. Desde siempre, la clase media se ha percatado de la importancia de la cultura como una forma de pertenecer o integrarse a ciertos sectores de la población, como una forma de destacar.

3. Cultura y política

La cultura promueve conceptos. Las personas que hacen cultura quieren expresar ideas, sentimientos o preocupaciones de su realidad social. Y lo más importante: buscan (o pretenden) transformar esa realidad. Así, por ejemplo, quien pinta un cuadro sobre el nazismo no sólo pretende denunciar las atrocidades que se cometieron en el régimen totalitario de Hitler; el pintor busca que el nazismo no vuelva a ocurrir. El pintor quiere influir en el pensamiento de los demás. El pintor busca que todo aquel que vea su cuadro se percate de lo terrible que fue el nazismo.

La cultura, así, debe ser entendida como una forma de expresar ideas, valores, o principios. Y también como un mecanismo para influir en los demás. La cultura es una de las formas mediante las que se busca una alternativa a de pensar o actuar, de cambiar la realidad

Entonces, podemos decir que toda cultura, al promover valores, ideas y sentimientos, tiene una carga ideológica. Se hace cultura porque se pretende influir en el pensamiento de los demás. Así, los nazis desarrollaron sus instrumentos culturales. Lo mismo puede decirse de los soviéticos o de los mexicanos en el régimen postrevolucionario.

Todo régimen político ha promovido su propia cultura. Los soviéticos, por ejemplo, promovían la cultura de la igualdad. Para la URSS, inspirada en las ideas marxistas, era muy importante que la población entendiera la necesidad de acabar con las clases sociales. Así, la idea de la igualdad fue un principio promovido por los gobiernos soviéticos.

Por el contrario, el régimen nazi de Hitler promovió, mediante la cultura, los valores o ideas de la diferencia. Para el régimen nazi, era muy importante que los alemanes se sintieran diferentes de los demás. Por ello, promovieron los ideales de la “supremacía de la raza aria”. Así, la población comenzó a hacer distinciones entre los alemanes cristianos y los alemanes judíos. El régimen nazi promovió la cultura de la diferencia, pues necesitaba justificar la existencia de los campos de concentración.

Es fundamental comprender que toda cultura promueve una cierta ideología. Más allá de los beneficios económicos, la cultura es un mecanismo para alcanzar el poder o para defenderse de éste; para expresar descontento, para proponer.

Por este motivo, la cultura no puede ser solamente promovida por el gobierno. Como es evidente, el gobierno promoverá aquella cultura que le convenga, que le favorezca. Y hay muchas ocasiones en las que los intereses del Estado son distintos a los intereses de los empresarios y de la población en general.

Por ello, los empresarios también deben promover su propia cultura. Es un mecanismo alternativo para defenderse de los abusos estatales y de otro tipo. En México, cuando los empresarios dejaron de hacer cultura, el gobierno se aprovechó y promovió un discurso nacionalista y autoritario que dejó sin margen de acción a los empresarios y a mucha gente más.

En el régimen postrevolucionario, todo se hacía por el “bien de la nación”. Así, cuando se expropió la banca en 1982, por ejemplo, los empresarios no tuvieron el apoyo de la sociedad. Todo el mundo se creyó el discurso del “bien de la nación” y no escuchó a los empresarios.

Es fundamental que los empresarios entiendan a la cultura como un mecanismo para evitar el abuso estatal. Los empresarios no deben permitir que el Estado abuse de su poder o influencia. La cultura es el mecanismo de defensa para los empresarios.

Así, cuando un empresario se disponga a financiar cultura, éste debe tomar en cuenta los valores, ideas o principios que subyacen en esa cultura. Sería un error, por ejemplo, que un empresario promoviera libros, cuadros u obras teatrales que fomenten el autoritarismo estatal. Podría decirse que el empresario cometería un error, pues favorecería un discurso que, a la larga, puede jugarle en contra.

Los empresarios deben promover aquellas expresiones culturales que protejan a los individuos de la intervención estatal. Los empresarios necesitan fomentar el liberalismo político, es decir, aquella corriente que privilegia la existencia de los derechos humanos. Hasta el momento, el liberalismo es la única corriente política que le ha impuesto una serie de límites al poder. En virtud de los autores liberales, el Estado ya no puede hacer lo que quiera.

Ahora, gracias a los derechos humanos, los individuos y sus empresas, están protegidos de la intervención estatal. El gobierno ya no puede expropiar la banca sin respetar los derechos humanos. Ahora, el empresario tiene mayores elementos para defenderse legal y políticamente.

Si bien el liberalismo político ya es una realidad, es fundamental que se sigan promoviendo proyectos culturales que se opongan al estatismo recalcitrante. No debemos permitir que fenómenos autoritarios o anárquicos y escépticos se vuelvan a repetir.

Además, tomando en cuenta lo violento que se ha vuelto nuestro país, el empresario debe favorecer proyectos culturales enfocados hacia la paz. Es importante, desde la empresa, encontrar los mecanismos para reducir la violencia en México, pues ésta tiene costos económicos y sociales muy elevados para los empresarios y para el país

A los empresarios les conviene acabar con la violencia en México, pues día a día pierden millones de pesos como consecuencia de este fenómeno. Además, el empresario también debe promover la cultura del estado de derecho y la no corrupción, pues un país corrupto significa mayores gastos y mayor incertidumbre para la inversión.

Por último, el empresario debe promover aquella cultura que incentive a las personas a superarse profesionalmente, a emprender proyectos de negocios y esforzarse día con día. Los empresarios necesitan que los mexicanos aumenten considerablemente su productividad, sus ganancias y su consumo. Por ello, es fundamental instaurar la cultura del esfuerzo y el trabajo en la conciencia de todos los mexicanos.

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Fuente: Revista Siempre. Parte 1: http://www.siempre.mx/2016/07/empresas-culturalmente-responsables/ Parte 2: http://www.siempre.com.mx/2016/09/empresas-culturalmente-responsables-2/

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Fotografía: Máscara de Tigre, Zitlala, Guerrero. Autor: Jorge Cervantes Martínez

#LasPrestadas: La comunidad frente al proceso de musealización de Centros Históricos.

Por Karla Alvarado Palacios

Resumen: El Centro Histórico de Quito se ha transformado en un lugar turístico por excelencia, potenciado por haber sido declarado como “Patrimonio Cultural de la Humanidad” en 1978 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La capital se adjudicó por tercer año consecutivo el título de “Destino Líder en Sudamérica”, en la edición de este año de los World Travel Awards. Sin embargo, La Chilena, uno de los catorce barrios que conforman el Centro Histórico Patrimonial, da cuenta de la complejidad que comprende la preservación del patrimonio y sus significaciones en una ciudad contemporánea; por ejemplo, la musealización de Centros Históricos y la consecuente destrucción de los tejidos sociales que de ellos subyacen, a costa de la propensión al turismo. En ese sentido, se sustenta la idea de que la conservación del patrimonio debería ser una opción para dinamizar la vida social y cultural de las ciudades y barrios a fin de mejorar la convivencia y calidad de vida de sus habitantes, apoyado en el diálogo entre todos los actores que confluyen la ciudad, sean éstos de carácter público o privado.

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Im2. Barrio ‘La Chilena’
Fuente: http://www.elcomercio.com

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Quito, Destino Líder de Sudamérica

El Centro Histórico de Quito se ha transformado en un lugar turístico por excelencia, potenciado a la luz de ser declarado “Patrimonio Cultural de la Humanidad” en 1978 por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

El antecedente a ésta designación es el imperativo por controlar la trasformación de la trama del Centro Histórico, a raíz del ensanche y destrucción de los históricos edificios de invaluables características arquitectónicas. Varias edificaciones fueron derrocadas para ceder su sitio a grandes edificios de corte racionalista, con el auspicio de regulaciones urbanas. Ello resultó de la creciente especulación del suelo, que pasaba por alto una consolidación histórico arquitectónica de cuatro siglos (López, 2005).

A fin de contrarrestar estos efectos, en 1967 se promulgan las Normas de Quito, para la protección del Patrimonio Cultural, y ese mismo año el Municipio aprobó una ordenanza específica para el Centro Histórico, en la cual se delimitó el área a ser protegida, que comprende 200 manzanas, con un total de 375,2 hectáreas incluyendo 14 barrios. La ordenanza, le confirió el carácter de invariabilidad a todas sus edificaciones públicas y privadas, así como también, a sus espacios públicos, diseño de calles y veredas; y se constituyó en la primera normativa de protección de una zona histórica vigente en Latinoamérica (López, 2005).

Al mismo tiempo, la conservación de los bienes inmuebles patrimoniales, conllevó a exclusión social, la capitalización del suelo y con ello la segregación, que como el resto de América Latina se hizo evidente (Paz, 2014). A pesar de esto, el Centro Histórico mantiene aún una fuerte apropiación identitaria. Este factor es atribuible al hecho de que la carga histórica que tienen estos espacios, que al formar parte de un área muy grande, le confiere una representación colectiva, como el escenario más distintivo y significativo de la ciudad (Carrión, 2005).

Con el título conferido por la UNESCO, se crearon algunas asociaciones de protección del patrimonio en la ciudad. Empero, las últimas políticas urbanas quiteñas han priorizado el crecimiento económico en base al lucro de su riqueza patrimonial priorizando el turismo, aunado a la generación de los servicios que esta actividad demanda. De hecho, en octubre, Quito se adjudicó por tercer año consecutivo el título de “Destino Líder en Sudamérica”, en la edición de ese año de los World Travel Awards, considerado como “El Oscar” del turismo (Castellanos, 2015).

Los habitantes del Centro Histórico patrimonial se pronuncian sobre la conservación de su patrimonio asignándole una significancia socio-espacial. Sobresaliendo relatos de vecindad, y oficios populares que han persistido en el tiempo y en el espacio, como son, ebanistas, talabarteros, tenderos, zapateros, sastres, etcétera (Paz, 2014). La noción del patrimonio como un proceso que supone la participación de diferentes actores, según Dormaels (2012), da lugar a que aparezcan comunidades locales proactivas que lideran la construcción de patrimonio. La participación ciudadana permite hacer del patrimonio un marcador de identidad. Siguiendo a Dormaels, en el caso de que una comunidad se haga partícipe del proceso de patrimonio, preserva lo material, sus costumbres, y lo que defina su calidad de vida; ese el caso del barrio La Chilena.

El barrio ‘La Chilena’

El barrio La Chilena, es uno de los 14 barrios protegidos en el Centro Histórico, y refleja como señala Paño (2012), la emergencia urbana que supone plantear actividades y usos turísticos entendidos como la única forma de conservar el patrimonio. Ello ha configurado ciudades museo, conllevando la destrucción de tejidos sociales, y la externalización de los impactos negativos sobre la comunidad, ocasionados por la afluencia masiva de turistas.

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Im2. Barrio ‘La Chilena’
Fuente: http://www.elcomercio.com

Este barrio es altamente valorado por su capacidad de organización vecinal (Paz, 2014), en función de la defensa de sus bienes inmuebles, a la luz de que las políticas públicas urbanas de la capital, han intentado reubicarlos para la implantación de hoteles, y embajadas de varios países (IMMQ, s.f.). La expropiación se convertiría en el arma utilizada por la institucionalidad, para depurar estos espacios. Paz, relata que, tras la pretensión de exclusión de los residentes de los inmuebles, declarando las viviendas bajo el apelativo de “utilidad pública”, se vulneraría el derecho a la propiedad privada y además, se propendería una acción en pro de la gentrificación.

Los habitantes de La Chilena cuentan que no supieron del proyecto hasta cuando les llegaron las cartas de notificación: “… por eso es que cuando hubo una conversación cuando nos citaron al Municipio una de las personas que nos atendió dijo – nuestro error fue, no haberles participado la idea que teníamos y no haber consensuado con ustedes eso” Comenta una vecina del barrio en una entrevista. (Doña Mirian, 2013, citado en Paz, 2014)

En este contexto, es notorio que la participación de la comunidad en este proceso de patrimonio no se hizo presente. Siendo los ciudadanos los encargados de su significación, de usar estos bienes, de mantenerlos. Se trataría entonces de un ejemplo de cómo el desarrollo urbano y económico de una ciudad patrimonial paradójicamente, se aparta de su concepción en el proceso. Según Paño, la generación de propuestas por parte de los profesionales es esencial, sin embargo la participación de la ciudadanía es el ideal para la configuración del mismo.

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Im3. Vecinos reunidos en pro de la defensa del patrimonio del C. Hist. de Quito Fuente: https://derechoalaciudadflacso.wordpress.com

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Referencias bibliográficas:

Carrión, F. (2005). El centro histórico como objeto de deseo. En: Regeneración y revitalización urbana en las Américas: hacia un Estado Estable. Fernando Carrión editor. Quito. FLACSO, Ecuador.

Castellanos, Gabriela. (2015). Quito se coronó como Destino Líder de Sudamérica en el Oscar del turismo. Recuperado en noviembre de 2015, de: http://www.elcomercio.com/actualidad/quito-destino-lider-sudamerica-world.html

El Comercio. (2011). El esplendor de Quito, desde La Chilena. Recuperado en noviembre, de: http://www.elcomercio.com/actualidad/quito/esplendor-del-centro-de-quito.html

López, F. (2005). Quito, Patrimonio Mundial, 25 años después resumen de un Proyecto Integral De Gestión. Areté Documenta. Revista de la Asociación Española de Gestores de Patrimonio Cultural, Patrimonio Cultural Iberoamericano.Primeras Jornadas de Patrimonio Cultural en América Latina, eds. Jos Martín y Elena Villamor, Madrid.

Paño, P. (2012). Gestión del patrimonio cultural y participación ciudadana. Presupuestos participativos como ejemplo de decisión y gestión compartida del patrimonio cultural entre instituciones públicas y ciudadanía. Treballs d’Arqueologia, 18.

Paz, J. (2014). Patrimonio, residencialización y exclusión social. El caso de La Chilena, en el Centro Histórico de Quito.Recuperado en noviembre de: https://derechoalaciudadflacso.wordpress.com/2014/01/29/patrimonio-residencializacion-y-exclusion-social-el-caso-de-la-chilena-en-el-centro-historico-de-quito/
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Recursos Web:
Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP): http://www.patrimonio.quito.gob.ec/index.php/patrimonio-cultural/patrimonio-material/aproximacion-a-la-historia/en-el-ecuador
Ilustre Municipalidad Metropolitana de Quito: http://sthv.quito.gob.ec/images/indicadores/Barrios/c_historico.jpg

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Fuente: Revista Planeo Nº 25 Centros Históricos en América Latina: entre la autenticidad y la renovación, Diciembre 2015

#LasPrestadas: Víctor Pimentel Gurmendi: «La restauración de monumentos es una vocación mística».

pimentel 1Víctor Pimentel Gurmendi. Image © Fabio Rodríguez

Por Fabio Rodríguez Bernuy

Con el entusiasmo y sencillez que caracterizan a un maestro, el arquitecto peruano Víctor Pimentel Gurmendi nos concedió una entrevista donde nos narra los principales aportes de su obra pionera en la restauración de monumentos en Latinoamérica. Redactor de la carta de Venecia en el año 1964, asistente en la restauración del Coliseo Romano y el Foro Romano, ganador del Hexágono de Oro en 1970, reconocido artista plástico y profesor del primer curso de Restauración de monumentos en el Perú: Su inagotable labor como defensor del pasado milenario se percibe en el fervor con el que interpreta cada una de sus palabras,en un mensaje que inspira a la nuevas generaciones con su ejemplo.

¿Cuáles son las consideraciones principales que ha tenido al momento de intervenir un inmueble patrimonial?

En primer lugar, es importante destacar lo esencial: un restaurador o conservador de bienes o inmuebles culturales debe tener una sólida formación técnico científica. Sin esta formación, el profesional no puede intervenir un monumento, debería estar prohibido. En segundo lugar, procedo a describir la parte metodológica de cómo se debe conformar este profesional: Inicialmente, se deben tener condiciones para respetar y comprender los procesos históricos que se han dado a lo largo del tiempo en el monumento a intervenir. Se debe ser un crítico de arte para apreciar los valores artísticos del mismo y saber valorarlos. Por otro lado, además de los conocimientos en estética, se debe tener también una formación en estática. Se debe ser humilde, modesto y ser rebelde cuando se requiere, en el buen sentido de la palabra y con motivos. El que se dedica a la disciplina de la investigación, conservación, restauración y puesta en valor del patrimonio cultural debe tener una vocación mística, basada en el respeto a lo que han hecho los antepasados de manera anónima. Se debe propiciar una labor honesta en el amplio sentido de la palabra:no se debe imitar al pasado, pues es la negación del mismo.

pimentel 3Durante la estadía en Italia. Image Cortesía de Giancarlo Enriquez

Cuando regresé de estudiar de Italia en 1960, tuve que luchar contra una generación que pensaba que los monumentos viejos debían ser demolidos por su estado decadente y se buscaba construir otro en su reemplazo para que durara más. Durante esta época viajé a Cusco y me dí con la sorpresa de que se estaba iniciando la demolición de la casa del Inca Garcilaso de la Vega, el más ilustre cronista mestizo peruano. Logré paralizar esta obra y tuve que enfrentarme en debate a uno de los arquitectos más respetados de la época, Emilio Harth Terré, quien tenía a su cargo el nuevo proyecto a construirse en este terreno. Luego del segundo fórum, el arquitecto toma la palabra y dice en voz alta: «Señores, yo retiro mi proyecto y apruebo el proyecto de restauración del joven arquitecto Pimentel». Que un maestro de la categoría de Harth Terré llegue a esa conclusión no es común en nuestro medio, y es una de las distinciones más nobles de mi vida profesional.

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Restauración de la Casa del Inca Garcilaso de la Vega en Cusco. Image vía Repositorio PUCP

Tengo entendido que la cátedra de Restauración de Monumentos que instauró en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la UNI fue la primera en Latinoamérica. ¿Cuánta importancia ha tenido su labor como docente en el desarrollo de su obra?

A mi regreso de Italia y por iniciativa del decano Fernando Belaúnde, se instauran paralelamente  la primera Oficina Técnica de Monumentos y la cátedra de Restauración de Monumentos. Este último, curso obligatorio en el último año de la carrera de arquitectura, pues requería de conocimientos en tecnología de la construcción, urbanismo, historia, arqueología y mucho más. Por azares del destino, la UNESCO me elige también como uno de sus consultores en este campo y me envía a Churubusco para dictar el primer curso de Restauración de Monumentos en México. Resulta para mí un privilegio haber iniciado estos cursos en los dos países donde había virreinato y en donde se encuentra un patrimonio cultural inmenso. Tengo muy buenos recuerdos de esta época, sobre todo cuando iba con mis alumnos de visita a los monumentos. Aquellos estudiantes durante la década de 1970 son ahora autoridades en restauración de América Latina, desde México hasta Chile, y estamos en comunicación constante.

pimentel 4Durante una clase magistral. Image Cortesía de Archivo Victor Pimentel

¿Cuál considera ha sido su mayor aporte a la labor en la defensa y conservación del patrimonio inmueble?

Considero que el haber ejecutado importantes proyectos de restauración es uno de mis grandes aportes, aunque no es necesariamente el mayor. Puedo citar algunas obras destacadas: la Fortaleza del Real Felipe en el Callao, la casa de Osambela en Lima, la casa de Garcilaso y el Palacio del Almirante en Cusco, los restos de Zaña en Lambayeque y la estación ferroviaria de Tacna (que funciona actualmente como museo ferroviario nacional). He tenido el privilegio de hacer proyectos no sólo en varias regiones del Perú sino también de América Latina, como parte de mi labor como consultor de la Unesco y la OEA.

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Restauración de la Casa del Palacio del Almirante en Cusco. Image Cortesía de Archivo Victor Pimentel

Mi mayor logro, sin embargo, trasciende el aspecto de la recuperación del patrimonio monumental: está en el haber creado conciencia en miles de personas de Brasil, Argentina, México, Guatemala y Perú sobre la necesidad de recuperar con dignidad, veracidad y autenticidad los monumentos que hemos heredado del pasado. Hacer que muchos arquitectos en Latinoamérica tengan un respeto por el patrimonio, ya no lo destruyan como antes de la década de 1960, cuando era hasta sinónimo de progreso destruir lo antiguo para reemplazarlo por lo nuevo.

Esta ocupación va más allá de restaurar muros, bóvedas, paredes y pisos: me interesa sobremanera lo que concierne al ser humano y la dignificación de su hábitat. Mi labor en este aspecto se reconoció con el otorgamiento del Hexágono de Oro en la Primera Bienal de Arquitectura Peruana, concedida a la obra de restauración de la casa del Inca Garcilaso de la Vega en el Cusco. Entre otras distinciones destaco el título de Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Ingeniería, reconocimiento muy especial debido a que me otorgaron esta alta condición junto a quien fuera mi maestro y decano, el arquitecto Fernando Belaúnde Terry.

¿De qué manera han influenciado sus dotes como artista plástico en el desarrollo de sus proyectos?

El hecho de haberme preocupado por la investigación y restauración de obras de arte de todos los siglos, sobre todo visitando los museos y galerías de arte en Europa, me ha enriquecido de tal forma que mi actuar profesional en la conservación de monumentos se ha desenvuelto con un respeto mucho mayor hacia mis antepasados. No ha pasado que mi obra pictórica o mi creatividad hayan influenciado en mis proyectos, han sido las obras de arte de otros ilustres artistas de todas las épocas las que me permitieron saber ver con profundidad o, como decía Bruno Zevi, saber vedere. Todos tenemos ojos para ver, pero no todos sabemos ver en profundidad: podemos mirar pero a veces no vemos.

pimentel 7Composición. Image Cortesía de Giancarlo Enriquez

¿Qué mensaje brinda a las nuevas generaciones que buscan la continuación de su trabajo?

Que traten -porque es difícil- de ser buenos profesionales en un sentido integral:como personas y en el desempeño de su ejercicio profesional. Que intenten hacer sus obras con amor, pasión, entrega y no solo para ganar dinero, que es necesario en la vida, pero no fundamental. Que actúen siempre con sapiencia, bondad y humildad para vivir con dignidad. Estas cualidades determinan en el ser humano una suerte de felicidad integral y riqueza espiritual que, para mí, es la mayor. Mi mensaje va dirigido a la totalidad de los colegas pero sobre todo a los jóvenes, a quienes admiro por ser la esperanza de un futuro mejor.

pimentel 2Estudio de Víctor Pimentel Gurmendi. Image © Fabio Rodríguez

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Fuente: Fabio Rodríguez Bernuy. «Víctor Pimentel Gurmendi: «La restauración de monumentos es una vocación mística» » 03 dic 2015. ArchDaily Perú. Accedido el 8 Dic 2015. <http://www.archdaily.pe/pe/778182/victor-pimentel-gurmendi-la-restauracion-de-monumentos-es-una-vocacion-mistica&gt;

#LasPrestadas: Piden expertos que Secretaría de Cultura trabaje en la transversalidad y no cree burocracias.

PALACIO NACIONAL 2

Por Cámara de Diputados

Expertos en materia de patrimonio histórico y cultura, entre ellos arqueólogos y antropólogos, pidieron a la Cámara de Diputados que en la elaboración de la Ley que crea la Secretaría de Cultura incluyan la transversalidad en rubros como el educativo y el turístico, así como el cuidado y protección de bienes y patrimonios de la humanidad, declarados por la Unesco.

Llamaron a garantizar la protección de los derechos laborales de los trabajadores de diferentes áreas que, aseguraron, en algunos casos tienen 20 años bajo el régimen de honorarios, sin contar con derecho alguno.

Urgieron al Legislativo a reforzar la participación de los pueblos indígenas en este proyecto de marco jurídico, así como el fomento de sus tradiciones y riqueza gastronómica, ya que ayudaría a combatir problemas de sobrepeso y desnutrición.

El presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, diputado Santiago Taboada Cortina (PAN), indicó que la Secretaría de Cultura es necesaria, pero deben recogerse las opiniones de quienes desarrollan y crean la cultura en el país.

Juan Antonio Meléndez Ortega, diputado del PRI, indicó que la creación de dicha instancia beneficiará al país, sobre todo a los artistas y sus familias. “Es importante que a través de la Secretaría de la Cultura se dé, además, seguridad social para los exponentes musicales”.

“Hay mucha gente que vive del arte musical y desde la nueva dependencia federal se deberán impulsar estímulos para los exponentes nacionales, muchos de ellos muy lastimados en su patrimonio”, consideró.

Del mismo grupo parlamentario, la diputada Araceli Guerrero Esquivel comentó que la creación de dicha secretaría debe ser un hecho consensado para que rinda los frutos esperados. “Será una institución que, además de fomentar la cultura, fortalecerá la educación de los mexicanos”.

La diputada priista María Angélica Mondragón Orozco señaló que la cultura no es un tema de colores, “hay que nutrirlo con propuestas y llevar a cabo acciones”.

Para el funcionamiento de esa dependencia, se le deberá dotar de presupuesto suficiente “a la altura de las necesidades culturales y será responsabilidad de los legisladores realizarlo”.

Del grupo parlamentario del PRD, diputada Cristina Gaytán Hernández, consideró que la cultura lleva muchos años en espera de la construcción de herramientas que la impulsen de forma eficiente.

“Estas consultas son necesarias para crear una ley en la materia, generar una buena política cultural y caminar hacia un desarrollo cultural a nivel nacional”, refirió.

La senadora Blanca Alcalá Ruiz (PRI), presidenta de la Comisión de Cultura, dijo que este grupo de trabajo legislativo recogerá cada una de las inquietudes que los expertos han vertido para incluirlas en el nuevo marco jurídico.

Se dijo a favor de construir la Ley General de Cultura que le dé el andamiaje a la secretaría en la materia. “Estaremos cerca de ustedes para que no se quede como una oportunidad de fin de año, sino como el compromiso de los años que vienen”.

Para el senador Luis Humberto Fernández Fuentes, integrante de la Comisión de Cultura, no se trata de hacer sólo una secretaría, sino su diseño institucional y constituir las soluciones del Estado mexicano para los temas culturales.

Reconoció que existe tensión funcional entre las instituciones del ramo que quieren ser autónomos, pero a la vez requieren de mayor coordinación, porque no hay espacios laborales, ni un mercado abierto para los egresados de las escuelas de los diferentes institutos culturales.

Durante la primera Mesa -Patrimonio cultural y material-, el arqueólogo del INAH, Eduardo Matos Moctezuma, dijo que existen empresas y personas que utilizan la cultura para beneficio propio, mediante construcciones cercanas a las zonas arqueológicas de Monte Albán, en Oaxaca, o en el caso de Teotihuacán, una de servicios establecidos en su interior.

La presidenta del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana, Gloria López Morales, pidió que de aprobarse una nueva secretaría, ésta se enfoque en darle transversalidad al patrimonio cultural con otros órganos de gobierno, y que autogeneran sus propios recursos, dándoles un gran valor estratégico.

Del mismo organismo, su vicepresidenta, Sol Rubín de la Borbolla, lamentó que no se haya tomado en cuenta la cocina tradicional de las distintas regiones de nuestro país, como parte de las políticas públicas y programas sociales enfocados al combate del sobrepeso y la desnutrición.

El poeta y escritor bilingüe náhuatl-español, Natalio Hernández, exigió incluir a los pueblos indígenas en los antecedentes para la creación de la Secretaría de Cultura, y en la consulta, a todos los involucrados en la materia y no sólo a los especialistas, pues de lo contrario sólo se crearía una instancia burocrática.

Pidió que la Cámara de Diputados realice foros regionales por todo el país para conocer las propuestas de todos los interesados.

El etnólogo Sergio Raúl Arroyo planteó que la nueva dependencia haga un trabajo de conciliación laboral, mediante la elaboración de un diagnóstico de la actual situación de los empleados de los diversos institutos culturales. “Hay trabajadores que llevan más de 20 años cobrando como honorarios, sin contar con derecho alguno”.

El secretario de Cultura del DF, Eduardo Vázquez, consideró que debe ponerse en marcha una política transversal que incluya al resto de áreas de gobierno. “La cultura tiene que ser el cuarto pilar del desarrollo y un objetivo junto con la sustentabilidad y la economía”.

El capacitador nacional de CONACULTA, Carlos Lara, resaltó que la cultura es un derecho que reconoce la Constitución y el cual la Corte ha afianzado mediante diversas resoluciones, por lo que con o sin ley, sin secretaría o con ella, ya existen bases para garantizar este derecho; no obstante, enfatizó, se requieren ajustes.

“Celebro que la cultura sea un tema de Estado y ya no de gobierno”, expresó.

Mara Robles Villaseñor, doctora en Cooperación e Intervención Social, de la Universidad de Oviedo, España, precisó: “esta Ley General de Cultura es imprescindible, aunque su proceso de creación podría llevar hasta dos periodos de sesiones ordinarias”. Urgió a hacer una verdadera fusión del binomio educación y cultura, para que en todas las escuelas del país los alumnos tengan clases de música, canto y danza, para generar sociedad.

Del Sistema Nacional de Investigadores, Eduardo Nivón Bolán señaló que hay que aprovechar la experiencia de las instituciones actuales, que tienen décadas de labor, y, sostuvo que deben preservarse los institutos especialistas en sus áreas, como INBA e INAH, entre otros. Reclamó depurar los errores que contiene la actual iniciativa.

El presidente del Consejo Académico de Interactividad Cultural y Desarrollo A.C., Carlos Javier Villaseñor Anaya, informó que el sector presenta una problemática administrativa que ya lleva 25 años de discusión. “No es casual, pero el Legislativo ha hecho sólo dos reformas importantes: una en materia de presupuesto, y la segunda, es la inclusión del derecho a la cultura a nivel institucional”.

Deborah Holtz, directora y editora de Ediciones Trilce, declaró que más que un organismo que inyecte dinero, se necesita uno que gestione y convenza de la importancia de las actividades del sector. “No hay ninguna dependencia que apoye programas que duren varios años”, dijo.

El dramaturgo Nicolás Alvarado se pronunció por “salvar a la cultura de su propia burocracia”, encontrando los mecanismos para lograrlo. Es un factor de desarrollo social y económico que debe discutirse a fondo en términos de políticas públicas.

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Fuente: Boletín N°. 0640 http://www5.diputados.gob.mx/index.php/esl/Comunicacion/Boletines/2015/Diciembre/07/0640-Piden-expertos-que-Secretaria-de-Cultura-trabaje-en-la-transversalidad-y-no-cree-burocracias

Foto: Astrid Cortés.