Hace uno días estuvimos probando Timelapse, el nuevo servicio de Google que permite hacer animaciones (similares a un gif) secuenciando las capturas anuales (desde 1984) de cualquier zona del planeta. Aunque la resolución no es la mejor y hay ciertas partes del mundo que cambian poco a lo largo del tiempo, es una buena herramienta para tener un panorama general y rápido del crecimiento en las ciudades. Como pueden imaginarse, una de las primeras pruebas que hicimos fue sobre el tema del crecimiento urbano en el Valle de Teotihuacán y la correspondiente afectación al patrimonio arqueológico de esta ciudad prehispánica patrimonio de la humanidad.
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México, principios del siglo XX. El caso de Manuel Gamio acerca del uso documental del cine es un hecho excepcional, pues comprendió el potencial científico de aquel medio. Él mismo filmó sus investigaciones arqueológicas y antropológicas, y escribió un guión con temática prehispánica. Fue un crítico del cine y los medios que trataban la historia nacional, ya que consideraba que la destrozaban despiadadamente. No obstante sus propuestas y afanes, en los siguientes años del cine mexicano la tendencia de destrozar la historia persistió y su uso documental fue casi nulo. La Época de Oro tuvo otros alcances, muy alejados de intenciones académicas. Hoy, del cine nacional que se considera antropológico, se debe decir que mucho se realizó involuntariamente y que el documental, en todas sus vertientes temáticas, repunta con muchos esfuerzos en el siglo XXI.
Manuel Gamio / Fuente: Impacto.mx
En la segunda década del siglo XXManuel Gamio dio a conocer su propuesta acerca de la investigación integral, una perspectiva novedosa que reconocía el potencial y la necesidad de los trabajos con enfoque multidisciplinario. Consideraba que todo dato podía aportar al entendimiento. El estudio de las comunidades indígenas debía contemplar no sólo el medio físico y el entorno social con todas sus aristas, sino su desarrollo histórico, desde el pasado hasta el presente. Par ello, se necesitaba del conocimiento de diversos especialistas.
El considerado padre de la antropología mexicana iba más allá de la teoría, los resultados de la investigación tenían una utilidad social palpable, de ellos debían surgir líneas de acción que aportaran al mejoramiento de la situación de las comunidades. Su interés no sólo se focalizó a los indígenas de México, su afán abarcó todo el continente y su actividad de investigador le permitió conocerlo en gran medida. Por esta razón, fue capaz de comprender las problemáticas y de plantear soluciones bien fundamentadas. Gamio era un nacionalista y un impulsor del indigenismo desde una perspectiva consistentemente científica.
El también arqueólogo, llevó a la práctica su propuesta teórica, en sus trabajos recurrió a múltiples especialistas y técnicas innovadoras. Los registros fotográfico y cinematográfico fueron de gran apoyo para el desarrollo de sus labores. Gamio comprendió que el cine podía ser un importante instrumento para la comprensión y difusión de la arqueología y la antropología. Él mismo documentó fílmicamente sus trabajos, por ejemplo los del valle de Teotihuacán, desarrollados entre la primera y segunda década del siglo XX, que se convertirían en modelo fundamental para el desarrollo de la investigación arqueológica.
Aurelio de los reyes en su obra Manuel Gamio y el cine, afirma que el caso de este académico “es excepcional en la historia del cine mexicano de la etapa muda, puesto que usó al cine como documental científico en apoyo a la investigación”. De hecho, cuando Gamio representó a la Dirección de Antropología (1917-1924), -de la entonces Secretaría de Agricultura y Fomento-, y cuya creación él mismo impulsó, promovió la realización de documentales sobre cuestiones indígenas y arqueológicas, insistiendo en su excepcional utilidad.
Siempre atento a las expresiones y estudios de la cultura, Gamio en 1920, acerca de la película muda Cuauhtémoc, dirigida por Manuel de la Bandera (1919), expresó su desacuerdo con el cine que trataba la historia de México. Aunque De la Bandera con su trabajo pretendía dar a conocer las costumbres, tradiciones y leyendas, desmitificando ante el mundo “la imagen de salvajes que se le daban a los mexicanos”, para Gamio los resultados del trabajo del cineasta no estaban a la altura de sus buenas intenciones.
Con vehemencia, el antropólogo propuso entonces una “cruzada sin cuartel en contra de esos falsos nacionalistas, sin parar mientes en sus sentimentales propuestas de patriotería insípida y trastocada”. En su crítica, Gamio habla en general de los medios y géneros que tratan la historia de México, acerca del cine refiere el trabajo poco profesional en las argumentaciones, de lo risible de la ambientación y la imprecisión de los datos históricos:
Con rarísimas excepciones, en dramas, óperas, novelas, poemas y películas se destroza despiadadamente la vida histórica, brillante y original, de los mexicanos anteriores de la conquista: arcos, flechas, plumas de guacamaya y hasta de avestruz forman la indumentaria; sonsonetes letárgicos y alaridos que acompaña repiqueteo desgarrador hacen la música; al pide de ídolos repugnantes sahúman bracerillos apócrifos, enrojecen charcos de sangre y, flotando aquí y allá, corazones con cuchillos de pedernal clavados lesa es la región; colorines, dientes humanos y huesos de frutas silvestres, el adorno.
Más allá de la crítica, el autor de diversos libros renombrados, entre ellos Sembrando patria, utilizó los recursos audiovisuales en una vertiente educativa y no sólo como un medio de entretenimiento. De hecho, confiado en su capacidad y fiel a su idea de la utilidad académica del cine, escribió un guión con temática histórica, Tlahuicole, que relataba la historia de este guerrero tlaxcalteca nacido en 1497, recordado por su valor en las guerras floridas y por el beneplácito que le rindió el mismo Moctezuma II.
Escenas de Cuauhtémoc de Manuel de la Bandera, 1919 / Fuente: Manuel Gamio y el cine.
Como refuerzo a la labor de la Dirección de Antropología en el país, en algunas comunidades donde él y su equipo trabajaron, por las tardes se proyectaban filmes que facilitaba la Secretaría de Agricultura y Economía de EU. Las industrias, el cuidado de animales o técnicas de cultivo, eran algunos de los temas de las proyecciones, seleccionadas de acuerdo a los intereses específicos de las localidades. Las películas se complementaban con las conferencias de especialistas que aclaraban las dudas o profundizaban las explicaciones.
La Secretaría de Agricultura del país se apoyó en Gamio y escuchó algunas de sus propuestas. Se realizaron documentales cinematográficos acerca de algunos pueblos. Debido a que había diversas personas y países interesados en conocerlas, se propuso que se vendieran. No sólo importaba ampliar las posibilidades de difusión, sino que por medio de las ventas se recuperara la inversión que hacía el gobierno y se favoreciera a las localidades donde se habían realizado.
Después de la experiencia con el cine como medio documental, Gamio se motivó a hacerlo en Teotihuacán, tanto en apoyo de su trabajo de investigación como en beneficio de la comunidad. En 1922 se publicó La población del valle de Teotihuacán, libro que reúne los resultados de su intensa y amplia labor en la zona. Al trasladarse al cine, de manera sintética, la obra mostraba tres aspectos: el entorno natural, la relación de la población con el medio y los recursos, y la dinámica sociocultural.
Posteriormente, se filmó otra película que el antropólogo había propuesto, se rodó en el sureste de México y se concentró en las ciudades prehispánicas de Uxmal, Chichen Itza y Palenque. La dirección fue de Gamio, pero la realización fue responsabilidad de Franz Blom que trabajó para la Dirección de Antropología. A este ingeniero danés le fue encomendada una gira por Europa y EU para exhibir las películas más relevantes de la dependencia. Generalmente se exhibían las de Teotihuacán y el sureste, que mostraban no sólo los sitios arqueológicos, sino la dinámica cultural de las poblaciones.
No obstante las pretensiones y objetivos científicos de Gamio, la tendencia en el cine mexicano de “destrozar despiadadamente la historia” persistió y se afianzó en los siguientes años, debido no sólo a la imprecisión documental, sino a los francos enfoques propagandísticos y pintorescos tan normalizados. Aunque existían materiales fílmicos con valor de registro que abordaban aspectos nacionales, por ejemplo los referentes a la Revolución, estos no se tenían en el país o no se conocían por un público amplio.
Durante la llamada Época de Oro del cine mexicano (1936-1959, aproximadamente), el tratamiento de los temas históricos fue recurrente, pero la intención documental no fue un objetivo de importancia como sí lo fue glorificar y moralizar la historia patria y exaltar el folclor en una dimensión excedida y deformada. Aunque existen notables y escasas excepciones, aquél cine fungió como propaganda oficialista o recurso didáctico, ocasionalmente sensacionalista y parcial. Importaron sólo algunos caudillos, episodios trágicos o jocosos y lugares emblemáticos.
No sólo en el cine, sino en la dinámica del país, el momento histórico era contradictorio, ya que pese al intento de integrar el indigenismo al discurso nacionalista, el menosprecio por lo indígena (unas veces discreto, otras no), fue una constante. Algunos gobiernos, el de Lázaro Cárdenas por ejemplo, utilizaron el cine con intención documental, pero ante el propósito propagandístico se debilitó dicho carácter. El cine no se convirtió en un medio reivindicativo o al menos informativo, puesto que otros temas y abordajes eran los que interesaban en mayor medida.
Aunque en los años cuarenta tomaba fuerza la idea de realizar cine documental (Gamio lo propuso desde los veinte), los intentos resultaron inconsistentes porque la creación cinematográfica estaba sujeta en cierta medida a las necesidades de Estado y al nacionalismo de los creadores. Los autores del libro Cine antropológico mexicano, excelente esfuerzo por documentar este tipo de cinematografía, explican:
Es hasta los setenta cuando se estabilizan las bases del cine antropológico y etnográfico, cuya producción comienza a realizarse de forma sistemática a través de entidades oficiales, como Conacine y Conacite, pero especialmente el Centro de Producción de Cortometrajes, desde la que se gestó un nutrido número de filmes de enorme relevancia antropológica y etnográfica. Más tarde estas entidades serían absorbidas por el Instituto Mexicano de Cinematografía y los fideicomisos que el dan forma a la participación estatal dentro de la producción cinematográfica.
No sólo las instituciones descuidaron la utilidad documental del cine, sino que los propios realizadores enfocaron sus obras a la creación de una imagen de México y los mexicanos que, por un lado glorificaba la historia, la cultura y el paisaje, y por el otro los denigraba a través de estereotipos atorados en el melodrama o la tragicomedia. Ahora importaba la industrialización, la creación de películas taquilleras y el cultivo, al amparo de la pantalla, de ídolos nacionales populares. Todo esto sucedía en la Época de Oro sin importar que fueran buenos o malos actores, buenas o malas historias.
La calidad y la importancia del guión sucumbían ante el personaje atormentado, pícaro o severo, o ante el éxito del sketch y el tema musical insertos en la película. Es cierto que el cine determinaba comportamientos y actitudes, reforzaba estereotipos y penetraba sin reserva los imaginarios. No obstante, cumplía funciones y asomarse al contexto de las creaciones cinematográficas, permite rastrear las necesidades sociales y políticas del periodo. Hoy aquél cine, como espejo del momento y del lugar en que se creó, nos revela mucho de nosotros en un plano histórico y sociocultural.
El cine encontró en la “realidad nacional”, aunque tendiera a deformarla e idealizarla, un amplio material para crear historias o para registrarlas. La antropóloga Elisenda Ardévol señala con acierto que “Todo cine, desde el documental hasta la ficción, es una introspección de nuestra propia vida cultural” porque proyecta la manera de ser, vivir, sentir y comportarse. “Un film es una visión de nuestras propias pautas culturales, nos indaga e interroga sobre la realidad experimentada, expresada en una imagen reflexiva”. El cine nos da referentes introspectivos e incluso configura “la propia imagen que nos da la imagen de nuestra imagen”, asegura Ardévol.
¿ Y qué pasó con Gamio, Tlahuicole y sus propuestas?
Regresemos al primer tercio del siglo XX. En cuanto a la apuesta por la utilidad científica de la cinematografía, Gamio hizo lo que estuvo a su alance, de hecho, usó las artes escénicas con los mismos fines. Tlahuicole, antes de ser adaptada al cine, se presentó en teatro. Para lograr el montaje se apoyó en pintores, fotógrafos, arquitectos y otros especialistas. La creación de vestuarios, escenografía, indumentaria y decoración, a decir del antropólogo, fueron basadas “en el estudio científico de los monumentos arqueológicos, de los códices o pinturas jeroglíficas indígenas, de las leyendas y de los relatos históricos de origen prehispánico”.
La puesta que contaba la historia de aquel connotado dirigente del ejército tlaxcalteca (Tlahuicole), se estrenó en marzo de 1925, en un auditorio montado al aire libre en Teotihuacán. La obra tuvo tal éxito que una de las presentaciones fue filmada para llevarse a una exhibición en los ángeles. Ahora, sólo quedaba pendiente la adaptación al cine, sin embargo Tlahuicole no se logró llevar a la pantalla (en su libro Manuel Gamio y el cine, Aurelio de los Reyes detalla el hecho).
Por su parte, el material fílmico de las investigaciones del también arqueólogo se perdió o no se tiene localizado, y su propuesta acerca de la utilización científica del cine no tuvo mucho eco, aunque como ya se vio, impulsó la creación de algunas películas. Sólo después de varias décadas el uso documental del cine en México se consideró con seriedad y mucho después se comenzó a apoyar, pero para ello tuvimos que esperar el término del siglo XX. No obstante, un hecho se debe destacar, existen películas que sin intenciones en su origen, con el paso del tiempo cobraron valor documental. En el presente son joyas cinematográficas o documentos de incalculable valor en las vertientes histórica y cultural.
Se considera actualmente que existe un cine antropológico en México: aquel que documenta de manera fílmica los comportamientos y actitudes humanas, así como el carácter de los grupos culturales. Regularmente tiene por escenarios básicos el universo indígena, el mundo rural y el espacio urbano. Sin embargo, poco de ese cine fue creado con intenciones documentales y el carácter de antropológico o etnográfico lo cobra ante el dictamen de los especialistas. Sin importar si se entrelaza la realidad y la ficción, registra un contexto, de ahí su importancia.
Aunque muy lejos de las ambiciones científicas de Gamio, sin titubeos hoy se reconoce la importancia del cine documental en todas sus vertientes temáticas, pero su producción aún es exigua como históricamente lo ha sido. Diversos gobiernos, instituciones y organizaciones lo impulsan, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sirve de ejemplo. En los últimos años procura aumentar la producción de documentales antropológicos y cápsulas informativas, sin embargo su interés a veces se centra sólo en dar constancia de su labor o en promover destinos para el viajero. La importancia de mostrar la ciencia que desarrollan sus especialistas queda desplazada por la necesidad de exhibir el informe de labores.
Lo anterior sucede porque el trabajo institucional se sujeta a las exigencias de gobierno y porque además, aunque no se crea o no se quiera, el sistema político económico mundial también determina líneas temáticas en este tipo de cine. Antes fue el nacionalismo, de modo general, el motor creativo en la cinematografía, hoy la visión globalizadora se impone con todas sus intenciones comerciales. Debido a que el cine documental no tiene como principal objetivo el entretenimiento, no cuenta con grandes públicos y por ello no motiva mecenazgos. Muchas producciones sin recursos, son las que precisamente abordan temáticas culturales.
En la actualidad existen programas de apoyo y se lanzan convocatorias, algunas contemplan la categoría de documental de patrimonio cultural, por ejemplo. Con el tiempo, tal vez, el número de creadores interesados en el tema aumente, pero sobre todo, quizá, próximamente haya un público numeroso interesado en estos contenidos. También es posible, si esto sucede, que la propuesta de Manuel Gamio y su memoria queden honradas, pues el cine sería un excelente medio para documentar y difundir el patrimonio cultural y para beneficiar a las comunidades que lo detentan.
Fuentes (para saber más del tema)
Ardévol, Elizenda, “El video como técnica de exploración” en Antropología de los sentidos, Pérez A. Sánchez y Martos R., Celeste Ediciones, Madrid, 1996.
De los Reyes, Aurelio, Manuel Gamio y el Cine, UNAM, México, 1991.
Gamio Manuel, La población del Valle de Teotihuacán, UNAM, México 1985.
González Gamio, Ángeles, Manuel Gamio: una lucha sin final, UNAM, México, 2003.
Matos Moctezuma, Eduardo, Manuel Gamio: arqueología e indigenismo, SEP, México, 1973.
Monsiváis, Carlos, Pedro Infante. Las leyes del querer, Raya en el Agua, México, 2008.
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Sobre el autor: (Ciudad de México, México – 1983) Licenciado en Comunicación y Periodismo por la UNAM, especializado en prensa escrita y en temas culturales e históricos. Colaborador de distintas publicaciones. Desde 2005 trabaja lo concerniente a la investigación, protección y difusión del patrimonio cultural y natural. Ha participado en distintos proyectos de investigación del Instituto Nacional de Antropología Historia, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana. En colaboración con distintos especialistas, ha realizado videos documentales referentes al patrimonio cultural y natural, los museos comunitarios y la diversidad marina./
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El espectáculo de luz y sonido en Teotihuacán es un proyecto que ha trascendido sexenios, instituciones, personajes de la vida política y científica del país. Tiene antecedentes en la década de los 60 del siglo XX; cuando México había obtenido la sede de la olimpiada de 1968.[1]
Los preparativos incluirían una “olimpiada cultural” que se extendió a las ruinas de Teotihuacán con un espectáculo denominado Teotihuacán Luz y Sonido, que incluía textos de Salvador Novo que eran leídos por los artistas de cine Charlton Heston y Claudio Brook en versiones en inglés y español respectivamente, con la iluminación de los principales edificios del lugar, mientras se amenizaba con música de fondo. Espectáculo que fue cancelado a principios de los años 80 por los conflictos generados entre vendedores ambulantes de la zona y el público que se quedaba a pernoctar en el sitio.
En 2009, se llevó a cabo el último intento por establecer dicho espectáculo, bajo el nombre de Resplandor Teotihuacano, impulsado por Enrique Peña Nieto quien fungía como gobernador del Estado de México en esos momentos; el espectáculo fue suspendido por las miles de perforaciones que se hicieron en la estructuras piramidales para la colocación de más de 2500 luminarias. Esto se logró gracias a un fuerte movimiento de activistas, encabezados principalmente por personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y alumnos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Para ese año, la Zona Arqueológica de Teotihuacán ya formaba parte de los sitios inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, categoría que le fue otorgada desde 1987.
Aquí dejamos algunas ligas para revisar algunos videos del movimiento y acciones que se tomaron en 2009, que influyeron para detener el proyecto Resplandor Teotihuacano:
Destrucción al patrimonio histórico de Teotihuacán (2009)
El proyecto Experiencia Nocturna en Teotihuacán
Actualmente bajo condiciones políticas y estructurales muy diferentes a las de 2009, se llevará a cabo dicho espectáculo, ahora denominado Experiencia Nocturna en Teotihuacán, con el aval del Gobierno del Estado de México, la recién creada Secretaria de Cultura, un INAH que cada vez pierde más valor moral ante la opinión pública en lo que defensa del patrimonio concierne y un pueblo de Teotihuacán, ahora convertido en Pueblo Mágico, como promesa de un progreso para las comunidades así denominadas, que el proyecto de pueblos mágicos a nivel nacional no ha demostrado.
Este espectáculo es el producto de una serie de intentos por parte del gobierno del Estado de México por imponer un espectáculo de luz y sonido en la zona arqueológica, aún con el rechazo y críticas de gran parte de investigadores del INAH, que tienen el antecedente del proyecto, que fue suspendido en 2009.
El viernes 18 de marzo se presentó a las autoridades el proyecto Experiencia Nocturna en Teotihuacán, proyecto cultural que tiene como principal atractivo ofrecer un espectáculo de Video Mapping sobre la cara poniente de la pirámide del Sol en la Zona Arqueológica de Teotihuacán en un horario nocturno. Así quedó constatado en la Ceremonia oficial del espectáculo Experiencia Nocturna en Teotihuacán. Los organizadores argumentan que el evento se hace sin realizar afectaciones a los inmuebles arqueológicos, que las luces que inciden sobre la pirámide no afectan ni deterioran ninguna estructura, por lo que no se afecta al patrimonio arqueológico[2].
La reacción a esta acción por parte de un gran sector de la población es de expectativa por ver el espectáculo, pero también ha sido de rechazo por parte de otros sectores, especialmente el académico y profesionistas dedicados a la arqueología y al patrimonio de México, siendo su principal vía de manifestación los medios de comunicación como televisión y periódicos de circulación nacional y redes sociales; en esta ocasión nos enfocamos específicamente en las que se dieron a conocer en Facebook; donde desde inicio del año se han venido publicando por parte de algunos diarios las notas periodísticas relacionadas con el evento:
Artículo de Excélsior, 11 de enero 2016.
Rechazan luz y sonido en Teotihuacán. Con autorización del INAH, en abril se planea lanzar el proyecto turístico de ‘video mapping’, que es cuestionado por arqueólogos de la zona. 11/01/2016 05:24 Luis Carlos Sánchez.
No es nada nuevo que los sitios arqueológicos sean usados como medio para obtener dinero, más aún, la política económica del país está apostando a que sea el turismo el medio para generar divisas, en un momento en el que la explotación y comercialización del petróleo se ha venido abajo, los sustentos del país quedan en manos de las remesas que mandan los co-nacionales como fruto de su trabajo en el país vecino, Estados Unidos.
Desde el sexenio de Felipe Calderón se ha impulsado el turismo para que en esté recaiga la captación de dinero, el proyecto de Pueblos Mágicos ha tomado un impulso para la creación de lugares donde el visitante nacional y extranjero creen las fuentes de trabajo que los gobiernos estatales y federales no han sabido o no han querido realizar.
El titular de la Secretaria de Turismo, anuncio a principios de año que se impulsaría el turismo en México como nunca antes, pues el objetivo de la actual administración es posicionar al país como uno de los principales destinos turísticos del planeta. Los estados que tienen destino de playa pueden cumplir este objetivo de manera más natural, pero ¿qué pasa con las entidades que carecen de este recurso?, pues en estos estados se planea impulsar la creación de pueblos mágicos y turismo cultural y de aventura para lograr los objetivos. Empresa por demás difícil, si tomamos en cuenta los niveles de violencia que se despliegan a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
Proyectos como el de Teotihuacán serán cada vez más comunes en nuestro tiempo, ya es palpable la tendencia de esto, basta revisar la oferta que el Equinoccio de Primavera 2016 ofrece a los visitantes en diferentes sitios arqueológicos, de varios estados del país, prácticamente cada zona abierta al público, está asociada a un festival. Volviendo al caso de Teotihuacán, el artículo de La Jornada, lunes 7 de marzo 2016, menciona:
El gobierno del estado de México invertirá al menos 112 millones 435 mil 227 pesos en la contratación de servicios informáticos para el suministro, implementación y puesta a punto de un sistema multimedia automatizado que incluye hardware y software para el manejo de tecnologías e integración de audio, videoseñal y redes, con el equipamiento necesario para poder llevar a cabo los recorridos nocturnos de la zona arqueológica de Teotihuacán, según indica la licitación otorgada a Abel Aké en junio del año pasado…
… De acuerdo con lo dispuesto en la Ley Federal de Derechos, el costo de acceso a Teotihuacán después del horario normal de operación es de 190.55 pesos. El gobierno del estado de México no ha informado si habrá un pago adicional para el recorrido nocturno.
En la publicación del día 20 de marzo, La Jornada publica sobre el costo del acceso al espectáculo:
Acceso al show multimedia en Teotihuacán costará $390
La secretaria de Turismo del gobierno del estado de México, Rosalinda Benítez informó cada función tendrá un cupo para 270 personas y serán los días viernes, sábado y lunes que podrá proyectarse el show multimedia.
En entrevista, explicó que de los 390 pesos del costo, 220 pesos irán directamente a la federación, a través de la Ley Federal de Derechos, «que es una contribución federal que no tiene excepciones y los cuales irán directamente al Instituto Nacional de Antropología e Historia para proyectos de conservación e investigación de la misma zona arqueológica de Teotihuacán”.
Abundó que el resto de los recursos, es decir 170 pesos será para el pago de la contratación de 25 personas que operan el espectáculo y la contratación de la expedición de los boletos.
En la página web de la empresa encargada de vender los boletos se ofrecen los boletos por 471 pesos, 390 del costo anunciado + 81 pesos de cargos por servicio ¿Dónde y para quién es esta diferencia? ¿Cómo se asignó a Ticket Master la venta de boletos? ¿Puede el 60% de la población económicamente activa, con un sueldo menor de 80 pesos por día o con menos de 6000 pesos mensuales de ingreso acceder a estos eventos?
Con el inicio del espectáculo de luces el viernes 25 de marzo, un gran número de visitantes expresó su molestia ya que los boletos de acceso, contrario a lo que se había anunciado, sólo pudieron adquirirlos directamente en las oficinas regionales de la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado de México, ubicadas en el municipio de San Martín de las Pirámides y no estuvieron al alcance del público en general; aspecto que no pasó desapercibido por los medios. El día del evento, el público se aglutinó en la puerta número 2 de la zona arqueológica y desde ahí observó el espectáculo, aunque como lo menciona la nota de La Jornada, no escucharon nada. http://www.jornada.unam.mx/2016/03/28/cultura/a06n1cul
Las empresas promotoras en Teotihuacán acapararon los boletos del espectáculo para ofrecer paquetes que incluyen traslado o cena, con costos que van de mil a 2 mil pesos. La Jornada 28 de marzo.
El espectáculo se realizará los días viernes, sábados y lunes, NO en domingo por que ese día el ingreso a las zonas arqueológicas es gratuito, lo que obligaría a los organizadores a dar el servicio gratis a los asistentes.
Si tomamos en cuenta este costo del boleto y lo multiplicamos por los 270 asistentes por evento, multiplicado por 3 días a la semana, y esto se multiplica por cuatro fines de semana tenemos un monto de 1,296,000 por un mes, lo que al año nos arroja la cantidad de 15,552,000.
Esta cantidad apenas rebasa el 10% de monto invertido lo que nos indica que el espectáculo deberá tener 8 años o más para recuperar lo invertido. Pero como sólo se deben considerar los 220 pesos que marca la ley, entonces recuperar la inversión tardará más de 13 años. Con estos simples cálculos podemos ver que el proyecto tiene intenciones de quedarse por mucho tiempo.
¿Y los proyectos de investigación científica dónde quedan?
Por lo anterior es preciso preguntarse ¿en dónde terminarán los ingresos recaudados por el espectáculo de luces? Si el gobierno estatal invirtió más de 112 millones de pesos, como lo menciona el artículo de La Jornada ¿cómo y cuándo piensa recuperarlos? ¿cuánto de esta inversión se destinará a la investigación de la zona arqueológica? ¿cuánto al cuidado, conservación y mantenimiento de la misma? De acuerdo a la titular de la Secretaria de Turismo del estado, 220 pesos del costo de los 390 ingresaran directamente al Instituto Nacional de Antropología e Historia para proyectos de conservación e investigación.
Surgen otras interrogantes ¿Se asignará dinero al municipio? ¿Se incluirá a los habitantes de Teotihuacán como beneficiarios de esta derrama económica?, una respuesta a esta última cuestión se puede ver en el artículo de la Jornada publicado el 20 de marzo donde se escribe lo siguiente:
Rosalinda Benítez había informado que durante este fin de semana se ofrecería el espectáculo gratuito para los pobladores de la región, sin embargo, la noche del sábado, decenas de vecinos acudieron a la puerta 2 de la zona arqueológica de Teotihuacán, pero estas fueron canceladas sin previo aviso.
Teotihuacán se convirtió en Pueblo Mágico, pero no se han resuelto los problemas que afectan a la comunidad, uno de ellos es posiblemente el principal factor para ahuyentar a los visitantes, nos referimos al constante asalto de camiones que llegan al lugar, casi a diario los transportes públicos que se desplazan desde Ciudad de México a Teotihuacán son víctimas de la delincuencia, esto es un problema que no han podido resolver las autoridades.
Si esto pasa a la luz del día que sucederá con los visitantes nocturnos, esto hace que los únicos en poder acceder al espectáculo sean las personas que lleguen en auto propio o que las empresas que ofrecen el servicio se queden con las ganancias, ya que estos paquetes ofrecen servicio de ingreso al espectáculo que incluye transporte de ida y vuelta a la Ciudad de México.
Aún con los problemas no resueltos el espectáculo debe continuar y ya se pueden encontrar en la red opciones de paquetes de servicios para para visitar Teotihuacán http://somoscdmx.wix.com/inicio#!blank/k5xbb; podemos observar que la visita es de entrada por salida, no contempla un paseo, ni mucho menos una estancia por el pueblo de San Juan Teotihuacán, ni por San Martín de las Pirámides, pueblos vecinos de la zona arqueológica; con lo que nuevamente los pobladores de estos lugares no se verán beneficiados por las visitas nocturnas a la zona arqueológica.
Lo que predice un aglutinamiento de vendedores ambulantes en la puerta 2 de la zona arqueológica para ofrecer sus productos a los visitantes. Con lo que NO se cumpliría la expectativa anunciada por el jefe del ejecutivo:
La noche del pasado viernes fue inaugurado el espectáculo multimedia de luz y sonido ‘Experiencia nocturna en Teotihuacán’, por el presidente Enrique Peña Nieto, quien afirmó que este proyecto, además de brindar una nueva experiencia a los visitantes, “contribuirá al desarrollo turístico, económico y social de la región, de manera sustentable y con absoluto respeto y cuidado para nuestro patrimonio”. La Jornada 20 de marzo.
El futuro que estamos viviendo
Al parecer esta será la línea que los gobiernos estatales seguirán en pro del progreso, bajo el argumento de que lo que la sociedad necesita es la creación de empleos; se seguirán creando festivales y eventos nocivos alrededor o dentro de los sitios y zonas arqueológicas, este futuro ya está en construcción, pues en este equinoccio podemos detectar a través de redes sociales, un incremento de publicidad de eventos en sitios y zonas arqueológicos como el caso de Tajín en Veracruz; Chalcatzingo en Morelos; Tula en Hidalgo; Uxmal y Chiche Itzá en Yucatán y la lista continúa.
Cada vez se ofertan más festivales cuyas ofertas culturales están muy alejadas del significado de los sitios y la promoción del cuidado del patrimonio, donde el visitante poco o nada podrá rescatar como acervo de su capital cultural personal.
En lo que se refiere a la creación de empleos, tampoco se cumple con el objetivo, cada vez es más notorio como las poblaciones y comunidades locales son desplazadas por las empresas prestadoras de servicios turísticos y las ganancias económicas de los eventos quedan en manos de unos pocos. Esto último es lo que está sucediendo en Teotihuacán.
Para finalizar hacemos la siguiente recomendación: Si decides asistir al espectáculo Experiencia Nocturna en Teotihuacán, te pedimos ser respetuoso con los edificios, caminar sólo por las áreas que han sido asignadas para el evento, no dejar basura dentro del sitio y seguir todas las indicaciones. Así mismo te invitamos a leer más sobre la cultura teotihuacana, donde seguramente, en la amplia bibliografía que existe del lugar, encontraras más argumentos que los mostrados en el espectáculo de luces, inclusive te darás cuenta de algunos errores y carencias que en él existen.
No es aceptable que los monumentos arqueológicos, se utilicen para la proyección de luces o cualquier actividad que atente contra su categoría de bien inalienable (Capitulo III, De los Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos. Art. 27 y 28 de La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos). De no encontrar la justa medida para este tipo de proyectos, veremos la paulatina transformación de las zonas arqueológicas de México para convertirse en simples patios para la exhibición de espectáculos que poco o nada tienen que ver con la historia de los sitios, donde el deterioro se verá cada vez más acentuado.
Ante los embates del mercantilismo voraz y con el cada vez más acentuado desinterés por la conservación del patrimonio arqueológico, histórico, natural o artístico, tal vez se debería cambiar el significado de Teotihuacán: lugar donde los hombres se convierten en dioses a lugar donde las piedras y las lucecitas se convierten en dinero.
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Anexo 1: Noticias donde los vestigios arqueológicos son destruidos para dar cabida a proyectos inmobiliarios, ya sea comerciales o habitacionales son lo común en nuestros días.
Ecocidio al destruir el manglar en el Malecón Tajamar Cancún, Quintana Roo, para la construcción de un complejo turístico
Excélsior TV
El caso de Tlaltizapán en Morelos
En Puente de Ixtla
Todos los videos son signos de esta política gubernamental. Para redondear, dejamos la liga de una entrevista realizada a la titular del INAH donde expone los problemas y la posición de la política de la Secretaria de Cultura para el cuidado del patrimonio.
Finalmente, el periódico Reforma publicó el día sábado 26 de marzo un comunicado firmado por los Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH, que resume todo lo expresado en este trabajo.
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Notas del autor: Toda la información ha sido recabada de las páginas electrónicas de los diferentes diarios y empresas que se mencionan en el trabajo y que fueron publicadas en Facebook desde el inicio de 2016.
Sobre el autor: Licenciado en Arqueología por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Maestro en Antropología con especialidad en Arqueología por la Universidad Nacional Autónoma de México (FFyL – IIA – UNAM).
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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #98″. México 2015. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta). // Foto de portada: Vive Teotihuacan
¿Piensas que Palmitas quedó bien padre y que qué bueno que les pintaron sus casitas allá en Pachuca? ¿Piensas que se ven más bonitas las pirámides de Teotihuacán de noche y con luces encima, que valdría la pena pagar más de $200.00 para entrar?
Por favor, sólo por favor… piénsalo otra vez.
Esta es la evidencia de que el gobierno en el caso de Palmitas, no se pone las pilas para articular territorialmente las políticas públicas. Palmitas es un asentamiento irregular que en principio no debería existir si los tres niveles de gobierno ‘hubieran’ anticipado que no todo lo que es urbanización es desarrollo urbano y que por muy «pintaditas» que estén las casas, la gente llegó a vivir ahí por que ahí estaba más barato.
¿Qué pasa con Teotihuacán? Las Zonas de Monumentos Arqueológicos por ley son competencia del gobierno federal, obviamente por mucho que los especialistas han argumentado sobre el daño, nadie les hizo caso y el proyecto siguió adelante.
El gobierno «opina» que es un camino para valorar el patrimonio. Teotihuacán es una de las ZMA más visitadas, más investigadas y casi mejor protegidas y conservadas en el país. ¿Qué va de tantos años de investigación para que se haga una inversión en un espectáculo de este tipo que solo habrán de ver unos cuantos? $$$$$$$$ ¿Qué pasa con las otras 40 000 zonas registradas?
Acá el gobierno no se pone las pilas para invertir en investigación y valdría la pena cuestionar su política conservacionista. A primera vista, continua escarbando el patrimonio para regodearse en la percepción de los monumentos como símbolos nacionales, sin procurar su contenido científico y sin integrarlo a los programas educativos…
¿Qué qué tiene que ver Palmitas con Teotihuacán? Qué en algunos rincones del país hay Palmitas (asentamientos irregulares) en Zonas Arqueológicas que no son tan valoradas como Teotihuacán y eso también es un problemón.
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Sobre la autora: (Pachuca, Hidalgo – 1988) Actualmente es maestrante en Ciencias Sociales con Especialidad en Desarrollo Municipal del El Colegio Mexiquense A.C. Se ha desempeñó del 2013 al 2016 como consultora del Ayuntamiento municipal de Tulancingo de Bravo, Hidalgo, sobre Uso de Suelo en la Zona de Monumentos Arqueológicos Huapalcalco. Realizó de 2007 a 2013, actividades de investigación documental y difusión de patrimonio cultural, recorridos de superficie, excavaciones, cartografía, topografía, registro de bienes muebles e inmuebles, trabajo etnográfico, análisis de material arqueológico, elaboración de tipologías cerámicas y elaboración de informes técnicos en el Proyecto Arqueológico Piedra Labrada.
ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #95″. México 2015. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).
#yoreconozcotutrabajo / Don Rogelio Alva «…fue auxiliar durante el proyecto de restauración de pintura mural en Tetitla [Teotihuacan] de 2007 a 2009, súper trabajador, comprometido, noble, amable y siempre con una enorme sonrisa, disfrutaba su trabajo, cuidaba cada detalle y siempre estuvo muy dispuesto a aprender más. Hace mucho que no lo veo pero seguramente no ha cambiado. Nos ayudaba preparando materiales, quitando resanes de cemento y haciendo los resanes más grandes, todo le quedaba perfecto. En la mañana (o madrugada) trabajaba en una panadería, hasta que lo despidieron para no darle su jubilación, un tema bastante lamentable, espero sinceramente que esté bien.»// #reconoce: Ingrid Jiménez Cosme