Por Martha Judith Hernández Velasco
Entre neblina y olor a café, la carretera sinuosa flanqueada por espesa vegetación nos conducía a iniciar el mes de octubre con una reflexión acerca del Patrimonio cultural, por mucho tiempo se han utilizado los términos inmaterial y material como categorías en las que se presenta el patrimonio cultural, sin embargo, el contenido de esta expresión “patrimonio cultural” ha cambiado en los últimos años conforme se realizan trabajos al respecto.
En este tenor se llevó a cabo el XXXIII Symposium Internacional de Conservación del Patrimonio Cultural, que organiza de forma anual el Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS por sus siglas en inglés International Council on Monuments and Sites), con el tema: El patrimonio inmaterial y material como categorías inseparables del patrimonio cultural; la sede fue la ciudad y Pueblo Mágico de Coatepec, Veracruz, del 1 al 4 de octubre del presente año.
El ICOMOS Mexicano, A. C., es un organismo “A” de UNESCO, de carácter no gubernamental y fines no lucrativos, actualmente reúne a más de 200 países, con el objetivo de trabajar en la conservación de monumentos, conjuntos y sitios arqueológicos, históricos o artísticos, México es miembro desde su creación en 1965.
El objetivo general del Symposium se centró en abrir el espacio para la discusión interdisciplinaria sobre la necesidad de propiciar la indivisibilidad del patrimonio material e inmaterial, así como en la definición de los principios básicos que deben animar la protección cultural a partir de la investigación, la actividad académica y las experiencias específicas. El resultado esperado era reunir estas dos categorías ante tres principales amenazas del mundo contemporáneo: la globalización, las migraciones internas y externas, y el turismo.
Para ello se trabajaron cuatro ejes temáticos: El Patrimonio Inmaterial y su relación con el Patrimonio Natural, Teorías y Métodos del Patrimonio Inmaterial: nuevos acercamientos, Manejo y Gestión del Patrimonio Inmaterial: tradición y cambio, La concreción tangible del Patrimonio Inmaterial, y Patrimonio Inmaterial y la permanencia de la memoria.
Considero pertinente retomar aquí la definición de patrimonio inmaterial, que dice: “se entiende por patrimonio cultural inmaterial, los usos, las representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana”1
En este sentido las ponencias giraron torno a la observación de esta parte viva del patrimonio cultural, y cómo este se va recreando constantemente por las comunidades debido a diferentes factores. Exposiciones con temas como: La participación de la comunidad en la protección de sitios patrimoniales del siglo XX, El sincretismo de danzas tradicionales prehispánicas y la festividad de la Santa Cruz en Guanajuato, El olor en el barrio del Mercado de especias de Estambul, Peregrinaciones a la Villa de Guadalupe, El danzón y los salones de baile, Los hombres del mezcal del altiplano potosino, entre otros.
El evento estuvo abierto al público en general, dos instituciones fueron las que dieron espacio a la presentación de los trabajos, el Instituto de Ecología (INECOL) y el Centro Superior de Estudios Turísticos de Xalapa, es relevante mencionarlo porque la mayoría de asistentes eran estudiantes universitarios. De forma personal observé que los estudiantes de turismo se encontraban extrañados, ajenos y apáticos con las temáticas que se estaban abordando en la reunión, esto me hace reflexionar acerca de los programas académicos que ofrecen las Licenciaturas en Turismo, es decir, para qué y para quién se está preparando a los estudiantes, cuales son las funciones que ellos deben desempeñar, si entre su labor está difundir el patrimonio, sea natural o cultural, entonces será conveniente realizar un trabajo de revisión de programas de estudio (a nivel nacional) para trabajar sobre una línea que sensibilice los estudiantes sobre temáticas de conservación y protección del patrimonio para posteriormente difundirlo.
Por otra parte los especialistas y estudiantes involucrados ya en temáticas del patrimonio cultural, se notaron reflexivos ante las propuestas de análisis sobre lo indisoluble de las categorías material e inmaterial del patrimonio. En este sentido dado el interés de conservarlo, la tarea es tomar en cuenta ese cúmulo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación, a lo que se le ha dado por denominar como patrimonio cultural inmaterial pero que sabemos va de la mano con la materialidad de la expresión cultural.
Finalmente será conveniente repensar el concepto de patrimonio cultural, cuál es nuestra labor como investigadores, ¿qué, por qué y para qué se conserva?.
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