#LasPrestadas: Los famosos voladores de México acusan a cervecera de vender su ceremonia.

INDIO y Papantla

Por Al-Davi Olvera

La leyenda dice que cuando dejaron de agradecer a la Madre Tierra por todo lo que les daba, los antiguos habitantes de lo que hoy es Mesoamérica comenzaron a sufrir escasez de alimentos como escarmiento del Sol. Para remediarlo, decidieron emplear troncos de enorme tamaño para hacer un ritual en el que cuatro jóvenes (y un guía espiritual) estuvieran lo más cerca posible del astro y pudieran dar gracias a la creación mientras descendían haciendo círculos atados de los pies.

Rindiendo de esta manera tributo a la tierra, el agua, el viento y el fuego, los indígenas de México celebran desde entonces esta ceremonia, que se convirtió en 1999 en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Debido a todo lo que significa esta danza, que antiguamente se practicaba desde Jalisco hasta Costa Rica, los indígenas agrupados en el Consejo para la Protección y Preservación de la Ceremonia Ritual de Voladores están indignados por el uso de la indumentaria y del tronco del ritual que está haciendo una empresa para vender la cerveza que produce.

Y es que desde mayo del 2016, la compañía cervecera Cuauhtémoc-Moctezuma lanzó como parte de su campaña para «celebrar los barrios de México» una serie de etiquetas de botella diseñadas por jóvenes de distintas partes del país. En ellas aparecían figuras representativas de tradiciones locales como los voladores de Papantla y danzas como las de los Chinelos del pueblo de Tepoztlán o de los Parachicos de Chiapas.

Narciso Hernández, presidente del Consejo de Voladores, cuenta en entrevista para RT que hasta el momento desconocen cómo se dio la aprobación del uso de su imagen. En una reunión que tuvieron en octubre del 2016 con un representante de la cervecera, se les explicó que el uso de la etiqueta y la promoción de los voladores eran solo una prueba. Justificaron su acción diciendo que no sabían de la existencia del Consejo y que el gobierno municipal de Papantla, en Veracruz, que acoge la más conocida ceremonia de voladores, había dado permiso para presentar la etiqueta de la cerveza en el municipio, obteniendo con ello un gimnasio al aire libre a cambio.

«Eso está bien?»

El Consejo de Voladores quedó a la espera de una nueva reunión con la cervecera para tratar el tema, pero los dejaron plantados en diciembre. Fue ahí cuando decidieron presentar una queja ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), que los dirigió al Instituto Nacional de Antropología e Historia. Allí les recomendaron registrar el vuelo para poder demandar.

«Fuimos nombrados como patrimonio por los valores humanos y universales que representamos. También pensamos como Consejo: si nos registramos y mañana viene otra empresa y nos pide un precio. ¿Eso está bien?», se pregunta Narciso.

No es la primera vez que los voladores enfrentan un problema de discriminación o por el uso indebido de imágenes del ritual. En 2014, un hotel de la ciudad de Poza Rica de Veracruz colgó un aviso donde decía literalmente: «se prohíbe la entrada a todo vendedor ambulante y a voladores de Papantla». De acuerdo con el diario ‘El Universal‘, el hotel tuvo que pedir después una disculpa pública.

Apenas en febrero, un funcionario de Educación del estado de Puebla publicó en las redes sociales un comentario llamando a «exterminar» a los voladores, calificándoles de «vividores de nuestros impuestos». El mensaje causó una gran indignación y provocó su destitución fulminante, informa ‘Aristegui Noticias‘.

No es una cuestión de dinero

De acuerdo con un comunicado oficial del Consejo de Voladores, exigen el retiro de la etiqueta y una disculpa pública en los medios de comunicación, ya que nunca se les consultó para el uso de su imagen para fines comerciales.

Además, exigen una indemnización por daño moral y por el lucro obtenido con su imagen. La indemnización sería destinada para comprar materiales para confeccionar los trajes y equipos de vuelo para las escuelas comunitarias en donde los niños practican el ritual.

«Nos dicen: regístrense, cobran lana por la imagen y las regalías. Si bien es cierto que lo hemos impulsado, este ritual no es sólo de Papantla», explica Hernández.

Además, reitera: «No nos podemos adueñar o registrar una ceremonia ritual que es para la fertilidad, que es del pueblo mesoamericano. Pedimos apoyo de los expertos para que nos ayuden, porque el dinero no va de acuerdo con lo que fuimos nombrados».

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Fuente: RT Noticias.

DE LA CASA #117: EL ROMANTICISMO EN LA COSTA DEL GOLFO: EL PASO DE CARL NEBEL POR EL TOTONACAPAN / AGA.

Por Anael González Álvarez

Durante el Romanticismo, existió una tendencia a mirar al pasado. No solo por curiosidad o por la necesidad de un saber más amplio. Aquellos hombres no buscaban en los vestigios arqueológicos sociedades primitivas,  sino civilizaciones en su Edad de Oro. Carl Nebel no se sustrajo a esta fascinación, y se acercó a las antigüedades mesoamericanas con la perspectiva de quien busca en ellas los rostros de culturas verdaderas.// Leonardo López Luján

Introducción

El presente artículo tiene como objetivo principal exponer el estudio del tránsito de Carl Nebel por la Costa del Golfo a través de dos de sus litografías del Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique[1].

Con el fin de conocer el área que comprende el Antiguo Totonacapan, a partir de las manifestaciones plásticas que pertenecen a este álbum, como lo son las litografías de principios del siglo XIX.

Generalidades

Desde la historia del arte es posible comprender el Romanticismo de finales del siglo XVIII, como una contraposición a las ideas de la Ilustración, periodo del razonamiento humano anterior a este. El Romanticismo Europeo del Siglo XVIII al XIX, buscaba como objetivos principales el egocentrismo, la libertad, la introspección, lo interior a través del arte, la literatura y la música, con una mirada hacia el periodo Gótico. Rodeado del impulso vibrante de Delacroix plasmado en Dante et Virgile aux enfers de 1822 o en La Libertad guiando al pueblo de 1830, inmerso en un movimiento musical el cual poseían artistas de la talla de Ludwing van Beethoven o Frédéric Chopin, alemán y polaco respectivamente.

En este amplio contexto, el viajero alemán Carl Nebel cruzaba el incipiente territorio de la Nueva España, cuya magnificencia es ejemplo del portento del Nuevo Mundo, ante la expectante mirada de uno de los dibujantes costumbristas más sensibles de la época.

El Antiguo Totonacapan en el Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique de Nebel

Conocido castellanamente como Carl Nebel, se trató de un hombre notable de origen alemán. Quien fuera arquitecto, dibujante costumbrista e ingeniero nació un 24 de marzo de 1802, en Hamburgo-Altona de Holstein, Reino de Dinamarca y Noruega. Posteriormente Nebel fue reconocido por sus retratos y paisajes en México, además de representar fielmente muchos de los escenarios de las batallas de la guerra de la intervención norteamericana.

Los estudios universitarios de Nebel los llevó a cabo en la ciudad-estado de Hamburgo, siendo de su interés la arquitectura y la ingeniería, lo que lo llevaría a plasmar con delicadeza rigurosa los diferentes edificios prehispánicos vistos por el costumbrista alemán.

Estuvo fuertemente influenciado por el Romanticismo del siglo XIX, como mencioné anteriormente, temática que podemos ver claramente en sus litografías. En el álbum de litografías Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique (Viaje pintoresco y arqueológico sobre la parte más importante de la República Mexicana); somos testigos silentes de un pasado memorable del antiguo esplendor de México, obra que marca un hito en la vida del artista. Dicha obra estuvo integrada por cincuenta litografías y varios dibujos sin colorear. La mayoría de estos posee una introducción que fue escrita por Alexander von Humbolt. Muchos años después, nuestro costumbrista y retratista, materializa e inmortaliza varias de las escenas más importantes y representativas de las batallas de la primera intervención estadounidense en México. Este álbum litográfico fue impreso por primera vez en París en 1836.

En el primer periodo de estancia en México de Carl Nebel que abarcó de 1829 a 1834, fueron los años en que conoció la costa del Golfo, la zona volcánica central y parte de la costa del Pacífico. Fue durante este periodo que cruzó las calurosas tierras del Antiguo Totonacapan detallando con ardua labor, parte de ese pasado glorioso.

¿Qué nos dicen sus litografías acerca del Totonacapan?

De gran ayuda y fortuna es contar con las piezas de arte que materializan las litografías de principios del siglo XIX. Estos documentos son fuente inagotable de numerosa y valiosa información de primera mano, detallándonos ciertos aspectos de la vida cotidiana y religiosa de los indios de estas nuevas y desconocidas tierras para los conquistadores españoles y posteriores coleccionistas y viajeros. Así pues, es posible reconocer en estas litografías, algunos aspectos de la conformación cultural totonaca en este amplio territorio de la Nueva España, como la indumentaria y algunos edificios mesoamericanos emblemáticos.

Por otra parte, acerca de la personalidad e intensidad creativa y el interés vertido hacia la arqueología mesoamericana identificada en la obra del Viaje pintoresco…, Leonardo López Luján sostiene lo siguiente:  

“Para entonces, Nebel era ya un declarado amante de la arqueología mesoamericana. Durante sus primeros años de estancia en México, el pasado prehispánico había incidido vigorosamente en su espíritu creativo, y lo había motivado a plasmar en papel cuanto vestigio de la antigüedad se atravesaba frente a sus ojos”[2]

El autor propone que el primer acercamiento hacia la cultura mesoamericana de Nebel sucedió “[…] en la Plaza de Armas de la capital. Lugar donde habían sido exhumadas la Piedra del Sol y la Coatlicue en el no muy lejano año de 1790”[3]. Sin duda ponerse de frente ante cualquiera de ambos monumentos, incluso hoy día, imponen respeto y la sensación de rodearse de dichas magnas piezas en el antiguo Zócalo de México, debió de ser un suceso francamente increíble.

La Pirámide de Papantla: La Pirámide de Los Nichos de El Tajín

De acuerdo con López Luján el costumbrista alemán no tuvo éxito en conseguir recursos para llegar a Palenque. Debido a ello “[…] al joven arquitecto no le quedó más remedio que anunciar a la Societé de Géographie el 30 de diciembre de 1831, nuevamente por vía de Cochelet, que se retiraba en definitiva de la liza”[4]

Sin embargo, con cierta reticencia ante tal decisión, “[…] Nebel realizó una expedición a los densos bosques tropicales del Totonacapan veracruzano”[5]. A Carl Nebel le costó, en palabras de López Luján, 1200 pesos y una terrible enfermedad, no especificada. Sin lugar a duda, una decisión que lo puso de frente a lo que denominó como: La Pirámide de Papantla o como la conocemos hoy día: La Pirámide de los Nichos de El Tajín.

En la Costa del Golfo Carl Nebel logró visitar los sitios arqueológicos de Malpica, El Tajín y Tuzapan así también como el Puerto de Veracruz, el cual tenemos como la primera de las litografías de su álbum. El cual destaca por la posición en que se encuentra representado, desde el hotel actualmente conocido como el Gran Hotel Diligencias de Veracruz. Desde aquí se posee una panorámica del Zócalo de Veracruz en la que se visualizan a los Portales, el Ayuntamiento y la Catedral en primer plano, y algunas personas paseando por el lugar (Figura 1). Aun hoy día es posible ver una misma panorámica con ciertas modernidades. Por otro lado recorrió gran parte de la serranía de Papantla y lo correspondiente con la sierra de Puebla.

Veracruz Nebel.2(1)Figura 1. Veracruz. C. Nebel del. | Imprimé par Benard | Arnout lith. Full color lithograph with gum arabic. 20 x 34 cm. Beautifully lit view of Veracruz Plaza with carts, riders, and figures, background with ocean and ships. Fuente.

Para llegar a las cercanías de la ciudad prehispánica de El Tajín, Nebel tuvo que cruzar el río Tecolutla, venía directamente del noroeste, del sitio arqueológico de Malpica. A la llegada de Nebel a las inmediaciones de El Tajín “de inmediato ordenó cortar los árboles que crecían en torno a la Pirámide de los Nichos para elaborar la litografía más espectacular de su álbum”[6] (Figura 2). Carl Nebel hace de La Pirámide de Papantla, una de las litografías no nada más extraordinariamente bella, sino precisa y meticulosa, según López Lujan:

“Pintó una reconstrucción geométrica de la fachada oriental (sin desplomes ni faltantes, aunque con una escalinata), con el fin de que el interesado pudiera obtener medidas exactas de cualquier elemento arquitectónico a partir de la litografía”[7]

De tal exactitud y prudencia era dicha litografía que los nichos de esta pirámide, elemento arquitectónico que le da su nombre por lo que es la más relevante, “[…] emergen esplendorosamente de entre una exuberante vegetación, y se superponen con elegancia hasta casi alcanzar los 25 metros de altura”[8].

TajinNebel(1)Figura 2. La Pirámide de Papantla. | (Llamado el Tajin.). C. Nebel del | Lith. de Lemercier | F. Mialhe lith. Full color lithograph with gum arabic. 25.2 x 36 cm. Archaeological site with two seated figures in foreground. Fuente.

Indios de la sierra de Guauchinango: Los Voladores y el Árbol Florido.

En el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco participé con una ponencia intitulada “Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz”[9]. Esta misma actualmente se encuentra en dictamen para la presentación de un compendio on line por parte del Comité Organizador de este magno evento en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. De la cual me permito comentar algunas referencias acerca de la litografía (Figura 3) que a continuación enunciare sucintamente. 

Debido a lo detallado en las litografías de principios del siglo XIX podemos reconocer las formas así como el uso de algunos colores o pigmentos naturales entre los indígenas de esta gran zona cultural. Como consecuencia de lo anterior es de inconmensurable valor tanto arqueológico como etnográfico, la fina obra litográfica de Carl Nebel.

No obstante la materia de estudio de Carl Nebel es la piedra, la arquitectura, la escultura. Sin embargo se ocupó de dejar testimonio de los indígenas de la primera mitad del Siglo XIX en la Costa del Golfo.

Aquí es posible identificar dos elementos, uno en primer plano y otro en segundo plano. En primer plano nos llama la atención a cuatro indígenas portando indumentaria tradicional y en el segundo plano el rito de Los Voladores. Es de nuestro interés centrarnos en ambos.

En el primer plano en esta pequeña porción de tierra se ubica un infante, dos mujeres adultas y un personaje masculino. Menciono a ambas mujeres, una se encuentra de pie y portando quexquemitl y falda en tono blanco con rojo. La otra mujer se encuentra sentada y su vestimenta es integrada por las mismas prendas, pero en colores azul y blanco, en el primer caso se trataba de los colores rojo y blanco. El adulto y el pequeño visten prendas semejantes, un sombrero pequeño y de forma semiesférica de color amarillo, camisas de tono azul, pantalones cortos de color blanco. Por otra parte el adulto sujeta un bastón mientras yace en la tierra descansando y visualizando nuestro festivo segundo plano. De este primer plano quisiera destacar el elemento iconográfico de “Árbol Florido”. Este elemento iconográfico se encuentra localizado en la parte inferior de la falda de la primera mujer indígena aquí representada, que se identifica como personaje principal, la cual se encuentra de pie. Este elemento es identificado por primera vez en estas tierras por medio de esta litografía[10].

Hacia el segundo plano es posible identificar el ritual del Palo Volador. Aquí es posible ver a un conjunto de hombres los cuales se encuentran sujetos de sus cinturas mediante una cuerda tensa a un círculo. Portan tocados, que al parecer se trata de penachos de plumas rojas. En su mayoría llevan una pluma de color verde o una rama de árbol en sus manos izquierdas, un par de ellos lo llevan en su mano derecha. Como indumentaria llevan solamente un maxtlatl o taparrabo de color blanco. En la parte superior se localiza un sujeto de pie y con un brazo alzado y el otro abierto. Este individuo esta sobre su pie izquierdo y su brazo izquierdo es el que está hacia arriba, siendo el derecho el que esta sobre su costado. Este individuo posee un tocado de plumas azules, mientras lleva un tipo de enredo masculino faldellín de plumas rojas. No porta accesorios u objetos musicales. Es posible visualizarlo en una actitud de franca danza.

NebelVoladores(1)Figura 3. Indios de la Cierra de Guachinango. C. Nebel del | Imp. Lith. de Lemercier, A Paris | Lehnert Lith. Full color lithograph with gum arabic. 30.7 x 39.8 cm. Native costume group with four barefoot figures lounging in foreground (two women, a child, and a man), middle ground shows six Voladores in mid-flight and spectators, city in far distance. Fuente.

Conclusiones

¿Cómo acercarnos a un pasado cuya transición de Mesoamérica a Nueva España es un tanto difuso? ¿Qué objetos podría darnos cuenta de la sociedad o de las gloriosas ciudades mesoamericanas ya abandonadas? En un territorio convulso por la conquista española, transitaron personajes cuya relevancia trasciende precisamente por diferenciarse de los aspectos bélicos o religiosos de esta ardua época.

Cuenta de ello tenemos la obra litográfica de Carl Nebel Habes. Alemán costumbrista, arquitecto y viajero, que retrató bellos paisajes mexicanos así como edificios enigmáticos de algunas ciudades prehispánicas envueltas en la espesa jungla o selva. Finalmente también materializó parte de la intervención estadounidense.

Sin duda la arqueología mexicana se encuentra en franca deuda con la figura de Carl Nebel, opinión encontrada con la de López Luján. Su detalle meticuloso y la estructura que presenta tanto para el caso de Tajín o Xochicalco, por ejemplo, son obras de arte legadas a muchas generaciones que podrían no llegar a conocer dichos recintos antiguos mesoamericanos, los cuales se encuentran amenazados por el turismo excesivo, el descuido de autoridades, por la escasez o recorte de recursos.

Las obras litográficas de Nebel nos acercan al Antiguo Totonacapan de principios del siglo XIX, cuestión que es relevante para comprender aspectos sociales y culturales de los indígenas de las “tierras calientes”. A través de una esplendorosa visión de Los Voladores y de la Pirámide de Papantla.

Si bien es cierto existen más litografías donde Carl Nebel retrata esta amplia zona costera, como aquella que pertenece a Tusapan o aquella que muestra una pequeña panorámica de Jalapa, la actual Atenas Veracruzana, por ejemplo, son objeto de una posterior entrega.

Bibliografía

González Álvarez, Anael Joanna. Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz. Ponencia presentada en el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco, en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. Noviembre, 2016. En dictamen.

Sin nombre. Karl Nebel. El gran ilustrado del México Antiguo. Página web: https://www.mexicodesconocido.com.mx/karl-nebel-el-gran-ilustrador-del-mexico-antiguo.html Consultado: 15/01/2017.

López Luján, Leonardo, “Carl Nebel y la arqueología mesoamericana”, Carl Nebel: Pintor viajero del siglo XIX, Artes de México, n. 80, 2006, pp. 20-33. VISIT: http://www.mesoweb.com/about/articles/Arqueologia-mexicana-de-Nebel.pdf Consultado el: 17/01/2017.

Videos

Carl Nebel, litografía siglo XIX Historia de México. Portal Académico CCH. Consultado: 13/01/2017. https://www.youtube.com/watch?v=fWyWrdhVEqA

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Notas:

[1] México Desconocido. “Karl Nebel. El gran ilustrado del México Antiguo”. https://www.mexicodesconocido.com.mx/karl-nebel-el-gran-ilustrador-del-mexico-antiguo.html (consultado el 15de enero de 2017).

[2] López Luján, Leonardo, “Carl Nebel y la arqueología mesoamericana”, Carl Nebel: Pintor viajero del siglo XIX, Artes de México, (n. 80, 2006): 20-33: http://www.mesoweb.com/about/articles/Arqueologia-mexicana-de-Nebel.pdf (consultado el 17 de enero de 2017).

[3] Ibíd., 24.

[4] Ibídem., 28.

[5] Ibíd.

[6] Ibídem., 30

[7] Ibíd.

[8] Ibíd.

[9] González Álvarez, Anael Joanna. “Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz”. Ponencia presentada en el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco, en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. (Noviembre, 2016). En dictamen. 

[10] González Álvarez, Anael Joanna. Óp. Cit., 3-23.

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Sobre la autora: (Veracruz, México – 1985) Arqueóloga por la Universidad Veracruzana con la tesis “El simbolismo en la indumentaria de la pintura mural prehispánica de Las Higueras” y maestrante de Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México, con el proyecto de investigación “Los sacerdotes de labios azules y tezcacuitlapilli de la pintura mural de Las Higueras, Veracruz. Una imagen a través del tiempo en Mesoamérica y el culto a Quetzalcóatl”. Sus cuestionamientos tienden hacia la comprensión más profunda del arte prehispánico, para converger en el discurso locativo de las capacidades artísticas de la Costa del Golfo y su inclusión e implicaciones a nivel Mesoamérica.

Ha participado como Asistente y Ponente en diferentes Congresos Institucionales a nivel Nacional sobre la Filosofía de la Ciencia y la Filosofía Antropológica, la Teoría en Arqueología, la Arqueoastronomía y temas referentes a la Montaña Sagrada en Mesoamérica y de Estudios mesoamericanos en general, en instituciones como la UV, la UNAM, la ENAH, el CIESAS-D.F., el CIDHEM, entre otras. Ha asistido a distintos cursos sobre Mitos mesoamericanos, Arte prehispánico y Arte Novohispano, en la UNAM, en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, respectivamente.

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El Tajín, en peligro por especulación

Segundo reportaje [el primero aquí] de la Revista Contralínea [ver original], a propósito de los problemas que enfrentan los sitios arqueológicos del país, en este caso Tajín, para su cuidado cabal, frente a intereses políticos y económicos, alejados casi siempre de un real interés por el pasado prehispánico, la investigación o la difusión.

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El Tajín, en peligro por especulación

Elva Mendoza

La mítica ciudad prehispánica declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO hace 19 años está amenazada por la contaminación, la urbanización y la especulación de empresarios y gobernantes. Sin un proyecto de conservación integral y sin el interés de las autoridades federales y de Veracruz para conservar, investigar y salvaguardarla,la zona arqueológicaTajín se ve afectada irreversiblemente. Supuestos proyectos culturales intensifican los daños

La declaratoria de protección, emitida en 2001, y el reconocimiento como Patrimonio Cultural de la Humanidad –que le dio la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por su sigla en inglés)–no han evitado que la ciudad antigua El Tajín enfrente la negligencia yel desamparo de las autoridades responsables de su protección y conservación. Tanto, que está a merced de los especuladores.

Desde 2000, el gobierno de Veracruz promueve la explotación comercial del sitio a través de la Cumbre Tajín, Festival de las Culturas. Dicho Festival se realiza durante cinco días en tres sedes: la zona arqueológica, la ciudad de Papantla y el parque temático Takilhsukut, ubicado a 1 kilómetro de la zona.

El proyecto comercial con supuestos fines culturales, sociales, educativos y de salvaguarda del patrimonio está auspiciado por el gobierno de Veracruz, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Universidad Veracruzana y la iniciativa privada.

Este año, Cumbre Tajín convocó a cerca de 400 mil asistentes. El turismo masivo en la zona la colocó en 2009como la segunda más visitada del país con incrementos de hasta 600 por ciento, pues a decir de Salomón Bazbaz Lápidus,productor ejecutivo del Festival,hasta el año 2000, al sitio asistían anualmentesólo 200 mil visitantes.

Entre las actividades que se ofrecen están el espectáculo de luz y sonido “Tajín Vive”, el cual se desarrolla en siete momentos y espacios de la zona arqueológica: Plaza del Arroyo, Juego de Pelota, Dios Tajín, Pirámide de los Nichos, Juego de Pelota Norte y Plaza del Edificio 22, al que por órdenes del INAH no pueden acceder un máximo de 500 personas; el ritual de los voladores de Papantla,talleres, medicina alternativa, artesanías, juegos autóctonos, danzas,rituales,y un programa de conciertos con invitados como Ely Guerra, Miguel Bosé, Pantera, Jumbo o Kinky.

Por siete años consecutivos, investigadores, arqueólogos, estudiantes y organizaciones civiles se manifestaron frente a la zona y al parque temático para demandar que se detenga el daño y la explotación comercial del sitio arqueológico.

Felipe Echenique March refiere que en 1999 el entonces gobernadorde Veracruz y empresario Miguel Alemán Velasco, hijo del expresidente Miguel Alemán Valdés, comunicó a los medios la existencia de un proyecto turístico para recibir el milenio y el siglo con un gran evento la noche del 31 de diciembre en El Tajín. El mal tiempo detuvo la “celebración”. Alemán Velasco entonces planteó recibir la primavera en la zona arqueológica. “Se comenzó a idear la Cumbre Tajín”.

Frente a los daños en los monumentos arqueológicos que se causaban en favor del “proyecto cultural”, su explotación comercial y su uso con fines distintos a lo establecido en la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, el investigador del INAH y ahora secretario general del Sindicato Nacional de Académicos del Instituto, Felipe Echenique March, interpuso una serie de denuncias de hechos y solicitudes de amparo.

Las denuncias y amparosseñalaban como responsables al presidente de la República, al secretario de Educación Pública, al director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia, a los gobernadores Miguel Alemán y Fidel Herrera, al empresario y productor general Salomón Bazbaz y a las autoridades que resultaran responsables por omitir realizar las gestiones necesarias para impedir el daño del sitio.

Entre los actos reclamados estánla edificación de una serie de construcciones de grandes dimensiones imperecederas en el predio El Cristo, las cuales, se lee en el documento,son totalmente ajenas a la zona arqueológica yhan dañado irreversiblemente los materiales arqueológicos que yacen bajo el subsuelo de ese predio ubicado dentro de la poligonal de 1 mil 221 hectáreas protegidas por el decreto presidencial de la zona arqueológica de El Tajín.

Además, se menciona quedichos funcionarios autorizaron,en forma anómala y bajo subterfugios, el arrendamiento o concesión comercial de la Zona Arqueológica de El Tajín para efectuar la denominada Cumbre Tajín.

El cobro por concepto de entrada a la Cumbre constituyó también un acto reclamado en el proceso judicial. En 2011, durante el festival, el costo por entrar al parque temático en el horario matutino fue de 150 pesos y en el vespertino, de 250 pesos, mientras que la entrada al espectáculo de luz y sonido en la zona arqueológica tenía un precio de 170 pesos.

Echenique refiere que el cobro es un acto ilegal y privatizador, toda vez que la Ley Federal de Monumentos prohíbe la comercialización de los bienes del dominio público yel acceso a las zonas arqueológicas es libre todos los días para menores de 13 años, estudiantes, maestros y personas de la tercera edad con credencial vigente.

La vía jurídica “no ha prosperado. Los jueces nos declaran incompetentes bajo el argumento de que no tenemos personalidad jurídica propia para levantar una demanda. El derecho mexicano pone a los habitantes del país como tutelados del Poder Ejecutivo federal. Los únicos que tienen interés jurídico para hacer denuncias son las instancias del Ejecutivo”.

Aunque la Cumbre se llevó a cabo ese año y los siguientes, a través de los amparos se logró alejar las actividades de los monumentos. “Se fueron del otro lado dela carretera, pero están dentro de la poligonal”, advierte Echenique March.

A partir del cuarto añose comenzó a construir el parque temático Takilhsukut –un complejo de 17 hectáreas– sobre vestigios arqueológicos, dentro de las más de 1 mil hectáreas protegidas mediante decreto presidencial.

Takilhsukut cuenta con capacidad para 40 mil visitantes, un área de campamento para albergar a 1 mil 200 personas en tiendas de campaña con todos los servicios, aulas para talleres y proyecciones, locales para restaurantes, tiendas y espacios techados para conciertos y graderías.

Para su construcción –que se administra mediante el Fideicomiso Público de Administración y Operación del Parque Temático Takilhsukut–, el gobernador y la entonces directora del INAH, Teresa Franco, acordaron poner terraplenes, montículos de cinco a seis metros de tierra aplanada, sobre los que se levantaron las estructuras. “Ellos decían que con esto no dañaban lo que pudiera haber abajo; aseguraban que era reversible, desmontable”. Sin embargo hoy, refiere Echenique, los terraplenes ya están a nivel de piso, lo cual quiere decir que lo que había es polvo. “Abajo ya no hay más que talco y polvo”.

Los funcionarios, dice Echenique March, pueden ser acusados de destrucción, “pero de eso ya nada se puede comprobar”.

Daño por contaminación

Ubicada al Norte de Veracruz, El Tajín se extendió 1 mil hectáreas sobre las laderas de la sierra papanteca. En su apogeo la población alcanzó alrededor de 20 mil habitantes. Con 17 juegos de pelota, el complejo arquitectónico totonaca es el segundo en Mesoamérica con más canchas para la práctica del juego sagrado, tan sólo después de las 24 que se pueden apreciar en Cantón, Puebla.

Su belleza e importancia fueron motivo para que en 1992, la UNESCO la nombraraPatrimonio Cultural de la Humanidad. Sin embargo, fue hasta 2001cuando mediante decreto presidencial sele declaró zona de monumentos arqueológicos.

En El Tajín se desarrolló un estilo artístico único:la ciudad estuvo cubierta de un gran número de frisos en los que se representaban escenas de contenido artístico y simbólico. Dioses, sacerdotes, seres fantásticos y hombres fueron tallados en los bajo relieves creando un lenguaje público.

Los relieves tallados en piedra y los murales han sido fundamentales para lo que hoy se conoce de la cultura totonaca: ritos, conmemoraciones, apariencia y religión, incluido el culto a Quetzalcóatl, el cual refiere la importancia que daban los habitantes de esta ciudad a la vegetación, los astros y la lluvia.

Aunque aún hoy, la lluvia en la zona continúa como una presencia constante, estudios del Centro de Ciencias de la Atmósfera en la sección de Contaminación Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),a cargo del doctorHumberto Bravo Álvarez, han documentado desde 2002 el desgaste de los jeroglíficos de El Tajín por la lluvia ácida.

Tras el análisis de muestras de precipitaciónpluvial de la zona, el especialista documentó que la lluvia ácida en el sitio genera la pérdida de 10 micras por año (una micra es equivalente a la milésima parte de un milímetro), y advirtió que de no tomarse las medidas preventivas necesarias en 100 años podrían desaparecer los jeroglíficos patrimonio cultural de El Tajín.

“Nosotros vemos que cada año se pierde una cierta cantidad de piedra, los jeroglíficos son monumentos que están muy superficiales.Una pirámide nunca nos la vamos a acabar, pero los jeroglíficos sí”, dice el doctor.

La contaminación ambiental proveniente del Golfo de México, del Este de Texas y de los ingenios azucareros o termoeléctricas que se encuentran alrededor dela zona son las principales causas de la alta acidez en la lluvia que cae sobre El Tajín, explica Bravo Álvarez.

Para el investigador, es necesario evitar que continúe el deterioro por el crecimiento industrial y el crecimiento en las zonas urbanas, ya que son generadores de lacontaminaciónque afecta los monumentos arqueológicos, principalmente a aquellos que se construyeron a partir de piedra caliza.

También en la sección de Contaminación Ambiental se desarrolla un estudio sobre el biodeterioro, hongos o bacterias que se vuelven agresivos con la lluvia ácida y se alimentan de la roca de los monumentos.

El trabajo es parte de un proyecto amplio que tiene por objeto dotar a las empresas contaminantes de medidas de prevención, reducción y control de emisiones de óxidos de azufre y óxidos de nitrógeno, precursores de la lluvia ácida, la cual sufre un proceso de neutralización con el carbonato de calcio de la roca caliza.

Urbanización sobre la zona

El impacto territorial que vive la zona arqueológica desde el inicio de la Cumbre, aunado al crecimiento urbano de las comunidades aledañas y el de las comunidades que están dentro de El Tajín, significan un riesgo constante a los monumentos y vestigios del centro ceremonial.

En el marco del anuncio de un estudio de conservación en 2008, Daniel Nahmad Molinari –investigador del Centro INAH Veracruz y responsable del proyecto Ordenamiento Territorial para la Conservación de la Zona de Monumentos Arqueológicos de El Tajín– señaló que la zona arqueológica se encuentra en riesgo debido al crecimiento poblacional desmesurado en las ciudades de Poza Rica y Papantla. Para él,la exploración y explotación de petróleo y el boom petrolero en la Cuenca del Chicontepec han contribuido a agravar el problema.

El equipo de investigadores del INAH buscaría, a través de un proyecto de ordenamiento territorial, alternativas para evitar que las comunidades de San Antonio Ojital, Ojital Nuevo, San Lorenzo Tajín y El Tajín asentadas dentro de la poligonal crezcan y con ello ejerzan más presión sobre la zona.

Explorada a partir de la década de 1930, la zona arqueológica de El Tajín apenas se encuentra descubierta en un 25 por ciento. Los vestigios y monumentos abiertos al público y aquellos que aúnpermanecen bajo el espesor de la selva veracruzana o su fértil tierra se ven constantemente amenazados y en riesgo de desaparecer.

Fuente: Contralínea 244 / 31 de julio de 2011