#LasPrestadas: La significación de los sitios y las cosas desde una visión personal.

Por Marisol Coes

En una reunión convocada por esta red de colectivos escuche a un sociólogo decir que un lugar no puede ser amado y por lo tanto defendido, si no se ha pasado por un proceso de apropiación. No debería ser entendido como una apropiación en el sentido de propiedad privada, como la que se está llevando a cabo con la pavimentación y posible urbanización de este terreno. En mi cabeza ronda la idea de apropiación que este personaje quiso comunicarnos. Escuché decir también que se tendrían que llevar a cabo actividades para que este lugar tenga un significado en la vida de los texcocanos. Tengo una actividad simple pero profunda que quiero compartirles, esta es mi manera de mostrar como este espacio ha pasado a ser de la sociedad y cómo es que nos lo hemos apropiado y tal vez pueda hacernos encontrar un motivo personal para que cada uno de nosotros defienda la propuesta de conservar este lugar como espacio público en vez de una mayor urbanización de la zona. Cabe aclarar que se tiene el conocimiento de que este lugar es propiedad privada, sin embargo esto no excluye que hay otras formas de gestionar los espacios privados para beneficio de la sociedad y de los propietarios.

Texcoco

Soy vecina de la Conchita, todavía tengo algunos recuerdos ir al parque “Niños Héroes” que se encuentra por esa zona, pero antes de este parque en realidad había muy pocos espacios donde acudir cerca del barrio. Antes era muy común, al menos para mi familia, salir a caminar los fines de semana, era casi un ritual en el cual gozábamos cada momento, algunas veces salíamos con dirección al  Molino de Flores por un espacio ahora perdido en lo denominado “Fraccionamiento Molino del Rey”, otras veces salíamos camino al Terreno de los Mir. Cada vez que nos acercábamos había muchas historias infantiles que se desarrollaban en torno a la casa de ladrillo, a veces era la casa de una bruja y otras veces vivía algún viejo que saldría a regañarte si te acercabas demasiado. Quisiera recordar que en ese momento este lugar me parecía lejano, extraño, místico.

En algún momento de mi niñez recuerdo que iba con mi madre y mis hermanas y había una gran siembra y en esa ocasión recuerdo cebollas y zanahorias y aunque podría ser sólo un poco vago, recuerdo el olor de las cebollas que estaban alrededor de las veredas. Por ese tiempo ya era muy común que la gente caminara por ahí. Recuerdo como tomamos algunas cebollas solo para verlas salir de la tierra y para percibir su aroma.

En otro momento durante la secundaria o preparatoria, un buen mes de octubre se organizó un espectacular Halloween en la casa de ladrillos. Obviamente no me dieron permiso pues era muy satánico el asunto (jajaja) y creo que nunca conocí a alguien que haya ido, pero al cerrar los ojos puedo verme pasar enfrente del terreno en el auto de mis padres, con incertidumbre y en medio de la noche, el lugar lleno de antorchas encendidas, haciendo un camino hacia la entrada de la construcción, había música y mucho ruido y según recuerdo que para mi mundo adolescente fue el evento del año y según recuerdo nunca se volvió a organizar (tal vez al siguiente año, no recuerdo muy bien). Por favor te pido que si fuiste a este evento nos cuentes como fue en realidad.

Muchos años después vuelve a aparecer este lugar como un hito de mi historia personal. Tuve una pérdida muy dolorosa que me costó mucho superar y no encontraba nada para mejorar mi estado de ánimo, esto fue aproximadamente en el 2009. Pase por una crisis personal, salí de la universidad, me cambie de casa, hasta mi perro murió y todo comenzó a cambiar tan rápido que no sabía que rumbo tomaría mi vida. Ahora a la distancia y poniéndolo en este muro, en esta historia, en esta apropiación del espacio, suena simple, vacío y hasta exagerado pero justo así es como me sentía en ese año: vacía, simple y exagerada. Lo único que encontré era que si mi vida avanzaba tan rápido, yo también debía avanzar, tal vez de esta manera en algún momento la volvería a alcanzar.

Decidí salir a caminar, a correr, a ver si podía alcanzar lo que fue mi vida y el lugar que elegí fue este gran terreno. Unos meses antes de caer en este estado de ánimo algún amigo me invitó simplemente a sentarme en la esquina del terreno, por las vías, viendo hacia los ahuehuetes simplemente porque era su espacio favorito, esto siempre ha estado en mi mente y recuerdo este momento con mucha paz, probablemente esto fue lo que me orilló a elegir este lugar como mi espacio de sanación interna. Camine, corrí, lloré mientras caminaba por días, semanas y meses en esos terrenos. Pude mirar las siembras: cómo la tierra se renueva, de una semilla brota una planta y de ahí un fruto y algunas manos arrancaran ese trabajo para volver a comenzar un ciclo. Aprendí que la vida sana como las siembras, con tiempo, con cuidados y sólo siendo, sin esperar más. Somos siembra sobre la tierra y lo hemos olvidado. No puedo imaginar ese momento de mi vida sin ese lugar. Me apropié del terreno de los Mir ese año, no como una propiedad privada sino como un espacio de sanación sin el cual no hubiera alcanzado mi vida corriendo.

En ese momento comprendí cómo el espacio público mejora nuestras vidas y lo trascendente que es el contacto con la naturaleza, con un espacio para ser, para florecer, para amarse y descubrir que lo que tenemos dentro tiene la misma composición que la naturaleza, ese gran ser vivo que es el planeta, este origen del vivir en el que estamos inmersos. Pero basta de filosofía barata que solo significa algo para mí. Creo firmemente que cada uno tiene historias que contar y muchas personas quieren escucharlas. Ahora, les pido que cuenten sus historias y hagamos de esta contadera una apropiación de este espacio y un motivo para defenderlo.

Para los que se quedaron al último les comparto lo mejor: Mientras salía a caminar en el 2009 había un chavo que casi todos los días iba en bicicleta, llevaba un rollo de papel delgado como de sumadora y al andar en bicicleta abría el rollo, el cual volaba con el viento, recuerdo las ondas que hacia el papel al abrirse como una estela que dejaba el ciclista el andar, daba unas cuantas vueltas hasta que se acabara el rollo y se retiraba tan veloz como había llegado. Si estás leyendo esto quiero decirte que esa imagen esta entre los momentos más bellos de mi vida. Me evocabas libertad. Trascendiste en mí. Gracias. Ahora entiendo que tú también te apropiaste de este lugar.

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Fuente: Red Ciudadana NODO56

DE LA CASA #87: NEZAHUALCÓYOTL. PATRIMONIO DE PATRIMONIOS / DT.

Por Daniela Tovar

Quisiera iniciar platicando un poco los antecedentes de cómo surge mi interés por participar en un evento como este, desde hace más de un par de años tenía la inquietud de poder escribir algo sobre Neza, como yo la suelo llamar, sin embargo, no había encontrado el espacio idóneo para compartirles mi experiencia como habitante de una ciudad perdida en la periferia de la “GRAN CIUDAD”.

Mi primer acercamiento con el patrimonio del municipio que por ahora habito, se debe a mi familia materna, a quienes les agradezco compartir su historia, la historia del municipio conmigo, ya que, desde que llegaron al joven municipio de Nezahualcóyotl en 1963, como el resto de los migrantes que después de la década de los cuarenta salieron de sus terruños a buscar mejores oportunidades de vida, construyeron un patrimonio basado en su día a día.

UN POCO DE NÚMEROS:

El Estado de México cuenta con una extensión territorial de 22,351 kilómetros cuadrados, lo que representa el 1.1 % del territorio nacional, y de acuerdo con el INEGI, en el residen  15 175 862 habitantes que se distribuyen en 125 municipios. En lo que respecta a Nezahualcoyotl, el municipio fue erigido el 23 de abril de 1963 por el entonces gobernador del Estado de México, Gustavo Baz Prada, que aceptó la necesidad de crear un municipio en los asentamiento que hasta ese momento eran conocidos como Colonias del Vaso de Texcoco, así se fundó el municipio.

LOS PATRIMONIOS INVENTADOS

Entrando en materia del título Nezahualcóyotl: Patrimonio de Patrimonios, la definición elaborada por la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre el Patrimonio Cultural, celebrada en México en el año 1982, describe que

“El Patrimonio Cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas.»

Y aunque Neza cuenta con más de una de estas obras, ninguna es considerada patrimonio cultural. Excepto la espantosa obra titulada Cabeza de Coyote, del “artista” Sebastián inaugurada en 2008 con motivo del 45 aniversario del municipio, que busca plasmar entre su ciudadanía una identidad gráfica que difícilmente los atrae, siendo las 298 toneladas que pesa lo que intenta transforma de la memoria de los primeros pobladores un espacio tan significativo como es el cruce de las avenidas Pantitlán y López Mateos.

Digo “que intenta” porque al menos la primera y segunda generación de los primeros pobladores de Neza, saben que en ese cruce se construyeron varias historias del andar cotidiano. Mismas que difícilmente se desdibujarán.

En este cruce, en los años sesentas se ubico un tanque de agua que abastecía a los primeros pobladores; amas de casa que mandaban a sus hijos a acarrear agua, posteriormente en 1981 Humberto Peraza crea la obra de Nezahualcóyotl, como el emblema que da la bienvenida al municipio. Cabe destacar que este cruce es conocido por quienes visitan Neza como la avenida principal, esto debido a varias razones; allí se ubicó el primer cine del municipio, además que fue la terminal de camiones que permitían a las personas trasladarse a la ciudad.

El tanque de agua que estuvo en la glorieta de Pantitlán y López Mateos, Cd Neza, años sesenta / (c) Twitter @CdMéx en el Tiempo.

Aunque Cabeza de Coyote, que desde mi perspectiva es estéticamente espantosa, ha intentado desde hace ocho años a través de una política pública mal desarrollada posicionarse como “el patrimonio monumental del municipio” no lo ha logrado y esto se debe a varias cosas, las cuales enunciaré:

Desde la política cultural nacional que define los bienes considerados patrimonios, nuestra Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, establece la diferencia entre los bienes arqueológicos, históricos y artísticos y faculta a las instituciones nacionales de la siguiente manera: la custodia protección y conservación de los bienes arqueológicos e históricos es competencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia, definiéndolos a los primeros como “los bienes muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al establecimiento de la hispánica en el territorio nacional, así como los restos humanos, de la flora y de la fauna, relacionados con esas culturas.” Mientras que  los bienes históricos “son los vinculados con la historia de la nación, a partir del establecimiento de la cultura hispánica en el país”. Así mismo, nuestra legislación instituye que es competencia del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura la protección de los bienes artísticos, los cuales someramente la ley define como: los bienes muebles e inmuebles que revisten valor estético relevante y que son significativos del siglo XX.

La política pública en la que se desarrolla el municipio difícilmente ha logrado construir una identidad municipal, prueba de ello es la carencia de un gentilicio único para quienes conformamos la ciudadanía, nos ha lo tocado pasar de ser necences a neceños y allí a nezahualcoyenses, de tal forma que esta falta de identidad política, tan necesaria, ha impedido que nos identifiquemos con los “patrimonios” que el municipio pretende construir para los habitantes de Nezahualcóyotl y ha hecho que nos reconozcamos entre nosotros y con la otredad con varios sobrenombres que entre la urbe se han popularizado: eres de Nezayork, vivo en Nezahualodo, son de Nezahualpolvo, estoy en MiNezota y nos identifican con los otros.

El espacio público, que desde lo político ha intentado consolidarse como un patrimonio cultural moderno entre la sociedad, sin conseguirlo. Dado que la apropiación del espacio no ha sido posible, debido al vandalismo y la drogadicción que impera en los alrededores, además que su estrategia gracias a los acelerados procesos de globalización ha desintegrado la unión que prevalecía en los alrededores del extinto Cine Lago.

El patrimonio de la gente que vivimos en Neza se construye a través de historias, pláticas, anécdotas  y nuestro caminar; por naturaleza somos necios y al menos en los 8 años que lleva la “gran escultura”  son pocos los que lo viven o asimilan como su patrimonio.

¿QUÉ ES EL PATRIMONIO DE NEZA DE 1963?

La anécdota que cuentan muchos de los primeros habitantes del municipio es la siguiente:

En Neza no había luz eléctrica y por ende no se tenía acceso a los medios de comunicación, los niños entre tanta polvacera tenían mucho lugar donde correr y jugar por lo cual se hacía comunidad ante la pobreza generalizada. Así se construyeron muchas formas de convivir: Los niños lo hacían a través de juegos: las escondidillas, al bote, encantados y la cascarita o bien corrían hacia los restos del Lago de Texcoco a recoger chichicuilotes. Por su parte los adultos hacían comunidad de otra forma, los que tenían mayor ingreso económico compraban radios de pila que compartían con sus vecinos y pasadas las siete de la noche sacaban sus sillas, botes o apilaban tabiques para escuchar las radio novelas de ese entonces “Chucho el Roto”, “Porfirio Cadena”, “El Ojo de Vidrio” o Kalimán y una vez que terminaba la radio novela se quedaban a platicar un rato.

«Ciudad Neza» / (c) Centro de Investigación Documental de Neza

Así vivían en casas de cartón, con pisos a flor de tierra, entre lodo, polvera y escasez de agua, siendo estas condiciones de carencia de servicios públicos lo que hizo que la población comenzara a organizarse y a empoderarse para solicitar lo que se merecían, escuelas, iglesias, hospitales, energía eléctrica, drenaje y suministro de agua. Hasta que lo lograron gracias a capacidad propia de hacer comunidad.

De tal forma que si hoy preguntan ¿Cuál es el patrimonio de Neza? Yo enunciaría con certeza lo siguiente:

El sentido de comunidad que se ha generado en cada colonia. Alrededor de los mercados y de las iglesias, en las CONASUPOS y en las esquinas, donde las señoras platican acerca de la novela, el precio del huevo y el azúcar. Pero también expresan su apoyo cuando alguien tiene alguna mortificación.

La fiesta del barrio y su «sonidero»: en los años noventas era muy común que los jóvenes salieran a buscar una “tocada”, no importa si conocías a la quinceañera o a los novios, lo importante era un rato de buen baile y así el típico enlonado amarillo y las bocinas a todo lo que dan se convirtió en algo propio de Neza imitando lo vivido en las colonias populares del DF: La Guerrero, Tepito, La Morelos y el Peñón de los Baños. Hoy en día prevalece esta costumbre, aunque no con tanta frecuencia, pero por ejemplo en el caso de la Colonia Virgencitas, cada 12 de diciembre, fecha que se celebrar el santo patrono llegan dos «sonideros»; uno de guaracha y uno de rock urbano que reúnen a más de 300 personas entre el tibiri y la rocanroleada.

Los tianguis: Todos vamos a los tianguis; el del Sol, el de Madrugada, el de San Juan, el de Palacio y el de la Neza, pareciera que se ha convertido en una tradición visitar los tianguis, chacharear o ir a comprar el mandado. Todo lo encuentras en los tianguis y se repite de sobre manera la función que en la época prehispánica tuvieron.

Los fines de semana en Palacio: Aunque en Neza se ha construido uno de los complejos económicos más importantes del oriente del Estado de México, quien no visita el Palacio Municipal, no es de Neza. Si recordamos que la mayoría de las personas que habitamos el municipio provenimos de familias que venían de otros estados de la República, nos explicaremos porque nos gusta tanto ir a lugares que se asemejen a los espacios que con añoranza recuerdan nuestros abuelos o tíos. Visitar Palacio es como si fueras a la cabecera municipal de cualquier otro estado de la República (juegos mecánicos, comida, paletas de hielo y ruedas de payaso), se vuelve la visita obligada de todos los padres jóvenes, ya que llevar a sus hijos a jugar es menos costoso que visitar el gran complejo comercial de Ciudad Jardín, pero sobretodo más real.

La cascarita y el futbol de liga: es común ver en las calles unos tabiques que delimitan las canchas y como se arma la reta, que te cedan el paso mientras caminas por la cancha improvisada y que el que gane invite las cervezas o los «frutsis» y los camellones llenos de canchas de «Fut» Rápido y ligas de «fut» que organizan torneos, así el «fut» se ha convertido en una forma más de vivir en Neza.

Panorámica de «Ciudad Neza» / (c) National Geographic. Foto: Rodrigo Cruz

Así estas y muchas otras prácticas que se realizan en el día a día del municipio conforman el patrimonio, un patrimonio vivo y dinámico que si bien no descansa en ninguna de las definiciones y clasificaciones del patrimonio institucionalizado es constructo de identidad para los necios de Neza, logra crear comunidad y permiten que nos identifiquemos con lo que vivimos, contrario a los monumentales patrimonios que al ser reconocidos como un PATRIMONIO NACIONAL generan una espacie de controversia sobre que se protege y para quién.

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Sobre la autora: (Nezahualcóyotl, Edo. de México / 1991) Licenciada en Desarrollo y Gestión Interculturales, ha participado con diferentes proyectos culturales, destacando su participación en el Colegio de Jalisco en 2012 y en la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia en 2014, es co-organizadora del evento de difusión del patrimonio arqueológico Simposio Román Piña Chán, evento a que se realiza en el marco de la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia. Se desempeña como responsable del laboratorio de gestión de la Dirección de Operación de Sitios, además de ser adjunta del curso Aprovechamiento del Patrimonio Arquitectónico y forma parte del Seminario de Construcciones, Preservación y Salvaguarda del Patrimonio Cultural en Contextos Urbanos de la UNAM.

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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #87″. México 2015. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

#ViernesdeBanquetera

‪#‎ViernesdeBanquetera‬…// Buen humor y creatividad siempre se agradecen por estos rumbos…// ¡Que tengan un excelente ‪#‎findesemana‬! Autor: Pedro Larez

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ArKeopáticos en «El Wateke Kultural» 104.5 FM

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El Proyecto ArKeopatías en el programa «El Wateke Kultural» por la estación Relax FM [104.5 FM], una radio comunitaria que transmite a la zona oriente del Estado de México, con sede en Ciudad Nezahualcóyotl. Presentando la Revista Arkeopáticos, Edición Especial de 3er. Aniversario. Agradecemos a la conductora y las productoras del programa por el espacio y la amena charla de domingo al medio día.

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TEATRO UNAM. Trilogía mexicana, una reinvención de los héroes

Por Teatro UNAM

Nezahualcóyotl, la Malinche y Moctezuma forman parte de la reserva de héroes que figuran en el depósito histórico y también mítico de nuestra compleja identidad. El proyecto Trilogía mexicana apuesta por revelar ese tejido

A partir del miércoles 2 de febrero se presentará la Compañía La Máquina de Teatro, bajo la dirección de Juliana Faesler, con la puesta en escena Trilogía mexicana. Nezahualcóyotl, Moctezuma y Malinche, en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario.

Trilogía mexicana está conformada por tres proyectos, Nezahualcóyotl, Ecuación escénica de memoria y tiempos; Moctezuma II, La guerra sucia y Malinche, Malinches.

Esta Trilogía es la historia revivida y reinventada que explora la compleja red de texturas emocionales y sensoriales que aparecen en la vida cotidiana de los mexicanos.

Cada espectáculo propone acercarse a Nezahualcóyotl, Moctezuma y La Malinche: fantasma, presencia, realidad y símbolo. Estos proyectos tienen como punto de partida reconstruir la historia a partir del reciclaje, la reconstrucción de los hechos y las líneas fundamentales de nuestra identidad.

El proyecto supone retomar y repensar a nuestros héroes mesoamericanos, sentirlos, sabernos sus hijos, aceptarlos como nuestros antepasados. También supone el desequilibrar una historia tan conocida y borrosa a la vez, una historia mil veces contada para así ponernos íntimamente en movimiento, con nuestros cuerpos, nuestra voz, nuestro sentir, con nuestra historia.

De Juliana Faesler, en colaboración con la Compañía La Máquina de Teatro, Trilogía mexicana se presenta en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón del Centro Cultural Universitario (Insurgentes Sur 3000). Funciones: miércoles de febrero: Nezahualcóyotl/17:00 horas, Moctezuma/19:00 horas y Malinche/20:30 horas. Entrada libre.