EL SOPA, UN CONGRESO VIAJERO, PROCOMÚN Y POCO COMÚN SOBRE PATRIMONIO RURAL QUE ATERRIZA EN MÉXICO/ ARK.

cartel definitivo SOPA17 con Canicab

La quinta edición del SOPA: Congreso Internacional de  Socialización del Patrimonio en el Medio Rural, se celebrará entre los días 13 y 19 del próximo mes de noviembre en Mérida y Canicab, Yucatán, México.

El SOPA es un encuentro a la vez procomún y no común. Procomún porque es un congreso “de todos y de nadie al mismo tiempo”, o mejor aún, porque se hace “entre todos”. Y no común, porque se escapa de lo conocido, de los congresos repletos de sabios en los que suele operar un sistema vertical de transmisión de conocimiento, y en los que la expertise es terreno de “unos pocos”.

Y es que si hasta hace pocos años la generación de conocimiento, los trabajos, proyectos e intervenciones sobre el patrimonio han surgido desde el ámbito científico, universitario o de la gestión cultural, tanto pública como privada, desde el SOPA, mediante la socialización del patrimonio, se pretende conseguir que la sociedad inicie un proceso de empoderamiento real de su patrimonio cultural, por una parte asumiendo ese conocimiento, y por otra generando un conocimiento propio fruto de la memoria colectiva y del trabajo de los referentes y colectivos locales que en contadas ocasiones ha tenido la oportunidad de compartir discurso con ese mundo científico.

Como en cada edición del congreso, se proponen varias sesiones, que se desarrollarán a lo largo de la semana, y en las que se trabajará sobre distintos aspectos relacionados con el patrimonio rural y la implicación de la ciudadanía en los distintos procesos vinculados con su gestión. En primer lugar, por el compromiso del SOPA de involucrarse en los procesos sociales y culturales de los territorios en los que se celebra, se desarrollará una sesión especial para el debate y la presentación de propuestas y reflexiones sobre la situación del patrimonio rural en Yucatán.

IMAGEN 5
Ponencia del investigador Antonio Lafuente, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CSIC) en el SOPA14, Celanova, Galicia.
IMAGEN 6
Ponencia del investigador y comunicador social Ernest Cañada sobre turismo comunitario en el SOPA14. Celanova, Galicia, España.
OLYMPUS DIGITAL CAMERA
Comunicación durante el SOPA13 con la participación del Club de la Tercera Edad “La Paz” de Malpartida de Cáceres, España.
IMAGEN 4
Taller de cartografía 2D sobre patrimonio arqueológico en el SOPA13. Malpartida de Cáceres, España.

Por otra parte, desde la edición de 2015 en Benito Juárez, Argentina, en el SOPA se plantea cada año la celebración de un seminario sobre un tema específico. Para la edición de 2017 en México, el tema planteado es Mujer rural y memorias comunes. En el seminario se trabajará sobre el papel de la mujer como sustentadora del patrimonio cultural y la memoria colectiva no sólo desde los conocimientos sino también desde los impactos de los discursos dominantes, para buscar formas de reivindicar su posición y su labor dentro del mantenimiento de los bienes comunes. Las mujeres se han responsabilizado a lo largo de la historia de la transmisión de determinados conocimientos que han conformado no sólo un compendio de saberes sino una forma de entender la vida y de afrontar los problemas. Desde el seminario se visibilizarán proyectos y reflexiones que rompan la barrera intergeneracional entre esa herencia cultural y los nuevos procesos de creación y recuperación del papel de las mujeres en proyectos de intervención colaborativa y comunitaria.

IMAGEN 9
Seminario sobre Patrimonios Rururbanos, en el SOPA15, Benito Juárez, Argentina.
IMAGEN 8
BIComún. Acción participativa entre los participantes del SOPA y la comunidad de Benito Juárez, Argentina.
IMAGEN 7
Presentación del proyecto teatral “No Palleiro”, por parte de la actriz Alba Grande. SOPA14. Celanova, Galicia, España.
IMAGEN 10
Workshop sobre asado tradicional argentino en el SOPA15. Benito Juárez, Argentina.
IMAGEN 11
Mesa de trabajo durante la edición del Congreso SOPA en 2015. Benito Juárez, Argentina.
IMAGEN 12
Dinámica participativa sobre la memoria colectiva del poblado de El Docenario durante la edición del Congreso SOPA en 2016. Zalamea de la Serena, España.

Y finalmente, las dos sesiones habituales para la presentación de propuestas teóricas y de proyectos, en las que se tratarán, entre otros, temas como el patrimonio construido y arqueológico, el patrimonio inmaterial, artes y artesanías, turismo comunitario, museología, didáctica, educación, gestión de territorios y de espacios comunes, o dinámicas y acciones de trabajo con la comunidad. El congreso se complementará con otras actividades y dinámicas participativas entre ponentes, asistentes y la ciudadanía de Mérida y Canicab.

Tras estas cuatro ediciones, son muchos los equipos de investigación, universidades, empresas, asociaciones, colectivos, escuelas, municipios y comunidades que, tras pasar por el SOPA, han tejido redes, conexiones e incluso proyectos conjuntos a favor de un patrimonio rural que está despertando y que requiere únicamente de un poco de atención, pero también de compromiso, por parte de aquellas personas vinculadas a esos territorios y de aquellos agentes externos que tienen capacidad de decisión sobre los mismos.

La organización de esta edición está a cargo del colectivo Niquelarte, UNDERGROUND Arqueología Patrimonio & Gente, la UADY (Universidad Autónoma de Yucatán), el CRUPY (Centro Regional Universitario de la Península de Yucatán de la Universidad Autónoma Chapingo), el Casal Català de Yucatán y de la red de la Comunidad SOPA. Colaboran en este congreso distintas asociaciones y colectivos tanto de México como de otros países iberoamericanos, como ArKeopatías, LaFábrikadetodalavida, cAnicca o MiMonaAmedia. A lo largo de los próximos meses se espera que se vayan sumando más entidades y representantes de la comunidad, constituyéndose el propio congreso como un proyecto de socialización por sí mismo.

Información detallada del congreso: Dossier SOPA Congress 2017.//

cartel definitivo SOPA17 con Canicab

¡El plazo para la presentación de propuestas al SOPA17 finalizará el 1 de julio agosto!


Más información en los siguientes enlaces:

WEB SOPA17: https://sopa17yucatan.blogspot.com.es

WEB Comunidad SOPA: http://comunidadsopa.blogspot.com.es

FACEBOOK: https://www.facebook.com/SOPACONGRESO/ 


#Contacto general:

Mail: sopacongress@gmail.com

#Contactos México:

Adela Vázquez_Casal Català de Yucatán/Niquelarte. Tel: 0052 9999 702664

Juan Tónchez_ArKeopatías. Tel: 7475090490

#Contacto España:

Juanjo Pulido_UNDERGROUND Arqueología Patrimonio & Gente. Tel: +34 644 491 319

LOS #TACO’S EN EL II FORO CIUDAD Y CIUDADANÍA.// ARK.

18033364_1130218043749776_5818098496287623609_n.jpg

#ArKenlacalle.// #TACOS.////// El próximo sábado vamos a realizar una intervención en el espacio público durante este evento, más adelante les daremos detalles, por lo pronto aparten la fecha. ¡Nos vemos en Texcoco! ///////
___

II Foro: Ciudad y Ciudadanía que se llevará a cabo los días 28 y 29 de abril en el área de talleres del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario y en el espacio público del monumento «Puente de los Bergantines». Toda la comunidad de Texcoco está cordialmente invitada a participar en estas actividades. La entrada es libre.
____

#TalleresDeAcontecimientos #dosdebarbacoa #contodo #LaFondArK #UrbanismoTáctico #PatrimonioUrbano #PatrimonioyMemoria #PatrimonioySociedad.

#LasPrestadas: La significación de los sitios y las cosas desde una visión personal.

Por Marisol Coes

En una reunión convocada por esta red de colectivos escuche a un sociólogo decir que un lugar no puede ser amado y por lo tanto defendido, si no se ha pasado por un proceso de apropiación. No debería ser entendido como una apropiación en el sentido de propiedad privada, como la que se está llevando a cabo con la pavimentación y posible urbanización de este terreno. En mi cabeza ronda la idea de apropiación que este personaje quiso comunicarnos. Escuché decir también que se tendrían que llevar a cabo actividades para que este lugar tenga un significado en la vida de los texcocanos. Tengo una actividad simple pero profunda que quiero compartirles, esta es mi manera de mostrar como este espacio ha pasado a ser de la sociedad y cómo es que nos lo hemos apropiado y tal vez pueda hacernos encontrar un motivo personal para que cada uno de nosotros defienda la propuesta de conservar este lugar como espacio público en vez de una mayor urbanización de la zona. Cabe aclarar que se tiene el conocimiento de que este lugar es propiedad privada, sin embargo esto no excluye que hay otras formas de gestionar los espacios privados para beneficio de la sociedad y de los propietarios.

Texcoco

Soy vecina de la Conchita, todavía tengo algunos recuerdos ir al parque “Niños Héroes” que se encuentra por esa zona, pero antes de este parque en realidad había muy pocos espacios donde acudir cerca del barrio. Antes era muy común, al menos para mi familia, salir a caminar los fines de semana, era casi un ritual en el cual gozábamos cada momento, algunas veces salíamos con dirección al  Molino de Flores por un espacio ahora perdido en lo denominado “Fraccionamiento Molino del Rey”, otras veces salíamos camino al Terreno de los Mir. Cada vez que nos acercábamos había muchas historias infantiles que se desarrollaban en torno a la casa de ladrillo, a veces era la casa de una bruja y otras veces vivía algún viejo que saldría a regañarte si te acercabas demasiado. Quisiera recordar que en ese momento este lugar me parecía lejano, extraño, místico.

En algún momento de mi niñez recuerdo que iba con mi madre y mis hermanas y había una gran siembra y en esa ocasión recuerdo cebollas y zanahorias y aunque podría ser sólo un poco vago, recuerdo el olor de las cebollas que estaban alrededor de las veredas. Por ese tiempo ya era muy común que la gente caminara por ahí. Recuerdo como tomamos algunas cebollas solo para verlas salir de la tierra y para percibir su aroma.

En otro momento durante la secundaria o preparatoria, un buen mes de octubre se organizó un espectacular Halloween en la casa de ladrillos. Obviamente no me dieron permiso pues era muy satánico el asunto (jajaja) y creo que nunca conocí a alguien que haya ido, pero al cerrar los ojos puedo verme pasar enfrente del terreno en el auto de mis padres, con incertidumbre y en medio de la noche, el lugar lleno de antorchas encendidas, haciendo un camino hacia la entrada de la construcción, había música y mucho ruido y según recuerdo que para mi mundo adolescente fue el evento del año y según recuerdo nunca se volvió a organizar (tal vez al siguiente año, no recuerdo muy bien). Por favor te pido que si fuiste a este evento nos cuentes como fue en realidad.

Muchos años después vuelve a aparecer este lugar como un hito de mi historia personal. Tuve una pérdida muy dolorosa que me costó mucho superar y no encontraba nada para mejorar mi estado de ánimo, esto fue aproximadamente en el 2009. Pase por una crisis personal, salí de la universidad, me cambie de casa, hasta mi perro murió y todo comenzó a cambiar tan rápido que no sabía que rumbo tomaría mi vida. Ahora a la distancia y poniéndolo en este muro, en esta historia, en esta apropiación del espacio, suena simple, vacío y hasta exagerado pero justo así es como me sentía en ese año: vacía, simple y exagerada. Lo único que encontré era que si mi vida avanzaba tan rápido, yo también debía avanzar, tal vez de esta manera en algún momento la volvería a alcanzar.

Decidí salir a caminar, a correr, a ver si podía alcanzar lo que fue mi vida y el lugar que elegí fue este gran terreno. Unos meses antes de caer en este estado de ánimo algún amigo me invitó simplemente a sentarme en la esquina del terreno, por las vías, viendo hacia los ahuehuetes simplemente porque era su espacio favorito, esto siempre ha estado en mi mente y recuerdo este momento con mucha paz, probablemente esto fue lo que me orilló a elegir este lugar como mi espacio de sanación interna. Camine, corrí, lloré mientras caminaba por días, semanas y meses en esos terrenos. Pude mirar las siembras: cómo la tierra se renueva, de una semilla brota una planta y de ahí un fruto y algunas manos arrancaran ese trabajo para volver a comenzar un ciclo. Aprendí que la vida sana como las siembras, con tiempo, con cuidados y sólo siendo, sin esperar más. Somos siembra sobre la tierra y lo hemos olvidado. No puedo imaginar ese momento de mi vida sin ese lugar. Me apropié del terreno de los Mir ese año, no como una propiedad privada sino como un espacio de sanación sin el cual no hubiera alcanzado mi vida corriendo.

En ese momento comprendí cómo el espacio público mejora nuestras vidas y lo trascendente que es el contacto con la naturaleza, con un espacio para ser, para florecer, para amarse y descubrir que lo que tenemos dentro tiene la misma composición que la naturaleza, ese gran ser vivo que es el planeta, este origen del vivir en el que estamos inmersos. Pero basta de filosofía barata que solo significa algo para mí. Creo firmemente que cada uno tiene historias que contar y muchas personas quieren escucharlas. Ahora, les pido que cuenten sus historias y hagamos de esta contadera una apropiación de este espacio y un motivo para defenderlo.

Para los que se quedaron al último les comparto lo mejor: Mientras salía a caminar en el 2009 había un chavo que casi todos los días iba en bicicleta, llevaba un rollo de papel delgado como de sumadora y al andar en bicicleta abría el rollo, el cual volaba con el viento, recuerdo las ondas que hacia el papel al abrirse como una estela que dejaba el ciclista el andar, daba unas cuantas vueltas hasta que se acabara el rollo y se retiraba tan veloz como había llegado. Si estás leyendo esto quiero decirte que esa imagen esta entre los momentos más bellos de mi vida. Me evocabas libertad. Trascendiste en mí. Gracias. Ahora entiendo que tú también te apropiaste de este lugar.

____

Fuente: Red Ciudadana NODO56

DE LA CASA #75: NADA EN EL MUNDO VIVE SIN RAÍCES / AA.

DSC02494

Nada en el mundo vive sin raíces, ninguna cosa impuesta por la violencia será duradera. La violencia lleva implícita en sí misma la debilidad. (Paul Valéry)

Por Artesano del Arte

“La palabra “desarraigo”, que Simone Weil analiza en su última obra, L’enracinement (El arraigamiento o como recientemente se ha traducido, echar raíces, es rica en contenidos poéticos: nada en el mundo vive sin raíces.

Los seres humanos, al igual que las plantas y los animales, necesitamos de un suelo nutricio para vivir.

Sin él, es decir, desarraigados, nos marchitamos, nos corrompemos y morimos.

El mundo humano estaba arraigado en suelos que, preservados por generaciones, daban alimento, rostro y sentido a las comunidades.

En esos sitios, al igual que un saco de maíz o de trigo eran respetados no por su valor, sino porque eran el alimento de sus miembros, la familia, las costumbres, los mitos, los usos y sus construcciones, se respetaban y conservaban como el alimento de sus almas.

Por la duración de esos mundos, llenos de significado, la comunidad entraba en el porvenir.

Los suelos, creados y conservados por los ancestros muertos y las generaciones presentes, no sólo contenían el alimento para las almas de los vivos, sino el alimento de seres que no habían nacido y que vendrían al mundo en siglos venideros.

La duración de esos mundos “constituía –escribe Weil– el único órgano de conservación de los tesoros espirituales amasados por los muertos, el único órgano de transmisión mediante el cual los muertos podían hablarle a los vivos, y la única cosa terrestre que tenía un vínculo directo con el destino eterno del hombre”.

La revolución industrial, el pensamiento ilustrado y más tarde los economistas burgueses, al fundar todo en la noción de valor como el camino hacia el bienestar, destruyeron los suelos y sus universos éticos para reducirlos a recurso.

El valor no sólo invadió todo y creó una relación utilitaria y especulativa con el mundo, sino que convirtió al hombre en un desarraigado.

Mientras en los mundos con suelo había una imagen que alimentaba al cuerpo y al alma, en el mundo del valor no hay imagen.

El sentido ya no reside en las obras del pasado que se conservan abiertas al devenir, sino en el progreso, es decir, en un proceso que sin cesar niega el pasado y el presente y transforma todo en producción y consumo.

El suelo, que otrora estaba poblado de alimento para el cuerpo y el alma, se pobló paulatinamente de valores cuyas presencias no representan ni dicen nada.

Señala Octavio Paz, “eran representaciones del mundo”; las chozas de bajareque, de adobe, de piedra y las maneras de habitarlas, eran, señala Ivan Illich, centros de hospitalidad, formas de habitar, de estar, de preservar y de moldear un mundo en relación con el suelo en el que se nació, en el que se echaron raíces; las maneras de producir alimento y objetos correspondían a herramientas moldeadas específicamente para esos suelos específicos.

Todo, en ese orden, tenía una relación de raíz que conservaba vivos ciertos tesoros del pasado abiertos al porvenir y permitía a un ser humano, por intermediación de medios de los que formaba parte, recibir casi la totalidad de su vida alimentaria, moral, intelectual y espiritual.

Por el contrario, nuestros monumentos, nuestras viviendas, nuestros sistemas carreteros, nuestras fábricas, nuestros tractores y fertilizantes, nuestros aparatos, nuestras producciones y nuestro dinero, no dicen ni preservan nada.

“Son –dice Paz– funciones, no significaciones”; son centros de transformación de todo que al generar valores de producción y de consumo nos desarraigan y nos vuelven seres marchitos que tratan de buscar su sustento en cualquier sitio y a costa de lo que sea-

Extraviados en un universo no de significados, sino de funciones para el consumo, los hombres nos explotamos, nos traicionamos, nos destruimos y perdemos cualquier sentido del suelo, es decir, de la ética, de la preservación, de la solidaridad y de la vida buena.

El desarraigo – eso que el dinero hace en nombre del desarrollo al ir ocupando territorios y alejando a la gente de lo que constituye su alma: los tesoros de su pasado que se preservan en la memoria de su hacer y de sus relaciones– es el signo del mundo moderno.

Al destruir, como lo señalaba Simone Weil, las raíces, reemplazando todos los ámbitos de la vida humana por el deseo de poseer, sólo queda lo que somos: ese ser atroz que nos representa, al que el sueño de la burguesía y la izquierda quiere reducir el mundo rural, indígena y cualquier otro mundo que no se le parezca; esa mentalidad que hace de la mentira, de lo inmoral, del abuso, el signo de nuestro racismo y, cuando logra legitimarse, el signo del prestigio y de la grandeza.

¿Cómo, sin volver al pasado, pero mirándonos en él, rehacer un suelo que nos permita de nuevo enraizarnos?

Me parece que responder a esta pregunta es la tarea más urgente que tenemos los hombres en medio de un mundo que, poblado de valores, nos ha llevado a la peor de las sequías.” (Texto de Javier Sicilia)

____

Foto: «Tlacolulokos» Autora: Sara Vargas (cc).

____

Versión para imprimir y descargar aquí //

____

ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #75″. México 2015. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

Declaran patrimonio de la humanidad la cinta Los olvidados de Luis Buñuel

los olvidados

México.- Los olvidados cumple este 9 de noviembre 65 años de haberse estrenado en México. Sólo duró un fin de semana en la cartelera debido a la incomodidad que generó en un amplio sector de la población y del mundo actoral, como fue el caso de Jorge Negrete, quien no tuvo reparo al decir que si no hubiera estado de gira fuera de México, habría prohibido su rodaje al ser el secretario del Sindicato de Actores.

«A 65 años de su estreno Los olvidados sigue causando mucha conmoción porque la situación social no se ha arreglado; al contrario, ha empeorado, y sobre todo para el cine mexicano de la época sí fue una afrenta el que de pronto un cineasta español, un gachupín como le llamaban, llegara a hablar así de México. Buñuel tocó puntos muy sensibles, como por ejemplo, el que las madres mexicanas siempre le dan de comer y cuidan de sus hijos, y en la cinta se ve cómo Estela Inda hace todo lo posible por evadir su responsabilidad de madre. Eso fue una mentada de madre a la figura siempre esplendorosa de la mamá mexicana”, expresó José Antonio Valdés, subdirector de Información de Proyectos Especiales de la Cineteca Nacional.

El meterse y cuestionar la figura materna no fue lo único que plasmó Buñuel en el filme, ya que de igual manera cuestionó la supuesta modernidad que se estaba viviendo en nuestro país.

“En Los olvidados también se estaba negando que México se estuviera convirtiendo en un país de primer mundo, como se supone que iba ser. Estábamos en pleno alemanismo (Miguel Alemán era Presidente de México), estamos en plena urbanización y de repente aparecen estos personajes que muestran una barbarie.

“Hay otro punto más que también tocó, como el hecho de planteó que los pobres no por ser pobres son buenos, que los niños no por ser niños no se saben defender, como cuando en la película el personaje del Ojitos le dice a Meche que le entierre las tijeras al ciego que la estaba tocando. Así que lo que propuso fílmicamente Buñuel era muy adelantado para su momento”, añadió el también investigador.

Pero como suele pasar con muchos de los filmes que en su propia casa son vapuleados, en el extranjero Los olvidados triunfó en cuanto a crítica y aceptación gracias a la exhibición que tuvo en 1951 en el Festival de Cine de Cannes, donde fue nominada al Gran Premio del certamen galo y en donde el realizador aragonés se alzó con el premio de Mejor Director.

Esto provocó que muchos de los detractores de Buñuel se retractaran y hasta lo reconocieran ese mismo año en la ceremonia del Ariel, en la que se hizo acreedora a diez estatuillas y Luis Buñuel obtuviera un Ariel de Oro por su trabajo.

Protagonizada por Roberto Cobo, Estela Inda, Miguel Inclán, Alfonso Mejía, Alma Delia Fuentes, Efraín Arauz y Francisco Jambrina, la película Los olvidados trascendió el espacio y el tiempo.

Narra la historia de El Jaibo, un adolescente que escapa de una correccional y se reúne en el barrio con sus amigos. Unos días después, El Jaibo mata, en presencia de su amigo Pedro, al muchacho que supuestamente tuvo la culpa de que lo enviaran al reformatorio. A partir de entonces, los destinos de Pedro y El Jaibo estarán trágicamente unidos.

La película fue contemplada y elegida por el Programa Memoria del Mundo de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Fue gracias al trabajo realizado por la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Cineteca Nacional y Fundación Televisa (dueños del negativo original de la película) que nuestro país propuso Los olvidados en 2004 para que el Programa Memoria del Mundo de la UNESCO ayudara a conservar el negativo de esta cinta que contó con la fotografía de Gabriel Figueroa.

«El negativo se restauró, ya está protegido por la UNESCO y luego se hizo una magna proyección en el Auditorio Nacional de esa misma copia restaurada”, expresó José Antonio Valdés, quien fue una de las piezas clave dentro de aquel proceso de inscripción y selección de Los olvidados por la UNESCO.

Cabe destacar que dentro de este programa de conservación hasta ahora se han conservado y declarado patrimonio de la humanidad tres cintas: la alemana Metrópolis, de Fritz Lang; Los olvidados, de Luis Buñuel, y la estadunidense El mago de Oz.

____

Fuente: La Opción de Chihuahua http://laopcion.com.mx/noticia/113193