MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO 26 DE JULIO DE LOS PROFESORES DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA Y DOCENCIA CONTRATADOS DEL INAH//

IMG_1550

1. El Instituto Nacional de Antropología e Historia, sus responsabilidades nacionales y el personal de investigación, hoy.

Desde su fundación en el año 1939, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha requerido, inevitablemente, de la contratación de personal de investigación científica y docencia para complementar el cuerpo de investigadores de base de tiempo completo dedicado al desarrollo de la actividad sustantiva fundamental, que es la investigación científica, que es la razón de ser de la Institución, en consonancia con lo establecido en el Artículo 2º de la Ley Orgánica del INAH, que la instaura como la entidad estatal que tiene como responsabilidad la investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico e histórico y del proceso de desarrollo histórico-social de la nación, todo lo cual debe ser atendido a través de las especialidades en arqueología, antropología social, antropología física, etnología, etnohistoria, lingüística e historia.

Para cumplir con el cometido que la ley le impone, el INAH debe recurrir necesariamente a la contratación de investigadores, pues la planta de investigadores de base es y ha sido insuficiente.

Es así que, en el ámbito de la arqueología, el INAH cuenta con 350 investigadores de base, cantidad insuficiente frente a las más de 45 mil zonas arqueológicas que hasta el momento se han registrado en todo el territorio nacional, y requieren ser atendidas no sólo en términos de su investigación científica, sino también de la restauración, conservación, protección y divulgación de dichos bienes nacionales.

Por su parte, la investigación sobre el proceso del desarrollo histórico y social de la población indígena del país, conformada por 56 diferentes grupos étnico-lingüísticos (Pueblos Indios), que componen aproximadamente el 20% de la población nacional, se convierte en una problemática que rebasa de manera inconmensurable a los 300 antropólogos, etnólogos, etnohistoriadores y lingüistas de tiempo completo con base en el INAH.

En cuanto a la investigación de la Historia Nacional, el INAH cuenta apenas con cerca de 174 investigadores de base, con lo que es imposible atender y avanzar sustancialmente en tan vital tarea, a lo cual deben sumarse los más de 100 mil monumentos históricos involucrados en nuestro devenir como nación; y qué decir del análisis, catalogación, conservación y divulgación de la infinita cantidad de documentos históricos que poseen la información esencial que requieren ser procesados para develar los pormenores de la historia de México.

De este modo, para cumplir las obligaciones que al INAH le confieren las leyes en la materia, los más de 800 investigadores de base con que cuenta el INAH, se traducen en una cantidad a todas luces insuficiente, razón por la cual, la integración de investigadores contratados en los diversos proyectos de investigación científica, ha sido siempre una necesidad ineludible. Si bien es cierto que este desequilibrio entre las tareas que deben atenderse y la cantidad de investigadores que las desarrollan, se debe al escaso presupuesto que se le otorga anualmente al INAH, también es cierto que los funcionarios del INAH no han sido capaces de lograr el incremento anual, que permita contar paulatinamente con un número mayor de plazas de investigación científica de tiempo completo y con ello, mejorar la capacidad de respuesta del INAH, sobre el proceso de desarrollo histórico y los problemas económicos políticos y sociales que le son inherentes, y a los que el INAH debe ofrecer eventuales soluciones.

Ante la magnitud de esa tarea, los más de 800 investigadores de base con que cuenta el INAH, sólo pueden atenderla en un mínimo porcentaje. Así, el INAH debe acudir anualmente a la contratación eventual de más de 1200 investigadores que se integran a casi 400 proyectos de investigación en todos los campos de la antropología y la historia.

2. Caracterización del personal de investigación científica y docencia contratado del INAH.

Los 1200 investigadores que actualmente somos contratados por el INAH, desarrollamos nuestras actividades en condiciones de terrible precariedad laboral, económica, académica, y de seguridad física, debido a las siguientes razones:

a) Por el desarrollo de nuestras labores, sólo percibimos un salario que no siempre y no en todos los casos, corresponde al de nuestra capacidad académica y conocimientos especializados; es común que se nos contrate sin considerar la categoría académica que nos corresponde y se establece en las Condiciones Generales de Trabajo del INAH; ha ocurrido la contratación en calidad de “peones”, a varios compañeros arqueólogos.

b) El pago de nuestros salarios ocurre siempre con retrasos hasta de seis meses y en ocasiones con arbitrariedades como:
– No se paga en las cantidades estipuladas en nuestros contratos
– No se cubren todos los meses laborados
– Los horarios exceden las ocho horas diarias
– Cuando en nuestro periodo de contratación elaboramos dictámenes periciales, estamos obligados a continuar todo el proceso legal hasta su conclusión, lo cual ocurre mucho tiempo después del término de nuestro contrato, de manera que seguimos laborando sin percibir remuneración alguna, y realizando actos de autoridad.

c) Carecemos de toda prestación socioeconómica, excepto de la compensación anual o aguinaldo, y no siempre en la proporción que mandata la ley.

d) Carecemos de cualquier clase de seguridad, social, médica, de vida o accidentes, a los que estamos propensos en la medida que constantemente desarrollamos las actividades en zonas rurales, en ecosistemas poco favorables, y muchas veces en situaciones de alto riesgo debido a las actividades del crimen organizado.

e) Cuando debemos realizar las labores para las que somos contratados en lugares fuera de los centros de trabajo, es decir, “en el campo”, es común que no se nos otorguen viáticos, y a veces se nos obliga a cubrir nuestros propios gastos de sobrevivencia; y peor aún, a adquirir por cuenta propia las herramientas e instrumentos necesarios para el desarrollo de la investigación.

f) Debido a la condición de investigadores contratados, los mandos medios y administradores del INAH a menudo establecen con nosotros una relación laboral de maltrato, de burla, humillación e indiferencia, siempre con el visto bueno de los funcionarios de alto rango en el INAH. Ha ocurrido que algunas investigadoras contratadas se han visto expuestas a un aborrecible acoso sexual por parte de los titulares de algunos centros de trabajo.

A pesar de estas condiciones laborales, a la inmensa mayoría de los investigadores contratados se nos reconoce por poseer conocimiento especializado, capacidad y entereza para el desarrollo de nuestras actividades, por la lealtad y honestidad para con los titulares de los proyectos y para la institución misma. Un gran porcentaje de nosotros cuenta con artículos y libros publicados, impartimos cátedras en las diversas escuelas del INAH donde se forman los especialistas en todas las áreas de la antropología y la historia, así como en la conservación y restauración del patrimonio arqueológico e histórico. Es decir, que los investigadores contratados asumimos con toda responsabilidad y profesionalismo, gran parte de las labores en las áreas sustantivas del INAH; y en ese sentido, es preciso reconocer que muchos de nosotros realizamos nuestras tareas de manera más satisfactoria que como lo hacen muchos investigadores de base, y es común que nos desempeñemos como los responsables y coordinadores de proyectos de investigación.

La única posibilidad que tenemos de acceder a una plaza definitiva de tiempo completo, es la de esperar a que las plazas existentes se desocupen, ya sea por defunción o jubilación de los investigadores activos, y mediante concurso de oposición abierto. Esto significa que, para que los 1200 investigadores contratados podamos optar por una plaza, es esperar a que fallezcan o se jubilen los 800 investigadores activos, y aún así, tales plazas no serán suficientes, de manera que en el actual esquema presupuestal del INAH, muchos profesionales de la antropología y la historia, estamos condenados a jamás poder acceder a una plaza en el INAH.

3. …Y todavía, un mayor deterioro de la situación laboral.

En términos de la estructura administrativa del INAH, hasta el año 2016, los investigadores contratados estábamos incorporados a los proyectos de investigación mediante el denominado Capítulo 1000, es decir, como “Personal de carácter transitorio” y en la Partida 12201, que corresponde a los “Sueldos base al personal eventual”. Aunque bajo este régimen carecíamos de cualquier prestación socioeconómica y seguridad física y laboral, legalmente adquiríamos el carácter de personal del INAH, y manteníamos así vigente la condición legal para el desarrollo de las actividades de investigación científica, de acuerdo a como las establecen y exigen las leyes en la materia, entre ellas, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos (LFMZAAH), en sus Artículos 18, 30 y 32; la Ley General de Bienes Nacionales, en sus Artículos 4, 5, 6, 9, 11, 30 y 84.

Sin embargo, a partir del año 2017, el actual director general del INAH, Diego Prieto Hernández, en un acto incomprensible e injustificado, erradicó a los investigadores contratados del régimen de Personal de carácter transitorio (Capítulo 1000), y confinarnos en el Capítulo 3000, que corresponde a los “Prestadores de servicios”, Partida 33901 “Subcontratación de servicios con terceros”.

En términos estrictamente legales, este hecho constituye una flagrante violación al Artículo 30 de la LFMZAAH, según la cual, las labores de investigación científica, que en muchos casos constituyen actos de autoridad, sólo pueden ser realizadas por personal del INAH, de manera que la investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico e histórico, que ahora realizamos, se torna en un potencial acto ilegal, por ser considerados “prestadores de servicios”, acto ilegal promovido por Diego Prieto y sus colaboradores.

Erradicar del Capítulo 1000 a los investigadores contratados, equivale, en términos jurídicos, a un despido injustificado e ilegal, puesto que fuimos borrados de la estructura académica y administrativa de la Institución, a pesar de que, al ubicarnos en el Capítulo 3000 para continuar realizando investigación científica, se evidencia que la materia de trabajo no sólo persiste, sino que es la razón, claramente imperiosa, de la necesidad de nuestra integración en las labores sustantivas del INAH. En sentido estricto, los investigadores contratados fuimos artera e ilegalmente despedidos por los actuales funcionarios del INAH.

Al ubicar a los investigadores contratados en el régimen de “prestadores de servicios”, se nos obliga a incorporarnos a regímenes fiscales que implican elevadas tributaciones que minan gravemente nuestra ya de por sí precaria percepción salarial. Adicionalmente, la retribución por el desempeño de nuestras labores es ahora más humillante, debido a que:

a) Los pagos se realizan con varios meses de retraso, e incluso al día de hoy (julio de 2018), buena cantidad de investigadores contratados no hemos recibido los pagos por las labores que hemos desarrollado desde el mes de enero. Por esta situación, varios de ellos optaron por la búsqueda de otros empleos, lo que significa que jamás percibirán los salarios devengados. Asimismo, los proyectos de investigación en los que participaban se han visto gravemente afectados, pues los investigadores de base, titulares de esos proyectos, no cuentan ahora con el suficiente personal para continuar las investigaciones programadas.

b) La irregularidad administrativa propiciada por Diego Prieto y los funcionarios del INAH, ha provocado muy diversas formas y esquemas de contratación o subcontratación; en algunos casos se nos obliga a firmar contratos pletóricos de obligaciones y carentes de cualquier derecho laboral y académico; muchos investigadores laboramos sin haber firmado contrato alguno, situación que nos coloca en la inminencia de la cancelación de nuestra participación en los proyectos en que nos desempeñamos. Cuando llegamos a firmar el contrato, jamás se nos entrega copia del mismo.

c) A veces, cuando los rescates y salvamentos arqueológicos se realizan mediante convenios con terceros, el INAH cede a las empresas responsables de la afectación de los predios, la contratación de los arqueólogos que realizarán la investigación, lo cual contradice la normatividad vigente en la materia, porque siendo una actividad sustantiva del INAH, la investigación arqueológica sólo puede realizarse por trabajadores del INAH, no por personal de las entidades privadas.

d) Inexplicablemente, a una gran cantidad de investigadores contratados, ya sea en el régimen de Capítulo 3000 o de “eventuales”, se nos obliga a firmar, junto con el contrato respectivo, una “carta de renuncia voluntaria”, que no sólo es ilegal, sino humillante.

e) Un amplio porcentaje de investigadores confinados en el Capítulo 3000, somos obligados, como condición para ser “subcontratados”, a presentar una fianza, y dos “cotizaciones” extras, de otros potenciales investigadores, para demostrar que nuestra propuesta es económicamente más asequible al “patrón”, es decir, al INAH. Ante esta inaceptable situación, los funcionarios del INAH argumentan que el procedimiento está “apegado a derecho” y a la normatividad emitida por la Secretaría de Hacienda. Quizás sea cierto, pero eso no implica que el acto se legítimo, porque en realidad los funcionarios del INAH son los causantes y promotores de esta terrible transformación de las relaciones de contratación de los investigadores.

Ante esta situación, los investigadores contratados del INAH, que constituimos el Movimiento 26 de Julio, junto con el Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH emitimos la siguiente:

DECLARACIÓN

1. Los profesores de investigación científica y docencia contratados del INAH son un elemento sustantivo de la Institución y no meros “prestadores de servicios”, condición a la que les ha confinado en el esquema actual de precarización laboral, el cual se está imponiendo mecánicamente desde una visión basada en una profunda ignorancia respecto a la relevancia y la responsabilidad del INAH frente a la realidad nacional, que, además, le ha sido conferida por las leyes en la materia desde su fundación.

2. Por años, los profesores de investigación científica y docencia contratados del INAH, se han integrado a proyectos y equipos de trabajo en un proceso formativo esencial también para el INAH mismo, generador de saberes y acervos relevantes para la Institución. Sin embargo, ya por años también, en una inexcusable falta de ética, el INAH ha faltado a sus responsabilidades básicas como patrón, imponiendo a los profesores de investigación científica y docencia contratados, esquemas que eluden el acceso a la seguridad social y a otras prestaciones básicas de ley, pagando de manera irregular y tardía y además salarios sin incremento a lo largo de los años.

3. Este maltrato inobjetable mina el proceso formativo y la identificación con la Institución, pero además, opera contra la formación de equipos de trabajo, orillando a los profesionales formados por el mismo INAH, comprensiblemente, a abandonarlo. Se trata de cientos de investigadores jóvenes que a menudo demuestran en su desempeño, a pesar de dichas circunstancias, su compromiso y su capacidad. De ahí que se trate de una grave irresponsabilidad institucional el permitir e instrumentar su precarización laboral, validando sin cuestionar esquemas administrativos y recortes impuestos por otras dependencias federales, atentando así contra la misma Institución.

4. Estos esquemas actuales de “prestación de servicios”, mercantilizan y cosifican a la investigación, maltratando no sólo a los profesores de investigación científica y docencia contratados, sino al INAH mismo, al enajenar su materia de trabajo, delegándola a terceros, despatrimonializando a nuestra Institución y colocándola en una situación de dependencia.

5. Lo que se encuentra detrás de esta situación no remite solamente a meros mecanismos administrativos, como se ha querido plantear por parte de los funcionarios, sino a una pérdida de sentido respecto a la identidad, la trascendencia y el cometido institucional del INAH.

6. El confinamiento de los profesores de investigación científica y docencia contratados del INAH, al Capítulo 3000 equivale a un despido masivo, injustificado e ilegal, que viola, además, todas las leyes federales en materia de patrimonio arqueológico e histórico, y de la existencia misma del INAH.

7. El Movimiento 26 de Julio de los profesores de investigación científica y docencia contratados del INAH, al unísono con el Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH, declaran su compromiso firme e inobjetable, de actuar por todos los medios y vías jurídicas, legales, políticas y civiles, siempre pacíficas, para lograr la completa transformación de su situación laboral y académica, en pro de los siguientes objetivos:

a) Erradicar inmediata y definitivamente el régimen de contratación por “Capítulo 3000” impuesto por los funcionarios del INAH.

b) Retornar al régimen de contratación en el Capítulo 1000, es decir, de “Personal de carácter transitorio” con el sueldo base al personal eventual.

c) Que el régimen de contratación de los profesores de investigación científica y docencia contratados, incluya todas las prestaciones socioeconómicas que se otorgan al personal de investigación científica y docencia de base en el INAH, y que estarán aplicándose mientras permanezca el tiempo de contratación establecido en los proyectos en que participan.

d) Trabajar de manera conjunta, para lograr que las instancias federales competentes otorguen al INAH el presupuesto necesario para incrementar paulatina, pero sustancialmente, la cantidad de plazas de tiempo completo de investigación científica y docencia, a modo que se dé la apertura para que en lo inmediato, se inicie la regularización laboral de los profesores de investigación científica y docencia contratados del INAH.

Estamos convencidos que la razón nos asiste.

Brevísima Relación de las Cosas del II Encuentro de Exalumnos de la ENAH (En Busca de los Exalumnos Perdidos o ¿Crónica de un Fracaso Anunciado?)

1

Por Tenejapanboy

El pasado jueves 30 de mayo de este 2013, en las instalaciones de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, se realizó el Segundo Encuentro de Exalumnos de la ENAH, hubo de todo, menos exalumnos, bueno, si los hubo, pero muy, muy pocos.

Muy muy pocos…

2

Códice Mendoza, los orígenes

Es triste volver a la alma máter donde uno paso buena parte de su juventud y comprobar, a lo largo de un día en específico, el poco interés que despertó este evento; el cual, al menos yo esperaba, debería tener una gran convocatoria, si no por los temas y conferencias que se presentarían, al menos por el morbo de reencontrarse con antiguos compañeros (las calvas, panzas, tintes y el clásico “no haz cambiado nada” ya es un trabajo digno del registro arqueológico), pero ni eso…

La historia de los encuentros de Exalumnos de la ENAH es corta, reciente y triste, cuentan las crónicas de la época (que como toda crónica es obligatorio que pongamos en duda su veracidad), que la primera versión tuvo a bien realizarse hace casi año y medio, y que, comparado con el que vivimos hace unos días, aquel encuentro comparado con el actual resultaba relativamente exitoso, y decimos esto con todas las reservas pues ese primer Encuentro también fue duramente criticado; pero al menos la asistencia fue más nutrida, y la organización llegó incluso no sólo al registro de los conferencistas, sino que también se preocupó del registro de los asistentes, teniéndose incluso el buen gusto de otorgar una credencial a los asistentes con la foto original del exalumno en sus años mozos (un verdadero trabajo de revisión histórico documental digno de felicitación).

Si nos remontamos a ese Primer Encuentro, veremos en retrospectiva que esa incipiente reunión de exalumnos de la ENAH, tuvo una duración de tres días (el segundo encuentro se limitó a un maratón de un sólo día), entre los días ocho y nueve de diciembre del 2011, dejando el sábado 10 para las plenarias, conclusiones y el convivió (que se convirtió, en un sacrificio ritual de botellas de tequila, tal y como debe ser entre esa tribu de incrédulos y deshumanizados seres conocidos como los antropólogos). Los trabajos del Primer encuentro se desarrollaron a través mesas de trabajo divididas por especialidades (http://www.enah.edu.mx/archivos/Programa_Egresados.pdf ). Si bien ese Primer Encuentro adoleció de muchas cosas, tal vez su principal logro fue haber creado ciertas expectativas que iban, desde la frívola idea de proporcionar a los exalumnos una credencial que los acreditara como tales, pasando por crear los medios necesarios para que la ENAH diera seguimiento a sus egresados, como toda buena alma máter que se precie de serlo lo hace; hasta llegar a la idea de crear una asociación de exalumnos, y por último, realizar este encuentro periódicamente (¡Santos inocentes Batman!).

Crónica de un Fracaso anunciado. Augurios del Desastre

¿Qué fue lo que en realidad sucedió? Pues que al siguiente año no hubo encuentro de exalumnos y de la credencialización y seguimiento de este espécimen menor (seguramente poco importante en la cadena alimenticia de los grandes dinosauros administrativos de la ENAH), quedó en veremos, como muchas de las acciones que la ENAH está acostumbrada a postergar. ¿Qué pasó? ¿Le quedó grande la yegua a la nueva administración? ¿A los exalumnos no les interesa este tipo de reuniones? ¿Las fechas que se propusieron para el encuentro fueron mal seleccionadas? ¿Los temas de las conferencias o los conferenciantes fueron poco atractivos? Pues quién sabe, esas preguntas son algo que flota en el ambiente y son ahora parte de la crónica de una muerte anunciada, porque, sólo quiero saber quién es el valiente que se avienta el reto de organizar un tercer Encuentro de Exalumnos de la ENAH y que además sea tan fregón que espere revertir los funestos resultados del reciente II Encuentro.

Brevísima Relación de las Cosas del II Encuentro de Exalumnos de la ENAH

Para muchos de los pocos entusiastas que esperábamos con ansias el II Encuentro de Exalumnos de la ENAH, el que en el año 2012 no se haya realizado la segunda versión de este acto académico era algo justificable, pues se había dado la transición en el mando de la administración de la Escuela y mientras se asentaba el nuevo Huey Tlatoani y tomaba conocimiento de los tejes y manejes de la dirección, pues lo más seguro es que entre todas las prioridades, los exalumnos podríamos esperar. En estas condiciones dio inicio el año 2013 y como que las esperanzas habían menguado, y pasó enero y febrero. Ya a estas alturas muchos de esos egresados, que poco tenemos que hacer y si mucho que criticar, habíamos perdido la esperanza de que se realizara otro encuentro de exalumnos, cuando sin deberla, ni temerla, casi a finales del primer trimestre del 2013 apareció por ahí, perdida, tímida, como con vergüenza, una convocatoria insertada en la página electrónica de la ENAH donde se invitaba a los interesados en participaren el II Encuentro de Egresados de la ENAH. La convocatoria prometía dos días de solaz esparcimiento que tendría como sede el Auditorio de los dos nombres, el Román Piña Chán (antes Giovanni Sappio), y tenía una serie de objetivos muy lucidores pero que en la práctica se quedaron nada más plasmados en el cartel.

2-encuentro-de-exalumnos-enah

Así que, de lo prometido en el cartel fue quedando muy poco. Para empezar se cambio la sede al interior de la escuela y en lugar del “Piña Chan” se mudaron las actividades a otro auditorio, más pequeño, el también de dos nombres “Auditorio Javier Romero Molina” (antes Juan Pablo Chang). En lugar de dos días (30 y 31 de mayo) se acomodó el programa de actividades a un sólo día, el jueves 30 de mayo.

3

Cartas de Relación

Pero ahora vayamos al momento cumbre de este relato, según informes de primera mano de un nativo, exalumno de la ENAH que presenció el inicio de este II Encuentro (pues un servidor por más que quemé mis naves, no logré ser puntual, por enésima ocasión), resulta que el señor director de la ENAH, el antropólogo físico José Luis Vera Cortés, no se dignó a bajar de sus aposentos reales para presidir la ceremonia de inauguración y para ello mando a un personero para que en su lugar lo hiciese. Después de este primer desaire (a la clausura menos se presentó), se dio inicio al ciclo de conferencias que tenían como desarrollo del programa el rol de mesas de trabajo, así pues, había la Mesa 1, Antropología Aplicada. La Mesa 2, perspectivas de la investigación antropológica. Mesa 3, Antropología y educación y la Mesa 4, Perspectivas de la antropología actual. Entre ellas se intercalaron dos conferencias magistrales, una del Dr. Manuel Gándara Vázquez titulada “Retos de la Antropología: patrimonio cultural, impacto social y aplicación del conocimiento.

4El Dr. Manuel Gándara en un auditorio casi vacío.

Y la conferencia magistral del Dr. Carlos Serrano Sánchez “Antropología y Educación: experiencias y prácticas”.

5Dr. Carlos Serrano exponiendo ante un auditorio casi vacío.

La calidad de las ponencias, como en todos estos casos fue desigual y al menos para un servidor, lo que más llamó la atención fueron los relatos de vida, en especial la diversidad de opciones de trabajo que para algunas especialidades ofrece el ámbito laboral. Como es obvio, la mayor fuente de empleos es la chichi del gobierno federal y en especial el INAH. La otra vertiente laboral es el ámbito pedagógico (UNAM, ENAH, UACH, UAEM, IIA, etcétera), y por último, los menos, los freelance.

La Visión de los Vencidos

¿Que fue lo que caracterizó este II Encuentro de Egresados de la ENAH? La ausencia, la ausencia de difusión, es increíble la escasa difusión de este Encuentro… en mi caso yo me enteré por un natural de la escuela quien me informó del encuentro, si no, ni por equivocación hubiera sabido del mismo. Por otra parte mis informantes me dijeron que la convocatoria estuvo algunas semanas en la página electrónica de la ENAH y poco después desapareció, cosa que más tarde pude comprobar cuando intenté buscar la información en dicho sitio.

¿Vino Indiana Jones?

Otra ausencia, la ausencia de asistentes, como es lógico, derivada de la anterior ausencia, si hay poca difusión, pues lo más seguro es que la asistencia se mínima y en este caso el augurio se cumplió y con creces, se dio el caso de que en el inicio de las mesas de trabajo estábamos presentes dos gatos y si nos hubiéramos salido los únicos asistentes hubieran sido los mismos conferencistas.

6

7

8Mínima asistencia.

Una ausencia más, la ausencia de autoridades, no se asomaron ni por equivocación, los únicos que se les vio echándole ganas fue un grupo de jóvenes que fungieron como encargados y que no dejaron de verse activos desde el acompañamiento de los conferencistas, hasta el simple hecho de poner café galletas y agua para los poquísimos asistentes, tomar fotografías y otorgar reconocimientos.

Ahí está el Detalle

La ausencia de crítica, poca fue la crítica contra la situación de la antropología actual. Crítica contra el desinterés de la comunidad de la ENAH a este evento. Crítica a la casi nula presencia de exalumnos, atribuida tal vez a la inoportuna programación, casi a media semana, de este encuentro. Por otra parte, algo que es digno de mencionar fue que los conferenciantes, en un acto de autosacrificio gladiatorio, aguantaron vara ante la escasa asistencia, otros más quisquillosos, hubieran aplicado la máxima que se relata en una anécdota que me relató mi compa de asiento en este evento, y que según las malas lenguas es atribuida a Cantinflas y que yo en un atrevimiento de los que me caracterizan, paso a relatarles y como buen cronista, le pongo de mi propia cosecha y lo manoseo un poco, como seguramente ya lo habrán hecho otros antes de mi “Según cuenta la leyenda, la gran estrella del firmamento cinematográfico de México, Cantinflas, fue invitado a dar una plática a cierto grupo de personas, y por quien sabe que malas artes, la asistencia a esta fue muy reducida, por lo que el mimo, a manera de disculpa y reclamo, dijo estas sabias palabras “Estimado auditorio, fui invitado a dar una plática, pero en vista de que ustedes son muy pocos para una conferencia y son muchos para invitarles a comer, me retiro agradeciendo su presencia” así o más claro.

Seguimos con las ausencia, la ausencia de compromiso institucional, porque no sólo la ENAH o sus directivos eran responsables de un evento como este, claro que ellos no son los directamente culpables de su nula convocatoria, pero también la culpa de este fallido Segundo Encuentro recae en las alta autoridades de CONACULTA y la SEP, pues al menos ellos aparecen en el cartel , y dan su aval a los organizadores; ellos se lavarán las manos, pues todos sabemos quién directamente es el que debe asumir toda la factura del fracaso.

Y no hablemos del costo, en personal, en equipo que se dispuso para que se realizara de buena forma este encuentro, en unos cuantos carteles y programas de mano y sumémosle las galletas, el café los bocadillos y los cheskos, porque ni una bebida espirituosa se dejó ver por la mesa de botanas. Además del tiempo y costo de desplazamiento de los conferenciantes que con toda buena o mala intensión fueron a su alma máter a presentar sus trabajos.

Por último, debo decir que es triste ver las ruinas de lo que pudo haber sido una gran obra, triste es presenciar el escaso interés que mueve un acto como estos, triste es ver un auditorio semi vacío y no ver el mínimo interés en revertir esa situación aunque fuera con acarreados, al puro estilo del partido en el poder; triste es tener la convicción que fuimos testigos involuntarios de lo que, si no se hace algo realmente importante y con un verdadero compromiso institucional, fue el último Encuentro de Exalumnos de la ENAH (Deseo equivocarme). Lo dijo muy bien el Dr. Serrano en su conferencia magistral, cada día es más difícil convocar a este tipo de reuniones, quizá esta fue una forma muy diplomática de queja ante la ausencia de un buen número de personas a su plática.

¿Conclusiones?

Es muy pronto para llegar a ellas en este momento, se necesita un buen trabajo de análisis para saber en qué fallaron los organizadores, puede achacarse el fracaso al desinterés de las autoridades, empezando por el director de la ENAH, pasando por los mismos egresados de la escuela, hasta llegar a las altas autoridades de CONACULTA y la SEP. Puede ser que no exista un legítimo interés en que se realicen este tipo de reuniones, pues para algunos es de poca utilidad o relevancia, o podemos pensar que las características propias de la labor antropológica impidan el que un grupo de antropólogos quieran, deseen, o les interese reunirse. O puede ser que no era el lugar, ni el momento propicio. O será que muchos de los exalumnos están tan echados al catre que prefieren no dejarse ver, no salir de sus cubículos universitarios, de sus trincheras de excavación o de sus taxis o salones de belleza, ¿quién sabe? Hay tantas razones y circunstancias como objetos de estudio tiene la antropología que sería bueno que algún antropólogo se aventara el volado de investigar que pasó con los egresados de la ENAH, ¿son un mito o una realidad? ¿En realidad existen o son producto de una leyenda urbana? o será que los Exalumnos son sólo aquellas vacas sagradas a las que hacían referencia en la exposición colocada en el recibidor de auditorio Romero, dando la bienvenida a los escasos asistentes a las conferencias. O lo que verdaderamente importa son los alumnos, ¿los Ex qué? Bueno hasta tema de tesis saldría por este caso.

9

11

_____

Fuente: https://tenejapanboy.wordpress.com/tag/ii-encuentro-de-exalumnos-de-la-enah/

Sergio Raúl Arroyo será el director del INAH

Sergio-Arroyo-Garc-1746197

México, DF.- El etnólogo Sergio Raúl Arroyo García fue designado hoy como director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en sustitución de Alfonso de María y Campos Castelló.

Arroyo García se ha desempeñado como director general y secretario técnico del INAH (2000-2005), además de haber sido titular del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Originario de la Ciudad de México y egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, cursó el doctorado en Arte y Antropología en esa institución, además de impartir clases en distintas casas de estudios como la UNAM, la ENAH, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Iberoamericana.

El autor del libro «Andrei Tarkovsky: tiempo sagrado, tiempo profano» ha ofrecido conferencias y cursos en la Universidad Complutense de Madrid, los museos La Pedrera de Barcelona y Guggenheim de Nueva York y Bilbao, lo mismo que en la Casa de las Américas en Madrid y el Museo Nacional de Antropología de México.

Encuentro de egresados de la ENAH