#LasPrestadas: El turismo es peor para el patrimonio que las guerras

Por Rut de las Heras Bretín

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Tres meses despues del terremoto en Nepal. la Plaza Taumadhi en el distrito Bhaktapur. / Bernardo Pérez

La negra lista de la barbarie está en lamentable y constante aumento: el arco de triunfo de Palmira, el templo de Baal -también en la ciudad Siria-, los iraquís museo de Mosul y esfinges de Nínive… Ejemplos recientes de la sinrazón de los ataques contra el Patrimonio Humanidad. La directora general de la Unesco, Irina Bokova, ha calificado como “intolerable” la destrucción de Palmira: “Cada uno de los ataques recientes nos insta a compartir todavía más el patrimonio de la humanidad, en los museos, las escuelas, la prensa, el hogar…”.

Sin embargo, las guerras no son el único, ni el principal factor que pone en peligro estos y otros lugares con excepcional valor histórico, artístico, arqueológico o arquitectónico. De los 802 sitios que forman la lista de patrimonio cultural de la humanidad, actualmente hay 30 que están en peligro. Antes de incluir a cualquier monumento o ciudad en este listado la Unesco realiza exhaustivos análisis sobre el estado de conservación. El documento que recoge las valoraciones de estos informes desde 1979 a 2013 concluye que los factores que más perjudican a los sitios patrimoniales son la mala gestión institucional: el desarrollo urbano descontrolado, las intervenciones y el uso inadecuado –como la sobreexplotación turística, este impacto ha pasado de un 8% de lugares afectados en 1985 a un 75% en 2013–, y otras intervenciones de la mano del hombre entre las que se encuentran, por ejemplo, los ritos religiosos, el vandalismo y los conflictos bélicos aunque estadísticamente en un porcentaje “insignificante”. Hasta 2013, los lugares destruidos por un ataque deliberado contra ellos habían sido 44. En la memoria colectiva se encuentra el hueco que los talibanes dejaron tras la destrucción de los colosales budas de Bamiyán (2001).

Hay cantidad de ejemplos de que el hombre continúa siendo un lobo para el hombre, para su historia y sus raíces. En la actualidad, la mayoría se encuentran en África y en Oriente Próximo, pero no solo ahí. Los edificios del puerto de Liverpool (Reino Unido), lugar desde donde partiría el submarino protagonista de la canción de los Beatles (aunque no oficialmente, el patrimonio inmaterial más importante de la ciudad inglesa) son patrimonio de la humanidad desde 2004. Fue uno de los centros más importantes de comercio marítimo en los siglos XVIII y XIX. En 2012 pasó a considerarse patrimonio en peligro por un proyecto en los muelles históricos que ampliará el centro de la ciudad, alterará el skyline, fragmentará y aislará –al menos de manera visual– las diferentes zonas del puerto. Ese mismo año también se deliberó sobre la torre Pelli en Sevilla. Un asunto que ha estado sobre la mesa en distintas ocasiones ya que se consideraba que el impacto visual de los 178 metros del edificio construido junto a la isla de la Cartuja afectaría a la catedral, los Reales Alcázares y el Archivo de Indias, el triángulo sevillano patrimonio de la humanidad. Finalmente se concluyó que “se evitarían desarrollos similares en el futuro de la ciudad hispalense”.

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Turistas visitan el Machu Picchu. / Martín Mejía (AP)

La condición de sitio protegido por la Unesco no impide todas las intervenciones, las estudia y si no perjudican perennemente al lugar se pueden permitir. Aunque no siempre estas actuaciones llegan a ser valoradas por el ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Históricos). Así, el pasado marzo la movilización ciudadana hizo que los organizadores del World Padel Tour retiraran la solicitud de realizar la competición en el anfiteatro romano de Mérida. Nada más saltar a la palestra la intención de realizar un torneo de padel en el edificio emeritense de 2.000 años de antigüedad, los grupos municipales de la oposición dieron la voz de alarma y distintas plataformas ciudadanas pidieron que no se llevara a cabo. Esto hizo que los organizadores echaran atrás su intención de celebrar allí el campeonato, incluso antes de que el comité de valoración diera su veredicto. La Unesco reconoce que si las intervenciones causan el menor impacto en los sitios y, sobre todo, si son reversibles se pueden utilizar. No son lugares vetados, son lugares protegidos y lo ideal es conciliar su desarrollo humano y económico con su conservación. Esto se debería tener en cuenta en sitios como el macizo de Machu Picchu (Perú), patrimonio de la humanidad desde 1983, en el que la sobreexplotación turística puede llegar a ponerlo en peligro. “Tiene exceso de visitantes en comparación con lo que puede absorber. Hay riesgo de deslizamientos de terreno”, explica Lucía Iglesias, miembro de sector de Relaciones Exteriores e Información Pública de la Unesco. “Hay que buscar vías de equilibrio para que esto no ocurra”. Como limitar las actividades que pueden realizar los visitantes, en las isla de Capri (Italia) están prohibidos los autobuses no residentes.

En el templo de Abu Simbel (Egipto), las autoridades decidieron modificar el entorno para soportar el impacto de las hordas de turistas que atascaban las carreteras de acceso y cuya respiración dentro del santuario -de más de 3.000 años- aumentaba la humedad y la concentración de dióxido de carbono facilitaba la formación de depósitos salinos en los muros. Para resolver los problemas de tráfico, se instauró la circulación en una sola dirección y para reducir la humedad y temperatura en la cámara funeraria se instaló un sistema de ventilación, creando así un oxímoron fruto de las necesidades actuales. Sergio Sánchez del Moral, investigador del CSIC y jefe del departamento de Geología del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, explica que en el patrimonio que se encuentra en medios subterráneos el impacto de las visitas es mucho mayor ya que sin ellas, en condiciones naturales, son ambientes muy estables.

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Turistas dentro del templo de Abu Simbel. / © Mohamed Abd El Ghany / Reuter (REUTERS)

Potosí, la ciudad boliviana cuyo nombre es sinónimo de riqueza extraordinaria, está hoy lejos del estado que le dio ese significado. En el siglo XVI era un gran complejo industrial, el suministrador de plata del imperio español, materia prima del “dólar de la época”, los ocho reales –modelo del dólar estadounidense actual–. Iglesias compara las instalaciones, que siguen siendo explotadas hasta la extenuación, con un queso gruyère, lo que pone en peligro tanto el lugar como los que lo trabajan por riesgo de derrumbe. Esta sobreexplotación llevó a Potosí a entrar en la lista de patrimonio en peligro en 2014 debido a su actividad minera incontrolada y la insta a buscar otras maneras de desarrollo económico.

Contra las catástrofes naturales es más difícil combatir y son otros de los motivos por los que un lugar puede entrar en la lista de patrimonio en peligro. La ciudad de Bam (Irán) sufrió un terremotoen diciembre de 2003 que dejó en nada sus construcciones de adobe. Seis meses más tarde, entró, a la vez, en la lista de patrimonio mundial y en la lista de patrimonio en peligro. Así, un grupo de expertos evaluó los daños y se pusieran manos a la obra en la reconstrucción de la ciudadela, una de las muestras más perfectas y mejor conservadas de la arquitectura en adobe del mundo. Como la peruana Chan Chan, una ciudad precolombina de adobe -anterior al imperio Inca-, que por la fragilidad del material, la dificultad de su estabilización por las condiciones climáticas extremas -la zona ha sufrido un aumento de lluvias por el fenómeno el Niño- y se ha elevado el nivel de aguas subterráneas, unidas a los insuficientes recursos destinados a su conservación se ve abocada a permanecer en la lista de riesgo. En los últimos años el cambio climático no solo está afectando al patrimonio natural, también al cultural. La desertificación, las inundaciones, los cambios de humedad y de temperatura, así como los cambios de flora y de faunia afectan a los materiales de construcción.

El caso contrario al seísmo de Bam es el ocurrido tras el terremoto en Nepal el pasado 25 de abril. El patrimonio de Katmandú quedó reducido a escombros, pero el Gobierno nepalí no quiso que se les incluyera en el listado de patrimonio en peligro. Fueron técnicos a valorar los daños, pero no están incluidos. Hay países que asocian este listado con un castigo y “el espíritu de la convención no es tal”, insiste Iglesias. La lista en peligro no es una sanción, es una oportunidad, sirve, entre otras cosas, para movilizar efectivos y fondos, no solamente económicos y no solamente de la Unesco. No es una lista negra, es una lista ámbar que indica “¡ojo!, precaución”.

El puente que desunió

El único lugar que ha salido de la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad ha sido el Valle del Elba en Dresde (Alemania), 18 kilómetros de palacios, praderas, pueblos, el centro de la ciudad con monumentos de los siglos XVI a XX. Fue incluido en la lista de Patrimonio mundial en 2004 pero el Ayuntamiento de la ciudad sajona tenía planeado levantar un puente que uniera las dos orillas del río, una autopista que repercutiría en la integridad del paisaje. En 2005 se convocó un referéndum para que los ciudadanos decidieran y la mayoría votó a favor de la construcción. Aun así, se detuvo por la intervención de la Unesco. En 2006 este sitio entró en la lista de Patrimonio en peligro para perder definitivamente en 2009 la distinción de Patrimonio de la Humanidad y ganar una vía que aligeraba el congestionado tráfico de la ciudad.

Es la segunda vez que esto ocurría, la primera fue en Omán, cuando el Estado decidió reducir el 90% del espacio del Santuario de Oryx árabe, una zona con un ecosistema único, lo que le hizo salir del listado de Patrimonio Natural de la Humanidad.

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Fuente: El País [http://cultura.elpais.com/]

DE LA CASA #55: «LOS GUERREROS DEL LIENZO» / HAQ.

Taza

Por Héctor Adolfo Quintanar

Introducción

Una de las más grandes fuentes de información sobre las culturas prehispánicas son aquellos documentos que contienen imágenes que remiten a la organización social, política y económica del México antiguo, y que hoy en día se conocen como códices. Este gran compendio de documentos ha sido objeto de estudios por investigadores que pretenden conocer más a profundidad la compleja forma de pensar e ideología de los grupos que los realizaron. Estas resultan ser fuentes históricas de primera mano, en la que los grupos indígenas dejaron constancia gráfica de su historia, religión, avances culturales, ciencia, ritos, ceremonias conquistas y guerras. En estos documentos se encuentra la información necesaria para conocer a las sociedades prehispánicas antes de la llegada de los españoles e incluso en la etapa de la conquista militar, ya que también existen otras fuentes denominadas como “Códices coloniales”, que ilustran el proceso de las guerras y evangelizaciones en la Nueva España.

Existen documentos de esta denominación prácticamente de todas las regiones de Mesoamérica como Oaxaca, Tenochtitlan, Zona Maya y Occidente, Entre algunos que mantienen cierto renombre son: La tira de la Peregrinación, Códice Fejérváry-Mayer, Códice Dresde etc… En Tlaxcala también se realizaron documentos históricos que contienen imágenes que reflejan aspectos claves de las culturas de la región y su historia. En este trabajo enfocado en el análisis de la ideología militarista Tlaxcalteca, se hace énfasis en tres documentos que contienen claras alusiones al tema guerrero y su representación gráfica. Estos son: El Lienzo 1 de Tepeticpac, El Códice Huamantla y El Lienzo de Tlaxcala”. Para este trabajo se tomará en cuenta a este último por ser el más representativo en cuanto a su iconografía.

Lienzo de Tlaxcala y sus guerreros

Este importante documento colonial incluye elementos que son de orígenes prehispánicos y coloniales. Está compuesto de una escena principal de mayor tamaño y 87 cuadros o escenas más pequeñas que deben ser leídas de manera horizontal de izquierda a derecha. En su principal escena es ilustrada la configuración política de Tlaxcala. Las subsecuentes, de menor tamaño, aluden a distintas etapas y hechos ocurridos durante la conquista militar y espiritual de la Nueva España. Se narran los hechos desde la llegada de Hernán Cortés a Tlaxcala, así como sus alianzas y batallas con los ejércitos indígenas tlaxcaltecas. Es a partir de la lámina o cuadro 49 que exclusivamente se centra la atención a las batallas libradas por los Tlaxcaltecas y españoles en la conquista de las distintas regiones mesoamericanas. Es probable que esté documento haya funcionado como un comprobante de la participación tlaxcalteca para recibir el favor de la Corona española.[1] En recientes investigaciones se ha dado a conocer que este lienzo realizado en la segunda mitad del siglo XVI, es el complemento a la magna obra del historiador Diego Muñoz Camargo, conformando un gran acervo de información histórica-pictográfica.[2]

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El análisis de las imágenes del Lienzo de Tlaxcala, estará enfocado en las escenas que tengan tintes militaristas o representaciones bélicas, con el objetivo de identificar aquellos elementos que puedan ayudarnos a percibir su ideología guerrera y su desarrollo militar. Aunque hay más de 150 cuadros donde se muestran batallas diversas, tanto anteriores como posteriores a la caída de Tenochtitlan, y por las fuentes escritas se sabe que los ejércitos Tlaxcaltecas participaron en ellas, aquí sólo se tomarán en cuenta aquellas donde claramente se note su presencia por medio de la representación de los emblemas de los cuatro grandes señoríos Tlaxcaltecas: Quiahuiztlan, Ocotelulco, Tepeticpac y Tizatlán.

Dentro de corpus pictórico que contiene el Lienzo de Tlaxcala, encontramos que existen 155 escenas de distintas temáticas, entre ellas están las que hablan del proceso de evangelización, la reproducción de los cuatro emblemas de los principales señoríos, el establecimiento de rituales y la configuración de la alianza con los de Cempoala y Tlaxcala. Sin embargo, existen 114 representaciones que presentan claro énfasis militar, puesto que revelan elementos como:

  • Batallas
  • Guerreros
  • Trajes militares
  • Armas
  • Topónimos de los pueblos en lucha
  • Jefes militares
  • Escudos con distintos diseños

Es necesario presentar cómo es que es que se distribuyen los emblemas que hacen constar la participación de los cuatro señoríos en las representaciones de las guerras de conquista en el Lienzo de Tlaxcala.

Tabla 1

Desde sus orígenes, Tlaxcala fue escenario de grandes movimientos poblacionales y políticos que en varias ocasiones desencadenaron guerras y militarización. El poder político, recae en gobernantes militares probablemente a partir de que se instauran en el territorio las oleadas chichimecas. Desde ese punto se comienza un gobierno militarizado hasta la llegada de los españoles. Posterior a la batalla de Poyauhtlan, los chichimecas establecieron un rango de nobleza a todos los caudillos militares que participaron en la batalla, conformando así un selecto grupo de hombres que desempeñarían su poder en la toma de decisiones a los cuales se les dio el nombre de Tecuhtles. Estos hombres eran los encargados de impartir la justicia, establecer las normas de conducta y reunirse en un consejo de guerra cuando la situación lo ameritaba.[3]

La imagen del guerrero tlaxcalteca en el Lienzo de Tlaxcala es una epopeya al esfuerzo y dedicación del combatiente Tlaxcalteca, mostrando siempre a un hombre ricamente ataviado luchando en la primera fila a un lado de Cortés con gran arrojo y siempre con sus más galantes y ricas ropas de guerra. Es probable que en el concepto de guerrero tlaxcalteca evocado en el Lienzo, se remita a los tecuhtles, o grandes señores Tlaxcaltecas. En el documento aparecen distintas “versiones ” de los guerreros tecuhtles de los diferentes señoríos. Cada uno porta una combinación diferente de atuendo, peinado y armas que los distingue de los demás, aparte de su distintivo emblema. A continuación se presentan los distintos tipos de combatientes que son ilustrados en el Lienzo para cada señorío con sus respectivos detalles.

Podemos decir que la sociedad Tlaxcalteca configuró gracias a sus costumbres, tradiciones e ideología, un estilo propio para poder plasmar sus valores militaristas hacia una sociedad que debía estar siempre preparada ante la posibilidad de una contienda armada. En las representaciones pictóricas se observa claramente como se conformó el estilo propio de la sociedad de Tlaxcala para imprimir una iconografía distintiva de la sociedad misma y de su carácter guerrero. En este caso se confirma por medio del análisis de las fuentes documentales y de las representaciones pictóricas de este pueblo en particular. Tenemos principalmente tres factores fundamentales, en donde se nota este enaltecimiento militar:

  • Vestimenta
  • Accesorios
  • Sistema de armamento

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Ilustración 1. Diferentes representaciones del Guerrero Tlaxcalteca en el Lienzo de Tlaxcala.

Las referencias de fray Bernardino de Sahagún y Diego Muñoz Camargo acerca de la indumentaria guerrera son muy precisas y nos permiten hacer comparaciones con los elementos pictográficos que ilustran tales atavíos distintivos. En cuanto a los adornos guerreros Camargo Menciona:

“Solían llevar a sus guerras muchas riquezas de oro y pedrería muy preciosa, y muy ricos atavíos según su modo”[4]

Y sobre los distintos elementos característicos de los guerreros que eran marcadores de un estatus social, adquirido por el aprendizaje y/o por sus méritos refiere:

“Les horadaban las narices y labios y orejas, y su sangre era ofrecida a los dioses. Allí (en el templo) les daban públicamente sus arcos y flechas y macanas y todo género de armas usado en su arte militar,(…) poníanles en las orejeras de oro, y bezotes de los mismo, (…) Pero como vamos tratando, se ponían en las narices piedras ricas y horadaban las orejas, narices y bezos, no con huesos ni cosas de oro ni de plata sino con huesos de tigres, de leones o de águilas agudas. A este armado caballero hacía muy solemnes y costosas fiestas, y daba grandes presentes a los antiguos caballeros, ansí de ropas como de esclavos, y oro y piedras preciosas y plumerías ricas, y divisas y escudos, rodelas, arcos y flechas…”[5]

El soldado cronista Bernal Díaz del Castillo hace una reseña de la indumentaria característica de los combatientes tlaxcaltecas en sus primeras rencillas durante las guerras de Conquista:

“Así salimos de nuestro real, y no habíamos andado medio cuarto de legua cuando vimos asomar los campos llenos de guerreros con grandes penachos y divisas, y mucho ruido de trompetillas y bocinas.”[6]

La imagen del guerrero Tlaxcalteca como símbolo de poder político y estatus social, es representada por los capitanes o caballeros. Estos hombres detentaban el cargo por ser parte de la nobleza o por sus méritos en la batalla. Dependiendo de su avance en la carrera militar, era que se podía implementar atributos distintivos como: armas, vestimenta, peinados y atributos, según su atuendo era el rango militar que ostentaba. Estos privilegios en la vestimenta podían serles retirados si en algún momento deshonraban con su cobardía o sus constantes derrotas a la entidad política que representaban. Una de las peores situaciones de transgresión en las que un guerrero podía verse inmiscuido era portar ropajes que no le correspondiesen.[7]

En esencia, el guerrero Tlaxcalteca era ilustrado en sus representaciones mostrando una actitud agresiva. Es un guerrero que va de pié utilizando un sistema de armamento que consta de armas defensivas como escudos e ichcahuipilli. Muestra las divisas del lugar al que pertenece y porta también armamento ofensivo: Arco, dardos o macuahuitl. En su cabeza lleva un peinado distintivo así como orejeras y bezotes.[8]

Tabla 2

Estos resultarían ser los aditamentos necesarios dentro de la plástica tlaxcalteca para hacer énfasis en la imagen del guerrero. Las ilustraciones de los combatientes tlaxcaltecas en las fuentes pictóricas, resaltan la importancia dentro de las élites militares y la fiereza con la que se aprestaban a la guerra. En el caso de esta sociedad en particular, conocemos todos que la historia ha catalogado en algunos casos a los Tlaxcaltecas como: traidores. Este mote, irresponsablemente utilizado proviene a partir de la ayuda que éstos mostraron a los españoles brindándoles su apoyo militar en la conquista de Mexico-Tenochtitlan. Este trabajo intenta, dentro de otras cosas, alejar al lector de esa imagen errónea de aquellos que establecieron una alianza contra sus enemigos buscando su bienestar político. Hay que destacar que la Nueva España, fue una creación de los españoles que conjuntaron grandes terrenos como una nueva nación, y que anterior a su llegada, los patrones y configuración política eran muy diferentes.

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Notas:

[1] Cruz, Sandra, “Lienzo de Tlaxcala” en: Revista “Arqueología Mexicana” #42 ed. Especial. P.46.

[2] Bonilla, Jesús. Información personal.

[3] Muñoz, Camargo, Diego. “Descripcion de la provincia de Tlaxcala”. p.153.

[4] Ídem.

[5] Ibídem.

[6] Díaz del Castillo, Bernal, “Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España”. Porrúa, México, 2011p. 112.

[7] Op. Cit. Vié-Wohrer. p.221.

[8] Elementos del guerrero Tlaxcalteca. Lienzo de Tlaxcala.

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Fuentes:
1. Díaz del Castillo, Bernal, “Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España”. Porrúa, México, 2011
2. Muñoz, Camargo, Diego. “Descripción de la provincia de Tlaxcala”.
3. Lameiras, José, “El encuentro de la espada y el acero”, COLMICH, 1994. México. p.18.

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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons, Atribución-NoComercial 2.5 México, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #55″. México 2014. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

La antropología al servicio del Estado militarizado

 

La antropología al servicio del Estado militarizado

Gilberto López y Rivas

 

El antropólogo estadunidense David H. Price se ha distinguido entre sus colegas por oponerse al uso de la antropología por parte del gobierno de Estados Unidos como una herramienta más de sus guerras contrainsurgentes y ocupaciones neocoloniales en el ámbito mundial; por defender un código de ética que establece responsabilidades y lealtades de los antropólogos con respecto a las poblaciones bajo estudio, las cuales tienen que ser protegidas de cualquier daño en su integridad y sus intereses; y por denunciar el uso mercenario de la disciplina.

Recientemente, Price publicó un libro de lectura indispensable, Weaponizing anthropology, social science in service of the militarized state, Counter Punch-AK Publications, 2011, en el que expone sus críticas fundadas a la nueva generación de programas contrainsurgentes, como los equipos de científicos sociales (Human Terrain Systems), que forman parte de las unidades de combate de las tropas de ocupación en Irak y Afganistán, así como los programas universitarios (Minerva Consortium, Pat Roberts Intelligence Scholars Program, Intelligence Community Centers of Academic Excellence) que facilitan con renovado vigor las incursiones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y el Pentágono –entre otros organismos– en los campus de las instituciones de educación superior estadunidenses, convierten a las ciencias sociales en un apéndice del estado de seguridad nacional en el que se ha transformado el poder hegemónico del sistema imperialista mundial y trasmutan a las universidades en obsecuentes extensiones de su estructura militar.

La Sombra militar de la antropología es el título de la introducción, en la que Price destaca que la guerra contra el terrorismo de George Bush redescubre los viejos usos del conocimiento antropológico por los militares, adaptándolo a las necesidades de las guerras asimétricas y contrainsurgentes de última generación y a la ocupación de regiones identificadas por la presencia significativa de grupos étnicos o tribales.

En la primera sección, Política, ética y el regreso triunfal y en silencio del complejo militar y de inteligencia a los campus, se hace un recorrido histórico del involucramiento de la antropología con las empresas coloniales, la conquista y el genocidio, entendiendo que no existe la neutralidad política en la disciplina. La historia de los inicios de la antropología establece los vínculos de las tradiciones antropológicas estadunidenses, británicas, francesas, holandesas y alemanas con la expansión colonial en África, Asia, Indonesia y sobre los territorios de los pueblos indígenas de América. Se describen los problemas éticos y políticos de los antropólogos y de otros científicos sociales relacionados con los militares y las agencias de inteligencia y de cómo se ha innovado en cuanto a los programas universitarios establecidos en beneficio del aparato militar-industrial y de inteligencia del Estado.

En la segunda parte, Manuales: deconstruyendo los textos de guerra cultural, se examinan críticamente los documentos militares filtrados o ya publicados, con el objetivo de entender cómo las nuevas iniciativas castrenses y de inteligencia buscan poner bajo control a la ciencia social para sus propios fines en las actuales y futuras misiones bélicas. Estos manuales militares conciben la cultura como una mercancía identificable y controlable que puede ser usada por estrategas militares y organismos de inteligencia como una palanca para intervenir y manipular a su favor poblaciones enemigas, ocupadas o resistentes. Price comenta acerca de la ausencia en estos manuales de cualquier tipo de comprensión sobre las complejidades de la cultura que están presentes en los escritos de los antropólogos, las cuales son ignoradas, dejando en su lugar simplificadas narrativas que refuerzan estereotipos sobre vastas regiones de la diversidad. Las formas más reduccionistas de la antropología son asumidas por las concepciones castrenses en torno a la cultura. El libro ofrece comprobación detallada sobre la falta de escrúpulos intelectuales y de ética profesional de los antropólogos que participaron en la elaboración del último manual de contrainsurgencia (Counterinsurgency field manual No. 3-24), editado por la Universidad de Chicago, quienes plagian libremente los conceptos de reconocidos autores, sin las referencias bibliográficas debidas y sacándolos de contexto, en lo que Price califica como pillaje académico.

Finalmente, en la última sección, Teorías de contrainsurgencia, fantasías y crudas realidades, el autor considera una variedad de usos contemporáneos de la teoría de la ciencias sociales y la información con la que cuentan en apoyo a las operaciones de contrainsurgencia en la llamada guerra contra el terrorismo, incluido el entrenamiento y las políticas de los equipos de antropólogos y científicos sociales que actualmente trabajan en Irak y Afganistán.

La contrainsurgencia culturalmente informada –acorde con Price– presenta tres tipos de problemas para la antropología: éticos, políticos y teóricos. El problema ético está relacionado con la manipulación y el daño probable a poblaciones investigadas que debieran consentir voluntariamente ser estudiadas; el político consiste en usar a la ciencia antropológica para apoyar proyectos neocoloniales de conquista, ocupación y dominación; mientras el teórico se expresa en descansar en un simplificado reduccionismo acerca de la cultura destinado a explotar algunas características locales no sólo para supuestamente reducir el conflicto, sino en realidad para derrotar a los insurgentes.

Dos preguntas desde América Latina: ¿qué alcance tiene este tipo de prácticas en nuestros países? ¿Qué hacemos los antropólogos y nuestros colegios profesionales para contrarrestar o al menos denunciar estas estrategias de la antropología contrainsurgente de Estados Unidos?

 

Fuente: La Jornada, liga al artículo original aquí.

VI Coloquio de africanías

Viernes 24 Septiembre
10:00 hrs.
VI COLOQUIO AFRICANÍAS
Organización y colaboración:
Seminario Poblaciones de origen africano en México, DEAS-INAH
Coordinación Nacional de Difusión, INAH
IRD
Proyecto Internacional AFRODESC-EURESCL
Proyecto Internacional La Ruta del Esclavo, UNESCO

Mesa 1 (10:00 a 11:00 hrs.)

Afrodescendientes en el movimiento de Independencia

Presentación: Adriana Naveda
UV

Reflexiones: Arturo Mota (DEAS-INAH), Araceli Reynoso (UNAM), Teresa Pavía, (INAH-GUERRERO)

Moderador: María Guevara (UG)
Mesa 2 (11:00 a 12:30 hrs.)

Africanos y afrodescendientes en la historia de México: nuevos temas, enfoques y perspectivas

Presentación: María Elisa Velázquez
INAH/AFRODESC/UNESCO

Reflexiones: Cristina Masferrer (ENAH), Sandra Luna (Instituto Mora), Rafael Castañeda (Colegio de Michoacán), Citlali Domínguez (Instituto Mora), Joan Bristol (Mason University, Fairfax, Virginia)

Modera: Alejandra Cárdenas (UAGRO)

Mesa 3 (12:30 a 14:00 hrs.)

Comunidades de afrodescendientes en el presente de México: nuevos temas, enfoques y perspectivas

Presentación: Odile Hoffman (IRD/AFRODESC)

Reflexiones: Gabriela Iturralde (UNAM),), Carlos Ruiz (Fonoteca-INAH), Citlali Quecha (UNAM),), Elisabeth Cunin (IRD/CIESAS), Glyn Jemmott (México Negro AC)

Modera: Nayelli Juárez (CIESAS)

Video (14: a 15:00 hrs.)
Rutas de Esclavitud: una visión mundial, UNESCO

A través de entrevistas con especialistas, este video ofrece una visión general sobre las características de la esclavitud africana en el mundo. Elaborado bajo la coordinación y asesoría del comité científico de la Ruta del Esclavo de la UNESCO.

16:00 hrs.
VI COLOQUIO AFRICANÍAS

Mesa 4 (16:00 a 18:00 hrs.)

II Parte
Comunidades de afrodescendientes en el presente de México: nuevos temas, enfoques y perspectivas

Presentación: Gloria Lara (UMSNH)

Reflexiones: Jesús Serna (CIALC-UNAM), Luis Daniel Lagunes (UNAM), Natalia Gabayet (Difusión/ INAH), Gabriel Loya (), Alejandro González (Subdirección de Etnografía/ INAH)

Moderador: Sergio Peñaloza
México Negro

18:00 hrs.
VI COLOQUIO DE AFRICANÍAS

PRESENTACIÓN EDITORIAL:
Diáspora, nación y diferencia. Política e Identidad, Odile Hoffman (coord.)
INAH, CEMCA, IRD, UNAM, 2010 (Serie Africanías 4)

Presentación: Carlos Agudelo (CEMCA-Guatemala) Catharine Good (ENAH)

Moderadora: María Elisa Velázquez (INAH-AFRODESC-UNESCO)

Música
La Negra Graciana, Sones de Veracruz
Graciana Silva García, alias “La Negra Graciana”, nació en Puente Izcoalco, cerca de Veracruz. Su familia estuvo desde siempre ligada a la música: su padre tocaba la jarana, su madre cantaba e improvisaba versos, su hermano Pino toca la jarana y el violín.

La Negra Graciana aprendió a tocar el arpa cuando tenía diez años. Por ese entonces, su padre la llevaba a las tradicionales fiestas de la región para tocar a cambio de las monedas que le acercaban sus ocasionales oyentes. Tal era la sensibilidad y el dominio de su instrumento, que la fama de Graciana se extendió por los alrededores de Veracruz y el mundo presentándose en importantes foros como el Royal Festival Hall y el Barbican de Londres, el Harbour Center de Toronto y el Théâtre de la Ville de París.

AUDITORIO JAIME TORRES BODET

Congreso Internacional de Mayistas