#LasPrestadas: El Albarradón Prehispánico de Ecatepec, en defensa por la sociedad civil y su destrucción por el Gobierno y los empresarios privados.

Por José Manuel Marmolejo Delgado

Como todos sabemos la Ciudad de México Tenochtitlán fue edificada en un islote en medio del enorme Lago de Texcoco, cuya cuenca abarcaba desde Tlahuac-Xochimilco, hasta Xaltocan-Zumpango y desde Texcoco, hasta las laderas poniente del actual Valle de México.

Nuestros antepasados precuauhtémicos, evitaron las inundaciones de la Ciudad de México Tenochtitlán y de otras poblaciones ribereñas, por medio de un sistema de diques en la región lacustre.

Esta ingeniería hidrológica de avanzadísima tecnología, permitió el florecimiento de la cultura y de la vida humana en el Anáhuac y en lo que hoy conocemos como la Cuenca del Valle de México. Se componía de veintiséis albarradas aproximadamente, de las cuales, México hasta la fecha, cuenta con un último vestigio, el cual es de la mayor importancia: el Albarradón de Acalhuacan Ecatepec, mismo que debe ser elevado al rango de Patrimonio de la Humanidad, tal como recientemente se logró con el Acueducto del Padre Tembleque.

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El día 7 de marzo de 2001, fue emitido el Decreto Presidencial que declaró al Albarradón de San Cristóbal como Zona de Monumentos Históricos, documento publicado en el Diario Oficial de la Federación a los dos días de su proclama, con lo cual el Albarradón quedó protegido por la Ley Federal de Monumentos Históricos.

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El Albarradón de Ecatepec, es un monumento histórico nacional, debido a que, de acuerdo a la Ley en la materia, es de origen colonial. Esta Ley establece que las construcciones hechas de 1521 a 1900, son monumentos coloniales y las anteriores a la Conquista, son monumentos arqueológicos. Sin embargo existen registros del origen prehispánico del Albarradón de Ecatepec, que es representado en el Códice Xólotl, del Siglo XII, como una canoa que cruza el Lago de Texcoco del cerro del Ehécatl al de Chiconautlan, imagen que contiene la marca de unos pies descalzos, cuyo significado es que se trata de un camino.

Diversos arqueólogos sostienen que este monumento es pre americano (sic), existiendo una fuerte polémica entre los especialistas, ya que algunos de ellos, -más cercanos al oficialismo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)- son opuestos a la tesis del origen precuauhtémico y otros afirman, incluso que se trata del Albarradón de Nezahualcóyotl.

Para nosotros, que somos la sociedad ecatepeca, no hay duda del origen indígena del Albarradón y de que los españoles dieron continuidad a las técnicas indígenas en la edificación colonial del dique. Toda la concepción constructiva del Albarradón, es precortesiana y se empleó en su edificación, mano de obra indígena en un cien por ciento. La reconstrucción colonial se basó en la explotación del trabajo autóctono, ocasionando el derramamiento de sangre, el sufrimiento e incluso la muerte de muchos obreros de la construcción, tal como lo narra con toda certeza el oidor Alonso de Zorita.

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El Monumento Histórico Albarradón de Ecatepec -que debería haber sido preservado por los mexicanos, tal como los romanos protegen la Vía Apia y los chinos su Muralla- ha sobrevivido en el más irresponsable de los descuidos, no sólo por parte de la sociedad, que no lo ha sabido apreciar, sino también por los gobiernos que han evadido su obligación legal de protegerlo, así como de los empresarios y políticos que han adquirido lotes anexos al Monumento y con su actividad lo han ido destruyendo.

(Memorial de agravios)

El Albarradón de Ecatepec, con la complicidad de los diferentes ámbitos de gobierno, tanto municipales, como estatales y el federal, ha sufrido enormes daños, de los que hacemos breve reseña:

A nuestro dique le fue derrumbada parte de su estructura con la construcción de la Autopista a Pachuca en los años sesenta del siglo pasado y más recientemente el Gobierno Federal destruyó sus contrafuertes, con la ampliación de esta vialidad a la altura de la Av. Revolución en Ecatepec.

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En el año 2005, el INAH, en reunión con la sociedad ecatepense en la Casa de Morelos, aseguró que no cedería un sólo centímetro del dique al Circuito Exterior Mexiquense, pero contraviniendo este compromiso, dicho Instituto autorizó el derribo de 200 metros de la barda colonial del Albarradón, para construir los accesos a la caseta de cobro de dicha autopista, que es de propiedad española. Con motivo de esa misma obra, el nuevo extremo cercenado del Albarradón fue encapsulado inexplicable y brutalmente con cemento.

Cuando los integrantes de Amigos del Albarradón A. C., exigimos al Centro INAH, Estado de México, que detuviera este atentado, su Delegada, la Arqueóloga Teresa García García, respondió por escrito que nuestra Asociación no tenía por qué cuestionar al INAH, ni dicho Instituto por qué respondernos. Aseguró que ese tramo del Albarradón era un agregado de los años sesenta del siglo pasado. Le exigimos a Teresa García que nos demostrara su dicho, respuesta que nunca nos dio, pues evidentemente es falsa.

Esa actitud de la Arqueóloga Teresa García García, pone evidencia que para la burocracia del INAH, el pueblo es estúpido, ignorante y crédulo. Qué equivocados están. El INAH, para desgracia de todos los mexicanos, se ha convertido en el enemigo público número uno de los monumentos históricos del país y del Patrimonio Cultural de México, pues su burocracia, -integrada por arqueólogos, antropólogos, abogados y arquitectos- se ha dedicado a corromperse, otorgando licencias a particulares, para que hagan construcciones encima del Patrimonio Histórico del país, aprovechando la laxitud de la Ley, que autoriza a esa institución -que debería ser garante de la riqueza cultural de la nación- a dar dichos permisos, a cambio ¿de qué? Tales son los casos de los arqueólogos Ricardo Jaramillo Luque, Delegado del INAH en el Estado de México y Raúl García Chávez, responsable de proteger el Albarradón de Ecatepec.

Ambos otorgaron la licencia para que se construyera el Mexibús dentro de la zona protegida por la Ley, como Zona de Monumentos Históricos y de hacerlo correr a metro y medio del Albarradón, además de que permitieron que se construyera una barda de concreto armado que corre paralelamente al Albarradón, impidiendo su visibilidad en un noventa por ciento, creando un hueco entre el Monumento y la nueva muralla, que no sólo se convertirá en basurero y represa para que ahí se acumule en agua de lluvia, que dañará al Albarradón, sino que también imposibilitará la investigación arqueológica futura en torno a nuestro Monumento.

¿Por qué se obstinaron en pegar el Mexibús al Albarradón, si lo pueden hacer circular por el Par Vial, o pegado a la barda de los Héroes, a treinta metros de distancia?

Pudo más, en Jaramillo y en García Chávez, la presión de la empresa privada constructora del Mexibús, que el complimietno de su obligación, como arqueólogos y como funcionarios públicos del INAH, de proteger el Patrimonio Cultural de México.

Nuestras asociaciones, Centro de Estudios Mesoamericanos y Amigos del Albarradón, con toda oportunidad y de acuerdo a los mecanismos legales, en repetidas ocasiones solicitamos al INAH, al Gobierno del Estado de México y al Gobierno Federal, la modificación de la ruta del Mexibús, para no lesionar el Monumento, pero las autoridades han puesto oídos sordos. La realidad es que con el tiempo tienen planeado construir una nueva vialidad entre el Mexibús y el actual trotadero y ciclopista, que dé servicio a los nuevos fraccionamientos, con los que se está destruyendo toda la zona agrícola y ecológica entre Ecatepec y Pachuca.

Puede más el poder de los fraccionadores, que la defensa del Patrimonio Cultural de México.

La ICA, empresa contratista del Circuito Exterior Mexiquense, a mediados de la década pasada, destruyó todo el piso original colonial del Camino Real a San Cristóbal, detrás de la Casa de Morelos -calzada que forma parte del Albarradón de Ecatepec- al pasar sus camiones pesados encima del Monumento y sobre el Puente Compuerta de San Cristóbal. En esa época los transportes de esa empresa privada entraban a la Casa de Morelos -museo que está a cargo del INAH- a dejar material de construcción y pasto en rollo, a cambio ¿de qué? Pues, evidentemente a cambio de mordidas y de vender el Patrimonio Histórico de México. Se llegó al extremo de que los albañiles de esa empresa abrieran un boquete en la pared del Albarradón, para poder pasar a efectuar compras en la tienda ubicada del otro lado de donde estos individuos estaban laborando. El INAH, nunca hizo nada para detener esta destrucción.

En ese mismo sitio, dentro de la Zona de Monumentos Históricos de Ecatepec la empresa española, dueña del Circuito Exterior Mexiquense, ubicó su estacionamiento de camiones y equipo pesado de trabajo, ocasionando daños irreversibles al lugar.

Entre el Puente Compuerta de San Cristóbal, la Capilla Colonial de San Juan, la Casa de Morelos y el Puente de Fierro, estuvo instalada una bodega de desechos industriales, que además de dar muy mal aspecto a la Zona de Monumentos, constantemente tiraba la barda del Albarradón, con sus grúas y montacargas. Además esos desechos se incendian con frecuencia.

El legendario Puente Compuerta de San Cristóbal, otro orgullo del municipio -y que podemos admirar en múltiples fotografías antiguas y en la película El Rayo del Sur, filmada en el año 1946-, es un basurero, en el cual crece la hierba silvestre y estuvo invadido por una familia como su irregular asentamiento.

El INAH, dio ilegalmente licencia para que la empresa española concesionaria del Circuito Exterior Mexiquense, instalara su caseta de cobro encima de los basamentos de viviendas, cementerios y de dos temazcales prehispánicos.

El Gobierno Municipal de Ecatepec, durante la administración 2000-2003, cuyo titular era el alcalde Agustín Hernández Pastrana, instaló el estacionamiento de camiones recolectores de basura, encima de la zona prehispánica de Acalhuacan, (lugar donde tienen sus canoas), destruyendo todos los vestigios existentes en el área, pues con sus trascabos extrajeron y aplanaron la tierra, llevándosela a tirar como relleno en otro lugar.

La empresa fraccionadora Grupo Sadasi, destruyó, con el aval del INAH, cerca de cien metros del Albarradón para abrir la Av. Primero de Mayo, que da entrada a las gigantescas secciones del desarrollo urbano, denominado Los Héroes de Ecatepec y de Tecamac, así como La Guadalupana.

El Puente Compuerta de San Juan, -ubicado junto al Puente de Fierro- fue derribado por un vehículo pesado y el INAH, en lugar de restaurarlo, sólo lo cubrió de cal. También, este monumento es ocupado como sitio de taxis y sus operadores suben sus automóviles al túnel colonial, afectándolo gravemente.

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El INAH ha permitido toda una serie de violaciones a la Ley de Monumentos Históricos y al decreto presidencial del 7 de marzo del 2001, al negarse a actuar en consecuencia por las afectaciones que varias empresas particulares han hecho al Albarradón de Ecatepec y a su Zona de Monumentos Históricos, tal como es el caso de la propiedad, -colindante al monumento-, perteneciente al ex diputado local por el PRI, Marco Antonio Gutiérrez, apodado «el Manotas», que de manera ilegal ha hecho perforaciones en la zona y renta en comodato el terreno a diversas empresas, como fue el caso de la compañía vendedora de automóviles usados Rodríguez, que rellenó con cascajo la Zona de Monumentos y derribó la barda superior poniente del Albarradón, mezclando la piedra original con el cascajo, con el objetivo de abrir la vista hacia su sala de exhibición.

El INAH ha permitido la colocación, -prohibida por la Ley en las Zonas de Monumentos- de toda una serie de anuncios espectaculares, incluyendo tres electrónicos, colocados exactamente en la boca de la entrada del túnel de San Juan.

En el año 2001, el Gobierno Municipal de Ecatepec, dio inicio a los trabajos para la presunta ampliación de la Antigua Carretera a Pachuca, a la altura de la colonia Izcalli Jardines, dentro de la Zona de Monumentos Históricos Albarradón de Ecatepec. Con sus palas mecánicas y trascabos, dicho gobierno golpeó la piedra histórica del monumento, fracturándola y ocasionándole graves daños. Así mismo, trasladaron una gran cantidad de piedra del monumento a otro sitio.

El INAH permitió todo tipo de pintas publicitarias en las paredes del Albarradón y en las bardas de las propiedades colindantes, también prohibidas por la Ley de Monumentos Históricos.

A lo largo del todo el Albarradón de Ecatepec -erróneamente destinado a ser carretera de vehículos pesados en 1925, por gobiernos insensibles como el de Plutarco Elías Calles, fundador del PRI, basándose en el hecho de que fue camino peatonal precolombino y para carretas en la Nueva España- constantemente se han registrado colisiones de automotores contra los muros de piedra del monumento histórico, sin que el INAH se ocupara de efectuar las restauraciones que el más elemental respeto a la Ley y al pasado histórico del país determinarían.

No se ha respetado el Decreto Presidencial del 2001, que establece legalmente quince metros de protección al Albarradón de Ecatepec a partir del eje de la carretera, e incluso hasta de treinta y cinco metros a los largo del Acueducto México Chiconautlan. En el terreno que da inicio en la avenida Primero de Mayo y termina hasta el actual trotadero, en el kilómetro 24 de la antigua Carretera a Pachuca, se edificaron diversas construcciones que no respetan esa distancia marcada por el Decreto Presidencial y que son propiedad del político.

En los años sesenta del siglo XX, la ignorancia y desdén hacia el pasado glorioso de la Patria, sobre todo de la Patria indígena, se permitió el derribo del muro superior oriente del Albarradón y de sus contrafuertes para ampliar el espacio de circulación vehicular de la Carretera Federal de Pachuca, ¿Cómo fue posible éste acto de destrucción, si en esa época, igual que en la actual, existía suficiente espacio para liberar de la circulación al Albarradón de Ecatepec y sustituir el tramo Puente de Fierro Venta de Carpio, con un libramiento que corriera paralelamente a lo que actualmente son las autopistas a Pachuca y a las Pirámides? Con esa misma actitud de irrespeto al pasado prehispánico y colonial, en los años sesenta fue derribada la Capilla Puente Compuerta de San Bartolomé y taponeadas las entradas de sus tres túneles, mismos que fueron atravesados por tuberías metálicas.

A principios de la década pasada, el Gobierno del Estado de México amplió la carretera federal a Pachuca, en su tramo Palomas –Venta de Carpio, sobre la Zona de Monumentos Históricos Albarradón de Ecatepec, construyendo una guarnición de concreto y una rampa sobre la estructura del Monumento. Posteriormente abrió una nueva rampa sobre el monumento. El impacto de los vehículos pesados, al bajar del Albarradón hacia la nueva vialidad, provocó que la estructura de los edificios adyacentes quedara cuarteada.

En el año 2009, el INAH dio licencia para que sobre el Albarradón de Ecatepec, en el tramo que comprende del Puente Compuerta de San Bartolomé o Chiconautla a Venta de Carpio, sobre el Albarradón se construyeran los carriles del Mexibús que corre del Metro Ciudad Azteca a Tecámac, lo que ocasionó graves daños a la estructura colonial del Albarradón, como fue el colapso de la única pared que quedaba de dicho puente, la cual está sujetada con una estructura de metal para evitar su caída. Gracias a la denuncia de nuestras asociaciones, el INAH intervino suspendiendo temporalmente la obra, realizando algunos trabajos de excavación, para luego otorgar las licencias que permitieron usar el Albarradón como carril doble del Mexibús.

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En el año 2012, el Gobierno del Estado de México inició la construcción del Par Vial, cuya finalidad era crear un camino alterno al Albarradón de Ecatepec, para disminuir los embotellamientos vehiculares ocasionados por el desarrollo urbano inmoderado en la zona. Para dar paso a esa obra, se amplió la avenida Primero de Mayo y a pesar de la experiencia anterior de que ahí se encontraba la estructura del Albarradón, los constructores ocasionaron nuevos derribos al golpearla con su maquinaria. El INAH, momentáneamente suspendió la obra e hizo algunos trabajos de investigación, pero finalmente otorgó la licencia correspondiente para su continuación.

(Situación actual)

A finales del año 2014, el Gobierno del Estado de México y una empresa privada, iniciaron la construcción de la línea del Mexibús Indios Verdes – Tecámac, sobre la Zona de Monumentos Históricos del Albarradón de Ecatepec, a metro y medio de distancia de la estructura del dique colonial, sin el permiso del INAH. Cuando nuestras asociaciones reportaron al INAH, que se efectuaban esos trabajos prohibidos por la Ley, dicho Instituto intervino, sin suspender la obra y solamente realizó estudios en el área, mediante diversas excavaciones y pozos de aproximación. En los trabajos de formación de los carriles del Mexibús, la empresa constructora empleó maquinaria pesada, con el consiguiente daño que esto origina a la estructura de los muros de la albarrada.

El Centro de Estudio Mesoamericanos y Amigos del Albarradón, hemos planteado al Gobierno Federal, al Gobierno del Estado de México y al propio INAH, diversas alternativas de ruta para esa línea del Mexibús, evitando que pase sobre la Zona de Monumentos Históricos y dañe al Albarradón.

La principal opción es que el Mexibús circule por la obra inconclusa denominada Par Vial, bajo las siguientes consideraciones:

A) No se afectaría el Patrimonio Histórico de la Nación.

B) El Par Vial, se encuentra – en su zona más alejada- a tan solo cuatrocientos metros del sitio en donde se pretende construir el paso del Mexibús y ya a la altura de la avenida Palomas, a sólo cuarenta metros, disminuyendo esa distancia hasta veinte metros en Venta de Carpio.

C) El nuevo derrotero del Mexibús, daría servicio a los habitantes de las colonias Ruiz Cortines, en el paradero Casa de Morelos y Puente de Fierro; Izcalli Jardines y la Veleta, en la parada de Las Palomas, pero su cobertura se ampliaría sustancialmente al cruzar sobre múltiples secciones habitacionales de las colonias denominadas Los Héroes, además de la colonia La Guadalupana. Estas pobladísimas comunidades no serían atendidas por el Mexibús, si se insiste en hacerlo circular por el Albarradón de Ecatepec.

D) Se concluiría la construcción del Par Vial -sin desviarlo hacia el Albarradón- hasta Venta de Carpio, donde el Mexibús procedente de Indios Verdes, entroncaría sobre el ramal ya existente que corre por la Carretera Federal a Pachuca.

En la actualidad el Par Vial es tierra de nadie y se ha convertido por su aislamiento en una zona de altísimo peligro para la seguridad de los ciudadanos, por lo que su empleo como carril del Mexibús, cambiaría diametralmente su actual condición.

La construcción del Mexibús a metro y medio de distancia del Albarradón, a lo largo de tres kilómetros, dañaría definitivamente este Monumento Histórico con el paso de camiones y con la construcción de sus estaciones. Parte de su estructura, como la colindante al Puente Compuerta de Cristo Rey, quedaría enterrada debajo de los carriles y estaciones del Mexibús.

La construcción del Mexibús en la Zona de Monumentos Históricos Albarradón de Ecatepec, acabaría para siempre con la posibilidad de realizar nuevas investigaciones en el área y con el objetivo final que debe ser el rescate pleno del Monumento, en toda su grandiosidad, su exhibición pública y turística, como muestra del alto desarrollo de la Ingeniería Hidráulica Prehispánica y su influencia determinante en la hidráulica colonial.

Con la construcción del Mexibús en ese espacio, se eliminaría en su totalidad la posibilidad de restaurar a plenitud el Monumento y la alternativa racional de elevarlo a Patrimonio de la Humanidad.

Lamentablemente esos actos brutales de arrasar con nuestros vestigios, no son producto de una visión corta del pasado. No. Esta actitud de irrespeto a nuestra historia se da en el presente, dentro del más abyecto esquema de desarrollismo neoliberal, que privilegia el frío negocio y el lucro multimillonario de los fraccionadores urbanos, verdaderos ecocidas y destructores de la historia.

Pero lo más grave es que estos hechos, producto de la incivilidad, son respaldados e impulsados por los diferentes gobiernos, que se han constituido en cómplices en las actividades criminales de las empresas constructoras.

Específicamente nos referimos al Gobierno del Estado de México, que actualmente es encabezado por Eruviel Ávila Villegas, que en estos momentos está destruyendo el Albarradón de Ecatepec, edificando sobre su estructura y sobre su Zona de Monumentos Históricos, protegida por la Ley y por el Decreto Presidencial de 7 de marzo del 2001 y, todo ello con la licencia del INAH.

El Mexibús, dará servicio a millones de habitantes de los nuevos asentamientos, que los desarrolladores urbanos y las grandes firmas comerciales extranjeras y mexicanas han construido en las áreas agrícolas que en gran parte pertenecen a la región lacustre de Xaltocan y que deberían ser preservadas ya, como zonas de reserva ecológica de los estados de México e Hidalgo.

En este país, al parecer no hemos entendido las lecciones ni del pasado ni del presente, que se han manifestado en trágicas hecatombes humanas por el daño a la naturaleza que el crecimiento demográfico y urbano ha ocasionado. Esas lecciones no entendidas, son las inundaciones, desgajamiento de cerros, desbordamiento del cauce de los ríos y canales de aguas negras, que están matando toda la vida.

La intención de contribuir a revertir el Calentamiento Global del Planeta y el Cambio Climático, sólo es mera palabrería del Gobierno mexicano y de gobiernos locales -en los cuales las decisiones las toman los fraccionadores- como es el del señor Eruviel Ávila. Por un lado, los gobernantes, asisten a los foros internacionales a lanzar discursos ecologistas, pero en los hechos, diariamente están asesinando a la naturaleza. Hemos llegado al grado de que en un sólo acto, los gobiernos, dominados plenamente por los empresarios, como es el caso del Gobierno de Peña Nieto, destruyen conjuntamente naturaleza e historia, tal como ocurre en el área del Albarradón.

El Centro de Estudios Mesoamericanos, A. C. y Amigos del Albarradón, A. C. siempre hemos propuesto que el tramo Puente de Fierro Venta de Carpio del Albarradón de Ecatepec, debe ser librado del tráfico vehicular, ya que como vialidad resulta obsoleta su estructura diseñada para paso de peatones, caballos y carretas.

Las opciones para suplir este trecho del antiguo Albarradón, como vialidad, son por los menos dos:

1) Recorrer las casetas de cobro de las autopistas México Pirámides y México Pachuca, fuera del área urbana, para que por estos caminos circule libremente el tráfico vehicular, que actualmente lo hace por el Albarradón de Ecatepec y …

2) Construir nuevas vialidades libres de dos o tres carriles, paralelamente a las autopistas México-Pirámides y México-Pachuca.

Estas dos alternativas resolverían definitivamente el problema de los congestionamientos viales en esta región del Estado de México, sin continuar dañando nuestro patrimonio cultural.

(Conclusiones)

Por último, queremos decirles a todos ustedes, queridas amigas y amigos, que contamos con las pruebas irrefutables de que el Albarradón de Ecatepec es de origen prehispánico, reconstruido en la época colonial.

Los arqueólogos del INAH, que actualmente realizan trabajos de investigación y restauración del Albarradón de Ecatepec, niegan ese origen prehispánico, porque si lo reconocieran, se les dificultaría el burlar a la opinión pública y a los expertos.

Negar el origen prehispánico del Albarradón, facilita a los mercenarios del INAH, como los arqueólogos García Chávez y Jaramillo, el otorgar las licencias para la destrucción del Albarradón de Ecatepec.

Finalmente, amigos de la izquierda, miembros de la prensa, público en general, les pedimos, de acuerdo a su conciencia, que se sumen a la lucha en defensa del Albarradón de Ecatepec y de su Zona de Monumentos Históricos, que hagan suyos nuestros planteamientos, porque la lucha de la izquierda no puede seguir siendo sólo por los servicios públicos, o por la obtención de un empleo y de un ingreso mediante la militancia partidista. No.

Debemos entender que la única forma de transformar a nuestro país y al mundo, es por medio de la cultura y el desarrollo de la ciencia.

El derecho a la cultura es un derecho humano establecido por las leyes mexicanas y el hecho de que el mal gobierno y los empresarios estén destruyendo el Albarradón, es un gravísimo atentado en contra del derecho a la cultura.

Los ricos, los poderosos, los políticos conservadores y de derecha, pretenden destruir el pasado glorioso de México, para demostrarnos que los mexicanos no podemos aspirar a vivir mejor y transformar nuestra sociedad, porque somos mediocres por naturaleza, pero están equivocados. Todo nuestro Patrimonio Cultural, las Pirámides de Teotihuacán, el Acueducto del Padre Tembleque, los vestigios prodigiosos de las culturas maya, olmeca, tolteca, mexica, otomí y de otras más, nos demuestran la Grandeza Mexicana.

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Demuestran la inmensa capacidad, destreza, inteligencia y talento de los mexicanos, características nuestras con las que más temprano que tarde construiremos el México de los trabajadores, el México de la justicia social, el México que anhelamos, sin gobernantes corruptos e ignorantes, como los que hoy tienen a México de rodillas.

¡Un México sin los empresarios capitalistas que tanto daño hacen a nuestra economía nacional!

Parte de la lucha por un México mejor, es la defensa de nuestro Patrimonio Histórico Cultural, como lo es el Albarradón Prehispánico de Ecatepec, elemento más que claro de lo que podemos ser los mexicanos del presente y del futuro.

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Nota de los autores: Contamos con toda la documentación que sustenta nuestra lucha por la defensa del Albarradón de Ecatepec y las respuestas de las autoridades correspondientes. Agosto de 2016.

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Fuente: OMVRADIO.// Nota del editor del blog: Los títulos de las secciones (entre paréntesis) del artículo no forman parte del texto original, fue agregados con la intención de facilitar su lectura.

DE LA CASA #103: LA GUADALUPANA, REUTILIZACIÓN HISTÓRICA DEL MITO Y LA IMAGEN / JMB.

Por Julio Manzanares Brecht

Para efectos de dominio, el gobierno colonial desde los primeros años de conquista censuró el culto a deidades prehispánicas, pero ante la inutilidad de la medida optó por reutilizarlas o sustituirlas por católicas. Un ejemplo de trascendencia es la Virgen de Guadalupe, imagen que primero se invocó como remedio contra sequías y epidemias, y siglos después se utilizó como estandarte político. Con el paso del tiempo, dicho blasón cobró la proporción de símbolo de cohesión nacional. En los albores del XXI dicha imagen se convirtió en marca registrada, fue proclamada con sorna Santa Patrona del Internet, fue caricaturizada con frivolidad exitosa y los cánticos en su honor se utilizan como tono de teléfono celular. Su reutilización pasa por fines políticos, religiosos, identitarios y mercantiles. Así trasciende el tiempo.

Tiempo antes de la Independencia de México, la función del discurso de integración nacional fue persuadir a las clases bajas de la necesidad de unirse a la lucha por conseguir la emancipación. Sin embargo, Stanley y Bárbara Stain sostienen que esta convocatoria se tornó “un acto de manipulación utilizado por la elite defensora de lo colonial”, respondiendo al interés del dominio, no al de la soberanía popular. En el México no independiente, otros discursos y símbolos eran los que tendían a la integración comunitaria. Había una necesidad por conciliar la tradición indígena con la peninsular, aunque dicha necesidad a veces se negara.

En un territorio colonizado donde ninguna de las clases sociales tenía las mismas oportunidades de mejorar sus condiciones, el interés dirigido a la igualdad social resultaba retórico y la unión comunitaria un artificio. La invulnerabilidad de la población indígena fue un aspecto que aprovecharon los criollos en los siglos XVIII y XIX sobre todo, para aliarse con las clases populares, basándose en la promoción de una “hispanofobia”. De este modo, el desprecio por lo peninsular se convirtió en un estandarte de lucha y una posibilidad de cohesión.

Sin embargo, la revaloración de la “gloria azteca” no era del todo viable y fue promovida sólo hasta cierto punto porque en verdad, en lo mestizo se entrevieron más posibilidades de cohesión e identificación. Por ejemplo, Francisco González plantea que la reutilización del mito de la aparición de la Virgen de Guadalupe fue un intento por “deshispanizar” lo católico y despreciar lo consagrado por el régimen colonial. Y así, a través de la historia nacional, la Guadalupana ha sido símbolo reutilizado para fines de filiación y, por supuesto, de esperanza.

El gobierno colonial desde los primeros años de conquista censuró el culto hacia las deidades prehispánicas, pero ante la inutilidad de la medida, pues los indígenas seguían adorando a sus dioses, optó por reutilizarlas, sustituyéndolas o identificándolas con católicas. David Brading reflexiona acerca de que la imagen expuesta e invocada como remedio contra la sequía y las epidemias, siglos después del mito de su aparición, sirvió como estandarte político, tanto en la Independencia como en la Revolución mexicanas. Este estandarte es la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Desde su llegada a América, los evangelizadores forzaron la interpretación de mitos prehispánicos para legitimidad del cristianismo. Por su virtud de guía moral a Quetzalcóatl se le identificó con Jesús y en otros casos con Santo Tomás, a Tláloc, por su relación con el agua, con San Juan Bautista. Existen muchas más extrapolaciones iconográficas e ideológicas que ilustran este hecho, pero un ejemplo de relevancia incuestionable se dio con la diosa Tonantzin, Nuestra madrecita, de terminante importancia en el panteón mesoamericano. Sustituida por Guadalupe, a su veneración se unieron con los años tanto indígenas como criollos.

Los rasgos indígenas de Santa María de Guadalupe Tonantzin (nombre completo de la Guadalupana) y el hecho de elegir a un indio como testigo de su aparición, magnificaron su calidad de nativa y americana. No se debe olvidar además su carácter protector, una madre que envuelve al hijo desprotegido. La intención de los evangelizadores, según reflexiona Jaques Lafaye no deja duda, “se trataba de encaminar a los peregrinos hacia Nuestra Señora la Virgen, de sustituir a la diosa-madre de los antiguos por la madre de Cristo, madre de la humanidad”.

Con la adoración de Guadalupe había surgido un mito nacional bastante eficaz que envuelve la devoción de las masas indígenas y los criollos, y el entusiasmo del clero. Al paso de los siglos venerar a la Morenita del Tepeyac es honrar a la Reina de México y Emperatriz de América. Reverenciarla es afirmarse como mexicano y, al mismo tiempo, negar la na­cionalidad mientras transcurre el 12 de diciembre a los que no comparten su veneración (la intolerancia hacia los no católi­cos en México es histórica y encaja sus raíces en la profundidad colonial).

El 11 y 12 de diciembre lo católico se oficializa y la Gua­dalupana no sólo es un símbolo religioso, sino de unión y exclu­sión nacional. Los devotos se unen en un grupo que cierra filas y ocupa calles, plazas y espacios donde la fe ampara la ilegalidad. Las peregrinaciones tumultuosas que parten de distintos puntos se desbordan. Son de las únicas manifestaciones públicas que al entorpecer el libre tránsito no encienden el enojo ciudadano ni gubernamental o la crítica de los medios de comunicación. No celebrar el día toma significados de desamparo u orfandad, quien no festeja o no deja festejar “no tiene madre”.

En el país de una mayoría católica, ante la fiesta devocional, se pierden las proporciones y se concibe al día de Guadalupe como fiesta nacional. Y para esa mayoría, los que no comparten dicha veneración, simplemente no están o no son porque, de hecho, en el evento de las Mañanitas a la Virgen en la Basílica que se transmite por televisión, se encuentran “todos”: políticos, cantantes, actores, las clases populares y empresariales. Ante ello, el lazo entre guadalupanos se fortalece, pero entre connacionales (de distinto pensamiento) se debilita. Entonces ¿símbolo de unión o exclusión es la Guadalupana?

La mercantilización, el siglo XXI

En el año 2002 el empresario chino Wu You Lin consiguió ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), un registro de los derechos de la imagen de la Virgen de Guadalupe. A cambio de un pago de 2 mil 400 pesos, el registro le permitía al empresario la comercialización de la imagen en productos como juegos, juguetes, artículos de gimnasia y deportes, así como adornos para árboles de Navidad.

You Lin consiguió los derechos para explotar la imagen por 10 años, incluyendo el derecho a licenciarlo a terceros y la opción de renovación. Después el empresario oriental revendió las prerrogativas. En la primera década de los 2000 salieron al mercado diversos productos con la imagen en cuestión, el tradicional icono se adecuaba al contexto.

En agosto de 2003 el diario La Jornada informó que la Basílica de Guadalupe hizo lo propio, “un contrato cediendo el uso exclusivo de la imagen guadalupana en marzo del mismo año a la empresa transnacional Viotran por 12.5 millones de dólares, válido por cinco años”. En el trato se incluyó a San Juan Diego y se le garantizó a la empresa la «bendición especial» del rector de la Basílica, Diego Monroy, firmante del contrato, o de Norberto Rivera, arzobispo primado de México.

¿Ser o no ser?, esa es la cuestión de la Guadalupana. En el siglo XXI entre algunos sectores esta devoción recobra fuerza y en otros merma. En el tiempo de los dioses electrónicos y las redes omnipresentes, los críticos de lo católico y la fe guadalupana formularon un chascarrillo de proporciones teológicas que trastoca toda fe al lanzar una punzante e histórica crítica. Una pregunta irónica induce el sarcasmo: “¿Sabes por qué la Virgen de Guadalupe es la Santa Patrona del Inter­net?” Con sorpresa el receptor responde: “No, por qué” Entonces el iniciador de la sorna aclara: “Pues porque es virtual”.

El registro a favor de You Lin caducó después de una década, el 29 de febrero de 2012. Analistas del derecho industrial sugirieron a organizaciones católicas registrar la marca para evitar la explotación particular de un símbolo reconocido por la mayoría de los mexicanos. Mientras vencía el registro, se observó la imagen de la Guadalupana en mochilas, cuadernos, playeras, juguetes y adornos.

En esa misma época, a cambio de un mensaje de texto con un costo de $15 más IVA, se pusieron a disposición de los usuarios de teléfonos celular, tonos con cánticos guadalupanos. Dichos timbres santifican la comunicación vía satélite y afianzan la fe mientras la melodía transcurre; se escucha: “la Guadalupana, la Guadalupana, bajó el Tepeyac…” Y entre devotos que portaban celulares con bluetooth, se registró un intercambio de imágenes y tonos referentes a la Virgen.

La frivolidad y la ternura son cuestión de fe

Las amplias expectativas que trajo el siglo XXI se concentraron en lo material y lo tecnológico. Los huecos espirituales que lo religioso ya no colma, son acaparados por el consumismo que todo trastoca. En los albores de esta centuria, se vio con sorpresa y aprobación que la imagen tradicional de la Virgen de Guadalupe se transformaba, se adecuó a la apariencia “tierna” de las caricaturas. Los colores llamativos y las frases cursis e insulsas hicieron resurgir al ícono, su omnipresencia se logró por el mercantilismo y quizá no por el prodigio mismo de la santidad.

La diseñadora Amparo Serrano, como estudiante de la Universidad Anáhuac, realizó un proyecto de caramelos de chamoy, pero la Secretaría de Salud le negó la licencia porque los dulces destruían la flora intestinal de los niños. Se dedicó entonces a otras cosas. Sin fines empresariales, pues nunca lo pensó, Amparín hizo diseños que regaló a los amigos. Un día se le ocurrió caricaturizar a la Guadalupana y oh, santo éxito. Ahora su firma que abarca las tiendas Distroller es conocida en el mundo y sus productos bastante famosos. La imagen de la Virgen de Guadalupe, “la madrina” de la empresa, sobresale.

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Al principio la iglesia católica condenó la utilización de la imagen, la consideró una mofa. Pero Amparín, que se dice respetuosa de lo religioso, solo pretende que sus dibujos sean divertidos. Así fue como entre adolescentes (y adultos) la imagen recuperó algo del interés perdido en los últimos años. Existen unas mil caricaturas con el concepto “Virgencita plis”, cada una lleva un ruego. Estas peticiones bien las podemos entender como la frivolidad hecha oración, la santificación del ruego del burgués menesteroso o la oración del menesteroso que quiere ser burgués, el rezo del poco hábil que se cree tenaz.

Si a nivel de diseño y mercadotecnia el mérito de Amparín es plausible, en las peticiones que acompañan a sus vírgenes se percibe también la rentabilidad de la transgresión del lenguaje, la confusión de la ternura con la mentecatez, la apoteosis de los aparatos electrónicos, la indistinción entre la espiritualidad y el interés personal superfluo, la mezcla de lo new age con el catolicismo tradicional, el autoelogio disfrazado de humildad y el abandono de las acciones ante la esperanza que viene del cielo o del centro comercial.

Las imágenes se encuentran en estampillas, calendarios, cuadernos, separadores, ropa, artesanías, entre más. Algunos de los ruegos son: «Virgencita, plis mándame un novio”, «Cuida mi lana», “…cuida mucho a todos, pero más a nuestros fans”, “que este año me vaya de diez en mis materias, ya no puedo con más extraordinarios”, “plis cuida mi cel”, “cuida a todos los bomberos de la calor y líbralos de toda llama…”, “…ahí te encargo mucho mi lap, tú bien sabes que te lo pido en buena onda”, “virgencita tú siempre tan bella, buena y bondadosa, plis pásame un poco de esto”, “plis te encargamos al globo terráqueo, llénalo de paz” (sic).

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Imagen de la Guadalupana caricaturizada, copia pirata de los diseños de Distroller, en venta en las calles del centro de la CDMX

En la actualidad, más virtual que antes y masificada en estampillas Made in China (la piratería no respeta ni a la iglesia ni a la marca registrada Distroller), la virgen es caricaturizada para fines más mercantiles que propa­gandísticos. Recobra éxito entre púberos y resignificación entre arribistas. El consumidor de la imagen de la Guadalupana es visto como alguien que habla espanglish (y que ya no es indio como Juan Diego por gracia del mestizaje, la globalización, los medios de información y las nuevas tecnologías) e implora en el tono denominado fresa: “Plis virgencita cuídame mucho en este día, porfis!!!”(sic), pues finalmente se sabe vulnerable, pero no pierde la fe.

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Fuentes

Brading, David. Los orígenes del nacionalismo mexicano. Era, México, 1980.

González,Francisco. “Problemas de la constitución de la nación en México” en Nación, estado e ideología, 1989.

Lafaye,Jaques. Quetzalcóatl y Guadalupe, FCE, México, 1977.

Marketing.wordpress. Amparín, la historia detrás de Distroller, disponible en:  http://www.marketiin.wordpress.com/2013/12/09/amparinla-historia-detras-de-distroller/ , consulta: 25 de mayo del 2016

Stain, Stanley y Bárbara Stanley. La herencia colonial de América latina, Siglo XXI, México, 1987.

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Imagenhttps://thinkcreativeidea.wordpress.com/2013/11/15/amparin-un-ingenio-muy-distroller/

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Sobre el autor: (Ciudad de México, México – 1983) Licenciado en Comunicación y Periodismo por la UNAM, especializado en prensa escrita y en temas culturales e históricos. Colaborador de distintas publicaciones. Desde 2005 trabaja lo concerniente a la investigación, protección y difusión del patrimonio cultural y natural. Ha participado en distintos proyectos de investigación del Instituto Nacional de Antropología Historia, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana. En colaboración con distintos especialistas, ha realizado videos documentales referentes al patrimonio cultural y natural, los museos comunitarios y la diversidad marina./

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