DE LA CASA #23: RESTAURAN EN CHOLULA «LA FIESTA DEL PULQUE» / GAD.

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Por Gustavo Díaz

Hace algunos días, tuve la posibilidad de visitar el estado de Puebla; específicamente: la zona arqueológica de Cholula, esto con el fin de conocer el tipo de material usado en la restauración del mural “Los bebedores” e intercambiar puntos de vista con el personal encargado de realizar este gran proyecto integral.

Localizado en el nivel inferior de la plaza de los altares, el mural fue parte del decorado de la fachada en uno de los edificios más importantes de la ciudad y está compuesto por diseños geométricos que cubren una longitud aproximada de ciento veinte metros cuadrados sobre aplanados de tierra, en los cuales; se observa el uso  de pigmentos de origen mineral aglutinados con un adhesivo natural en grandes cantidades que tiñen un petrograbado donde se hace alusión a una gran fiesta que ensalza particularmente la bebida del pulque.

Las pinturas fueron descubiertas hace más de cuarenta y cinco años, y habían permanecido ocultas ahí durante todo este tiempo, hasta que en 2004 se hizo una investigación diagnóstica del lugar, de 2009 a 2010 se probaron algunos materiales de uso y finalmente en 2011 se concretaron los procesos que se aplicarían en la pintura “In situ” para consolidar de mejor manera todo lo existente en los muros.

Con una antigüedad de casi 1700 años, el equipo encabezado por la restauradora Dulce María Grimaldi logró rescatar casi el ochenta por ciento del mural, pero no fue una tarea fácil, pues existieron muchos problemas en el trabajo a causa de las filtraciones de agua, la proliferación de microorganismos, la migración de sales hacia la superficie, las variaciones de humedad y la consolidación de los soportes.

Para la fijación de las capas pictóricas, se necesitó la participaron de más de veinte personas; los cuales, emplearon nanopartículas de hidróxido de calcio para poder recuperar la cohesión de casi todos los elementos que componen el mural, entre ellos: las vasijas que desbordan líquidos, los hombres sentados o en cuclillas con penachos y taparrabos (alguno inclusive defecando) y los seres de pie con máscaras zoomorfas.

La mayoría de los participantes pintados en esta celebración, aparecen en un estado de embriaguez prominente, por ello, es necesario comprender el valor significante que tenía el pulque en las civilizaciones mesoamericanas: sustancia que además de ser considerada sagrada y bastante nutritiva, también fue concebida en el mundo prehispánico como una bebida que alteraba la conciencia, permitida entre los “Nahuas” sólo para las personas mayores de cincuenta y dos años.

Los cincuenta y dos años en ese tiempo, eran pensados como un ciclo que corresponde a un siglo en nuestra época, entonces; al llegar a un “ciclo o cincuenta y dos años”, había un exceso de calor en la persona y como el pulque es considerado como una bebida de calidad fría, lo que hacía era regular la temperatura de los ancianos y por eso era necesario consumir este producto.

En la cultura “Nahua”, el número cinco significa exceso, por ello, se les tenía permitido a los ancianos beber únicamente cuatro jarros de pulque, ingerir pulque antes de esa edad era causa de muerte; por ejemplo: para aquellos de clase baja que fueran sorprendidos en estado de ebriedad; se les tiraba su casa, les esparcían sal en sus terrenos de cultivo y se les decía: “No mereces vivir en el pueblo porque te comportas como los animales del campo”, sí se les encontraba por segunda ocasión ebrios, se les daba pena de muerte de manera pública para que el pueblo observara y sirviera de lección. Respecto a la gente de clase sacerdotal, no había segunda oportunidad; pues ellos eran el ejemplo a seguir por el pueblo y no era permitido que se les sorprendiera en estado de ebriedad antes de la edad permitida, en este grado: la ejecución se hacía de manera privada en el interior de un cuarto y el infractor no era merecedor de ningún tipo de ritual funerario.

Gracias a estas normas sociales, resulta acertado pensar que el mural de Cholula se trata de una fiesta sacerdotal relacionada con una práctica agrícola que evoca únicamente al “Octli o licor blanco”, y aunque el espacio pictórico queda libre a la interpretación personal tanto de estudiosos como del público en general, la hipótesis planteada se respalda el modus vivendi y la concepción religiosa que tenían las poblaciones “Nahuas” que habitaron las regiones de Texcoco, Tlaxcala, Azcapotzalco, Chalco, Cholula y Acolhucan.

Para poder tener una idea más clara del lugar, quisiera invitar a los lectores a visitar la zona arqueológica de Cholula en el estado de Puebla e inmiscuirse en el análisis de las técnicas de restauración hechas dentro y fuera del inmueble; conocer los tratamientos de nanotecnología empleados por los doctores Piero Baglioni y Rodorico Giorgio de la universidad de Florencia, así como comprender la explicación detallada que brindan sobre la intervención los especialistas Enrique Lozoya y Valerie Magar.

En torno a esto, puedo considerar que el trabajo hecho en el mural por parte del equipo interdisciplinario del INAH: es bueno, ya que se trató con mucho cuidado cada uno de los elementos y los agentes naturales que componen el mural, además de ser globalmente considerado como un verdadero proceso de restauración y no de remodelación como muchos colegas han expresado en otros espacios.

Al momento de hacer una crítica respecto a la labor emprendida en Cholula, se tiene que evaluar desde el costo beneficio hasta la propuesta de resultados tangibles de la que siempre apela la arqueología, no podemos dejar de lado el paso del tiempo y las condiciones climáticas de las que dependen nuestros sitios arqueológicos, los cuales, generalmente están siendo intervenidos con un presupuesto económico bajo y a expensas de presentar al pueblo mexicano resultados gigantescos.

El recorrido en el mural es controlado, por tanto, los interesados necesitan realizar una preinscripción en el área de Difusión de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural llamando al 5022 3410 ext. 413243, o enviar un mensaje al correo electrónico: lucrecia_castro@inah.gob.mx. Únicamente se realiza una visita por día y estará abierto para este público hasta el viernes 4 de julio de 2014.

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