Brevísima Relación de las Cosas del II Encuentro de Exalumnos de la ENAH (En Busca de los Exalumnos Perdidos o ¿Crónica de un Fracaso Anunciado?)

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Por Tenejapanboy

El pasado jueves 30 de mayo de este 2013, en las instalaciones de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, se realizó el Segundo Encuentro de Exalumnos de la ENAH, hubo de todo, menos exalumnos, bueno, si los hubo, pero muy, muy pocos.

Muy muy pocos…

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Códice Mendoza, los orígenes

Es triste volver a la alma máter donde uno paso buena parte de su juventud y comprobar, a lo largo de un día en específico, el poco interés que despertó este evento; el cual, al menos yo esperaba, debería tener una gran convocatoria, si no por los temas y conferencias que se presentarían, al menos por el morbo de reencontrarse con antiguos compañeros (las calvas, panzas, tintes y el clásico “no haz cambiado nada” ya es un trabajo digno del registro arqueológico), pero ni eso…

La historia de los encuentros de Exalumnos de la ENAH es corta, reciente y triste, cuentan las crónicas de la época (que como toda crónica es obligatorio que pongamos en duda su veracidad), que la primera versión tuvo a bien realizarse hace casi año y medio, y que, comparado con el que vivimos hace unos días, aquel encuentro comparado con el actual resultaba relativamente exitoso, y decimos esto con todas las reservas pues ese primer Encuentro también fue duramente criticado; pero al menos la asistencia fue más nutrida, y la organización llegó incluso no sólo al registro de los conferencistas, sino que también se preocupó del registro de los asistentes, teniéndose incluso el buen gusto de otorgar una credencial a los asistentes con la foto original del exalumno en sus años mozos (un verdadero trabajo de revisión histórico documental digno de felicitación).

Si nos remontamos a ese Primer Encuentro, veremos en retrospectiva que esa incipiente reunión de exalumnos de la ENAH, tuvo una duración de tres días (el segundo encuentro se limitó a un maratón de un sólo día), entre los días ocho y nueve de diciembre del 2011, dejando el sábado 10 para las plenarias, conclusiones y el convivió (que se convirtió, en un sacrificio ritual de botellas de tequila, tal y como debe ser entre esa tribu de incrédulos y deshumanizados seres conocidos como los antropólogos). Los trabajos del Primer encuentro se desarrollaron a través mesas de trabajo divididas por especialidades (http://www.enah.edu.mx/archivos/Programa_Egresados.pdf ). Si bien ese Primer Encuentro adoleció de muchas cosas, tal vez su principal logro fue haber creado ciertas expectativas que iban, desde la frívola idea de proporcionar a los exalumnos una credencial que los acreditara como tales, pasando por crear los medios necesarios para que la ENAH diera seguimiento a sus egresados, como toda buena alma máter que se precie de serlo lo hace; hasta llegar a la idea de crear una asociación de exalumnos, y por último, realizar este encuentro periódicamente (¡Santos inocentes Batman!).

Crónica de un Fracaso anunciado. Augurios del Desastre

¿Qué fue lo que en realidad sucedió? Pues que al siguiente año no hubo encuentro de exalumnos y de la credencialización y seguimiento de este espécimen menor (seguramente poco importante en la cadena alimenticia de los grandes dinosauros administrativos de la ENAH), quedó en veremos, como muchas de las acciones que la ENAH está acostumbrada a postergar. ¿Qué pasó? ¿Le quedó grande la yegua a la nueva administración? ¿A los exalumnos no les interesa este tipo de reuniones? ¿Las fechas que se propusieron para el encuentro fueron mal seleccionadas? ¿Los temas de las conferencias o los conferenciantes fueron poco atractivos? Pues quién sabe, esas preguntas son algo que flota en el ambiente y son ahora parte de la crónica de una muerte anunciada, porque, sólo quiero saber quién es el valiente que se avienta el reto de organizar un tercer Encuentro de Exalumnos de la ENAH y que además sea tan fregón que espere revertir los funestos resultados del reciente II Encuentro.

Brevísima Relación de las Cosas del II Encuentro de Exalumnos de la ENAH

Para muchos de los pocos entusiastas que esperábamos con ansias el II Encuentro de Exalumnos de la ENAH, el que en el año 2012 no se haya realizado la segunda versión de este acto académico era algo justificable, pues se había dado la transición en el mando de la administración de la Escuela y mientras se asentaba el nuevo Huey Tlatoani y tomaba conocimiento de los tejes y manejes de la dirección, pues lo más seguro es que entre todas las prioridades, los exalumnos podríamos esperar. En estas condiciones dio inicio el año 2013 y como que las esperanzas habían menguado, y pasó enero y febrero. Ya a estas alturas muchos de esos egresados, que poco tenemos que hacer y si mucho que criticar, habíamos perdido la esperanza de que se realizara otro encuentro de exalumnos, cuando sin deberla, ni temerla, casi a finales del primer trimestre del 2013 apareció por ahí, perdida, tímida, como con vergüenza, una convocatoria insertada en la página electrónica de la ENAH donde se invitaba a los interesados en participaren el II Encuentro de Egresados de la ENAH. La convocatoria prometía dos días de solaz esparcimiento que tendría como sede el Auditorio de los dos nombres, el Román Piña Chán (antes Giovanni Sappio), y tenía una serie de objetivos muy lucidores pero que en la práctica se quedaron nada más plasmados en el cartel.

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Así que, de lo prometido en el cartel fue quedando muy poco. Para empezar se cambio la sede al interior de la escuela y en lugar del “Piña Chan” se mudaron las actividades a otro auditorio, más pequeño, el también de dos nombres “Auditorio Javier Romero Molina” (antes Juan Pablo Chang). En lugar de dos días (30 y 31 de mayo) se acomodó el programa de actividades a un sólo día, el jueves 30 de mayo.

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Cartas de Relación

Pero ahora vayamos al momento cumbre de este relato, según informes de primera mano de un nativo, exalumno de la ENAH que presenció el inicio de este II Encuentro (pues un servidor por más que quemé mis naves, no logré ser puntual, por enésima ocasión), resulta que el señor director de la ENAH, el antropólogo físico José Luis Vera Cortés, no se dignó a bajar de sus aposentos reales para presidir la ceremonia de inauguración y para ello mando a un personero para que en su lugar lo hiciese. Después de este primer desaire (a la clausura menos se presentó), se dio inicio al ciclo de conferencias que tenían como desarrollo del programa el rol de mesas de trabajo, así pues, había la Mesa 1, Antropología Aplicada. La Mesa 2, perspectivas de la investigación antropológica. Mesa 3, Antropología y educación y la Mesa 4, Perspectivas de la antropología actual. Entre ellas se intercalaron dos conferencias magistrales, una del Dr. Manuel Gándara Vázquez titulada “Retos de la Antropología: patrimonio cultural, impacto social y aplicación del conocimiento.

4El Dr. Manuel Gándara en un auditorio casi vacío.

Y la conferencia magistral del Dr. Carlos Serrano Sánchez “Antropología y Educación: experiencias y prácticas”.

5Dr. Carlos Serrano exponiendo ante un auditorio casi vacío.

La calidad de las ponencias, como en todos estos casos fue desigual y al menos para un servidor, lo que más llamó la atención fueron los relatos de vida, en especial la diversidad de opciones de trabajo que para algunas especialidades ofrece el ámbito laboral. Como es obvio, la mayor fuente de empleos es la chichi del gobierno federal y en especial el INAH. La otra vertiente laboral es el ámbito pedagógico (UNAM, ENAH, UACH, UAEM, IIA, etcétera), y por último, los menos, los freelance.

La Visión de los Vencidos

¿Que fue lo que caracterizó este II Encuentro de Egresados de la ENAH? La ausencia, la ausencia de difusión, es increíble la escasa difusión de este Encuentro… en mi caso yo me enteré por un natural de la escuela quien me informó del encuentro, si no, ni por equivocación hubiera sabido del mismo. Por otra parte mis informantes me dijeron que la convocatoria estuvo algunas semanas en la página electrónica de la ENAH y poco después desapareció, cosa que más tarde pude comprobar cuando intenté buscar la información en dicho sitio.

¿Vino Indiana Jones?

Otra ausencia, la ausencia de asistentes, como es lógico, derivada de la anterior ausencia, si hay poca difusión, pues lo más seguro es que la asistencia se mínima y en este caso el augurio se cumplió y con creces, se dio el caso de que en el inicio de las mesas de trabajo estábamos presentes dos gatos y si nos hubiéramos salido los únicos asistentes hubieran sido los mismos conferencistas.

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8Mínima asistencia.

Una ausencia más, la ausencia de autoridades, no se asomaron ni por equivocación, los únicos que se les vio echándole ganas fue un grupo de jóvenes que fungieron como encargados y que no dejaron de verse activos desde el acompañamiento de los conferencistas, hasta el simple hecho de poner café galletas y agua para los poquísimos asistentes, tomar fotografías y otorgar reconocimientos.

Ahí está el Detalle

La ausencia de crítica, poca fue la crítica contra la situación de la antropología actual. Crítica contra el desinterés de la comunidad de la ENAH a este evento. Crítica a la casi nula presencia de exalumnos, atribuida tal vez a la inoportuna programación, casi a media semana, de este encuentro. Por otra parte, algo que es digno de mencionar fue que los conferenciantes, en un acto de autosacrificio gladiatorio, aguantaron vara ante la escasa asistencia, otros más quisquillosos, hubieran aplicado la máxima que se relata en una anécdota que me relató mi compa de asiento en este evento, y que según las malas lenguas es atribuida a Cantinflas y que yo en un atrevimiento de los que me caracterizan, paso a relatarles y como buen cronista, le pongo de mi propia cosecha y lo manoseo un poco, como seguramente ya lo habrán hecho otros antes de mi “Según cuenta la leyenda, la gran estrella del firmamento cinematográfico de México, Cantinflas, fue invitado a dar una plática a cierto grupo de personas, y por quien sabe que malas artes, la asistencia a esta fue muy reducida, por lo que el mimo, a manera de disculpa y reclamo, dijo estas sabias palabras “Estimado auditorio, fui invitado a dar una plática, pero en vista de que ustedes son muy pocos para una conferencia y son muchos para invitarles a comer, me retiro agradeciendo su presencia” así o más claro.

Seguimos con las ausencia, la ausencia de compromiso institucional, porque no sólo la ENAH o sus directivos eran responsables de un evento como este, claro que ellos no son los directamente culpables de su nula convocatoria, pero también la culpa de este fallido Segundo Encuentro recae en las alta autoridades de CONACULTA y la SEP, pues al menos ellos aparecen en el cartel , y dan su aval a los organizadores; ellos se lavarán las manos, pues todos sabemos quién directamente es el que debe asumir toda la factura del fracaso.

Y no hablemos del costo, en personal, en equipo que se dispuso para que se realizara de buena forma este encuentro, en unos cuantos carteles y programas de mano y sumémosle las galletas, el café los bocadillos y los cheskos, porque ni una bebida espirituosa se dejó ver por la mesa de botanas. Además del tiempo y costo de desplazamiento de los conferenciantes que con toda buena o mala intensión fueron a su alma máter a presentar sus trabajos.

Por último, debo decir que es triste ver las ruinas de lo que pudo haber sido una gran obra, triste es presenciar el escaso interés que mueve un acto como estos, triste es ver un auditorio semi vacío y no ver el mínimo interés en revertir esa situación aunque fuera con acarreados, al puro estilo del partido en el poder; triste es tener la convicción que fuimos testigos involuntarios de lo que, si no se hace algo realmente importante y con un verdadero compromiso institucional, fue el último Encuentro de Exalumnos de la ENAH (Deseo equivocarme). Lo dijo muy bien el Dr. Serrano en su conferencia magistral, cada día es más difícil convocar a este tipo de reuniones, quizá esta fue una forma muy diplomática de queja ante la ausencia de un buen número de personas a su plática.

¿Conclusiones?

Es muy pronto para llegar a ellas en este momento, se necesita un buen trabajo de análisis para saber en qué fallaron los organizadores, puede achacarse el fracaso al desinterés de las autoridades, empezando por el director de la ENAH, pasando por los mismos egresados de la escuela, hasta llegar a las altas autoridades de CONACULTA y la SEP. Puede ser que no exista un legítimo interés en que se realicen este tipo de reuniones, pues para algunos es de poca utilidad o relevancia, o podemos pensar que las características propias de la labor antropológica impidan el que un grupo de antropólogos quieran, deseen, o les interese reunirse. O puede ser que no era el lugar, ni el momento propicio. O será que muchos de los exalumnos están tan echados al catre que prefieren no dejarse ver, no salir de sus cubículos universitarios, de sus trincheras de excavación o de sus taxis o salones de belleza, ¿quién sabe? Hay tantas razones y circunstancias como objetos de estudio tiene la antropología que sería bueno que algún antropólogo se aventara el volado de investigar que pasó con los egresados de la ENAH, ¿son un mito o una realidad? ¿En realidad existen o son producto de una leyenda urbana? o será que los Exalumnos son sólo aquellas vacas sagradas a las que hacían referencia en la exposición colocada en el recibidor de auditorio Romero, dando la bienvenida a los escasos asistentes a las conferencias. O lo que verdaderamente importa son los alumnos, ¿los Ex qué? Bueno hasta tema de tesis saldría por este caso.

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Fuente: https://tenejapanboy.wordpress.com/tag/ii-encuentro-de-exalumnos-de-la-enah/

Retos para la vieja nueva dirección del INAH

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Por Gustavo A. Ramírez Castilla[1]

Regresa el etnólogo Sergio Raúl Arroyo García a la Dirección General del INAH para completar la tarea que dejó pendiente hace siete años, cuando ocupaba ese mismo cargo en el año 2005. Pero su regreso se parece más a la secuela de una vieja película que inicia donde acabó la anterior. El caso “TeotiWalmart” vuelve a escena coincidentemente con las investigaciones del New York Times sobre los supuestos sobornos a autoridades mexicanas para obtener permisos difíciles, realizados por la trasnacional en su muy peculiar estilo de hacer negocios (“The Bribery Island: How Walt-Mart Got is Way in Mexico”, New York Times, 2012/12/17: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/8781341). Funcionarios municipales, del INAH y el propio Sergio Raúl son mencionados en dicha investigación, sin dejar claro si tuvieron o no responsabilidad en los hechos que se denuncian. El primer reto para el Director es el de aclarar, de una vez por todas y sin lugar a dudas -como ya se anuncia en la página web oficial del INAH-, si se cometieron o no actos de corrupción en la licencia otorgada a la tienda Bodega Aurrerá de San Juan Teotihuacán, sancionando, en su caso, a los involucrados. Con ello ganaría la confianza y respeto de los investigadores, intelectuales, habitantes de la comunidad y autoridades federales; pero gastará una gran cantidad de tiempo, recursos y talentos que ahora son necesarios para atender cuestiones más urgentes. Este caso es ya una primera piedra con la que tropieza su administración; pero que no debe desviar su atención demasiado.

El segundo reto es arreglar el caos y desprestigio en el que sus predecesores Luciano Cedillo Álvarez y Alfonso de Maria y Campos Castelló dejaron a la institución, generando serías diferencias entre trabajadores y funcionarios, estos últimos quienes se convirtieron en el principal factor de afectación a los monumentos, mientras que el sindicato asumió el papel de defensor de los mismos en numerosos casos, algunos de los cuales se ganaron en juicio, como el de “Resplandor Teotihuacano”, por citar un ejemplo. Desde el 2006 a la fecha el INAH incrementó en cientos el número de mandos medios y jefaturas y en miles los contratados, manteniendo no obstante, el mismo número de plazas de investigación, docencia, arquitectos, restauradores y técnicos y manuales. Modificaron también los contratos por tiempo y obra- de por si leoninos-, para evitar que personal temporal adquiriera derecho a basificación, o siquiera las mínimas prestaciones de ley. Asimismo se adquirió en renta el edificio Aristos, un rascacielos de 16 pisos ubicado en la Avenida Insurgentes Sur, en el Distrito Federal, en donde se concentran las principales dependencias del instituto y la Dirección General, al módico precio de 3 millones 20 mil 317 pesos mensuales, en medio de dudosos procesos de adjudicación (“Gastó INAH 30 mdp en renta de edificio que no ocupó”, Milenio, 2010/06/09: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/8781341). Lo anterior resulta escandaloso si se considera que la mayoría de los Centros INAH del país reciben menos de 1 millón de pesos anuales para gasto básico y proyectos; algunos carecen incluso de espacios de trabajo o mobiliario para el personal que allí labora. A lo anterior se suman las autorizaciones para usar bienes públicos -como museos nacionales y zonas arqueológicas-, como escenarios para conciertos cuyo beneficio es de carácter privado (Franco, Ivan, ¿Quiénes lucran con el patrimonio cultural en México, 2011, Proceso, 2011/09/07: http://www.proceso.com.mx/?p=280148); el cierre de las librerías del INAH a nivel nacional, actividad que se transfirió a Educal (“México desmantelado…las librerías INAH serán desmanteladas”: http://remarq.ning.com/profiles/blogs/mexico-desmanteladolas ), el escandaló por instalación de luminarias con tornillos así como los paneles para disimularlas en la pirámide del Sol en Teotihuacán, autorizado por la entonces coordinadora nacional de arqueología Laura Pescador Cantón (“Laura Pescador dejará la titularidad de la Coordinación Nacional de Arqueología”, La Jornada, 2009/04/23: http://www.jornada.unam.mx/2009/04/23/cultura/a04n1cul ) y el Consejo de Arqueología presidido por Roberto García Moll, quienes fueron destituidos de sus cargos. Más recientemente los casos de alteración de los monumentos en Tzintzuntzan, Mich., por la construcción de un museo de sitio sobre una plataforma arqueológica y del fuerte de Loreto en Puebla (“Indignado, el INAH se subleva”, Proceso, 2012/08/27: http://www.proceso.com.mx/?p=318156 ), que muestran la poca sensibilidad de los responsables de dichas áreas centrales para llevar el desarrollo de los proyectos con criterio, apego a la normatividad nacional y recomendaciones internacionales en materia de patrimonio cultural signadas por México. Adicionalmente debe buscarse el equilibrio de poderes en las dos principales instancias rectoras de la arqueología nacional: el Consejo de Arqueología y la Coordinación Nacional de Arqueología. Desde que Luciano Cedillo modificó el reglamento del Consejo de Arqueología, se eliminó la representación proporcional de autoridades e investigadores en el mismo, recayendo la consejería en los directivos de las instancias relacionadas con la arqueología dentro del instituto, así como un pequeño grupo de privilegiados invitados a título personal por el Director General. Los malos resultados dados por el Consejo en los últimos años se deben en gran medida a que no hay contrapesos críticos a propuestas descabelladas de peso político. En cuanto a la Coordinación Nacional, actualmente ha acumulado una gran capacidad de actuación como nunca antes se había visto, que parece sobrepasar incluso al mismo Consejo de Arqueología; asumiendo también competencias más allá de sus funciones, e invadiendo ámbitos responsabilidad de zonas arqueológicas y centros INAH, lo que ha ocasionado gran molestia entre los arqueólogos responsables. Por otra parte se han dejado en segundo plano aspectos sustantivos como la oportuna asignación de presupuestos, impulso de la investigación, atención prioritaria a zonas en estado de abandono, políticas públicas, difusión, etc. La Coordinación Nacional de Arqueología ha mostrado un absoluto alejamiento del gremio INAH con quien no hay comunicación directa; las audiencias, como en el caso de los investigadores de la Dirección de Estudios Arqueológicos, deben ser mediadas por su director; ni que decir de los más alejados de la capital.

El INAH se ha convertido en una agencia promotora de turismo “cultural” (http://tci.inah.gob.mx/ ), función que no se encuentra entre las encomendadas por las leyes o reglamentos concernientes. La administración Calderonista promovió la apertura de 12 nuevas zonas arqueológicas, así como numerosos “Pueblos Mágicos”; el Instituto ha destinado a la consecución de esas metas recursos humanos y financieros; pero sin impulsar una clara política social, sin estrategias de conservación y reducción del impacto negativo sobre los monumentos ni las poblaciones que hasta inventan tradiciones para ser “mágicos”. En lugar de ello terminan siendo “trágicos”. Esto ha conducido por ejemplo, a que se lleven a cabo proyectos de carácter turísticos para abrir más zonas arqueológicas al público, pero olvidando por completo la recuperación y dignificación de otras como Tula en Hidalgo, Acozac en el Estado de México, Las Flores en Tamaulipas y muchas otras en el país que se encuentran en un estado deplorable. Es deseable que la política de “no abrir más zonas arqueológicas al público, mientras no se atiendan las que ya se tienen”, sostenida por el propio Sergio Raúl en su primera administración, vuelva a imponerse.

En materia de función pública, la Dirección General ha heredado una compleja estructura orgánica con más de 500 mandos medios que han ingresado a través del servicio profesional de carrera (SPC). A pesar de que dicho sistema fue instaurado para seleccionar a los mejores hombres y mujeres con los perfiles adecuados para los puestos de gobierno federal, incluido el INAH, es evidente que en este último caso el objetivo no se ha logrado. Al frente de numerosos Centros INAH, direcciones y jefaturas se encuentran personas con poco compromiso o ajenas al ámbito de la cultura. Ello se debe a que el sistema de selección que en principio era muy estricto y con altos estándares, fue ajustado para que con calificaciones bajas, los candidatos elegidos por altos funcionarios, valiéndose del artículo 34 de la Ley del Servicio Profesional de Carrera, fueran nombrados por el Director General por un máximo de diez meses, al cabo del cual debían inscribirse a la convocatoria pública y presentar los exámenes gerenciales. Si aun así sus calificaciones eran deficientes, en la última etapa, la entrevista, resultaban seleccionados por su experiencia en el cargo; entre otras maneras de burlar los procedimientos. En tanto el SPC no desaparezca, la actual administración del INAH tiene el reto de apegarse a los principios de transparencia, legalidad y vocación que establece la ley, y elegir a los mejores candidatos para los puestos. La búsqueda de delegados estatales sin compromisos políticos con los gobiernos estatales y municipales debe ser una prioridad. El patrimonio histórico de las entidades federativas ha sido afectado por obras públicas y privadas autorizadas por funcionarios sin escrúpulos.

La primera administración de Sergio Raúl tenía en contra a Sara Guadalupe Bermúdez, titular del CONACULTA, quien impulsaba políticas de negocio cultural promovidas por el gobierno panista; hoy Rafael Tovar y de Teresa puede ser su mejor aliado. Pero algo muy importante para que la gestión de Arroyo García se mantenga apegada a los principios de honestidad, compromiso y profesionalismo que caracterizan a su persona, es que se haga de un equipo propio que comparta los mismos principios ideológicos y de lealtad. Sergio Raúl en su primera gestión se quedó con gran parte del gabinete de Teresa Franco, que lo dejó sólo en los momentos críticos o le ponía piedras en el camino. De muchos problemas se librará si no carga ahora con el gabinete que le heredaron sus antecesores.

Durante la pasada administración la promoción de la imagen de México en el extranjero mediante magnas exposiciones desarrolladas por el INAH consumió buena parte del presupuesto, pero además dejó sin atención a los museos locales, muchos de los cuales requieren urgentes actualizaciones, mantenimiento y orden administrativo pues, pasar la responsabilidad de estos a los Centros INAH fue una de las peores decisiones, no sólo por la falta de presupuesto sino, principalmente, de interés.

Entre muchos otros aspectos que deberá afrontar la vieja nueva administración del INAH, uno de los más delicados es la relación con los sindicatos de investigadores, arquitectos y restauradores y técnicos, manuales y administrativos. Aunque al parecer el nombramiento de Sergio Raúl en la Dirección General del INAH ha sido bien recibida por los trabajadores, no debe olvidarse que los dos anteriores directores fueron desconocidos por algunos sindicatos, lo que dificultó las relaciones y acuerdos. El tema más importante que está en la mesa sindical es, sin duda, la promulgación de un reglamento de Ley Orgánica del INAH que satisfaga a todas las partes involucradas, aspecto que ha estado pendiente por varias décadas y que es una exigencia actual de la Auditoría Superior de la Federación. Otros temas pendientes son la homologación salarial con el Instituto Politécnico Nacional, la apertura de nuevas plazas, la modificación al organigrama del INAH, el respeto al uso de los monumentos, el servicio profesional de carrera y un largo etcétera.

Finalmente, fortalecer todas las áreas de investigación y conservación, elevar la calidad de las escuelas, implantar un sistema efectivo de registro y curaduría de las colecciones, adelgazar el aparato burocrático y poner en alto el nombre de la institución, no son retos menores. Al menos se espera que con la llegada de Sergio Raúl, la visión social que ha caracterizado al Instituto Nacional de Antropología e Historia por casi siete décadas vuelva a posicionarse, superando el cariz lucrativo-empresarial que se enquistó en el INAH con el arribo de los panistas.

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04/01/13. [1] Arqueólogo, Maestro en Restauración de Monumentos, Profesor Investigador Titular C del Centro INAH Tamaulipas, Director de la Red Mexicana de Arqueología: http://www.remarq.ning.com.

Sergio Raúl Arroyo será el director del INAH

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México, DF.- El etnólogo Sergio Raúl Arroyo García fue designado hoy como director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en sustitución de Alfonso de María y Campos Castelló.

Arroyo García se ha desempeñado como director general y secretario técnico del INAH (2000-2005), además de haber sido titular del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Originario de la Ciudad de México y egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, cursó el doctorado en Arte y Antropología en esa institución, además de impartir clases en distintas casas de estudios como la UNAM, la ENAH, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Universidad Iberoamericana.

El autor del libro «Andrei Tarkovsky: tiempo sagrado, tiempo profano» ha ofrecido conferencias y cursos en la Universidad Complutense de Madrid, los museos La Pedrera de Barcelona y Guggenheim de Nueva York y Bilbao, lo mismo que en la Casa de las Américas en Madrid y el Museo Nacional de Antropología de México.