#CharlasdeCafé en La Fondark: Entrevista a Diego Martínez Celis

Diego Martínez Celis

#CharlasdeCafé.// Estamos muy contentos de compartirles esta entrevista a Diego Martínez Celis, fundador de Rupestre Web y gran entusiasta de la participación comunitaria para el entendimiento del patrimonio arqueológico.//

De este modo, continuamos con las charlas de café y cerveza en la #LaFondark, una propuesta que desea mostrar la visión de diversos actores sociales y académicos sobre el patrimonio cultural en el mundo.// En esta ocasión platicamos con Diego sobre su trabajo en Colombia, la publicación de artículos por internet, el recelo de las comunidades científicas a otras visiones y formas de apropiación del conocimiento, los roces entre las instituciones y los pueblos indígenas, etc.//

By ArKeopatías.// #Mentideros #Colombia #comunidad #patrimonio #apropiación #arqueología #videos #entrevistas #ArKeopatías.//

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#LasPrestadas: Mincultura y el ICANH se pronuncian sobre el traslado de esculturas de San Agustín.

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Comunicado de prensa del Ministerio de Cultura y el ICANH sobre la polémica en torno al traslado de esculturas de San Agustín para una exposición en Bogotá. La exposición hacía parte de los actos de conmemoración del centenario de las investigaciones arqueológicas.

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Ministerio de Cultura y el ICANH

«Las esculturas agustinianas se silencian»

El Ministerio de Cultura y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia —ICANH—, entidad científica adscrita al mismo, y máxima autoridad encargada de proteger y difundir el patrimonio arqueológico de la Nación, elaboró y puso en marcha, desde hace año y medio, una hoja de ruta para conmemorar el centenario de las primeras investigaciones arqueológicas en San Agustín e Isnos, Huila. Dicha bitácora se socializó por todos los medios y con todas las estrategias pedagógicas y cívicas, al tiempo que desarrollamos desde el mes de marzo de este año una serie de «diálogos interculturales», con académicos y artistas del mundo, a fin de que los habitantes de San Agustín se hicieran partícipes de la conmemoración del Año de la cultura agustiniana, declarado así por el Gobierno Nacional.

Numerosas personas de este municipio, con la participación del Gobernador del Huila y los alcaldes municipales de San Agustín e Isnos, nos acompañaron en este propósito. De tal suerte que en los meses recorridos destinamos buena parte de nuestros recursos a un gran trabajo de promoción y difusión de este Patrimonio de la Humanidad, que incluyó significativas obras de infraestructura en la casa-museo Luis Duque Gómez del Parque arqueológico que administramos, la reedición de las obras de los dos principales arqueólogos que aportarán a las investigaciones científicas que el ICANH ha impulsado en los últimos setenta años, capacitaciones a guías locales en patrimonio arqueológico y a artesanos expertos en talla de réplicas en toba volcánica —el tipo de piedra de los vestigios—, un documental para rendirle homenaje a los trabajadores de nuestros parques y diversos proyectos y becas de investigación en concordancia con nuestra «política integral de parques arqueológicos». Además, se puso en marcha, entre otras iniciativas, como la exposición titulada El retorno de los ídolos, con la selección de una muestra de la estatuaria agustiniana, a fin de mostrarla gratuitamente a los ciudadanos que visitaran el Museo Nacional de Colombia, entre el 28 de noviembre de 2013 y el 28 de febrero de 2014.

Para la realización de la exposición se seleccionó como curador y guionista al arqueólogo Héctor Llanos, quien hace 19 años fuera el mismo curador de otra exposición similar, auspiciada por el gobernador de entonces, Julio Enrique Ortiz, también desarrollada exitosamente en el Museo Nacional, y se contó con la coordinación técnica de los antropólogos Ernesto Montenegro y Álvaro Bermúdez, y de la restauradora Patricia Ramírez, así como con el museógrafo Carlos Betancourt y el videógrafo Zaji Shalem. Esta no sería la primera vez que el Instituto trasladaba algunas de las esculturas que custodia para exponerlas. En 1992, también las figuras del dios de la Agricultura y la diosa de la Lluvia, viajaron Bélgica. En ese momento se desmontaron, empacaron, aseguraron y regresaron intactas.

En la exposición actual, la ventaja que se apreció desde el comienzo, fue que en esta ocasión se tuvo en cuenta valores como mediano tamaño, estética y representatividad de las esculturas seleccionadas, la mayor parte de los recursos los aportaron patrocinadores, y se estableció un protocolo científico que garantizaba el desmonte, empaque, transporte, seguridad y regreso de las piezas.

Hasta hace poco, pese a los atropellos contra el personal del ICANH, a la quema de algunos guacales para el embalaje y a las rocas y árboles lanzados a la deriva, que desde el viernes pasado bloqueaban el acceso al parque, todas las esculturas que se seleccionaron estaban listas y dispuestas para ser transportadas a la capital, pero se temía que la comunidad indígena Yanakona —vecina desde hace apenas dos décadas del parque arqueológico— y algunos individuos movidos por intereses completamente ajenos a la exposición, a través de un «show mediático» continuaran bloqueando las vías de acceso para obtener otra clase de prebendas, valiéndose del sabotaje para hacerle «oposición» al Gobierno Nacional.

Tras los lamentables incidentes que se multiplicaron, donde individuos foráneos y algunos manifestantes quisieron desestabilizar el orden público del municipio, se anunció la «suspensión de las actividades conmemorativas del centenario» por parte del Ministerio de Cultura y el ICANH, entonces el señor Gobernador pidió que no se cancelaran tan importantes iniciativas, hasta no obtener el apoyo y respeto por parte de la comunidad indígena Yanakona frente a las actividades conmemorativas y, en particular, ante la exposición El retorno de los ídolos, en el Museo Nacional.

Con la autorización del Gobernador del Huila, Carlos Iriarte Barrios, el Secretario de Cultura Departamental, Jaime Perdomo, se reunió con la comunidad indígena, la cual manifestó su necesidad de un acueducto y más tierras, comprometiéndose el Gobernador a apoyarlos en ese tema. A su vez, los Yanakona solicitaron la presencia del curador y guionista de la exposición, Héctor Llanos, científico respetado y reconocido en la región, para que les explicara las ventajas de este acontecimiento y las múltiples oportunidades culturales para ellos y el departamento.

El profesor Llanos viajó muy temprano a Neiva se dirigió y —tras 8 horas deviaje— al Parque Arqueológico de San Agustín, y en seguida a la maloca indígena, acompañado del Cecretario de Cultura Departamental y del administrador del parque arqueológico, Isidro Ortega, a fin de responder todas las inquietudes de la comunidad frente a la exposición, y contarles nuevamente al reducido grupo de opositores el riguroso protocolo de desmonte y empaque de las 20 esculturas seleccionadas entre las 409 que custodia el ICANH en el Alto Magdalena.

Infortunadamente el cabildo indígena fue completamente atípico: además de algunos yanakonas en él estaban presentes los opositores de la iniciativa, un ciudadano estadounidense que se auto proclama «Salvador de unas estatuas que se encuentran en Berlín» y algunos profesores y personas completamente ajenas a la región. El irrespeto hacia el profesor Llanos y el administrador del parque fue tal, que, sin ser escuchados plenamente, se vieron obligados a retirarse del escenario.

Cabe aclarar que la exposición contaba con el beneplácito de la UNESCO, con el respaldo del Gobernador del Huila, el Alcalde y el Concejo Municipal, del sector productivo, del Consejo Nacional de Patrimonio y de los ciudadanos que estaban dispuestos a ser «padrinos» de las esculturas que se seleccionaron, así como con el respaldo de la prensa nacional.

Igualmente es pertinente señalar que el Museo Nacional de Colombia es el gran «templo del Patrimonio de la Nación», y que en su sala de exposiciones temporales se han exhibido cuadros originales de Picasso, los guerreros de terracota provenientes de Asia, los vestigios del señor de Sipán, y recientemente las piezas de cerámica griega de 300 años antes de Cristo procedentes del Museo del Louvre, de París. De tal modo que cuando se planteó esta iniciativa hace año y medio, se siguió la sugerencia de muchos ciudadanos que se preguntaban: ¿cómo no realizar una exposición en el Museo Nacional con nuestros «chamanes de piedra»?

Ante la profunda tristeza que como científicos y defensores del patrimonio sentimos tras lo ocurrido, habiendo cumplido con todos los protocolos nacionales e internacionales, y en vista de que una iniciativa cultural que sólo quería rendirle un homenaje al pueblo escultor que hace cientos de años tallara en piedra un testimonio que supo sacralizar la muerte y la vida como Patrimonio de la Humanidad, nos vemos en la obligación de modificar la exposición planteada, lamentando que se haya privado al pueblo colombiano de esta iniciativa, porque la cultura no puede permitir jamás que hechos de violencia la atropellen. De modo que la exposición, en el Museo Nacional de Colombia, se realizará sin las esculturas, y en las fechas previstas, para mostrarle al país el silencio y vacío que queda cuando unos pocos se abrogan el «derecho» de interponerse por encima de las libertades y los derechos culturales de todos.

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Fuente: http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/mincultura-icanh-escultura-san-agustin/34208

Fotografía: http://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_San_Agust%C3%ADn

#LasPrestadas: María Victoria Uribe responde al director de ICANH.

Foto: Sara Rojas

(La Revista) Arcadia reproduce la carta con la que la antropóloga e historiadora María Victoria Uribe le responde a Fabian Sanabria, director del ICANH, con motivo de la polémica por el traslado de estatuas de San Agustín a Bogotá para una exposición en el Museo Nacional.

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¿EL RETORNO HACIA DÓNDE DE CUÁLES ÍDOLOS?

No voy a hablar de Torquemada ni de la quema de los códices mayas en lo que hoy conocemos como la provincia de Yucatán. Voy a referirme, mas bien, a un pequeño poblado, incrustado en las montañas del sur del Huila y mejor conocido como San Agustín. Cuando en 1995 el parque arqueológico de San Agustín fue declarado Patrimonio de la Humanidad por UNESCO, la ceremonia de declaratoria se llevó a cabo en las instalaciones del parque arqueológico a donde viajaron los funcionarios de la UNESCO, el director del entonces Colcultura y las directivas del ICANH. La comunidad de San Agustín estuvo presente en la ceremonia ya que para la Unesco uno de los factores más relevantes cuando se trata de declarar un bien como patrimonio de la humanidad es que la comunidad donde está enclavado el bien tenga una identidad con este y vele por su protección y cuidado, algo que la comunidad agustiniana venía haciendo desde tiempo atrás y que la Unesco reconoció como un valor agregado importante.

Ahora resulta que para el director del ICANH -quien pretendía hacer trasladar varias estatuas de San Agustín para una exposición en Bogotá- los custodios naturales de dicho patrimonio son unas minorías atrasadas e incultas porque no permitieron que las estatuas salieran de su hábitat natural. Que lamentable apreciación la suya y que falta de sentido común no prever lo que iba a suceder alrededor de un patrimonio que si tiene quien lo cuide.

En una carta enviada a la revista Arcadia el mencionado director afirma que destinó “el 60% de los recursos del Instituto Colombiano de Antropología a un gran trabajo de promoción y difusión de este Patrimonio de la Humanidad,” apoyando algunos procesos y organizando varios eventos, uno de los cuales y quizá el central, era la fallida exposición que debía realizarse en el Museo Nacional entre el 28 de noviembre de 2013 y el 28 de febrero de 2014 bajo el fallido nombre de “el retorno de los ídolos”. ¿No hubiera sido mejor asegurar el traslado de las estatuas de común acuerdo con los integrantes de la comunidad antes de hacer las mencionadas inversiones? Esto dice la POLÍTICA PARA LA GESTIÓN, PROTECCIÓN Y SALVAGUARDIA DEL PATRIMONIO CULTURAL: “Es fundamental convocar la participación de las sociedades locales y regionales, de los grupos y los colectivos, para que comprendan el patrimonio como algo que les es propio, que conforma sus memorias y constituye sus identidades. La gestión del patrimonio cultural debe ser así asumida con la participación de los ciudadanos, y donde no sólo las entidades culturales participen…” (Ministerio de Cultura, 2010: 246).

Y porque hablar de ídolos, palabra muy socorrida por evangelizadores e inquisidores y en desuso desde comienzos del siglo XIX. ¿De qué han valido años de investigación en San Agustín para que Sanabria utilice la misma denominación que utilizaron los saqueadores de tumbas como Konrad Theodor Preuss y tantos otros? Además es bien sabido que la gente que se interesa por el patrimonio arqueológico no tiene problemas para desplazarse a los sitios distantes donde este se encuentra, prueba de ello es la enorme cantidad de turistas colombianos y extranjeros que viajan a San Agustín, a Tierradentro, o a Ciudad Perdida.

Pero quizá lo que más desconcierta de la carta del director del ICANH es la profunda tristeza que dice sentir como científico y defensor del patrimonio. Que cinismo el suyo cuando por sus manos pasó la nueva Ley de Patrimonio Sumergido tan cuestionada por el gremio de los arqueólogos del país. Ante la impotencia que siente por no haber podido mover las estatuas de su sitio, Sanabria llama a un gran debate nacional que, según él, debe preguntarse por el chantaje de unas «minorías» que no saben siquiera lo qué defienden. El que posiblemente no sabe que defiende es usted, doctor Sanabria.

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Fuente: http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/maria-victoria-uribe-responde-al-director-de-icanh/34210

Fotografía: http://elextranjero.com.mx/wordpress/?p=3525

#LasPrestadas: Comunicado a la opinión pública del Comité Pro Defensa del Patrimonio Ancestral.

Colombia San Agustin

(La Revista) Arcadia reproduce el comunicado de la Minga Agustinense Pro Defensa del Patrimonio Ancestral, sobre la decisión del Ministerio de Cultura de cancelar el traslado de de estatuas de San Agustín a Bogotá para una exposición en el Museo Nacional.

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MINGA INTEGRAL AGUSTINENSE Y DEL MACIZO COLOMBIANO PRO DEFENSA DEL PATRIMONIO ANCESTRAL.

COMUNICADO A LA OPINIÓN PUBLICA.

Noviembre 12 de 2.013

Ni vencedores ni vencidos. Solamente un ejemplo de lo que puede hacer un pueblo cuando asume con gallardía, racionalidad y entereza de sus mas altos valores, sus derechos y soberanía.

El comité pro defensa del patrimonio cultural informa a la opinión publica, que como resultado de la resistencia ciudadana y de la exposición permanente de los argumentos técnicos y científicos y por la legitimidad de sus manifestaciones, se ha logrado que la señora Ministra de Cultura MARIANA GARCES CORDOBA, cancele el traslado de 20 símbolos sagrados de la cultura Agustiniana a la ciudad de Bogotá para la exposición en el Museo Nacional.

Consideramos que con este logro ha sentado un precedente de autoridad popular y democracia participativa, sobre el cual debe seguir construyendo la cultura ciudadana que genere espacios para la planeación y toma de decisiones colectivas con lo que respecta a las políticas publicas que tienen que ver con la cultura y el desarrollo de nuestro pueblo y nunca mas se vuelva a cometer estos hechos de centralismo, abuso de poder y soberbia, que pusieron en peligro el patrimonio arqueológico y la armonía social del pueblo Agustínense.

El comité pro defensa del patrimonio cultural agradece a quienes delegaron en él, la responsabilidad de defender la causa de mantener los monumentos en su mundo natural y original; es decir in situ, e invita a las instituciones del orden nacional, departamental y municipal a trabajar de manera concertada por la conservación del patrimonio cultural, por el desarrollo de este destino turístico y por el bienestar y progreso del pueblo sur huilense y del Macizo Colombiano.

Esperamos que las esculturas profanadas, sean devueltas a su sitio de origen y que su carácter sagrado y su presencia tutelar, en ningún tiempo vuelva a ser mancillado.

Reconocemos el valor de la decisión de La señora Ministra de Cultura y le agradecemos el haber escuchado el grito angustiado de los habitantes defendiendo los símbolos sagrados y la voz universal de nuestra inconformidad; pero también exigimos del ICANH, representado hasta el momento por Fabián Sanabria Sánchez, reconozca que la decisión de no permitir que salgan los monumentos sagrados a la exposición en el Museo Nacional en Bogotá, no es exclusiva de la comunidad Indígena Yanacona, sino de la inmensa mayoría de los habitantes del municipio de San Agustín, representados en sus gremios, que cansados de sus decisiones centralistas, prepotentes, autoritarias y su falta de educación manifestadas en sus intervenciones publicas, generaron repudio e indignación.

Además exigimos que este señor, rectifique en los mismos medios de comunicación regionales y nacionales las declaraciones injuriosas, calumniosas y temerarias hechas en contra de los integrantes de este comité y la sociedad sur huilense en general.

Le requerimos que miembros de este comité participen de la veeduría y acompañamiento permanente a todos los procesos y/o movimientos que tengan que ver con nuestros símbolos sagrados, hasta que se adelante el montaje al lugar donde se encontraban.

Insistimos en el propósito de organizar y desarrollar el foro Cultural del Macizo Colombiano, amplio con la participación del gobierno, sectores sociales, culturales, académicos, ambientalistas entre otros, para concretar políticas reales y eficaces de investigación, difusión, protección y salvaguarda del nuestro legado cultural y ancestral.

Con la convicción que nuestra posición es coherente con el deber de salvaguardar, defender y proteger nuestro patrimonio ancestral, nos suscribimos los integrantes de la MINGA INTEGRAL AGUSTINENSE Y DEL MACIZO COLOMBIANO PRO DEFENSA DEL PATRIMONIO ANCESTRAL.

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Javier Orlando Omen Quinayas Cesar Javier Bermúdez Beltrán.

Gobernador del Cabildo YANAKUNA Dignidad cafetera.

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Diego Fernando Muñoz Torres Julio Casar Ordoñez Guerrero.

Presidente sub. ADIH San Agustín Representante guías de turismo.

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Carlos Hernán Pipicano Beltran. Jose Elias Jamioy Palacios

Secre. Comisión educación ASOCOMUNAL Prestador Turistico.

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Efren Quinayas Escobar. Juan Carlos Jamioy Palacios

Representante comerciantes Repres. Estudiantes Derecho USCO.

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Luis Arturo Velazco Silva Maryi Ordoñez Realpe

Accion Comunal. Repres. Amas de casa

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Héctor Hernán Valdés Lidia Quinayas Escobar.

Presidente CUT. Huila presidenta Asoc. Artesanos de San Agustín.

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Gudiela Sampablo Valdes. David Dellenback

Presidenta ASOCOMUNAL. Miembro fundador academia de historia San Agustín.

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Luz Estella Zuluaga Parra

Rep. Domiciliados en San Agustín

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Fuente: http://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/comunicado-la-opinion-publica-del-comite-pro-defensa-del-patrimonio-ancestral/34206

Fotografía: http://proyectonomadak.blogspot.mx/2010/10/san-agustin-departamento-del-huila.html

#LasPrestadas: Indigenous Archaeology as Decolonizing Practice [Arqueología Indígena como práctica descolonizadora*].

Por Sonya Atalay

Archaeology includes the study of artifacts and other aspects of material culture but is more importantly about people—understanding people’s daily lives, their sense of place in the world, the food they ate, their art, their spirituality, and their political and social organization. In piecing together multiple lines of evidence, including written documents, oral histories, analytical data from artifacts and ecofacts, and a range of regional and local environmental evidence, archaeologists attempt to write the stories of the past. Stated simply, archaeology is one of many tools utilized for understanding the past. However, when placed in its proper historical context, it is clear that the discipline of archaeology was built around and relies upon Western knowledge systems and methodologies, and its practice has a strongly colonial history. Many archaeologists have come to recognize that archaeology is based on, and generally reflects, the values of Western cultures. In privileging the material, scientific, observable world over the spiritual, experiential, and unquantifiable aspects of archaeological sites, ancient peoples, and artifacts, archaeological practice demonstrates that it is solidly grounded in Western ways of categorizing, knowing, and interpreting the world.

However, as Indigenous and local groups around the world have demonstrated, it is not only archaeologists who feel stewardship responsibilities toward archaeological materials and locations—many groups have rights and responsibilities to the human and material remains and to the knowledge, memories, and spiritual power that are intimately tied with the places and materials studied by archaeologists. Prior to European colonization, communities were able to act as stewards over their own cultural resources and history—examining, remembering, teaching, learning, and protecting their own heritage. In North America, as in many places around the globe, all of that changed abruptly when colonization began and the wealthy elites from Europe and newly settled Americans began to exercise their curiosity over the materials beneath their feet in the «New World.» While disease, quests for land, warfare, and forced religion were decimating Native people and disrupting their daily lives and practices, antiquarians and anthropologists were gathering the remains of the dead and dying—including their bodies, skulls, sacred materials, and items of everyday use—for study and placement in museums around the world.

While one of the most far-reaching acts of cultural, spiritual and physical genocide was being perpetuated on the Indigenous people of North America, archaeologists and anthropologists began to take on the role of cultural and historical stewards, using the methods of their own Western cultures to examine, analyze, write, and teach about Indigenous lifeways and heritage. The colonization of North America involved actions and responses of many individuals and was part of a complex process. Native people responded to this disruption in their ability to control their cultural resources, history, and heritage in a variety of ways—some buried sacred items; others sold them in an effort to feed their families; still others gave up their traditional spiritual practices to embrace Christianity. However, through all of this, Indigenous people remained; their survivance demonstrates their ability to simultaneously both adapt to and change Western cultural practices, both in the past and the present.

Efforts have been made to understand the complexities involved in the development of anthropology, archaeology, and museum collections. In resistance to simplistic bad/good, colonizer/colonized, perpetrator/victim dichotomies, these studies often include a discussion of the positive intentions of Western scholars to collect and save remnants of a dying «race,» offering «products of their time» arguments as explanation and reason for behaviors such as robbing graves, plundering battlegrounds for human skulls, and collecting, studying, and storing body parts against the will and desires of Native populations. Yet if we are to take serious the effort of moving beyond the colonial past toward further positive growth and more ethical and just… [Documento completo aquí]

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[La] Arqueología incluye el estudio de los artefactos y otros aspectos de la cultura material, pero es más importante aún, sobre las personas, la comprensión de la vida cotidiana de las personas, su sentido de lugar en el mundo, el alimento que comían, su arte, su espiritualidad y su organización política y social. Es juntando varias líneas de evidencia, incluyendo documentos escritos, historias orales, los datos analíticos de los artefactos y ecofactos, y una serie de pruebas ambientales regionales y locales, [que] los arqueólogos intentan escribir las historias del pasado. En pocas palabras, la arqueología es una de las muchas herramientas utilizadas para la comprensión del pasado. Sin embargo, cuando se coloca en su contexto histórico, está claro que la disciplina de la arqueología fue construida alrededor y se basa en los sistemas de conocimiento occidentales y metodologías, y su práctica tiene una historia fuerte[mente] colonial. Muchos arqueólogos han llegado a reconocer que la arqueología se basa en, y refleja en general, los valores de las culturas occidentales. Es privilegiando el material, el mundo científico, observable en los aspectos espirituales, la experiencia, y no cuantificable de sitios arqueológicos, pueblos antiguos y artefactos, la práctica arqueológica demuestra que está sólidamente enraizada en las costumbres occidentales de categorizar, a sabiendas, e interpretar el mundo.

Sin embargo, como los grupos indígenas y locales de todo el mundo han demostrado, no sólo los arqueólogos que se sienten las responsabilidades administrativas hacia los materiales arqueológicos y lugares-muchos grupos tienen derechos y responsabilidades para el ser humano y los restos materiales y los conocimientos, recuerdos, y el poder espiritual que están íntimamente vinculados con los lugares y los materiales estudiados por los arqueólogos. Antes de la colonización europea, las comunidades fueron capaces de actuar como administradores sobre sus propios recursos culturales y el examen de la historia-, recordar la enseñanza, el aprendizaje y la protección de su propio patrimonio. En América del Norte, como en muchos lugares alrededor del mundo, todo eso cambió abruptamente cuando comenzó la colonización y las élites ricas de Europa y los americanos recién asentados comenzaron a ejercer su curiosidad sobre los materiales bajo sus pies, en el «Nuevo Mundo». Si bien la enfermedad, las misiones de la tierra, la guerra y la religión forzada diezmaban pueblos nativos e interrumpiendo su vida cotidiana y prácticas, anticuarios y antropólogos estaban reuniendo los restos de los muertos y los moribundos, incluyendo sus cuerpos, calaveras, materiales sagrados y objetos de la vida cotidiana uso para el estudio y la colocación en museos de todo el mundo.

Mientras uno de los más trascendentales actos de genocidio cultural, espiritual y físico estaba siendo perpetuada en los pueblos indígenas de América del Norte, los arqueólogos y antropólogos comenzaron a asumir el papel de administradores culturales e históricos, utilizando los métodos de sus propias culturas occidentales para examinar, analizar, escribir y enseñar acerca de los estilos de vida indígenas y el patrimonio. La colonización de América del Norte involucrado acciones y respuestas de muchas personas y fue parte de un proceso complejo. Los indígenas respondieron a esta interrupción en su capacidad de controlar sus recursos culturales, la historia y el patrimonio en una variedad de maneras, algunos enterrando objetos sagrados, mientras que otros los vendían en un esfuerzo por alimentar a sus familias, que otros renunciaron a sus prácticas espirituales tradicionales para abrazar el cristianismo. Sin embargo, a través de todo esto, los indígenas permanecieron, su [supervivencia] demuestra su capacidad para adaptarse a ambos a la vez y cambiar las prácticas culturales occidentales, tanto en el pasado y el presente.

Se han hecho esfuerzos para entender las complejidades involucradas en el desarrollo de las colecciones de antropología, arqueología y museo. En la resistencia a la simplistas  dicotomías malo / bueno, colonizador / colonizado, autor / víctima, estos estudios suelen incluir un análisis de las intenciones positivas de los estudiosos occidentales para recoger y guardar los restos de un moribundo «raza», ofreciendo «productos de su tiempo» argumentos como explicación y razón de conductas como robo de tumbas, saqueando campos de batalla de cráneos humanos, y recoger, estudiar y almacenar las partes del cuerpo en contra de la voluntad y los deseos de las poblaciones indígenas. Sin embargo, si hemos de tomar en serio el esfuerzo de superar el pasado colonial hacia un crecimiento más positivo y más ético y justo … [Extracto del artículo] *

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* Traducción libre y automática del inglés al español, a través de Google.

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Fuente: The American Indian Quarterly. Volume 30, Number 3&4, Summer/Fall 2006 pp. 280-310 | 10.1353/aiq.2006.0015. In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content: The American Indian Quarterly 30.3&4 (2006) 280-310. Colonial History, Western Lens http://muse.jhu.edu/login auth=0&type=summary&url=%2Fjournals%2Famerican_indian_quarterly%2Fv030%2F30.3atalay02.html