DE LA CASA #120: LA LEYENDA DEL CERRO DE ZAPOTECAS, SAN PEDRO CHOLULA, PUEBLA / RCLL.

Por Rocío del Carmen López Lemus

Los mitos y leyendas son el claro ejemplo de la herencia cultural de una región, su preservación oral ha influido en la identidad del lugar, su misticismo y cargado imaginario vuelven a estas narrativas una joya histórica. Hace algún tiempo, realicé un viaje a Cholula, Puebla, lugar al que ya tenía el gusto de conocer por parte de un viaje escolar de la experiencia educativa de Mesoamérica,  experiencia que curse en el primer semestre de mi licenciatura en Antropología Histórica.

En esta ocasión las circunstancias fueron diferentes; había llegado a aquel lugar en función de acompañante y copiloto de un buen amigo que reside en Cholula, de nombre Paco. Me invitó a pasar unos días en aquel hermoso lugar y decidida a redescubrir la zona, fue que emprendí el viaje. Después de casi dos horas y media en carretera, desde Xalapa hasta allá, llegamos algo cansados por eso de la manejada. Nos dispusimos a descansar, con la promesa de al día siguiente  aventurarnos a los alrededores del lugar, entre la broma de visitar las “365 iglesias” que alberga la zona.

El día estaba despejado, dispuesto a acompañarnos, con su particular frío matutino,  fue que salimos de casa a recorrer aquella zona que antes había sido  gran territorio para los toltecas, luego de su expulsión de Tula en el año 1000 d.n.e. Entre los típicos tamales canarios de la plaza de la concordia y las calles empedradas, dimos con un servicio turístico propio del lugar, decidimos abordarlo y emprender dicho recorrido; en este caso contaba con un guía de audio que narra todas las estaciones que propiamente va haciendo el autobús.

Entre  las tantas narraciones, una llamó en especial mi atención, ya que hablaba sobre las mayordomías, actos que aún se  llevan a cabo en Cholula, pero cada vez con menor fervor. Contaba la leyenda de un hombre que entregó la vida de su mejor amigo, a cambio de dinero para poder costear la mayordomía anual, historia que adelante les contaré.

Leyenda del cerro de Zapotecas

Cuenta la leyenda que un hombre andaba muy preocupado porque tenía que hacer una mayordomía en su pueblo y solo faltaba un mes, y no tenía dinero suficiente para llevar a cabo su compromiso, así que decidió solicitar un préstamo entre sus conocidos y compadres, pero como la temporada de siembra había sido mala, todos le negaron la ayuda, hasta su compadre le dijo que también necesitaba dinero y que lo había pensado muy bien, en ir al cerro Zapotecas para salir de pobre.

CerroZapotecas

Triste y preocupado pensaba en los gastos que tenía que hacer para salir de sus apuros; comprar las flores, contratar a la banda de música, los cohetes, los toritos, la bebida y el mole. La única alternativa era ir a pedir dinero al cerro de zapotecas, llego la noche, agarro su chamara y salió sin dar explicaciones a su familia. Caminó por las calles y provocó el ladrido de los perros que se oían a lo lejos, el viento soplaba siendo más frío el sudor que brotaba de su cara, comenzó a veredear y a subir el cerro.

Cuando estaba a punto de llegar a la cima pensó en regresar, pero meditó:- “Ya estoy más pa’ca  que pa’ ya” – y justo cuando iba a seguir caminando oyó una voz que le dijo: – “Me dijo tu compadre que me andas buscando , no es necesario que me lo expliques, ya sé cuál es tu problema y te voy a ayudar, solamente tienes que pensar de quién es el alma de tu familia que me vas a dar, te voy a dar  unos segundos para que lo pienses, ahorita regreso para firmar el pacto con sangre”-.

La sombra oscura de lo que parecía ser un caporal con su gabán y su sombrero, desapareció por entre los árboles y ahí quedo nuestro amigo sólo, no con un problema, sino con dos. Y antes de que pudiera pensar en la respuesta, comenzó a escuchar unos quejidos, muy lastimosos, pensó –“¿Quién podría ser, alguna persona que necesita ayuda?”-  al buscar entre los árboles, descubrió una enorme casa, más bien dicho una hacienda y se encamino a donde se escuchaban los quejidos, entro por el portón.

Grande fue su sorpresa, al ver muchos hombres, colgados de las manos y amarrados de los pies, a los que se veía, los habían azotado cruelmente. Algunos de ellos ya no se movían, pero entre todos ellos, reconocido a su compadre y corrió hacia él. Y antes de que pudiera hablarle, su compadre le dijo con voz cansada y quejumbrosa: –“Compadrito, ¿Qué haces aquí?, ¡Lárgate! , ¡Vete, antes de que regrese aquel, ¡Sálvate!,  ¡Sal de aquí y no voltees la cara!,  ¡Anda , qué esperas, no lo pienses más! ¡Que a mí ya me llevo la…! – y sin pensarlo, salió corriendo de la imaginaria hacienda.

Llegó a su pueblo, se dio la una de la mañana y así fue como regreso a su casa y se metió a su cama, al amanecer, lo que había vivido la noche anterior, lo tenía absorto en sus cavilaciones y de vez en cuando se acordaba del problema de la mayordomía, hasta que la solución le vino de inmediato. –“Voy a vender dos vacas y con eso voy a hacer una fiesta sencilla, lo importante es cumplir con el santo patrón”- aún no había de pensar en su solución, cuando oyó un grito que decía: -“¡Burros, vacas, becerros que vendan!”- milagrosamente le llegaba la solución a su problema.

Salió corriendo y le chiflo a los de la camioneta, al momento oyó en la iglesia, que estaban dando doble, arregló la venta de sus animales, le pagaron buen precio y se encamino a la iglesia, para comenzar con los preparativos de la fiesta. Cuando vio un grupo de gente, que se remolinaba junto a una carreta y le dijeron: -“Ya vites, trajeron a tu compadre, lo encontraron muerto, arriba del cerro de zapotecas”- . Cuando se abrió el paso por la gente, pudo ver a su compadre amarrado de pies y manos sangrando. Pero lo más curioso, es que llevaba puesta la chamarra de nuestro amigo.

Cuando el caporal le pregunto a nuestro amigo, de quien era el alma que le deseaba entregar, a cambio de recibir ayuda, quizá nuestro amigo sin querer queriendo, en ese momento pensó en su compadre y fue el alma que le entro a este caporal. Es una historia, que según cuentan los habitantes, sucedió en el cerro Zapotecas.

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Fotografía y video: México DJI Puebla.

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Sobre la autora: 1998 / Xalapa, Veracruz. Estudiante de segundo semestre de la carrera de Antropología Histórica en la Universidad Veracruzana. Fotógrafa y participante en el panel sobre patrimonio biocultural, sustentabilidad y etno-ecologia, en el marco del V Coloquio Multidisciplinario “Patrimonio, turismo y sustentabilidad ambiental”. Llevado a cabo en las instalaciones del CETis 134 Manuel Mier y Terán y en la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana en Xalapa.

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DE LA CASA #96: CHOLULA VIVA Y DIGNA / AC.

Por Andrés Cuautle

Con diferentes nombres el Gobierno del estado ha querido privatizar nuestra zona arqueológica de Cholula: construcción del “Parque de las 7 Culturas” u “Obras de mejoramiento urbano, deportivo, de esparcimiento y sustitución de calle, banquetas y andadores en espacios públicos de Cholula” o “Parque Intermunicipal”. Hacemos de su conocimiento que dichas obras han implicado destrucciones en el  patrimonio cultural y natural, tangible e intangible de Cholula, en los siguientes aspectos:

En lo arqueológico, se han realizado excavaciones profundas con maquinaria pesada para la instalación del cableado subterráneo, así como para la colocación de jardineras y diversa infraestructura. Se han puesto placas de concreto en un área extensa, donde aún se extienden los vestigios de la gran pirámide de Cholula, lo que implica su franco deterioro.

También el haber realizado el acondicionamiento del terreno para estacionamiento, provocó  la eliminación de un muro-talud de una plataforma teotihuacana. Así mismo la construcción de la casa del actual presidente municipal Leoncio Paisano Arias que ha realizado durante su periodo presidencial, ha violado rotundamente el decreto de zona protegida por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, artísticos e históricos (DOF 005-01-1993) que señala esta zona dentro del polígono protegido.

En el aspecto de prácticas culturales, al fracturar el paisaje patrimonial, se dificultará la movilidad y libre tránsito de las 46 bajadas de la Virgen de los Remedios que realizan los pobladores de San Pedro y San Andrés Cholula.

Para el medio ambiente, la construcción de estacionamientos y planchas de concreto para andadores, impide la permeabilidad natural del suelo, secando los mantos acuíferos, lo que provocará inundaciones en las partes bajas de la comunidad y falta de humedad para la estructura de la pirámide. Además la eliminación de áreas verdes favoreceré el calentamiento global y el deterioro del clima de la zona.

En las prácticas económicas locales la eliminación de terrenos de cultivo de flores, maíz, etc., y de trabajo agropecuario que por miles de años ha sustentado a ambas poblaciones, repercutirá directamente en la economía familiar.

En el ámbito de monumentos históricos, las obras realizadas en el Hospital Psiquiátrico Nuestra Señora de Guadalupe, han implicado la destrucción de elementos conformadores de este edificio porfiriano, así como alteraciones a su fisonomía arquitectónica. Aunado a que existen irregularidades legales en la apropiación del edificio.

Es de resaltar que las obras para la construcción del “Parque de las 7 culturas”, presentan graves irregularidades; carecen de un proyecto ejecutivo, no cuentan con permisos por parte del INAH federal, no fueron consultadas a los Cholultecas, violando así nuestros derechos humanos y el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al no respetar el derecho a la consulta que establece a los pueblos originarios, como es el caso de San Pedro y San Andrés Cholula. Además de que no incluyen estudios de impacto ambiental, socio-económico, ni salvamento arqueológico, lo que evidencia la falta de ética profesional de las instituciones encargadas de su construcción y del INAH en el ejercicio de la defensa del patrimonio.

Por lo anterior demandamos al INAH federal; la cancelación total de esta obra y de cualquier otra que dañe los vestigios arqueológicos y monumentos históricos, que modifique o anule los usos y costumbres de los Cholultecas. Así mismo que exija al CAPCEE, al Gobierno del Estado de Puebla y al INAH Puebla, cancelen todo tipo de construcción en los alrededores de la pirámide de Cholula. Fincar responsabilidades, detectar y sancionar debida y legalmente a los profesionistas que no hayan cumplido con su trabajo a pesar de percibir un sueldo del erario público. Que analice la viabilidad e inicie proyectos integrales de excavación, conservación y restauración de la zona arqueológica. Y que asuma una actitud de legalidad, legitimidad y respeto a nuestro patrimonio tangible e intangible, sin anteponer intereses económicos ni políticos.

“Cholula no se vende, se ama y se defiende”

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Nota del editor: El presente texto es resumen de un comunicado de prensa del Movimiento «Cholula Viva y Digna» del cual el citado como autor forma parte.

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Sobre los autores: Movimiento «Cholula Viva y Digna». Ciudadanos Unidos por Cholula Viva y Digna somos un grupo de personas que habitan en Cholula y que actualmente están en la defensa de «nuestra identidad».

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Bonus Track:

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#LasPrestadas: Los saldos del patrimonio dañado

Por Judith Amador Tello

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No hay año en el que la actuación de las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la protección del patrimonio cultural del país no sea tema de debates acalorados. En varias ocasiones ha quedado incluso en entredicho, cuando sus propios investigadores y trabajadores han exigido una explicación sobre la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

En 2015 varios asuntos confrontaron a los trabajadores y la sociedad con autoridades de diversos gobiernos, con el INAH de por medio. El caso de la Zona Arqueológica de Cholula, en cuyas inmediaciones el gobierno de Rafael Moreno Valle comenzó a construir un parque turístico, con anuencia de la Sección de Monumentos del INAH-Puebla, a cargo de Jorge Salgado Tlahuis desde 2014, fue uno de ellos.

La población asumió la defensa del emblemático sitio e hizo llegar su inconformidad hasta la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés), denunciando la destrucción de vestigios arqueológicos. Dos ciudadanos de Cholula fueron encarcelados por ello: el abogado Adán Xicale y su hijo Paul, quienes salieron de la cárcel en diciembre pasado, con la advertencia de la Procuraduría General de Justicia de Puebla de que “aún no gozan de libertad absoluta”.

Como testimonio de la destrucción y el autoritarismo con el que actuaron los gobiernos estatal de Puebla y municipal de San Andrés Cholula, el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México produjo el video Luz Bajo la tierra. La destrucción de Cholula, que puede verse aquí.

Contra toda ley

Otro caso muy polémico que involucró el activismo de los pintores Francisco Toledo y Sergio Hernández –que resultaron agredidos en una manifestación– fue el proyecto del gobernador Gabino Cué para construir el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca en el Cerro del Fortín.

Pese a la orden girada en dos ocasiones por el juez de Distrito Miguel Arroyo Herrera, para que se suspendieran las obras, el gobierno estatal pasó por encima de la oposición de las comunidades aledañas y grupos de ambientalistas que denunciaron la destrucción de áreas verdes del Cerro del Fortín, y continuó con las obras con el argumento de que además de ser “amigable” con el medio ambiente, dejaría una derrama económica.

Las obras continuaron. En agosto de 2015 el INAH emitió un breve comunicado para señalar que no autorizó el proyecto enviado por la Secretaría de Turismo del gobierno del estado, y esgrimió:

“Las obras no han sido suspendidas debido a que en este caso el INAH carece de competencia legal para emitir o negar una autorización, toda vez que los sondeos practicados en el terreno permitieron descartar la presencia de vestigios arqueológicos, aunado a que la construcción se ubica fuera de los perímetros de protección de las declaratorias federales de la Zona de Monumentos Históricos del Centro Histórico de la Ciudad de Oaxaca y del correspondiente a la Zona Arqueológica de Monte Albán.”

Finalmente, tras una consulta ciudadana que le costó más de siete millones de pesos, Cué decidió no cancelar, pero sí cambiar de sede el Centro Cultural y de Convenciones. Asimismo, continúa su proyecto de “modernización” del Auditorio Guelaguetza y la edificación de un estacionamiento para 600 vehículos tanto para el Auditorio como para la zona del centro de la ciudad.

Corresponsabilidad

Tras dos años de las afectaciones causadas a la escultura ecuestre de Carlos IV, conocida como El Caballito, el gobierno de la Ciudad de México, el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el INAH firmaron, el pasado 20 de octubre, un convenio de colaboración para su restauración, que a decir de Miguel Rupérez, director de Promoción y Difusión del Fideicomiso del Centro Histórico del gobierno de la ciudad, es “inaudito” y no es sólo “un acuerdo político, sino que contempla una investigación científica de primer mundo”.

El INAH también aclaró en su momento que no autorizó las obras que dañaron a El Caballito, e hizo el primer dictamen en el que se determinó que presenta un daño irreversible en al menos 50 por ciento de su superficie.

Sobre el tema, el arquitecto Sergio Zaldívar, quien en 1979 coordinó los trabajos para desplazar el monumento de su sede (en la avenida Bucareli y Paseo de la Reforma) a su lugar actual, en la Plaza Tolsá, ha señalado que las instituciones encargadas por ley del cuidado del patrimonio cultural, tanto el INAH como el Instituto Nacional de Bellas Artes, son corresponsables del daño por no haber intervenido en su momento y “dejar hacer” a quienes dañaron irremediablemente la escultura del artista valenciano Manuel Tolsá.

La lista de temas polémicos, de daños al patrimonio, de usos y abusos del mismo, es más larga, y de ello han dado cuenta espacios como Apro y Proceso. El 2015 cerró con la noticia de que tanto el INAH como el gobierno del Estado de México preparan una presentación de “luz y sonido” en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, pero insisten en que no se trata de un “espectáculo”, sino de una “experiencia”.

En su primera conferencia de prensa como secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa anunció que emprenderá acciones para crear conciencia entre la sociedad sobre el valor del patrimonio, para que sea ésta su principal defensora. Los trabajadores e investigadores del INAH han dicho por su parte que las principales afectaciones a los patrimonios cultural y natural de México provienen de quienes buscan lucrar económicamente con ellos.

Los pocos casos expuestos aquí fueron detenidos por la movilización de la sociedad civil.

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Fuente: Revista Proceso [http://www.proceso.com.mx/?p=425231]

DE LA CASA #23: RESTAURAN EN CHOLULA «LA FIESTA DEL PULQUE» / GAD.

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Por Gustavo Díaz

Hace algunos días, tuve la posibilidad de visitar el estado de Puebla; específicamente: la zona arqueológica de Cholula, esto con el fin de conocer el tipo de material usado en la restauración del mural “Los bebedores” e intercambiar puntos de vista con el personal encargado de realizar este gran proyecto integral.

Localizado en el nivel inferior de la plaza de los altares, el mural fue parte del decorado de la fachada en uno de los edificios más importantes de la ciudad y está compuesto por diseños geométricos que cubren una longitud aproximada de ciento veinte metros cuadrados sobre aplanados de tierra, en los cuales; se observa el uso  de pigmentos de origen mineral aglutinados con un adhesivo natural en grandes cantidades que tiñen un petrograbado donde se hace alusión a una gran fiesta que ensalza particularmente la bebida del pulque.

Las pinturas fueron descubiertas hace más de cuarenta y cinco años, y habían permanecido ocultas ahí durante todo este tiempo, hasta que en 2004 se hizo una investigación diagnóstica del lugar, de 2009 a 2010 se probaron algunos materiales de uso y finalmente en 2011 se concretaron los procesos que se aplicarían en la pintura “In situ” para consolidar de mejor manera todo lo existente en los muros.

Con una antigüedad de casi 1700 años, el equipo encabezado por la restauradora Dulce María Grimaldi logró rescatar casi el ochenta por ciento del mural, pero no fue una tarea fácil, pues existieron muchos problemas en el trabajo a causa de las filtraciones de agua, la proliferación de microorganismos, la migración de sales hacia la superficie, las variaciones de humedad y la consolidación de los soportes.

Para la fijación de las capas pictóricas, se necesitó la participaron de más de veinte personas; los cuales, emplearon nanopartículas de hidróxido de calcio para poder recuperar la cohesión de casi todos los elementos que componen el mural, entre ellos: las vasijas que desbordan líquidos, los hombres sentados o en cuclillas con penachos y taparrabos (alguno inclusive defecando) y los seres de pie con máscaras zoomorfas.

La mayoría de los participantes pintados en esta celebración, aparecen en un estado de embriaguez prominente, por ello, es necesario comprender el valor significante que tenía el pulque en las civilizaciones mesoamericanas: sustancia que además de ser considerada sagrada y bastante nutritiva, también fue concebida en el mundo prehispánico como una bebida que alteraba la conciencia, permitida entre los “Nahuas” sólo para las personas mayores de cincuenta y dos años.

Los cincuenta y dos años en ese tiempo, eran pensados como un ciclo que corresponde a un siglo en nuestra época, entonces; al llegar a un “ciclo o cincuenta y dos años”, había un exceso de calor en la persona y como el pulque es considerado como una bebida de calidad fría, lo que hacía era regular la temperatura de los ancianos y por eso era necesario consumir este producto.

En la cultura “Nahua”, el número cinco significa exceso, por ello, se les tenía permitido a los ancianos beber únicamente cuatro jarros de pulque, ingerir pulque antes de esa edad era causa de muerte; por ejemplo: para aquellos de clase baja que fueran sorprendidos en estado de ebriedad; se les tiraba su casa, les esparcían sal en sus terrenos de cultivo y se les decía: “No mereces vivir en el pueblo porque te comportas como los animales del campo”, sí se les encontraba por segunda ocasión ebrios, se les daba pena de muerte de manera pública para que el pueblo observara y sirviera de lección. Respecto a la gente de clase sacerdotal, no había segunda oportunidad; pues ellos eran el ejemplo a seguir por el pueblo y no era permitido que se les sorprendiera en estado de ebriedad antes de la edad permitida, en este grado: la ejecución se hacía de manera privada en el interior de un cuarto y el infractor no era merecedor de ningún tipo de ritual funerario.

Gracias a estas normas sociales, resulta acertado pensar que el mural de Cholula se trata de una fiesta sacerdotal relacionada con una práctica agrícola que evoca únicamente al “Octli o licor blanco”, y aunque el espacio pictórico queda libre a la interpretación personal tanto de estudiosos como del público en general, la hipótesis planteada se respalda el modus vivendi y la concepción religiosa que tenían las poblaciones “Nahuas” que habitaron las regiones de Texcoco, Tlaxcala, Azcapotzalco, Chalco, Cholula y Acolhucan.

Para poder tener una idea más clara del lugar, quisiera invitar a los lectores a visitar la zona arqueológica de Cholula en el estado de Puebla e inmiscuirse en el análisis de las técnicas de restauración hechas dentro y fuera del inmueble; conocer los tratamientos de nanotecnología empleados por los doctores Piero Baglioni y Rodorico Giorgio de la universidad de Florencia, así como comprender la explicación detallada que brindan sobre la intervención los especialistas Enrique Lozoya y Valerie Magar.

En torno a esto, puedo considerar que el trabajo hecho en el mural por parte del equipo interdisciplinario del INAH: es bueno, ya que se trató con mucho cuidado cada uno de los elementos y los agentes naturales que componen el mural, además de ser globalmente considerado como un verdadero proceso de restauración y no de remodelación como muchos colegas han expresado en otros espacios.

Al momento de hacer una crítica respecto a la labor emprendida en Cholula, se tiene que evaluar desde el costo beneficio hasta la propuesta de resultados tangibles de la que siempre apela la arqueología, no podemos dejar de lado el paso del tiempo y las condiciones climáticas de las que dependen nuestros sitios arqueológicos, los cuales, generalmente están siendo intervenidos con un presupuesto económico bajo y a expensas de presentar al pueblo mexicano resultados gigantescos.

El recorrido en el mural es controlado, por tanto, los interesados necesitan realizar una preinscripción en el área de Difusión de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural llamando al 5022 3410 ext. 413243, o enviar un mensaje al correo electrónico: lucrecia_castro@inah.gob.mx. Únicamente se realiza una visita por día y estará abierto para este público hasta el viernes 4 de julio de 2014.

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