Petición en change.org: Salvemos el Espacio Escultórico

[Transcripción de la petición en change.org y la lista de los primeros 100 firmantes solicitando la demolición del Edificio H en Ciudad Universitaria]

espacio escultórico

Sr. Dr. Enrique Graue Wiechers – Rector de la UNAM
Lic. Rafael Tovar y de Teresa – Srio. de Cultura del Gobierno Federal
Dr. Francisco López Morales – Director de Patrimonio Mundial del INAH
Dra. Nuria Sanz – Directora y Representante de la Oficina de la UNESCO en México

A la comunidad artística y cultural, a todos los ciudadanos:

El Espacio Escultórico, inaugurado en la Ciudad Universitaria de la UNAM en 1979 y realizado en conjunto por Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Mathias Goeritz, Hersúa, Sebastián y Federico Silva, con la asistencia de Roberto Acuña, es sin duda, una de las obras más importantes de Land Art en el mundo y, junto con las Torres de Satélite, la escultura monumental más importante del país. Es un lugar en la Ciudad de México, donde sin ver edificios e inscrito en un círculo de 120 metros de diámetro marcado por los 64 prismas que lo delimitan, se revela el paisaje y la topografía originales del sur de la ciudad. Su forma circular alude a la pirámide de Cuicuilco, primera en Mesoamérica, integrando así, la arquitectura prehispánica con el arte moderno y contemporáneo.

Al interior del área de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel y de la Zona de Amortiguamiento de la Zona Núcleo declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, es una obra que debe ser valorada y protegida como un bien cultural de la UNAM, del país y del mundo entero. Lamentablemente eso no ha sucedido. Debido al escaso mantenimiento, por no decir deterioro y al hecho de permanecer cerrado los fines de semana, días en los que puede ser visitado por múltiples interesados y personas ajenas a la Universidad, se ha sumado ahora la construcción del edificio “H” de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, que albergará aulas, cubículos de investigadores y oficinas y que se diseñó sin prever su desastroso efecto en el paisaje del Espacio Escultórico. Es sabida la necesidad que tienen las Facultades para ampliar su oferta académica y por ende su infraestructura, a ello sería absurdo oponerse. Lo que resulta un aberrante descuido fue el emplazar un edificio vertical en el eje oriente del Espacio Escultórico – uno de los puntos más atractivos del mismo, ya que desde ahí se observan los volcanes-, sobre todo considerando que existen terrenos en el campus y soluciones arquitectónicas que no hubieran resultado en la destrucción del paisaje.

Los habitantes de esta ciudad hemos padecido la construcción de edificios y obras que, sin planeación ni apego a reglamentos y estudios pertinentes, han generado graves daños en su paisaje, natural y urbano. En este caso resulta aun más grave que la propia Universidad Nacional a través de sus instancias responsables relativas al Patrimonio y a Obras, así como de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales que, entre otros, ofrece estudios de antropología y de arqueología, hayan incurrido en este grave daño a su propio patrimonio, que es de los mexicanos y del mundo. Quien debiera sentar precedente y ejemplo sobre la mejor manera de respetar y conservar nuestros bienes artísticos y culturales, en este caso ha hecho exactamente lo contrario.

No queremos ni podemos permitirnos que se siga atentando contra nuestro patrimonio cultural, artístico, urbano y natural. Por lo mismo exigimos que se restaure de manera integral el Espacio Escultórico, que se encuentre abierto los fines de semana para que un público más amplio pueda conocerlo y, sobre todo, que se respeten los lineamientos establecidos para obras de este tipo. Exigimos desde luego la demolición de los cuatro niveles superiores del nuevo edificio, una solución que aunque pueda parecer radical es la única manera de restaurar la integridad de la obra artística, en la que el paisaje, como ya se dijo, es parte integral. Si tenemos que poner en una balanza un edificio mediocre y relativamente pequeño, contra la escultura pública más importante de nuestro país, resulta una obligación de la UNAM salvar su propio patrimonio y el compromiso que tiene hacia la nación y el mundo por conservarlo y darlo a conocer, ya que es de todos.

Lista de los primeros 100 firmantes:

Eduardo Abaroa, Artista Plástico
Miquel Adrià, Arquitecto
Luz Emilia Aguilar Zínser, Investigadora y Ambientalista
Gonzalo Aguilar Zinzer, Abogado
Carlos Aguirre, Artista Plástico
Francisco Alanis, Sopitas.com
José Alberto Aldrete Haas, Arquitecto Paisajista
Sheika Hoor Al-Qasimi, Presidenta de Sharjah Art Foundation
Francis Alÿs, Artista Plástico
Carlos Amorales, Artista Plástico
Magali Arriola, Curadora
Irene Azuela, Actriz
Óscar Benassini, Editor y Crítico de Arte
Tatiana Bilbao, Arquitecta
Isaac Broid, Arquitecto
Tania Bruguera, Artista y activista
Miguel Calderón, Artista Plástico
Salvador Camarena, Periodista
Fernanda Canales, Arquitecta
José Castillo, Arquitecto
Mariana Castillo Deball, Artista Plástica
César Cervantes, Coleccionista
Ana María Cetto, Física
Patrick Charpenel, Curador
Ramiro Chaves, Artista Plástico
Carolina Coppel, Promotora Cultural
Catalina Corcuera, Directora Casa Estudio Barragán
José Luis Cortés, Arquitecto
Moisés Cosio, Coleccionista
Abraham Cruzvillegas, Artista Plástico
Minerva Cuevas, Artista Plástica
Rulo David, Locutor
Magnolia de la Garza, Curadora
Luis Javier de la Torre, Patronato Ruta de la Amistad
Christian del Castillo, Curador
Derek Dellekamp, Arquitecto
Margarita de Orellana, Editora
Pamela Echeverría, Galería Labor
Frida Escobedo, Arquitecta
Héctor Esrawe, Diseñador Industrial
Carla Fernández, Diseñadora de Moda
Mario García Torres, Artista Plástico
Daniel Garza Usabiaga, Curador
Teodoro González de León, Arquitecto
Terence Gower, Artista Plástico
Ely Guerra, Cantante
Jerónimo Hagerman, Arquitecto del paisaje
Oscar Hagerman, Arquitecto
Pablo Helguera, Artista Plástico
Alejandro Hernández, Arquitecto
Graciela Iturbide, Fotógrafa
Alberto Kalach, Arquitecto
Gabriel Kuri, Artista Plástico
Andrés Lajous, Politólogo
Magali Lara, Pintora
Mario Lavista, Compositor
Pablo León de la Barra, Curador
Pablo López Luz, Fotógrafo
Rafael Lozano-Hemmer, Artista Plástico
Alejandro Luna, Escenógrafo
Ana Elena Mallet, Curadora
Mónica Manzutto, Galería Kurimanzutto
Teresa Margolles, Artista Plástica
Patricia Martin, Curadora
Rozana Montiel, Arquitecta
Mariana Munguía, Promotora Cultural
Enrique Norten, Arquitecto
James Oles, Crítico de Arte
Yoko Ono, Artista Plástica
Gabriel Orozco, Artista Plástico
Fernando Ortega, Artista Plástico
Carmen Parra, Pintora
Rodrigo Peñafiel, Promotor Cultural
Emmanuel Picault, Anticuario
Taiyana Pimentel, Directora de Sala de Arte Público Siqueiros
Nestor Quiñones, Pintor
Sandra Racotta, Promotora Cultural
Gabriela Rangel, Curadora
Christian Rattemeyer, Curador Museum of Modern Art (MOMA)
Pedro Reyes, Escultor
Carlos Reygadas, Cineasta
Elena Reygadas, Chef
Carla Rippey, Artista y Directora de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado «La Esmeralda”
Mauricio Rocha, Arquitecto
Jesusa Rodriguez, Dramaturga
Michel Rojkind, Arquitecto
Alberto Ruy Sánchez, Escritor
Osvaldo Sánchez, Curador
Guillermo Santamarina, Curador
Jorge Satorre, Artista Plástico
Santiago Sierra, Artista Plástico
Doris Sommer, Agentes Culturales de Harvard University
Eduardo Terrazas, Arquitecto y Pintor
Nato Thompson, Curador de Creative Time
Hilda Trujillo, Directora del Museo Frida Kahlo
Hans Ulrich Obrist, Curador Seprentine Gallery
Pablo Vargas Lugo, Artista Plástico
Jorge Vázquez del Mercado, Arquitecto
Antonio Vega Macotela, Artista Plástico
Anton Vidockle, Artista y Fundador de e-flux
Jorge Yázpik, Escultor
Héctor Zamora, Artista Plástico

Firmar: https://www.change.org/p/salvemos-el-espacio-escult%C3%B3rico

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Acá les transcribimos la opinión del Grupo de Estudios URBANTHECTURA | CC ATH respecto a la petición promovida en change.org que solicita la demolición del Edificio H en Ciudad Universitaria.// Al respecto, creemos que la pretendida aclaración de este Grupo de Estudios resulta de la suma de una mala lectura del texto presentado en change.org, una velada disputa en contra del grupo de arquitectos promoventes de esta petición y un crítica que se centra en la Forma y no en el Fondo del tema./ Finalmente, el argumento de «el de adelante también se pasó el alto oficial» resulta chocante a estas alturas./ Defender lo indefendible con base en la falta de recursos en la UNAM para construir en otros espacios o de otra forma, terminará por hacernos perder lo más por lo menos./ Finalmente, la demolición de este edificio (en todo caso de los niveles superiores según se solicita) sería una lección ejemplar para este tipo de obras y podría posicionar a la Universidad nuevamente en la vanguardia moral de este país, que bastante falta hace ante esta crisis de las instituciones encargadas de proteger el patrimonio cultural en México.// Lean y comenten:
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1. Las Torres de Satélite no están en la Ciudad de México, están en el Municipio de Naucalpan en el Edo de México, y en su momento cuando el actual Presidente de México era Gobernador del Estado de México, en conjunto con la Empresa OHL planearon el trayecto de su «Viaducto Bicentenario» junto a las mismas torres, alterando su «landart». Desconocemos si esos arquitectos tienen consciencia moral sobre ese asunto, y si en su momento hicieron algo al respecto. (https://flic.kr/p/7ZgpN5)

2. La declaración sobre «Patrimonio de la Humanidad» otorgada por la UNESCO a la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México, sólo esta concedido al CAMPUS CENTRAL, desconocemos si estos «intelectuales» saben lo que esto significa, es decir, no toda la Ciudad Universitaria esta declarada como Patrimonio, sólo el Campus Central. (http://www.patrimoniomundial.unam.mx/)

3. ¿Por qué en la petición de Change.org se encuentra el Sr. Srio. de Cultura del Gobierno Federal o el Director de Patrimonio del INAH? O alguno de estos inminentes intelectuales tiene un vínculo directo con el PRIATO en el PODER, o nunca se han preguntado que significa la palabra «AUTONOMÍA» inscrita en el nombre de nuestra Universidad. Dicha petición tendría que ser enviada al «Consejo Universitario» o en su caso al «Tribunal Universitario», ya que a parte de las instancias educativas, involucra un tema interno de la UNIVERSIDAD. (http://xenix.dgsca.unam.mx/oag/abogen/documento.html…)

4. El Edificio «H» de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) responde a la necesidad de crecimiento de la propia facultad, el terreno donde (lamentablemente) se levanta el edificio, no corresponde a la Reserva Ecológica de la UNAM, sino a un terreno de dicha facultad, y que en la necesidad de crecimiento, debido a una mala planeación en la administración escolar, al realizarse la (Nueva) Unidad de Posgrado de la UNAM al Sur de la Ciudad Universitaria, en dicho espacio no se cuenta con los requerimientos para crecer. Por lo tanto la FCPyS de la Universidad genero ese edificio con sus propios recursos y en su propio espacio conjunto; posiblemente los arquitectos responsables no midieron el hecho, pero al parecer tampoco los personajes firmantes conocen la situación al interior de la UNIVERSIDAD.
Las carrera de Antropología con cuatro especialidades, en la que se incluye Arqueología, es de reciente creación y dichos espacios responden a esa necesidad.

5. Señores Arquitectos, Arquitectas, y demás que firman esta petición… «DEMOLER», de seguro como a la UNAM le sobran recursos para aventar al cielo, y nuestro país está en una alta esfera puede hacer eso. Muchos de los recursos realizados por la UNAM, y por sus Facultades y demás, se hace con sus recursos propios, así como el Posgrado de Economía genero su propio Edificio en la Zona Sur de Ciudad Universitaria, lo mismo ha pasado con la «Cafeteria Contemporánea» desarrollada en la Faculta de Medicina en el Campus Central. Si se requiere un linchamiento social, pues hablen con las autoridades competentes en su momento, es decir los responsables en la Dirección General de Obras y Conservación en la Rectoría del Dr. Narro cuando estaban al frente. Pero si se va a demoler, entonces den propuestas de crecimiento.

6. La Universidad como tal, dejo de tener un Plan Estratégico de Desarrollo Urbano al interior de la Ciudad Universitaria, es necesario recuperar o rehacer dichos planes, porque más allá del espacio escultórico, la Reserva Ecológica del Pedregal de la UNAM es la que esta resintiendo el crecimiento interior de la UNAM. (http://132.248.22.76/…/plan_rector/disposiciones_generales)

7. Si alguien se ve en la necesidad de discutir los puntos anteriores, la puerta esta abierta, los martes de 16:30 a 18:00 en el Seminario de Problemas Críticos de la Ciudad de México en la Maestría en Arquitectura, Campo de Conocimiento en Análisis Teoría Historia

Atte.
Grupo de Estudios URBANTHECTURA | CC ATH

DE LA CASA #79: LA UNIVERSIDAD ARQUINE / MM.

Por Marlen Mendoza

Anduve perdida un tiempo, vaivenes de la vida supongo, a bien he tenido un tema dándome vueltas constantemente, nació una ocasión platicando con un excelente amigo y colega andes de apoyarlo en una clase sobre crítica arquitectónica; le comentaba que había visto el cartel de Mextrópoli 2016, tal cual. Lo que me saltó a la vista fue el modo en que estaban comercializando un evento de tal magnitud ¿de cuándo acá, un congreso sobre arquitectura y ciudad se presenta a sí mismo como evento de OCESA?

“Vive la ciudad extraordinaria” dice su eslogan, vaya cinismo. El Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad, a realizarse del 5 al 8 de Marzo del 2016, y cito su descripción desde su página web (www.mextropoli.mx):

¿Qué es Mextrópoli?

MEXTRÓPOLI, Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad es la ventana que se abre cuatro días al año para vivir a través de la arquitectura, una ciudad extraordinaria.

La ciudad de México se convierte en el más importante y diverso escenario para pensar, crear, diseñar y disfrutar la ciudad. Fomenta el ejercicio creativo, crítico y participativo entre la ciudadanía a través de conferencias, diálogos, talleres, rutas, pabellones y actividades al aire libre que convierten a la ciudad de México en el abanderado de la arquitectura y el urbanismo mundial. El único foro en Latinoamérica que reúne en 4 días más de 22 mil personas diseñando ciudad: estudiantes, ciudadanos, profesionistas, turistas, creativos, servidores públicos, artistas, líderes de opinión y expertos en la materia para generar conocimiento, intercambio y una nueva visión de ciudad a través de la arquitectura.”

Mextrópoli (c) http://mextropoli.mx/

Ahora, claramente suena a un discurso encantador, sin lugar a duda atrae la atención e incentiva el deseo por ser parte de una premisa tan alentadora y si a eso le añadimos la plantilla que participa éste año, como nada más y nada menos que Rafael Moneo (ganador del Pritzker en 1996), Tom Mayne (Pritzker 2005) Bjarke Ingels (BIG), Alberto Kalach (ser Kalach) Rafael Barajas (El Fisgón, monero) entre otros, podría desatar el furor irrisible, ávido de correr a cualquier centro ticketmaster y por unos 2900 pesos precio VIP o ya en el poormode aflojando 990 pesos (si es que no es usted estudiante y logró juntar a sus cuatitos y le entra al paquete-estudiante); la sede es el teatro Metropolitan (guiño, guiño), cabría mencionar que los boletos, como en el Corona Capital, se venden por fases, así que dependiendo del bolsillo y desenfrene consumista es si obtiene unos baratos o le tocan en tercera fase a precio de ver a Blur o Muse (sólo que sin la diversión y las chelas).

Quiero dejar en claro que, considero una iniciativa interesante, sabemos que es de suma importancia traer mesas de dialogo, conferencias y festivales culturales que enriquezcan nuestro criterio y experiencias sociales, más allá del futbol y las luchas; sin embargo ésas intenciones son meramente una máscara, el objetivo a perseguir es alimentar un imperio que se ha ido construyendo piedra a piedra por fanáticos de la plástica y la pseudo-estética, aquellos que alimentan el ego y la postura del arquitecto como un ser omnipotente casi divino, poseedor de todo conocimiento pero al mismo tiempo es frágil, humilde y misterioso. ¡Sarta de babosadas!

Al final del día no pongo en duda la calidad y prestigio de los ponentes, tampoco el billetote que deben cobrar para venir aquí (si mis queridos niños, ellos cobran por cada conferencia, incluido el hospedaje, comida y transporte), lo que es alarmante es la mediatización y consumismo que detona una práctica como ésta. Sesga a los interesados comenzando por los precios de los boletos, y porque a bien, involucra otras actividades que implican recursos, sin mencionar al selecto grupo de profesionales que se la viven publicando sobre los cocteles VIP y eventos privados en el marco del festival, dejando de lado los temas y discusiones realmente importantes más allá de la mera descarrilada social; muy su derecho dirían algunos.

Arquine, sabemos, es un imperio. Ha logrado comercializar con algo que en nuestro país no era tan popular como lo es ahora, de pronto hubo un boom voraz alrededor de todo lo involucrado con el diseño: arquitectura (de interiores), diseño industrial, textil, etc. Lograron no solo atraer al público especializado, sino también a personas que simplemente tomaron sus publicaciones como un medio educativo, aquello que está bien, la guía del buen gusto, cosa sabemos de sobra es una mentira.

Claro que hay artículos de Arquine de carácter divulgativo e informador, pero eso no significa que cuente con un contenido sólido que pudieras usar como fuente o referencia para una tesis, por ejemplo. No tengo el gusto de conocer a Miquel Adrià pero es evidente que el señor es un visionario y un magnifico empresario, pues ha llevado un proyecto que en un inicio parecía poco ambicioso hasta erigir su propia escuela: ¿Ya conocen CENTRO?

CENTRO

Para aquellos despistados como yo, que apenas supe de su existencia el año pasado, CENTRO es un instituto de diseño, arquitectura y cine. Llegué a ella por un anuncio en Twitter, para la convocatoria de su maestría en vivienda, lo primero que llamo mi atención fue el afiche promocional, muy editorial, con un slogan conmovedor: “De la célula al edificio”; también tienen un mensaje bastante inspirador en su página de inicio:

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No sabía si reír o llorar, independientemente de la poca seriedad que reflejen afirmaciones de tal índole, lo que quizás me causo un revuelo estomacal fue aquello de “el negocio de la creatividad”, ¿negocio para quién?

Revisé su plan de estudios y las materias que imparten, al menos de nombre son una tomada de pelo, entre más rimbombante y barroco suenen mejor, sin exponer un análisis racional ante ello, no soy experta en pedagogía ni pretendo sonar como alguna, y aunque el plan de estudios de mi alma mater (UNAM) ha sido por demás demeritado y tirado al lodo pinta significativamente mejor, cuando menos es coherente.

Eché ojo de la plantilla docente, efectivamente está formada de profesionales por demás capaces y algunos sobresalientes, lo curioso es que varios de ellos son alegres colaboradores activos de las publicaciones en Arquine, incluido el jefe de jefes Miquel Adriá ¿coincidencia o destino?

A mis ojos, este instituto parece creado por las mismas manos detrás del gigante Arquine, con todo y sus fanáticos, que leen ávidos desde la media superior sus publicaciones aspirando así a estudiar en la universidad Arquine, claro está con su debido tributo monetario, que asumo no debe ser nada despreciable. Me bastó leer toda la paja pseudo poética con la que describen sus carreras, especialidades y maestrías, para cuestionarme seriamente el aporte académico de la institución. Sin duda un centro para moldear al “profesional refinado” aquel que sólo ve la belleza formal y deifica la arquitectura de revista, al entrepreneur de vocación adiestrado e influenciado por un medio que se ha enfocado a convertir una profesión dirigida a satisfacer una necesidad social en un monigote engreído y petulante, convencido de que es lo mejor que le pudo pasar al diseño y que como él nadie, brindándonos la gracia de su presencia pero sobre todo de su arte.

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Sobre la autora: (Guanajuato, México – 1988) Arquitecta egresada de la UNAM campus CU en 2012, colaboró como docente de la asignatura representación gráfica por un periodo de 3 años. Para el 2010 incursiona en el interiorismo, posteriormente se especializa en diseño arquitectónico, desarrollo y coordinación de proyectos residenciales, ramo en el que se desenvuelve actualmente. También escribe para ArKeopatías, Portavoz y ERRR-Magazine, sus textos se enfocan desde la crítica arquitectónica, el cine y la literatura, reflejando una visión peculiar sobre su relación con la cotidianidad y su impacto a nivel social. Se interesa en temas relacionados con el arte, ilustración, arquitectura, cine, música y literatura. 

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Versión para imprimir y descargar aquí // Imágenes tomadas del sitio: http://www3.centro.edu.mx/centro/

ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #79″. México 2015. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

DE LA CASA #28: DESMORONANDO LA ARQUITECTURA / MMV.

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Por Marlen Mendoza

Un muy estimado académico de la Facultad de Arquitectura, al cuál le tengo profundo respeto y aprecio, no sólo porque fue mi profesor e implantó en mi cabeza la semilla de la crítica y valoración de lo que sucede a nuestro alrededor, sino porque es un excelente profesional de la Arquitectura, quien suele compartir y «poner en la mesa» textos, artículos, imágenes… todo aquello que evoque a una reflexión y debate sobre algún tema que de un modo u otro nos concierne profesional, civil o socialmente; en esta ocasión es un texto publicado en el blog de la conocida Revista Arquine titulado «La Arquitectura no es Suficiente» título fuerte que cumple con enganchar y provocar ganas de leerlo, lo que nos lleva a este blog, a esta entrada y lo que a continuación es una catarsis de lo que me provocó leerlo, releerlo, despedazarlo, tratar de digerirlo para posteriormente vomitarlo.

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El texto escrito por María García Holley en colaboración con Juan José Kochen, es una mirada simplista y extremista sobre todo y nada, en torno al estudio-práctica del quehacer arquitectónico, comienza con datos estadísticos con respecto al porcentaje de aspirantes a educación superior que son «rechazados», particularizando el caso UNAM; que carreras o mejor dicho sus aspirantes obtienen mejores resultados en el examen de admisión y los promedios que piden las denominadas carreras de «alta demanda». Luego de una serie de cuestionamientos vagos, cataloga de negativa la opinión pública sobre la arquitectura, otorgando unos calificativos raramente asociados como sinónimos del ejercicio de la profesión y dando posteriormente unos escasos y muy forzados ejemplos donde el ímpetu juvenil ha preponderado, pese a toda esta negatividad, ante los desafíos crueles y viles de la realidad, ya sea por casualidad o como casos aislados (tipo generación espontánea) prevaleciendo sobre todo el esfuerzo.

Inesperadamente hay un giro en el tema y se cuestiona: -«¿Cuál es la mejor opción para estudiar arquitectura?»- de pronto llegamos a otra serie de preguntas sobre la calidad de enseñanza que otorgan las instituciones, lamentablemente es un pseudo-análisis, pobre y carente de fundamentos que al final aparenta en su mayoría un enganche quejumbroso sobre el sistema UNAM, que un verdadero estudio crítico entre planes de estudio, materias y áreas de conocimiento, entre las diferentes alternativas educativas ya sea en modalidad «pública» o privada, culpa a las mismas de la «deformación» del puro e inmaculado perfil de arquitecto, que aparentemente viene pre-cargado en todos y cada uno de los aspirantes, colocando un escenario negro/blanco, malos/buenos, villano/héroe; dotando a las instituciones el rol del deformador, impío, corrupto y transgresor de las virtudes intactas de aquellos jóvenes ávidos de formarse como arquitectos, a los cuales lamentablemente los han amedrentado con historias, salidas cuando menos de una novela de Stephen King, y cito: -«el cliente, el programa arquitectónico, los detalles constructivos, las entregas por kilo, las acuarelas artísticas, los cálculos estructurales sin entendimiento, los proyectos para edificios en Paseo de la Reforma, los pabellones sin sentido, las malas optativas o los programas de estudio obsoletos»- todo esto como preámbulo para poder dar rienda suelta a una crítica abierta a la longevidad del plan de estudios vigente de la Facultad (de Arquitectura) de la UNAM, nuevamente es un juicio aislado y no fomenta la apertura y la comparación con respecto a otras escuelas, así cómo también repara en un par de asignaturas, metodologías y personal docente. Lo anterior desemboca en: -«En las escuelas de arquitectura debieran nacer las nuevas líneas de pensamiento a partir de un amplio espectro de acción, un lugar fértil de desarrollo para su futura aplicación e instrumento de cambio»- lo que sea que haya querido decir con esto, para después complementar con: -«las escuelas de arquitectura son ajenas a las problemáticas laborales actuales, las niegan, esconden y muchas veces las solapan»- seguido de un párrafo plagado de contradicciones, estereotipos muy específicos para una fracción entre el mar de opiniones y gustos del gremio arquitecturil y uno que otro estigma a-posteriori. Para finalizar su intervención, repara en datos duros como: dos ejemplos que a pesar de su falta de estudios en arquitectura lograron ganarse un lugar en la historia y convertirse en iconos a nivel mundial, la lentitud en la enseñanza con respecto a la velocidad con la que avanzamos hoy en día, los sueldos bajos a profesionistas en comparación con aquellos que ejercen sin tener más que un aprendizaje empírico e intuitivo -«Es nuestra responsabilidad, como arquitectos, como ex alumnos, invitar a reinventar la profesión más allá de las clases y enseñanzas añejas; trascender y compartir que la arquitectura no es suficiente, que los estudiantes no salen preparados, que las oportunidades deben de ser más incluyentes, que la arquitectura y el país de nuestros maestros de la modernidad no es la misma, que no estamos ‘condenados a ser modernos’ y que existen otras formas de pensar con arquitectura»-.

Cuando comencé el texto esperaba un análisis propositivo sobre cómo la Arquitectura podría dotar de soluciones o en su defecto apoyar la creciente demanda educativa a nivel profesional (que tendría que ir más allá de construir nuevas aulas o sedes) planteando un sistema dinámico que subsidie (sic) de raíz una necesidad que aumenta exponencialmente cada año; sin embargo me encuentro con una síntesis raquítica con la delicadeza propia de un carnicero, asegurando la opinión pública con términos como corrupción, desvío de fondos, proyectos mal hechos, proyectos urbanos disfrazados de arquitectura y demás menciones que distan mucho de lo que alguien ajeno al gremio pudiera no sólo opinar, si no tener conocimiento, la corrupción no es un tema exclusivo del ambiente arquitectónico, pero me resulta imposible concebir que alguien ajeno al círculo, sepa a ciencia cierta como es que funciona sistémicamente, los arquitectos para la sociedad estamos relacionados con estereotipos físicos y de personalidad: el casco, las botas, los planos, las maquetas, las casas, los albañiles, la guerra con el ingeniero, la neurosis, la mamonería, el ego, etc…, son los conceptos recurrentes en la mente de quién no trabaja en el medio, no entiendo porque le dispone adjetivos que lo único que logra es añadirle un aire dramático y sucio al tema (cualquiera que sea este).

Su dinámica «échenle la culpa a las escuelas» me parece un discurso desgastado e insípido, que me recuerda a aquellos alumnos que buscan cualquier excusa con tal de no afrontar su responsabilidad, es más fácil culpar a los demás que ver los errores propios; por supuesto que las escuelas tienen sus defectos, comenzando por el sistema burocrático y el método de selección de plantilla docente, pero no es el monstruo de 7 cabezas y los aspirantes/alumnos son las víctimas lumínicas, apagadas por la mordacidad de un gigante despiadado y cruel, que se alimenta de las ilusiones y la genialidad de las nuevas generaciones. Cuando ingresé a la Universidad, la idea que tenía sobre la carrera, aunque equivocada también, distaba mucho de todos estos mitos que enumeran en el texto, yo solo sabía que iba a dormir poco y trabajar mucho, pero lo que fui descubriendo a mi paso fue (como en todo) un abanico de posibilidades y gustos, diversidad en líneas de pensamiento, métodos y objetivos, encasillar los ideales del arquitecto y reducirlos a tener un despacho, clientes, ganar concursos y salir en revistas, cae en la ignorancia y denota una profunda falta de empatía y capacidad de observación, Arquitectos hay constructores, proyectistas, escenógrafos, iluminadores, decoradores de interiores, museógrafos, curadores, investigadores, historiadores, restauradores, editores, diseñadores, escritores, administradores, contratistas, calculistas, estructuristas y podría escribir toda una entrada sobre la variedad de campos de acción para un arquitecto así como sus especialidades, lo anterior está supeditado a las necesidades del usuario, el momento histórico/social y los avances tecnológicos, por tanto la Arquitectura no sólo va a estar vigente siempre, sino que está en constante movimiento y transformación.

Es cierto que las instituciones tienen dificultades para seguirle el ritmo a toda esta serie abrumadora de cambios, también son necesarios programas de actualización docente; no son los únicos responsables de que un buen porcentaje de los egresados salga a la vida laboral con muy pocas herramientas que les permitan ser competitivos, esto involucra directamente al estudiante, que en su mayoría son apáticos y que creen merecer el Golden Ticket sin esfuerzo alguno, aquellos que se envician con revistas como Arquine, las cuales muestran el perfil del Arquitecto-Rockstar: El de las fotos, el glamour, las cenas, galerías, el gran despacho, grandes obras, muchos empleados y arquitecturas plásticas e inertes (como de maniquíes en aparador) esos, que son menos del 5% del grueso de la población profesionalmente activa, los que tienen contactos, el dinero y la fama, son los que construyen a gran escala, los que hacen «hitos» para la ciudad y los que también fueron alumnos grises y apáticos, que al final tuvieron que recurrir a esos contactos y dinero para erigir su propio despacho ya que seguramente en ninguno durarían. Existe otro 0.001% dotado de genialidad que no necesita de instrucción formal a un ámbito para que nos deje un legado indiscutible (en todas las disciplinas los hay) pero esa no es una premisa que invalide el requisito de estudiar arquitectura. Y después viene el resto, los arquitectos que viven la Arquitectura del día a día, la de la gente, la que teje la ciudad y que nos acompaña (para bien o para mal).

Me parece preocupante que se lancen textos, en una revista con tal alcance, donde en lugar de incentivar las prácticas conscientes, el respeto y valoración a lo relevante que es la Arquitectura, por el contrario creen una idea nebulosa y muy subjetiva del ejercicio de la arquitectura y su enseñanza, sin comprometerse a una reflexión informada y objetiva.

Tenemos la responsabilidad de aportar para construir, no para agravar, los textos despiadados no crean conciencia y mucho menos profesan un mensaje positivo a las nuevas generaciones, que si ya de por sí traen una fuerte carga de confusión y desconcierto, nosotros lo empeoremos con una ráfaga de conceptos mal estudiados, cargados de frustración.

Texto: «La Arquitectura no es suficiente»
http://www.arquine.com/blog/la-arquitectura-no-es-suficiente/

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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons, Atribución-NoComercial 2.5 México, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #28″. México 2014. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).