DE LA CASA #141: ANTES DE MEDUSA / DMEV.

Por Dinna Maricela Esparza Vázquez

Pocos saben la historia de Medusa antes de que se convirtiera en Medusa, y es que como ya les había contado, cuando yo era chica me obsesioné un poco con este personaje e investigué todo lo que pude acerca de ella, realmente nunca entendí su historia sino hasta hoy que tuve la oportunidad de entrar a registrar las pintas (a las cuales de ahora en adelante llamaré “intervenciones”) que se hicieron durante la mega marcha feminista, en el Monumento a la Independencia (mejor conocido como “Ángel de la Independencia, el cual a partir de ahora llamaré por su verdadero nombre: “Victoria Alada”), en fin, pues ahí estaba yo, registrando cuando me topé con la imagen tallada de la cabeza de Medusa, ahora intervenida con los ojos llorando sangre, y entonces recordé su historia, y de pronto su historia cobró todo el sentido que de niña no pude ver.

Medusa Dinna

Y ahí estaba yo frente a Medusa, comprendiendo que en la marcha también alzó su voz, y como parte del monumento también contó su historia, la historia de Medusa también es la historia de las mujeres violentadas.

Medusa, antes de ser ese “monstruo” temido por todos fue una hermosa doncella que custodiaba el templo de Atenea diosa de la guerra; durante muchos años Medusa fue acosada por el dios del mar, Poseidón, y a pesar de que el dios era sumamente insistente, Medusa siempre lograba burlarlo y alejarse de él; Medusa sufría por esto e imploraba a Atenea su intervención pero Atenea no hacía caso, un día Medusa no pudo huir de Poseidón y éste la violó, Medusa no atinó más que gritar e implorar por ayuda, por lo que Atenea irritada por los gritos decidió castigarla convirtiendo su cabello en un nido de serpientes, a partir de ese momento Medusa se convirtió en un “monstruo” agresivo y cruel que convertía en piedra a todo aquel que la mirara a los ojos, Atenea quiso detenerla pero no pudo, fue hasta muchos años después que Perseo guiado y ayudado por la misma Atenea, logró cortarle la cabeza, no sin antes transformarla en piedra.

¿Ven?, la historia se repite una y otra vez. La víctima denuncia varias veces a su acosador, implora porque alguien haga algo, el violentador abusa de su poder y comete un crimen, la ley castiga y re-violenta a la víctima en vez de al violador; la víctima ahora no solamente sufre por la agresión inicial sino por la constante re victimización que sufre día tras día, tanto por la ley como por la sociedad, y el delincuente sigue libre y adorado por todos, una vez más se salió con la suya y no solo no hay justicia sino que peca de cinismo y burla, la víctima se ve sola y desamparada; ya no puede más y su corazón se vuelve piedra, y entonces ahora solo puede dar lo que es (en lo que la convirtieron), ahora entonces ella es el monstruo, ella es a quien se debe desaparecer, y callar, y se debe invisibilizar, e ignorar, ahora ella es la no “políticamente correcta” porque ya no nos importa su historia, ni su dolor, ni su causa, ni su circunstancia; lo que nos importa es que no esté fea y que no vaya gritando por las calles asustando a la gente y convirtiéndola en piedra, lo que nos importa es que no nos incomode; entonces aparece un “héroe”, un hombre que recibe absolutamente toda la ayuda posible departe de la ley, de los dioses, y entonces la decapita; corta su cabeza para que se calle, para que ya no tengamos que oírla, ni verla, ni recordar que nos pidió ayuda y no hicimos nada, para que ya no sintamos culpa de haberla castigado siendo ella la agraviada, para no acordarnos de que dejamos libre a su violador y para colmo, lo adoramos solo porque nos da peces; y entonces creemos que muerta Medusa su historia se olvidará como se olvidan todas las historias similares.

Pero Medusa es fuerte y trasciende el tiempo y cruza el puente de la mitología a la vida real, y entonces emerge y se une a los gritos de las miles de mexicanas que salieron a exigirle al pueblo y al Estado ¡que ya no nos violen!, ¡que ya no nos maten!, ¡que ya estamos hartas de tanta impunidad!, y entonces Medusa se cuela por más de cien años en uno de los monumentos más importantes de nuestro país, y permanece ahí, tallada en piedra, pacientemente espera callada y pasando casi desapercibida en una esquina cerca del dintel de la entrada principal, espera por cien años el día de la marcha; porque Medusa sabía que nos íbamos a cansar de no ser escuchadas, de no ser atendidas, Medusa sabía que después de intentarlo todo sin éxito, entonces íbamos a levantar la voz, y entonces ella estaría ahí para unirse y alzar la suya, porque Medusa mejor que nadie sabe que las piedras son importantes, pero nunca más importantes que la vida y la integridad de las mujeres.

#RestauradorasConGlitter ✨
#PrimeroLasMujeresLuegoLasParedes
#NiUnaMás

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Sobre la autora: Dinna Maricela Esparza Vázquez (Ciudad de México / 1986). Egresada de la licenciatura en Arqueología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Desde 2005 se desarrolla como investigadora, y en 2010 comienza su labor docente. Ha participado en numerosos proyectos arqueológicos tanto en la Ciudad de México, en sitios como Tlatelolco, Chapultepec, y Centro Histórico (Proyecto Boturini), así como en el interior de la República, en donde estuvo a cargo de las zonas arqueológicas de Dainzú y Yagúl en Oaxaca, así como de las excavaciones del Monasterio de San Pedro y San Pablo en el centro de esa ciudad; en Hidalgo, a cargo de las excavaciones del Palacio Quemado en la zona arqueológica de Tula; también ha colaborado en el área de investigación en el Museo Casa Morelos de Ecatepec.

Fotografía: Dinna Maricela Esparza Vázquez

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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ «Textos De La Casa #141″. México 2019. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

ARK_MAGAZINE #28 // ESPECIAL OAXACA

¡ESPECIAL
ARK_MAGAZINE!
OAXACA //

¿Qué tal su semana #arkeópatas?, los tuvimos un poco desatendidos porque hemos estado trabajando muy duro para tener listo nuestro siguiente número de la Revista #ARK_Magazine [#ARK28]. El cuál es muy especial por varias razones, la primera, porque, a través de la curaduría de Guillermo Ramón Celis y Hilary Morgan Leathem, volvemos a hablar del patrimonio en Oaxaca, pero esta vez desde un punto de vista fuertemente crítico acerca de lo que es oficialmente considerado como tal y de qué manera otras formas de identidad y apropiación van ganado terreno a nivel comunitario, dejando, en los hechos, muy atrás a las legislaciones e instituciones vigentes./

Con este número inauguramos una serie de ediciones especiales de la revista, dedicadas a las entidades federativas de la República Mexicana, comenzando por aquellas afectadas directamente por los sismos del 2017. En un siguiente post daremos cuenta de los detalles y las convocatorias./

Ahora, no lo piensen más y echen un vistazo a este excelente trabajo. Quizás está mal que nosotros lo digamos, pero quedó muy bien. Les recomiendo en particular la sección «#súbelealabocina», donde un diálogo musical entre Estados Unidos y Oaxaca, nos acompaña mientras leemos.

Sin más preámbulos, acá está la liga: http://bit.ly/2Q7kdUq

ARK28

ARK_MAGAZINE #24 // ÉTICA Y PATRIMONIO

¡YA SALIÓ! //
¡Paren todo, es hora de leer!
http://bit.ly/2UTE763

#yoleoarkmagazine
#éticaypatrimonio
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ARK_Magazine [Textos ArKeopáticos] convocó hace algunos meses a participar en este número especial de la revista, donde pretendemos abordar la relación entre ÉTICA y PATRIMONIO desde un punto de vista teórico y práctico, preguntándonos, sobre todo, si la ética podía funcionar como mecanismo o herramienta transformadora de paradigmas en las acciones y relaciones humanas, laborales, de investigación, gestión, administración o cualquier otra que toque el amplio espectro de lo que llamamos patrimonio. Para ello, buscamos textos que se plantearan críticamente el papel de la ética en el juego de poder que es el patrimonio y su gremio, desde lo técnico hasta lo humano.

De esta forma recibimos contribuciones de arqueólogos, arquitectos, museógrafos, restauradores y sociólogos, quienes nos comparten aquí sus reflexiones, crítica y análisis de las problemáticas y experiencias en cada una de sus áreas, así como el planteamiento de propuestas encaminadas a propiciar buenas prácticas en estos rubros, que favorezcan, sobre todo, la protección del patrimonio cultural al interior y exterior de las instituciones, partiendo de un reconocimiento de los saberes frente a la burocratización y la especulación, sin olvidar el componente de responsabilidad que nuestras profesiones tienen con la sociedad, sobre todo en el contexto político pos-neoliberal. Por supuesto las reflexiones no son locales, pues al compartir problemáticas con el mundo, cada uno de los planteamientos se vuelven globales, tanto en el diagnóstico como en las visiones hacia un futuro deseado, cada vez más promisorio.

Este número se despliega a partir de una curaduría que privilegia la lectura, digamos lineal (así los invitamos a hacerlo), donde empezamos sentando algunas bases de los principios filosóficos y teóricos de la ética, su relación con la moral y el mundo contemporáneo, para “entrarle” de lleno a una serie de temas y casos, tanto en México como en España, de prácticas cuestionables ya sea al interior del gremio, como hacia el exterior, es decir, en la relación de este con el medio social que le rodea en el trabajo cotidiano.

Finalmente, en cada uno de los textos encontramos pistas que nos ayudarán a construir, en adelante, relaciones cada vez más virtuosas entre cada uno de los actores que nos vemos involucrados en el fin último de nuestro quehacer, la conservación de la memoria de los pueblos en lo local y del mundo en un sentido amplio y universal. De ese tamaño es el reto que tenemos frente a nosotros. Confío en que cada uno de ustedes está haciendo su parte, sirva entonces esta edición para dar guía e impulsar ese camino, a través de la crítica, en principio, de nosotros mismos.//

Pueden consultar la revista completa en la siguiente liga: https://issuu.com/arkeopatias/docs/ark24

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#LasPrestadas: El INAH en su 80 aniversario: contradicciones e injusticia laboral

Por Roberto E. Galindo Domínguez

El 80 aniversario 80 del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) celebrado este mes de febrero ha sido opacado –a pesar de los elogios y exaltaciones que del Instituto ha hecho su director, el antropólogo Diego Prieto– debido a las protestas de diversos sectores de sus trabajadores, principalmente el de los eventuales. La realidad de la vida interna del INAH se ha visto expuesta por los recientes conflictos laborales que se han suscitado como consecuencia del recorte de personal promovido y avalado por la dirección del Instituto, que tiene que ver con la limpia que en muchas dependencias gubernamentales está haciendo la nueva administración federal morenista.

pastel inah

Los despidos de los trabajadores del INAH no deben tomarse a la ligera. Se debe analizar la pertinencia laboral de los contratados antes de realizar cualquier destitución o simplemente antes de no renovar la contratación de los trabajadores. Y es aquí donde radica el mayor problema laboral de miles de empleados en el INAH, pues desde hace decenios el Instituto se ha servido de la mano de obra de pasantes y licenciados de las diversas áreas pertinentes a la antropología y la historia, sin el mínimo respeto por los derechos laborales de los mismos; esto en las áreas académica y de investigación, pues en el área administrativa el panorama es otro, aunque también hay trabajadores temporales.

En este sentido, en la página del INAH se establece que la institución cuenta con una secretaría técnica, siete coordinaciones nacionales y 31 centros estatales; instancias de investigación responsables de 110 mil monumentos históricos, 29 mil zonas arqueológicas registradas de las cuales sólo 181 están abiertas al público, más de 120 museos de diferentes categorías –aunque Diego Prieto ha declarado que son 192 zonas arqueológicas abiertas y más de 160 museos–, así como bibliotecas y fototecas. Además, la institución realiza trabajo antropológico en diversas comunidades. Es evidente que el INAH requiere para la investigación, conservación y difusión de lo mencionado una gran cantidad de investigadores, aunque sólo cuenta con entre 800 y 900, incluidos los profesores de las tres escuelas del Instituto. En su conjunto, el personal mencionado es insuficiente para las actividades de investigación y académicas requeridas; por eso es que durante décadas se ha contratado a personal eventual, aunque siempre se ha negado la necesidad que se tiene de este, pretexto que usa el INAH para no reconocer los derechos laborales de estos trabajadores.

Esta situación es bien retratada en los pasillos de la institución cuando investigadores eventuales o recién egresados de la universidad buscan una plaza de investigación, que en primer instancia se abre a concurso porque un vetusto y encumbrado científico, después de decenios de ardua labor se ha retirado y por esa causa se abrió la plaza, misma que detenta unos estándares académicos altísimos debido a la longevidad estudiosa del que la ha abandonado. Dicen en el INAH que “una plaza se abre a concurso cada que muere un investigador”, y esa es una expresión que refleja la realidad laboral del instituto: no hay una apertura de plazas de investigación desde hace décadas, salvo contadas excepciones, ya que la mayoría se reciclan como se ha señalado.

El 5 de febrero pasado, en entrevista con Carmen Aristegui, Diego Prieto dijo que hasta antes de los recortes laboraban en el INAH 6 mil 500 trabajadores, de los cuales 5 mil son de base y 1 mil 500 contratados de manera eventual. Desafortunadamente de esos 1 mil 500 un .08 por ciento ya no fue recontratado debido a los recortes mencionados. Cabe señalar que de los 5 mil de base la mayoría son administrativos, técnicos, manuales y de servicios; pues como ya mencioné, los investigadores, en el mejor de los casos, son 900.

Es injustificable que una institución cuyos propósitos fundamentales son la investigación y la enseñanza académica, tenga una plantilla de administrativos tan superior a la de los investigadores y profesores. Esa es una de las grandes contradicciones del INAH, que deriva de una mala planeación y de una burocracia acendrada en sus formas de perpetuación; burocracia administrativa que desde hace décadas tiene el control del Instituto.

La otra gran contradicción del INAH tiene que ver con los trabajadores eventuales, los contratados por cortos periodos en una estrategia “de esclavitud laboral”, misma que se emplea para evitar su basificación. Esos trabajadores son llamados “los indocumentados” y, aunque parezca absurdo, son casi el doble de los investigadores con base. Con la contratación eventual el INAH evade las mínimas obligaciones laborales que marca el Artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Ley Federal del Trabajo y las Condiciones Generales de Trabajo del mismo Instituto (aunque Diego Prieto asegura que actualmente todos los eventuales reciben servicio médico). Situación que debió ser regulada en los meses recientes, pues se tiene noticia de que hace poco algunos investigadores sólo firmaban una nómina en proyectos en los que sólo interviene el INAH. Además de que en general los investigadores que reciben servicio médico son aquellos que laboran para terceros que mantienen convenios con el INAH; por ejemplo la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Petróleos Mexicanos (Pemex) o las compañías constructoras involucradas en la edificación de ductos, carreteras y tendido de líneas eléctricas e infraestructura de otra índole, esto en el caso de los arqueólogos de salvamento; y son esos terceros los que dan el servicio médico.

Ojalá que todos los eventuales de cualquier área del INAH, los que sobrevivieron al recorte, reciban el servicio médico que Diego Prieto asevera que el instituto les facilita.

Es una burla que el INAH, la entidad encargada de la preservación de la memoria histórica y arqueológica, así como del estudio antropológico de la sociedad –todas materias de las que el hombre es la parte fundamental–, sea una de las instituciones que más socava los derechos laborales del trabajador; de ese “indocumentado” sin prestaciones, que además es contratado a capricho del director de un proyecto; de ese hombre que es sustituido o cesado, sin mayor mediación, después de años de labor; de esa mujer que accidentada debido a la negligencia de su jefa, debió abandonar la práctica de su profesión sin la indemnización adecuada; de ese joven investigador que ya no es contratado porque un aviador planea de lejos la oficina, el archivo o la fototeca, porque el subdirector le debe un favor.

La administración federal tiene que reflexionar sobre los despidos de los trabajadores del INAH, pero sobre todo acerca de la situación laboral del Instituto y, en conjunto con el director del mismo, así como con los trabajadores, revisar los tipos de contratación que se celebran, sobre todo de los investigadores. Las autoridades deben revertir las injustas situaciones laborales que prevalecen en el INAH, ya que es una dependencia gubernamental y sus trabajadores son responsabilidad del Estado mexicano; y éste debe ser garante de los derechos individuales y colectivos de esos trabajadores, que mantienen a una institución que investiga y protege el devenir social en sus múltiples manifestaciones culturales, pero que también carcome la integridad de su componente humano.

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Roberto Galindo: Maestro en apreciación y creación literaria; literato; arqueólogo; diseñador gráfico. Cursa el doctorado de novela en Casa Lamm. Miembro del taller literario La Serpiente.

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Fuente: contralínea.com.mx (consultar nota original aquí)

DE LA CASA #136: ENTREVISTA A DIEGO PRIETO (LO QUE NO SE VIÓ) EPISODIO 2/ M26J.

Les traemos la segunda entrega de la entrevista a Diego Prieto, en una producción original de ARK Media con la creatividad del Movimiento 26 de Julio./ ¡Ayúdenos a compartir!

#INAH80AÑOS #YaPágameINAH #ConTRATOjusto #Capítulo3000

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