CONVOCATORIA: ARK_MAGAZINE // PERÚ: DIVERSIDAD

ARK PERU-01

CONVOCATORIA //
ESPECIAL ARK_MAGAZINE
PERÚ: DIVERSIDAD

En concordancia con la visión internacional que se ha forjado a través de los años en nuestro proyecto editorial, identificamos la necesidad de profundizar en el análisis de las problemáticas patrimoniales en cada uno de los países que componen la llamada Latinoamérica. Es así que, acompañados por el antropólogo peruano Wilmer Mejia Carrion, inauguramos con el Perú esta serie de convocatorias dedicadas (por ahora) al continente americano.

El patrimonio peruano es muy vasto, tanto en lo cultural como lo natural, ninguna de las tres regiones del Perú: Costa, Sierra y Selva deja de tener un inmenso acervo cultural material e inmaterial, sin embargo, generalmente al Perú se lo asocia con los Incas, a través de Machu Picchu y las montañas, pero el PERÚ es mucho más que eso. Es por ello que, en este número especial de la revista ARK_MAGAZINE queremos hacer conocer lo diverso del país en todos los sentidos. Dentro de esta heterogeneidad de emociones, de texturas y de colores, se hace necesario abordar al patrimonio desde la DIVERSIDAD, pues, a pesar de todo este rico panorama, la reflexión sobre qué es el patrimonio cultural y natural, su patrimonialización e importancia, así como los diversos puntos de vista respecto a los proyectos, programas y sus resultados, son pocos.

Parte este número con una visión reflexiva de las problemáticas actuales sobre el patrimonio peruano para generar planteamientos críticos desde todas las posturas y disciplinas, bajo el marco de la «Diversidad», como eje y concepto de trabajo.

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Límite para el envío de sus contribuciones: 30 de diciembre de 2019. Los lineamientos editoriales para los textos e imágenes están en la página:

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DE LA CASA #55: «LOS GUERREROS DEL LIENZO» / HAQ.

Taza

Por Héctor Adolfo Quintanar

Introducción

Una de las más grandes fuentes de información sobre las culturas prehispánicas son aquellos documentos que contienen imágenes que remiten a la organización social, política y económica del México antiguo, y que hoy en día se conocen como códices. Este gran compendio de documentos ha sido objeto de estudios por investigadores que pretenden conocer más a profundidad la compleja forma de pensar e ideología de los grupos que los realizaron. Estas resultan ser fuentes históricas de primera mano, en la que los grupos indígenas dejaron constancia gráfica de su historia, religión, avances culturales, ciencia, ritos, ceremonias conquistas y guerras. En estos documentos se encuentra la información necesaria para conocer a las sociedades prehispánicas antes de la llegada de los españoles e incluso en la etapa de la conquista militar, ya que también existen otras fuentes denominadas como “Códices coloniales”, que ilustran el proceso de las guerras y evangelizaciones en la Nueva España.

Existen documentos de esta denominación prácticamente de todas las regiones de Mesoamérica como Oaxaca, Tenochtitlan, Zona Maya y Occidente, Entre algunos que mantienen cierto renombre son: La tira de la Peregrinación, Códice Fejérváry-Mayer, Códice Dresde etc… En Tlaxcala también se realizaron documentos históricos que contienen imágenes que reflejan aspectos claves de las culturas de la región y su historia. En este trabajo enfocado en el análisis de la ideología militarista Tlaxcalteca, se hace énfasis en tres documentos que contienen claras alusiones al tema guerrero y su representación gráfica. Estos son: El Lienzo 1 de Tepeticpac, El Códice Huamantla y El Lienzo de Tlaxcala”. Para este trabajo se tomará en cuenta a este último por ser el más representativo en cuanto a su iconografía.

Lienzo de Tlaxcala y sus guerreros

Este importante documento colonial incluye elementos que son de orígenes prehispánicos y coloniales. Está compuesto de una escena principal de mayor tamaño y 87 cuadros o escenas más pequeñas que deben ser leídas de manera horizontal de izquierda a derecha. En su principal escena es ilustrada la configuración política de Tlaxcala. Las subsecuentes, de menor tamaño, aluden a distintas etapas y hechos ocurridos durante la conquista militar y espiritual de la Nueva España. Se narran los hechos desde la llegada de Hernán Cortés a Tlaxcala, así como sus alianzas y batallas con los ejércitos indígenas tlaxcaltecas. Es a partir de la lámina o cuadro 49 que exclusivamente se centra la atención a las batallas libradas por los Tlaxcaltecas y españoles en la conquista de las distintas regiones mesoamericanas. Es probable que esté documento haya funcionado como un comprobante de la participación tlaxcalteca para recibir el favor de la Corona española.[1] En recientes investigaciones se ha dado a conocer que este lienzo realizado en la segunda mitad del siglo XVI, es el complemento a la magna obra del historiador Diego Muñoz Camargo, conformando un gran acervo de información histórica-pictográfica.[2]

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El análisis de las imágenes del Lienzo de Tlaxcala, estará enfocado en las escenas que tengan tintes militaristas o representaciones bélicas, con el objetivo de identificar aquellos elementos que puedan ayudarnos a percibir su ideología guerrera y su desarrollo militar. Aunque hay más de 150 cuadros donde se muestran batallas diversas, tanto anteriores como posteriores a la caída de Tenochtitlan, y por las fuentes escritas se sabe que los ejércitos Tlaxcaltecas participaron en ellas, aquí sólo se tomarán en cuenta aquellas donde claramente se note su presencia por medio de la representación de los emblemas de los cuatro grandes señoríos Tlaxcaltecas: Quiahuiztlan, Ocotelulco, Tepeticpac y Tizatlán.

Dentro de corpus pictórico que contiene el Lienzo de Tlaxcala, encontramos que existen 155 escenas de distintas temáticas, entre ellas están las que hablan del proceso de evangelización, la reproducción de los cuatro emblemas de los principales señoríos, el establecimiento de rituales y la configuración de la alianza con los de Cempoala y Tlaxcala. Sin embargo, existen 114 representaciones que presentan claro énfasis militar, puesto que revelan elementos como:

  • Batallas
  • Guerreros
  • Trajes militares
  • Armas
  • Topónimos de los pueblos en lucha
  • Jefes militares
  • Escudos con distintos diseños

Es necesario presentar cómo es que es que se distribuyen los emblemas que hacen constar la participación de los cuatro señoríos en las representaciones de las guerras de conquista en el Lienzo de Tlaxcala.

Tabla 1

Desde sus orígenes, Tlaxcala fue escenario de grandes movimientos poblacionales y políticos que en varias ocasiones desencadenaron guerras y militarización. El poder político, recae en gobernantes militares probablemente a partir de que se instauran en el territorio las oleadas chichimecas. Desde ese punto se comienza un gobierno militarizado hasta la llegada de los españoles. Posterior a la batalla de Poyauhtlan, los chichimecas establecieron un rango de nobleza a todos los caudillos militares que participaron en la batalla, conformando así un selecto grupo de hombres que desempeñarían su poder en la toma de decisiones a los cuales se les dio el nombre de Tecuhtles. Estos hombres eran los encargados de impartir la justicia, establecer las normas de conducta y reunirse en un consejo de guerra cuando la situación lo ameritaba.[3]

La imagen del guerrero tlaxcalteca en el Lienzo de Tlaxcala es una epopeya al esfuerzo y dedicación del combatiente Tlaxcalteca, mostrando siempre a un hombre ricamente ataviado luchando en la primera fila a un lado de Cortés con gran arrojo y siempre con sus más galantes y ricas ropas de guerra. Es probable que en el concepto de guerrero tlaxcalteca evocado en el Lienzo, se remita a los tecuhtles, o grandes señores Tlaxcaltecas. En el documento aparecen distintas “versiones ” de los guerreros tecuhtles de los diferentes señoríos. Cada uno porta una combinación diferente de atuendo, peinado y armas que los distingue de los demás, aparte de su distintivo emblema. A continuación se presentan los distintos tipos de combatientes que son ilustrados en el Lienzo para cada señorío con sus respectivos detalles.

Podemos decir que la sociedad Tlaxcalteca configuró gracias a sus costumbres, tradiciones e ideología, un estilo propio para poder plasmar sus valores militaristas hacia una sociedad que debía estar siempre preparada ante la posibilidad de una contienda armada. En las representaciones pictóricas se observa claramente como se conformó el estilo propio de la sociedad de Tlaxcala para imprimir una iconografía distintiva de la sociedad misma y de su carácter guerrero. En este caso se confirma por medio del análisis de las fuentes documentales y de las representaciones pictóricas de este pueblo en particular. Tenemos principalmente tres factores fundamentales, en donde se nota este enaltecimiento militar:

  • Vestimenta
  • Accesorios
  • Sistema de armamento

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Ilustración 1. Diferentes representaciones del Guerrero Tlaxcalteca en el Lienzo de Tlaxcala.

Las referencias de fray Bernardino de Sahagún y Diego Muñoz Camargo acerca de la indumentaria guerrera son muy precisas y nos permiten hacer comparaciones con los elementos pictográficos que ilustran tales atavíos distintivos. En cuanto a los adornos guerreros Camargo Menciona:

“Solían llevar a sus guerras muchas riquezas de oro y pedrería muy preciosa, y muy ricos atavíos según su modo”[4]

Y sobre los distintos elementos característicos de los guerreros que eran marcadores de un estatus social, adquirido por el aprendizaje y/o por sus méritos refiere:

“Les horadaban las narices y labios y orejas, y su sangre era ofrecida a los dioses. Allí (en el templo) les daban públicamente sus arcos y flechas y macanas y todo género de armas usado en su arte militar,(…) poníanles en las orejeras de oro, y bezotes de los mismo, (…) Pero como vamos tratando, se ponían en las narices piedras ricas y horadaban las orejas, narices y bezos, no con huesos ni cosas de oro ni de plata sino con huesos de tigres, de leones o de águilas agudas. A este armado caballero hacía muy solemnes y costosas fiestas, y daba grandes presentes a los antiguos caballeros, ansí de ropas como de esclavos, y oro y piedras preciosas y plumerías ricas, y divisas y escudos, rodelas, arcos y flechas…”[5]

El soldado cronista Bernal Díaz del Castillo hace una reseña de la indumentaria característica de los combatientes tlaxcaltecas en sus primeras rencillas durante las guerras de Conquista:

“Así salimos de nuestro real, y no habíamos andado medio cuarto de legua cuando vimos asomar los campos llenos de guerreros con grandes penachos y divisas, y mucho ruido de trompetillas y bocinas.”[6]

La imagen del guerrero Tlaxcalteca como símbolo de poder político y estatus social, es representada por los capitanes o caballeros. Estos hombres detentaban el cargo por ser parte de la nobleza o por sus méritos en la batalla. Dependiendo de su avance en la carrera militar, era que se podía implementar atributos distintivos como: armas, vestimenta, peinados y atributos, según su atuendo era el rango militar que ostentaba. Estos privilegios en la vestimenta podían serles retirados si en algún momento deshonraban con su cobardía o sus constantes derrotas a la entidad política que representaban. Una de las peores situaciones de transgresión en las que un guerrero podía verse inmiscuido era portar ropajes que no le correspondiesen.[7]

En esencia, el guerrero Tlaxcalteca era ilustrado en sus representaciones mostrando una actitud agresiva. Es un guerrero que va de pié utilizando un sistema de armamento que consta de armas defensivas como escudos e ichcahuipilli. Muestra las divisas del lugar al que pertenece y porta también armamento ofensivo: Arco, dardos o macuahuitl. En su cabeza lleva un peinado distintivo así como orejeras y bezotes.[8]

Tabla 2

Estos resultarían ser los aditamentos necesarios dentro de la plástica tlaxcalteca para hacer énfasis en la imagen del guerrero. Las ilustraciones de los combatientes tlaxcaltecas en las fuentes pictóricas, resaltan la importancia dentro de las élites militares y la fiereza con la que se aprestaban a la guerra. En el caso de esta sociedad en particular, conocemos todos que la historia ha catalogado en algunos casos a los Tlaxcaltecas como: traidores. Este mote, irresponsablemente utilizado proviene a partir de la ayuda que éstos mostraron a los españoles brindándoles su apoyo militar en la conquista de Mexico-Tenochtitlan. Este trabajo intenta, dentro de otras cosas, alejar al lector de esa imagen errónea de aquellos que establecieron una alianza contra sus enemigos buscando su bienestar político. Hay que destacar que la Nueva España, fue una creación de los españoles que conjuntaron grandes terrenos como una nueva nación, y que anterior a su llegada, los patrones y configuración política eran muy diferentes.

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Notas:

[1] Cruz, Sandra, “Lienzo de Tlaxcala” en: Revista “Arqueología Mexicana” #42 ed. Especial. P.46.

[2] Bonilla, Jesús. Información personal.

[3] Muñoz, Camargo, Diego. “Descripcion de la provincia de Tlaxcala”. p.153.

[4] Ídem.

[5] Ibídem.

[6] Díaz del Castillo, Bernal, “Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España”. Porrúa, México, 2011p. 112.

[7] Op. Cit. Vié-Wohrer. p.221.

[8] Elementos del guerrero Tlaxcalteca. Lienzo de Tlaxcala.

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Fuentes:
1. Díaz del Castillo, Bernal, “Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España”. Porrúa, México, 2011
2. Muñoz, Camargo, Diego. “Descripción de la provincia de Tlaxcala”.
3. Lameiras, José, “El encuentro de la espada y el acero”, COLMICH, 1994. México. p.18.

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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons, Atribución-NoComercial 2.5 México, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #55″. México 2014. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

REVISTA TEXTOS ARKEOPÁTICOS NÚMERO 04 [verano 2013]

INAH en la Comunidad!

comunidad inah

PROPÓSITO

El patrimonio arqueológico en México es un tema que no solo se debe estudiar arqueológicamente, sino un fenómeno en el cual convergen múltiples factores que terminan por afectarlo o destruirlo irreversiblemente. El caso de la antigua ciudad de Teotihuacán, es un ejemplo de esto, allí factores como el crecimiento urbano producto de la conurbación actual, la falta de alternativas de uso de suelo, los incipientes programas de educación ambiental y arqueológica, así como una invasión generalizada de la normatividad existente, ha dejado como saldo que más de la mitad de la ciudad arqueológica se encuentre destruida con todo su potencial educativo e identitario.

Ante esta situación la Dirección General y la Secretaría Técnica del INAH han diseñado un proceso institucional de respuesta, a través de un proyecto de antropología aplicada denominado: INAH-Comunidad, que se integra de cinco estrategias complementarias en el ámbito agropecuario ambiental, educativo, etnográfico y legal.

Debido a la naturaleza de este proyecto INAH-Comunidad, se integra de diversos especialistas (Arqueólogo, Biólogo, Etnohistoriador, Agrónomo y Pedagogo) con la finalidad de ofrecer alternativas para solucionar problemáticas concretas reflejadas aquí como preguntas comunes y frecuentes del poblador del valle.

El propósito último del proyecto, es buscar una corresponsabilidad en el cuidado de la protección del patrimonio arqueológico y natural modificando la relación existente entre Institución y Sociedad.

Liga al canal de videos en you tube de INAH en la comunidad: https://www.youtube.com/channel/UCb1xkMaJnf_wpmaM5uABiYg/feed

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No dejen de seguir este proyecto, una muy interesante iniciativa de difusión, comunicación y protección del patrimonio, particularmente en Teotihuacan. / Como dato adicional, uno de nuestros editores [Juan José Guerrero García] participa en este equipo, lo cual nos enorgullece. Una felicitación a todos y nuestro reconocimiento al esfuerzo y la pasión.

Estudio de la SEP revela que quienes estudian humanidades tienen más probabilidades de terminar como vigilante o chofer

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Cuatro de cada diez profesionistas en México trabaja en una actividad que no está ligada a la carrera que estudió; pero quienes terminan buscando un ingreso como taxista o vigilante son los antropólogos, etnólogos, arqueólogos, historiadores, geógrafos, geólogos, agrónomos o ingenieros químicos industriales.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), hasta el último trimestre de 2009, 37 por ciento de los mexicanos que cuentan con estudios superiores trabaja en ocupaciones no profesionales, fenómeno que se acentúa ligeramente entre las mujeres.

El subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán, explicó que ante la crisis económica, que el año pasado dejó sin empleo a más de 400 mil profesionistas, algunos se vieron obligados a obtener un ingreso como operador de transporte o en tareas de protección y vigilancia.

El funcionario detalló que la falta de oportunidades de empleo, sobre todo en áreas donde no hay mucha oferta, ha ocasionado que algunos profesionistas se inserten en actividades no profesionales y que no exigen calificación alguna para su desempeño.

Tras un análisis de la situación de los profesionistas y el mercado laboral de los últimos tres meses de 2009, la subsecretaría de Educación Superior detectó que 14 por ciento de los antropólogos, arqueólogos y etnólogos laboran de taxistas o guardias de seguridad.

Lo mismo ocurre con 11 por ciento de los historiadores; 10 por ciento de los ingenieros en topografía, hidrografía y geología; y cinco por ciento de los ingenieros químicos, industriales y de alimentos.

En contraste, los profesionistas que menos recurren a esta ocupación son los químicos farmacéuticos, enfermeras, doctores, físicos, músicos, ingenieros metalúrgicos o egresado de turismo, nutrición y danza.

En cuestión de género, las mujeres están en mayor desventaja. Mientras que 38.5 de las universitarias se emplean en oficios ajenos a su formación, dicho porcentaje se reduce a 34.6 por ciento entre los varones.

Con base en este cuadro comparativo de la proporción de profesionistas por carrera que se emplean como operadores de transporte o vigilantes, revela que las áreas sociales ligadas al estudio del hombre y de su entorno son las que más complicaciones tienen para insertarse en el mercado laboral.

En consecuencia, son los universitarios que más se ocupan como operadores de taxi, microbús o vigilantes debido a que no tienen otra opción.

Así, un egresado de Antropología, Etnología, Arqueología, Historia o Ingeniería Química corre mayor riesgo de no ejercer su profesión y de ocuparse como operador de transporte o guardia de seguridad.

En otras palabras, son las carreras que más taxistas y vigilantes preparan durante cuatro años de educación superior.

Ante esta situación, no es extraño que en nuestro país una persona sin estudios o que no terminó la primaria tenga más oportunidades de encontrar un empleo que un profesionista.

Datos de la misma SEP, muestran que en México la tasa de desempleo abierto de la población sin estudios o con primaria incompleta es menor a la de la población que estudió una licenciatura o ingeniería.

En el último trimestre del año pasado, la tasa de desocupación general en el país fue de 6.2 por ciento; mientras que para los profesionistas fue de 5.7 por ciento.

En cambio, esta desocupación fue menos grave para las personas que no tienen estudios, ya que el desempleo en este sector fue de 2.7 por ciento, y para los que no concluyeron la secundaria la posibilidad de estar desempleada se redujo a cinco por ciento.

Fuente: http://www.dossierpolitico.com/vernoticiasanteriores.php?ar2596&relacion=dossierpolitico