Por Dario Pérez Vidal
Las avanzadas técnicas hoy existentes, aplicables a la difusión, puesta en valor y a la conservación de los elementos que integran el patrimonio, no sólo permiten una forma completamente distinta de abordar los problemas, sino que han llevado a una implantación más social del Patrimonio[1]. Podemos decir que gracias a las nuevas tecnologías, el Patrimonio se ha hecho más accesible, democratizándose en la vida cultural. Poco a poco se va caminando a que la sociedad tome conciencia acerca de que todo lo que el término encierra necesita ser conservado, dado que forma parte de su identidad y su pasado.

Vamos a referir en esta ocasión la aplicación de los progresos e instrumentos tecnológicos en materia de difusión, conocimiento y financiación que encontramos en la actualidad al respecto del patrimonio.
Encontramos pues que la primera aplicación tecnológica que encontramos en la historia patrimonial fue la realización de catálogos e inventarios. En la actualidad éstos últimos, han evolucionado en inventarios informatizados, que por su capacidad de datos y por su facilidad de manejo, aportan un conocimiento más completo y accesible, y en consecuencia, una mayor facilidad para su preservación.

En nuestros días, la facilidad de viajar y el acceso a casi todos los lugares precisados gracias a Internet, han abierto una nueva dimensión del conocimiento patrimonial. En este sentido, las nuevas tecnologías nos han llevado, podríamos decir, a una desmaterialización del Patrimonio, pasando del mundo real a uno puramente virtual. Podemos definir llegados a este punto la realidad virtual como la representación de escena o imágenes de objetos producidas por un sistema informático, que da la sensación de su existencia real[2]. Nos permite pues descubrir el pasado, disponiendo nuestra historia de una forma más completa, detallada y accesible; recrear el futuro, y aumentar al mismo tiempo nuestra capacidad creativa. Los Museos ya están empleando cada vez más dispositivos innovadores y sofisticados que unen lo lúdico con lo pedagógico con el fin de crear nuevas relaciones y experiencias de aprendizaje con los visitantes.
A este respecto, una de las técnicas más sonadas es la realidad aumentada, derivada de la ya citada realidad virtual, que combina la visión en detalle, la información y la interacción. Mientras que la realidad virtual transporta todos nuestros sentidos a un mundo nuevo, la realidad aumentada extiende todo lo que en esta para-realidad podemos ver y oír. Su carácter altamente didáctico permite crear entornos aumentados de gran realismo para el usuario, al tiempo que ofrece grandes posibilidades para la interpretación y puesta en valor de lo cultural[3].

Estas novedosas estrategias de comunicación interactiva permiten una mejor valoración turística, económica y cultural del Patrimonio. Hay que tener en cuenta que otras tecnologías (la geolocalización y el etiquetado) facilitan una información que favorece y motiva la movilidad y los flujos turísticos y, por tanto, generan ulteriormente riqueza y convierten al Patrimonio en motor de desarrollo[4].
Hay otras muchas formas innovadoras de difundir el Patrimonio, como las redes sociales cuyo uso y capacidad de difusión es potencial. Se tratan de comunidades virtuales donde sus usuarios interactúan con personas de todo el mundo, buscando afinidades o información, siendo una de las más indicadas Facebook porque permite incluir más texto en los post, la inserción de fotografías y videos (incluso en directo), ubicaciones, etc., aunque también podemos destacar Instagram, Twitter o Pinterest. En el concepto de redes sociales se integra también el de los blogs, los foros y chats que ofrecen servicios y funcionalidades de comunicación más diversos.

La enorme difusión del Patrimonio gracias a las nuevas tecnologías, ha llevado a la sociedad a una implicación e interés mucho mayor y a nuevos patrones de comportamiento. A estos se añadió la recogida de firmas, utilizando recientemente plataformas como Change.org[5]. La recogida de firmas en plataformas específicas es una forma útil de llamar la atención.
Estas actuaciones de la comunidad pusieron en evidencia que la sociedad civil quería participar en la defensa del Patrimonio. Emprendido este camino, la comunidad quiso involucrarse directamente en la conservación, no sólo haciendo visible su opinión sino colaborando de forma material e intelectual. Este es el origen de lo que llamamos crowdfunding, financiación colectiva o microfinanciación. Hoy dichos sistemas están ya más o menos establecidos en todo el mundo, permitiendo a promotores y emprendedores llevar a cabo proyectos antes difícilmente financiables.

Para finalizar, remarcar que la difusión del patrimonio constituye una obligación transcendental por parte las autoridades competentes, cuya ejecución debe partir de regulaciones legislativas que impliquen preferentemente el cumplimiento de las recomendaciones de la UNESCO, puesto que la difusión del patrimonio y su protección no solo repercute en la propia población, considerada como máxima beneficiaria, sino que también repercute en el enriquecimiento del patrimonio cultural mundial.
Notas:
1. El Patrimonio Cultural lo entendemos como el conjunto de bienes tangibles e intangibles, que constituyen la herencia de un grupo humano, que refuerzan emocionalmente su sentido de comunidad con una identidad propia y que son percibidos por otros como característicos. Definición de la UNESCO (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organitzation). En http://whc.unesco.org.
2. Definición dada por la RAE (Real Academia de la Lengua Española).
3. “Tecnologías para la difusión del patrimonio”, pág.76 (Ver Bibliografía).
4. Ver Imagen 1.
5. Organización o corporación […] cuyo negocio incluye la venta y prestación de servicios mediante envíos masivos, listas de correo electrónico y servicios derivados. […] además actúa como blog y lugar de acogida libre y pública de peticiones por internet de carácter cívico, reformista, social y en general reivindicativo del cumplimiento de los derechos humanos aunque en él tienen cabida todo tipo de peticiones. Visto en Wikipedia.
Bibliografía:
Álvarez, Álvaro Jesús. (2015). “La difusión del patrimonio, una obligación social”. PH: Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Nº 87, 2015, págs. 218-219.
Caro, José Luís; Agalla Mancheño, Elisa. (2016-2017). “Tecnologías para la difusión del patrimonio”. Sociedad: boletín de la Sociedad de Amigos de la Cultura de Vélez-Málaga, , Nº. 15-16, (Ejemplar dedicado a: Patrimonio Arqueológico), págs. 73-78.
Delgado Méndez, Aniceto. (2007). “La difusión del patrimonio cultural a través de los museos”. Cuadernos de los Amigos de los Museos de Osuna, Nº. 9, págs. 32-34.
Guglielmino, Marcelo Martín. (2007). “La difusión del patrimonio. Actualización y debate”. Revista de Patrimonio, Nº. 1
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Sobre el autor: (Valencia, España – 1996) Egresado en el Grado de Historia por la Universitat de València (España). Actualmente estudiante del Grado de Historia del Arte en la misma universidad, y se encuentra cursando estudios en la Universidad Autónoma del Estado de México mediante la beca Programa Internacional en la Licenciatura de Arqueología. Su principal línea de investigación es la arqueológica y patrimonial, en especial de las sociedades prerromanas de la Península Ibérica. En la Comunidad Valenciana (España) ha formado parte de varios equipos de excavación en distintos sitios arqueológicos de los que destacamos La Pobla d’Ifach (Calpe), El Tossal de la Malladeta (Vilajoyosa) y El Pico de los Ajos (Yátova).
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