DE LA CASA #133: UNOS OJOS ABIERTOS / JJGG.

Por Juan José Guerrero García

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El hambre le dio tres toques en la panza para decir despierta, despierta.

Abrió los ojos, estaba oscuro, escucho como todos dentro de un pequeño jacal movían herramientas, Sus padres calentaban agua, sus madres envolvían la comida, lo jalaron del brazo, tiernamente lo sacaron del hogar.

El frío y los moscos son más recios cuando caminas cerca del lago y despiertas antes que el sol, tras mucho caminar al fin llegaron al terreno, el sol daba pequeños guiños, mientras él se quitaba las lagañas una de sus madres le llevó a arrancar hierba y juntar insectos para la comida, le explico que era importante tener todo limpio para aprovechar las crecidas del agua para la siembra, él recoge unos tallos secos de amaranto mientras los mayores perforan la tierra con varas puntiagudas, poniendo una semilla en cada oquedad.

Él no se aguanta  suelta la hierba y toma un poco de lodo para lanzárselo a una de sus hermanitas que también trabajaba, ésta se quejó primero, después le regresa el puño de lodo pero él lo esquiva, la niña toma otro poco para realizar la venganza, sin darse cuenta todo se volvió divertido, solo corren y se ríen, los padres y madres lejos de regañarlos disfrutan viéndolos jugar, se ríen con ellos, se recuerdan a si mismos, se extrañan.

Unos ojos abiertos al extremo, un sonido ensordecedor y la sensación de que la rapidez del corazón hacía mas lento todo a su alrededor, lo hizo voltear al norponiente donde se encontraba el gran volcán, ese cerro que al que cada veintena de los días le hacían una ofrenda de frutos, rezos, danzas y sangre, ese volcán que representaba al anciano portador del fuego eterno y que estaba al centro de los cuatro rumbos de tierra. Ese volcán que con un tronido expulsó de sí fuego y cenizas.

De pronto y sin darse cuenta todos estaban juntos como si una soga hecha de miedo los hubiera jalado de un tirón, los padres y las madres tenían los ojos fijos se miraban unos a otros buscando respuestas, ninguno las tenía.

Él temblaba se mantenía callado porque sabía que si bien de vez en cuando llorar hacía que los mayores lo atendieran y lo calmaran, ahora no tenía que llamar su atención , ahora tenía que dejarlos tomar una decisión rápida, ahora lo que tenía que hacer era no estorbar, quedarse quieto y colaborar con todo.

Uno de sus padres lo jaló hacia su pecho, lo abrazó fuertemente besó su cabeza y caminaron todos juntos de vuelta al jacal, rápidamente fueron en busca del anciano quien miraba pensativo al cielo, notó como el sol se arrepentía de salir pues las cenizas cubrían toda la bóveda, manteniéndola gris con algunos destellos rojos. De pronto el aire cambió de olor, algo raro había en el ambiente, quizá por eso las aves salían despavoridas los animales corrían hacia el lado opuesto, quizá por eso él quería correr también, convertirse en coyote y correr lo mas lejos posible hasta encontrar al sol y traerlo de vuelta quitando todas las cenizas.

Pese a la pestilencia, todos estaban afuera del templo, rezaban cantaban mientras el anciano se pinchaba la lengua con una punta de maguey, el aire cada vez olía mas raro por eso todos se apuraron a quemar Copal para alejar los malos olores, por eso todos danzaron con mas fuerza, por eso no les importó el frío ni respirar cenizas, por eso no les importó el cansancio, por eso no les importó el hambre, por eso no les importó que el anciano cayera, por eso no les importo la sed, así estuvieron trece días intentando convencer al volcán de quedarse tranquilo, de dejarlos vivir ahí.

Después de la primera trecena el cielo volvió a ponerse azul, el aire había recuperado su pureza, al fin todos pararon de danzar, al fin se permitieron comer. Las secuelas eran grabes muchos no pararon de toser, él tampoco, muchos estaban flacos por el hambre, él también, muchos estaban cegados por la ceniza, él no podía abrir sus ojos, de pronto sintió como una mano temblorosa le acariciaba la cara, escuchó como un llanto lo nombraba, sintió como un unas manos flacas lo cargaban y lo apretaban con fuerza, sintió como avanzaban , escuchó como un llanto le explicaba que el volcán lo había elegido, se dio cuenta del cansancio de quien lo cargaba, se dio cuenta de las rocas y los acantilados por los cuales pasaban aunque no podía ver, aunque le costaba respirar.

Al fin llegaron a un lugar muy caliente escuchó música, escucho cantos, sintió como unas manos lo cargaban temblorosas, cómplices, escucho llantos, escucho gritos, unas manos se desprendieron, después sintió un inmenso calor, después no sintió nada.

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El hambre le dio tres toques en la panza para decir despierta, despierta.

Abrió los ojos estaba oscuro, escucho como todos dentro de un pequeño departamento movían herramientas, Su madre envolvía una torta. Lo jalaron del brazo, tiernamente le pusieron el uniforme.

El frío y lo seco del ambiente es mas fuerte cuando te levantas antes que el sol, la aridez del pedregal, de esta lava seca  sobre la cual está construida su casa, el smog tempranero hacen un hueco en el estomago. Caminaron por la calle de Anacahuita hasta llegar al paradero de micros donde su madre le compró un atole de nuez antes de abordar la combi. Llegaron al fin a la escuela, su madre se despidió rápidamente  y se fue directo al trabajo. Ya adentro  todos los niños estaban formados para la ceremonia del lunes, una niña de su salón decía de memoria las efemérides de la semana, junto a él había una jardinera se le hizo fácil tomar un poco de lodo y lanzárselo a su amiga, ella lo esquivó con agilidad, sin embargo él no se salvó del castigo, lo pusieron a barrer la azotea.

Unos ojos abiertos al extremo, un sonido ensordecedor y la sensación de que la rapidez del corazón hacía mas lento todo a su alrededor lo hizo voltear al surponiente donde se encontraba el gran volcán, el Ajusco, el Xitle, ese volcán que hace tantos años hizo erupción cubriendo pueblos y ciudades enteros, cuyos pobladores (los que sobrevivieron) aprendieron a vivir junto al lento fluir de la lava. Hoy solo habían cohetones que anunciaban la festividad de San Miguel Ajusco, él miro impresionado y alegre, vio el cielo sonrió pensó que sería divertido subir por aquel cerro brincar las rocas, los acantilados se imaginó la fiesta, deseó que sus padres tuvieran tiempo de llevarlo sonrió un buen rato y siguió barriendo.

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Sobre el autor: (Ciudad de México – 1985) Arqueólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y Licenciado en Psicopedagogía. Colaboró con el Departamento de Protección Técnica y Legal de la Zona de Monumentos Arqueológicos de Teotihuacan. Trabajó en un proyecto de arqueología comunitaria en la misma zona arqueológica. Ha participado en diferentes eventos relacionados con el  patrimonio arqueológico en diferentes escuelas y foros. Sus principales intereses son el estudio de la ideología y el poder a partir de la arqueología, así como la participación comunitaria en la protección del patrimonio arqueológico.  Actualmente cursa la maestría en Museología en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM).

Contacto: ometuzco62@yahoo.com.mx

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Fotografías: Taller(es) de Acontecimientos (TACOS) / Sesión 3. Autor: Juan Tonchez

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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento – NoComercial – Compartir Igual 4.0 Internacional License, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #133″. México 2018. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

ARK_MAGAZINE #23 // ARTE Y ARQUEOLOGÍA

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ARK_MAGAZINE #23
ARTE Y ARQUEOLOGÍA

Hace un tiempo convocamos artículos de investigación o reflexión que abordaran la relación bastante común y recurrente, pero poco estudiada, entre el #ARTE y la #ARQUEOLOGÍA. Nos interesaba abrir sobre todo puentes que nos permitieran intercambiar paradigmas entre estas dos disciplinas, a través de propuestas, tanto textuales como gráficas, de ida y vuelta, para integrar el cuerpo del número que hoy tenemos el gusto de presentarles: ARK_Magazine #23 / Arte y Arqueología.

Bajo este enfoque, invitamos a artistas plásticos, escénicos, curadores, arquitectos, diseñadores, ilustradores, arqueólogos, antropólogos y todos aquellos que tuvieran una visión de la realidad desde el arte, ya sea que lo lleven a cabo profesionalmente o no, para que nos enviaran artículos relacionados con la temática general de este número, desde el punto de vista, por ejemplo, de la iconografía, hasta cuestiones teóricas multidisciplinarias, así como las propuestas de arte contemporáneo vinculadas conceptualmente a la arqueología.

Durante este tiempo de recopilación se fueron sucediendo también una serie de notas vinculadas al tema en cuestión, mismas que ayudaron a enmarcar la discusión que los autores plasmaron en sus contribuciones.

Particularmente, este número ha sido uno de los más esperados, su conformación fue un largo proceso de gestión que ha dado excelentes frutos. Esperamos que lo disfruten tanto como nosotros al verlo terminado.

En este número escriben: Cecilia Delgado, Ernesto Sánchez, Alberto Odériz, Erika Rivera, José Carlos Ramírez, Mariana Favila, Daniel Salinas, Carlos Mier y Terán y Mauro Marines.

Acá puedes leerla completa: http://bit.ly/2DDmC3N

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ARK_Magazine / Textos sobre patrimonio // Es una publicación cuatrimestral dedicada a la antropología, arqueología, restauración, arquitectura y demás temas afines relacionados con el patrimonio cultural, material e inmaterial en México y el mundo. Editada y distribuida a través de medios electrónicos por ARK_Editorial. México 2019. Opera bajo una Licencia Creative Commons, Reconocimiento NoComercial CompartirIgual 4.0 Internacional.

Fotogalería_: ¡Salvemos Casa Castiello!

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Patrimonio arquitectónico sobre la avenida Vallarta, Guadalajara, Jalisco, México. «Casa Castiello«, Av. Vallarta 1168 esquina Robles Gil, norponiente, proyecto Ing. Alberto Pani, 1912.

Está casa perteneció a Don Carlos Ávalos, posteriormenre el Dr. Ricardo Garibay (le decían el Dr. Penicilina pues fue el primero en traerla a Guadalajara, la vendía en $3,000 pesos! de aquel entonces, su padre tenía una botica por el rumbo de Sn. Juan de Dios, hacia el mismo sus pomadas, entre las mas eficaces «la pomada del soldado» para curar enfermedades venéreas.

También la habitó Fco. Javier Garcia de Quevedo «chorros de oro» quien la vende en $40,000 pesos al Sr. Fco. de la Torre y Ramos, de ascendencia española, se caso con Esperanza Ochoa de Tecalitlán Jalisco, con quien tuvo 8 hijos. La finca se queda con uno de ellos, se dedicaron a la explotación de bosques en la sierra de Tapalpa.// Fuente: Fernando Brizuela.

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ARKEOPATÍAS EN LA FIESTA DE LAS CULTURAS INDÍGENAS EN EL ZÓCALO.

El pasado viernes 1 de septiembre en la «Fiesta de las culturas indígenas, pueblos y barrios originarios» en el #Zócalo de la #CiudadDeMéxico, platicando lo que hacemos en #ARK y hablando de #PatrimonioInmaterial.// Aprovechamos para presentar nuestro más reciente proyecto editorial y consolidarnos de este modo como un espacio no sólo de reflexión y crítica sino también de producción académica./////

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DE LA CASA #117: EL ROMANTICISMO EN LA COSTA DEL GOLFO: EL PASO DE CARL NEBEL POR EL TOTONACAPAN / AGA.

Por Anael González Álvarez

Durante el Romanticismo, existió una tendencia a mirar al pasado. No solo por curiosidad o por la necesidad de un saber más amplio. Aquellos hombres no buscaban en los vestigios arqueológicos sociedades primitivas,  sino civilizaciones en su Edad de Oro. Carl Nebel no se sustrajo a esta fascinación, y se acercó a las antigüedades mesoamericanas con la perspectiva de quien busca en ellas los rostros de culturas verdaderas.// Leonardo López Luján

Introducción

El presente artículo tiene como objetivo principal exponer el estudio del tránsito de Carl Nebel por la Costa del Golfo a través de dos de sus litografías del Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique[1].

Con el fin de conocer el área que comprende el Antiguo Totonacapan, a partir de las manifestaciones plásticas que pertenecen a este álbum, como lo son las litografías de principios del siglo XIX.

Generalidades

Desde la historia del arte es posible comprender el Romanticismo de finales del siglo XVIII, como una contraposición a las ideas de la Ilustración, periodo del razonamiento humano anterior a este. El Romanticismo Europeo del Siglo XVIII al XIX, buscaba como objetivos principales el egocentrismo, la libertad, la introspección, lo interior a través del arte, la literatura y la música, con una mirada hacia el periodo Gótico. Rodeado del impulso vibrante de Delacroix plasmado en Dante et Virgile aux enfers de 1822 o en La Libertad guiando al pueblo de 1830, inmerso en un movimiento musical el cual poseían artistas de la talla de Ludwing van Beethoven o Frédéric Chopin, alemán y polaco respectivamente.

En este amplio contexto, el viajero alemán Carl Nebel cruzaba el incipiente territorio de la Nueva España, cuya magnificencia es ejemplo del portento del Nuevo Mundo, ante la expectante mirada de uno de los dibujantes costumbristas más sensibles de la época.

El Antiguo Totonacapan en el Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique de Nebel

Conocido castellanamente como Carl Nebel, se trató de un hombre notable de origen alemán. Quien fuera arquitecto, dibujante costumbrista e ingeniero nació un 24 de marzo de 1802, en Hamburgo-Altona de Holstein, Reino de Dinamarca y Noruega. Posteriormente Nebel fue reconocido por sus retratos y paisajes en México, además de representar fielmente muchos de los escenarios de las batallas de la guerra de la intervención norteamericana.

Los estudios universitarios de Nebel los llevó a cabo en la ciudad-estado de Hamburgo, siendo de su interés la arquitectura y la ingeniería, lo que lo llevaría a plasmar con delicadeza rigurosa los diferentes edificios prehispánicos vistos por el costumbrista alemán.

Estuvo fuertemente influenciado por el Romanticismo del siglo XIX, como mencioné anteriormente, temática que podemos ver claramente en sus litografías. En el álbum de litografías Voyage pittoresque et archéologique dans la partie la plus intéressante du Mexique (Viaje pintoresco y arqueológico sobre la parte más importante de la República Mexicana); somos testigos silentes de un pasado memorable del antiguo esplendor de México, obra que marca un hito en la vida del artista. Dicha obra estuvo integrada por cincuenta litografías y varios dibujos sin colorear. La mayoría de estos posee una introducción que fue escrita por Alexander von Humbolt. Muchos años después, nuestro costumbrista y retratista, materializa e inmortaliza varias de las escenas más importantes y representativas de las batallas de la primera intervención estadounidense en México. Este álbum litográfico fue impreso por primera vez en París en 1836.

En el primer periodo de estancia en México de Carl Nebel que abarcó de 1829 a 1834, fueron los años en que conoció la costa del Golfo, la zona volcánica central y parte de la costa del Pacífico. Fue durante este periodo que cruzó las calurosas tierras del Antiguo Totonacapan detallando con ardua labor, parte de ese pasado glorioso.

¿Qué nos dicen sus litografías acerca del Totonacapan?

De gran ayuda y fortuna es contar con las piezas de arte que materializan las litografías de principios del siglo XIX. Estos documentos son fuente inagotable de numerosa y valiosa información de primera mano, detallándonos ciertos aspectos de la vida cotidiana y religiosa de los indios de estas nuevas y desconocidas tierras para los conquistadores españoles y posteriores coleccionistas y viajeros. Así pues, es posible reconocer en estas litografías, algunos aspectos de la conformación cultural totonaca en este amplio territorio de la Nueva España, como la indumentaria y algunos edificios mesoamericanos emblemáticos.

Por otra parte, acerca de la personalidad e intensidad creativa y el interés vertido hacia la arqueología mesoamericana identificada en la obra del Viaje pintoresco…, Leonardo López Luján sostiene lo siguiente:  

“Para entonces, Nebel era ya un declarado amante de la arqueología mesoamericana. Durante sus primeros años de estancia en México, el pasado prehispánico había incidido vigorosamente en su espíritu creativo, y lo había motivado a plasmar en papel cuanto vestigio de la antigüedad se atravesaba frente a sus ojos”[2]

El autor propone que el primer acercamiento hacia la cultura mesoamericana de Nebel sucedió “[…] en la Plaza de Armas de la capital. Lugar donde habían sido exhumadas la Piedra del Sol y la Coatlicue en el no muy lejano año de 1790”[3]. Sin duda ponerse de frente ante cualquiera de ambos monumentos, incluso hoy día, imponen respeto y la sensación de rodearse de dichas magnas piezas en el antiguo Zócalo de México, debió de ser un suceso francamente increíble.

La Pirámide de Papantla: La Pirámide de Los Nichos de El Tajín

De acuerdo con López Luján el costumbrista alemán no tuvo éxito en conseguir recursos para llegar a Palenque. Debido a ello “[…] al joven arquitecto no le quedó más remedio que anunciar a la Societé de Géographie el 30 de diciembre de 1831, nuevamente por vía de Cochelet, que se retiraba en definitiva de la liza”[4]

Sin embargo, con cierta reticencia ante tal decisión, “[…] Nebel realizó una expedición a los densos bosques tropicales del Totonacapan veracruzano”[5]. A Carl Nebel le costó, en palabras de López Luján, 1200 pesos y una terrible enfermedad, no especificada. Sin lugar a duda, una decisión que lo puso de frente a lo que denominó como: La Pirámide de Papantla o como la conocemos hoy día: La Pirámide de los Nichos de El Tajín.

En la Costa del Golfo Carl Nebel logró visitar los sitios arqueológicos de Malpica, El Tajín y Tuzapan así también como el Puerto de Veracruz, el cual tenemos como la primera de las litografías de su álbum. El cual destaca por la posición en que se encuentra representado, desde el hotel actualmente conocido como el Gran Hotel Diligencias de Veracruz. Desde aquí se posee una panorámica del Zócalo de Veracruz en la que se visualizan a los Portales, el Ayuntamiento y la Catedral en primer plano, y algunas personas paseando por el lugar (Figura 1). Aun hoy día es posible ver una misma panorámica con ciertas modernidades. Por otro lado recorrió gran parte de la serranía de Papantla y lo correspondiente con la sierra de Puebla.

Veracruz Nebel.2(1)Figura 1. Veracruz. C. Nebel del. | Imprimé par Benard | Arnout lith. Full color lithograph with gum arabic. 20 x 34 cm. Beautifully lit view of Veracruz Plaza with carts, riders, and figures, background with ocean and ships. Fuente.

Para llegar a las cercanías de la ciudad prehispánica de El Tajín, Nebel tuvo que cruzar el río Tecolutla, venía directamente del noroeste, del sitio arqueológico de Malpica. A la llegada de Nebel a las inmediaciones de El Tajín “de inmediato ordenó cortar los árboles que crecían en torno a la Pirámide de los Nichos para elaborar la litografía más espectacular de su álbum”[6] (Figura 2). Carl Nebel hace de La Pirámide de Papantla, una de las litografías no nada más extraordinariamente bella, sino precisa y meticulosa, según López Lujan:

“Pintó una reconstrucción geométrica de la fachada oriental (sin desplomes ni faltantes, aunque con una escalinata), con el fin de que el interesado pudiera obtener medidas exactas de cualquier elemento arquitectónico a partir de la litografía”[7]

De tal exactitud y prudencia era dicha litografía que los nichos de esta pirámide, elemento arquitectónico que le da su nombre por lo que es la más relevante, “[…] emergen esplendorosamente de entre una exuberante vegetación, y se superponen con elegancia hasta casi alcanzar los 25 metros de altura”[8].

TajinNebel(1)Figura 2. La Pirámide de Papantla. | (Llamado el Tajin.). C. Nebel del | Lith. de Lemercier | F. Mialhe lith. Full color lithograph with gum arabic. 25.2 x 36 cm. Archaeological site with two seated figures in foreground. Fuente.

Indios de la sierra de Guauchinango: Los Voladores y el Árbol Florido.

En el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco participé con una ponencia intitulada “Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz”[9]. Esta misma actualmente se encuentra en dictamen para la presentación de un compendio on line por parte del Comité Organizador de este magno evento en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. De la cual me permito comentar algunas referencias acerca de la litografía (Figura 3) que a continuación enunciare sucintamente. 

Debido a lo detallado en las litografías de principios del siglo XIX podemos reconocer las formas así como el uso de algunos colores o pigmentos naturales entre los indígenas de esta gran zona cultural. Como consecuencia de lo anterior es de inconmensurable valor tanto arqueológico como etnográfico, la fina obra litográfica de Carl Nebel.

No obstante la materia de estudio de Carl Nebel es la piedra, la arquitectura, la escultura. Sin embargo se ocupó de dejar testimonio de los indígenas de la primera mitad del Siglo XIX en la Costa del Golfo.

Aquí es posible identificar dos elementos, uno en primer plano y otro en segundo plano. En primer plano nos llama la atención a cuatro indígenas portando indumentaria tradicional y en el segundo plano el rito de Los Voladores. Es de nuestro interés centrarnos en ambos.

En el primer plano en esta pequeña porción de tierra se ubica un infante, dos mujeres adultas y un personaje masculino. Menciono a ambas mujeres, una se encuentra de pie y portando quexquemitl y falda en tono blanco con rojo. La otra mujer se encuentra sentada y su vestimenta es integrada por las mismas prendas, pero en colores azul y blanco, en el primer caso se trataba de los colores rojo y blanco. El adulto y el pequeño visten prendas semejantes, un sombrero pequeño y de forma semiesférica de color amarillo, camisas de tono azul, pantalones cortos de color blanco. Por otra parte el adulto sujeta un bastón mientras yace en la tierra descansando y visualizando nuestro festivo segundo plano. De este primer plano quisiera destacar el elemento iconográfico de “Árbol Florido”. Este elemento iconográfico se encuentra localizado en la parte inferior de la falda de la primera mujer indígena aquí representada, que se identifica como personaje principal, la cual se encuentra de pie. Este elemento es identificado por primera vez en estas tierras por medio de esta litografía[10].

Hacia el segundo plano es posible identificar el ritual del Palo Volador. Aquí es posible ver a un conjunto de hombres los cuales se encuentran sujetos de sus cinturas mediante una cuerda tensa a un círculo. Portan tocados, que al parecer se trata de penachos de plumas rojas. En su mayoría llevan una pluma de color verde o una rama de árbol en sus manos izquierdas, un par de ellos lo llevan en su mano derecha. Como indumentaria llevan solamente un maxtlatl o taparrabo de color blanco. En la parte superior se localiza un sujeto de pie y con un brazo alzado y el otro abierto. Este individuo esta sobre su pie izquierdo y su brazo izquierdo es el que está hacia arriba, siendo el derecho el que esta sobre su costado. Este individuo posee un tocado de plumas azules, mientras lleva un tipo de enredo masculino faldellín de plumas rojas. No porta accesorios u objetos musicales. Es posible visualizarlo en una actitud de franca danza.

NebelVoladores(1)Figura 3. Indios de la Cierra de Guachinango. C. Nebel del | Imp. Lith. de Lemercier, A Paris | Lehnert Lith. Full color lithograph with gum arabic. 30.7 x 39.8 cm. Native costume group with four barefoot figures lounging in foreground (two women, a child, and a man), middle ground shows six Voladores in mid-flight and spectators, city in far distance. Fuente.

Conclusiones

¿Cómo acercarnos a un pasado cuya transición de Mesoamérica a Nueva España es un tanto difuso? ¿Qué objetos podría darnos cuenta de la sociedad o de las gloriosas ciudades mesoamericanas ya abandonadas? En un territorio convulso por la conquista española, transitaron personajes cuya relevancia trasciende precisamente por diferenciarse de los aspectos bélicos o religiosos de esta ardua época.

Cuenta de ello tenemos la obra litográfica de Carl Nebel Habes. Alemán costumbrista, arquitecto y viajero, que retrató bellos paisajes mexicanos así como edificios enigmáticos de algunas ciudades prehispánicas envueltas en la espesa jungla o selva. Finalmente también materializó parte de la intervención estadounidense.

Sin duda la arqueología mexicana se encuentra en franca deuda con la figura de Carl Nebel, opinión encontrada con la de López Luján. Su detalle meticuloso y la estructura que presenta tanto para el caso de Tajín o Xochicalco, por ejemplo, son obras de arte legadas a muchas generaciones que podrían no llegar a conocer dichos recintos antiguos mesoamericanos, los cuales se encuentran amenazados por el turismo excesivo, el descuido de autoridades, por la escasez o recorte de recursos.

Las obras litográficas de Nebel nos acercan al Antiguo Totonacapan de principios del siglo XIX, cuestión que es relevante para comprender aspectos sociales y culturales de los indígenas de las “tierras calientes”. A través de una esplendorosa visión de Los Voladores y de la Pirámide de Papantla.

Si bien es cierto existen más litografías donde Carl Nebel retrata esta amplia zona costera, como aquella que pertenece a Tusapan o aquella que muestra una pequeña panorámica de Jalapa, la actual Atenas Veracruzana, por ejemplo, son objeto de una posterior entrega.

Bibliografía

González Álvarez, Anael Joanna. Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz. Ponencia presentada en el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco, en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. Noviembre, 2016. En dictamen.

Sin nombre. Karl Nebel. El gran ilustrado del México Antiguo. Página web: https://www.mexicodesconocido.com.mx/karl-nebel-el-gran-ilustrador-del-mexico-antiguo.html Consultado: 15/01/2017.

López Luján, Leonardo, “Carl Nebel y la arqueología mesoamericana”, Carl Nebel: Pintor viajero del siglo XIX, Artes de México, n. 80, 2006, pp. 20-33. VISIT: http://www.mesoweb.com/about/articles/Arqueologia-mexicana-de-Nebel.pdf Consultado el: 17/01/2017.

Videos

Carl Nebel, litografía siglo XIX Historia de México. Portal Académico CCH. Consultado: 13/01/2017. https://www.youtube.com/watch?v=fWyWrdhVEqA

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Notas:

[1] México Desconocido. “Karl Nebel. El gran ilustrado del México Antiguo”. https://www.mexicodesconocido.com.mx/karl-nebel-el-gran-ilustrador-del-mexico-antiguo.html (consultado el 15de enero de 2017).

[2] López Luján, Leonardo, “Carl Nebel y la arqueología mesoamericana”, Carl Nebel: Pintor viajero del siglo XIX, Artes de México, (n. 80, 2006): 20-33: http://www.mesoweb.com/about/articles/Arqueologia-mexicana-de-Nebel.pdf (consultado el 17 de enero de 2017).

[3] Ibíd., 24.

[4] Ibídem., 28.

[5] Ibíd.

[6] Ibídem., 30

[7] Ibíd.

[8] Ibíd.

[9] González Álvarez, Anael Joanna. “Reminiscencias del Totonacapan: la indumentaria en la época prehispánica, en las fuentes documentales, en la litografías y los textiles artesanales de Papantla de Olarte, Veracruz”. Ponencia presentada en el Segundo Congreso Internacional de Investigaciones sobre el Mundo Totonaco, en Lipuntahuaca, Huehuetla, Puebla. (Noviembre, 2016). En dictamen. 

[10] González Álvarez, Anael Joanna. Óp. Cit., 3-23.

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Sobre la autora: (Veracruz, México – 1985) Arqueóloga por la Universidad Veracruzana con la tesis “El simbolismo en la indumentaria de la pintura mural prehispánica de Las Higueras” y maestrante de Historia del Arte por la Universidad Nacional Autónoma de México, con el proyecto de investigación “Los sacerdotes de labios azules y tezcacuitlapilli de la pintura mural de Las Higueras, Veracruz. Una imagen a través del tiempo en Mesoamérica y el culto a Quetzalcóatl”. Sus cuestionamientos tienden hacia la comprensión más profunda del arte prehispánico, para converger en el discurso locativo de las capacidades artísticas de la Costa del Golfo y su inclusión e implicaciones a nivel Mesoamérica.

Ha participado como Asistente y Ponente en diferentes Congresos Institucionales a nivel Nacional sobre la Filosofía de la Ciencia y la Filosofía Antropológica, la Teoría en Arqueología, la Arqueoastronomía y temas referentes a la Montaña Sagrada en Mesoamérica y de Estudios mesoamericanos en general, en instituciones como la UV, la UNAM, la ENAH, el CIESAS-D.F., el CIDHEM, entre otras. Ha asistido a distintos cursos sobre Mitos mesoamericanos, Arte prehispánico y Arte Novohispano, en la UNAM, en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México y en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, respectivamente.

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