INVITACIÓN: V Encuentro de Estudios Afroamericanos

INVITACIÓN :   V  Encuentro de Estudios Afroamericanos

En el marco del título «Derroteros afrodescendientes de la raíz a la flor» , les extendemos la cordial invitación para que nos acompañen del 24 al 26 de Abril en las instalaciones de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) – Plantel Centro Histórico donde compartiremos diferentes puntos de vista académicos en torno al movimiento Afro en México. Solemos tener la idea de la » tercer raíz»… pero en verdad ¿Cuántas veces nos hemos planteado históricamente ,e incluso en la vida cotidiana, la presencia de los afrodescendientes en México y en toda América Latina? ¿Reconocemos, validamos y damos su lugar tanto en las leyes, en la comunidad, en la identidad y en los usos y costumbres a lo «afro», lo «negro», lo «moreno»?

Dentro de estas disyuntivas encontramos un marco de discusión, debate y análisis a través de puntos de vista tan diversos como la Antropología, la Arqueología, los enfoques de Género y Derechos Humanos además de la presentación de un documental y la Revista UNISUR- UNICOSTA.

Los esperamos!! la entrada es libre (ver programa adjunto // http://es.scribd.com/doc/137277614/Programa-v-Encuentro-de-Estudios-Afroamericanos)

«La imagen de Machu Picchu en la obra de José Ma. Arguedas»

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Por Lunarcita

Estimados Arkeópatas:

Habiéndose iniciado el ciclo de conferencias  alusivas al centenario del natalicio de José Ma. Arguedas, es un gusto comentarles algunos de los puntos más sobresalientes de estas. En esta ocasión, tocó al Dr. Carlos Huamán hacer referencia a la imagen de Machu Picchu en la obra de José Ma. Arguedas, tópico bajo el cual  comenzó su charla, bastante amena y colmada de relatos que enriquecieron la velada.

En alusión a la obra de Arguedas, indigenista por excelencia y magnífico recopilador de la idiosincrasia andina de inicios del siglo XX, el Dr. Huamán  relató algunos de los conceptos más sobresalientes que el amauta peruano exaltó repetidas veces.

Con fuerza y nostalgia, con el recuerdo y la pujante modernidad del pensamiento «blanco»  , se fueron forjando las visiones del propio peruano, tanto de sí mismo, como de su entorno.  Es así, que con obras como «Todas las sangres» , «Los ríos profundos» y «Yawar fiesta»  (por nombrar algunas), Arguedas plasmó  la imagen del paisaje como entes vivos, que se relacionan en un tiempo diferente, pero en el mismo espacio que el hombre, con intereses, emociones y hasta facciones similares a las humanas.

Refiriéndose al tema central, Machu Picchu como espacio sagrado y político, el Dr. Huamán recalcó la importancia de este centro ceremonial como un lugar elegido por su situación geográfica, acorde con el simbolismo que se manejó durante el auge del imperio incaico.  Y es que no fueron en vano las construcciones pétreas realizadas en «accidentes geomórficos», vaya pues, en las montañas.

Las elevaciones que son generalmente nombradas «Apu» o «Wamani» por la comunidad andina, llevan una carga simbólica de fuerza, grandeza y sentimiento que se extiende más allá de la cima, abarcando hasta las faldas de las montañas; estos segundos dioses, han sido elegidos desde tiempo previo al imperio incaico , por inspiración tanto de su color, como de la forma y todo lo que este nuevo «Apu» pudiera dar en beneficio de su comunidad. Es así como por ejemplo, Machu Picchu fue construido y sacralizado, donde la combinación del elemento montaña-selva-río, conjugó a la perfección un espacio donde pudiera habitar el Inca, además de los marcadores astronómicos y simbólicos que permitieran el desarrollo del culto al Sol y a la montaña.

En la anécdota arguediana, también se hizo mención de las formas en las que el «Apu» habla, en las que se hace notar: tanto los ríos que se forman de sus deshielos, que fluyen como sangre y nutren a las tierras de su comunidad, como algunos animales (como el cóndor) y elementos naturales (como las piedras) son quienes con la armonía que crean en el paisaje, realizan melodías perceptibles a quienes conviven de cerca con la montaña.

Y es este sentido, tan humano y natural de convivencia con el entorno, el que se ha ido diluyendo por la fuerza de otras costumbres ajenas a la andina; recuperada sólo bajo influencia de la memoria colectiva,  la comunicación con la montaña, con la piedra misma, es fuente de energía para los habitantes del Ande. Inclusive, comentó Huamán, la montaña limpia de impurezas o males del espíritu, por esa impresión de grandeza que se comunica a manera personal con el hombre que acude a ella.

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Recreando las impresiones  de Arguedas, se comentaron al final las sensaciones  que causaron en un chiquillo (interpretado por el autor)  que enfrentó su visión indígena  frente  a las piedras talladas de  Cuzco, tan magnificentes y vivas, con las del padre. Éste, quien lo llevaba de visita, un hombre hosco y retirado de los pensamientos nativos, se encontraba absorto en otras cosas, ya instalado en conceptos de practicidad (y un tanto de frialdad) de hombre «blanco», occidentalizado. El contraste de dos mundos, el hispanizado y el reciente  con el toque de nacional-indigenismo que todavía podemos observar en algunos sectores peruanos.

Termino mi comentario, recalcando que bajo la obra de Arguedas y las aportaciones de los conceptos del Dr. Huamán, el concepto de paisaje en el imaginario andino (más que eso, en su cosmovisión) está directamente relacionado con elementos naturales, como la montaña, el río, la piedra, los animales y las relaciones que se tejen entre todos ellos, tendiendo un lazo donde el hombre y la naturaleza se comunican por estos medios.

Aunque nos parezca un tanto descabellado e incluso poco creíble, es necesario tomar en cuenta que las formas de comprender los espacios están hechas con el toque de historia, de vivencias y convivencias  bajo la óptica de cada  población.

Estos códigos obedecerán a la forma en que una comunidad se ubique en tiempo y espacio, y son válidas en cuanto que esta forma de concebir la «espiritualidad» de las «cosas» dan vida a la historia de una población, e incluso, de una nación como lo es la peruana. Queda a opinión de cada lector hacer una reflexión en cuanto al simbolismo que otorgamos a los espacios, y que en base a ello, podemos comprender otras formas de percibir la realidad.

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Fotos: Juan Tonchez (cc)

Ciclo de conferencias «El Perú en la memoria de Latinoamérica»

Por Lunarcita

Estimados lectores arkeópatas:

Se les extiende la invitación a la exposición fotográfica «Camino Real de los Incas – Qhapac Ñan» que será llevada a cabo del 16 de febrero al 15 de marzo del presente año.

La muestra será inaugurada el 16 de febrero a las 18: 30 hrs.  en la Casa Universitaria del Libro, ubicada en: Orizaba # 24, esq. Puebla, Col. Roma. México,D.F.    tel: 5623 02 11 ext. 30228

Asimismo, en el marco del centenario del natalicio de José María Arguedas, la Embajada de Perú en México y el Centro de Investigaciones sobre  América Latina y el Caribe  (UNAM), se complacen en invitarles al ciclo de conferencias

«El Perú en la memoria de Latinoamérica»

 

Con el siguiente programa:

Jueves 17 de febrero :   Dr. Carlos Buller, Ministro Consejero de la Embajada de Perú en México

«Los incas y la cultura andina en el marco de la política cultural exterior del Perú»

Martes 22 de febrero:    Dr. Carlos Huamán

«La imagen de Machu Picchu en la obra de José María Arguedas»

Jueves 24 de febrero:   Dr. Carlos Vejar

«La proyección universal de Machu Picchu»

Martes 1° de marzo:     Dra. Silvia Limón

«Ofrendas y sacrificios en los Andes»

Jueves  3 de marzo:     Dra. Clementina Battcock

«La guerra contra los Chancas como paradigma de la historia inca»

Martes 3 de marzo:     Dra. Gaya Makaran

«Machu Picchu en el imaginario nacional peruano»

Jueves 10 de marzo:  Dr. Axel Ramírez

«La antropología indigenista en la obra de José María Arguedas»

 

Las conferencias se llevarán a cabo en el mismo recinto y a la misma hora.  Se otorgará constancia con el 90 % de asistencia .

Esperamos su asistencia, y sobretodo, que en el marco de la celebración del «Centenario del natalicio de José Ma. Arguedas y Centenario del descubrimiento de Machu Picchu» sea esta una oportunidad para acercarse un poco al imaginario popular peruano a través de la obra de este magnífico amauta e intelectual peruano, cuya obra será retomada por algunos de los expositores, miembros destacados de la antropología peruana.

 

Suspiro Limeño

Por Lunarcita

Amigos lectores de ArKeopatías:

Damos la bienvenida al año, continuando con los posts que había dejado interrumpidos (por lo cual pido una disculpa) pero continuando con los relatos misceláneos que ofrezco de mi estancia en lares sudamericanos, retomaremos algunos tópicos que espero sean de su agrado.

De vuelta en tierras «tenochcas», me encuentro en el quehacer de la redacción y repasando algunas anécdotas de la vasta cultura material que ofrece el Perú, comenzando por el detalle que de vez en vez, me arranca un suspiro de nostalgia, de alegría y un poco de romanticismo.

Y no, no hablaré del postre típico de Lima, que consta de un merengue con base de limón, el cual lleva por nombre el título de este post, sino de los balcones limeños.

Porque puede pasar todo, menos desapercibida, esta joya de la arquitectura de los periodos virreinal y republicano; la vista que ofrecen al turista o  al habitante  es imponente, majestuosa, señorial y elegante. Mudos testigos incluso desde la fundación del damero colonial limeño, donde se asentaron las primeras casas solariegas, son también testimonio vivo y ahora patrimonio de la humanidad (declarados por la UNESCO) que narran bajo la perspectiva material  y arquitectónica, el bello paisaje urbano que se resiste a morir en el imaginario citadino.

Cabe señalar que no es sólo Lima quien goza de estas joyas de la arquitectura colonial-republicana, sino también la provincia de Trujillo (en el norte) en  los alrededores de su Plaza de Armas, donde tuve oportunidad de contemplar algunos balcones inmensos y bellamente labrados, todavía habitados. Es por ello, una de las reminiscencias de la construcción señorial del siglo XVII, que argumentaron un cambio en la forma de las casas, resguardo de la tradición mudéjar e hispana que tomó su propio matiz en tierra peruana.

Como introducción en el marco de la arquitectura, para hablar de balcones, es necesaria la premisa de la “casa solariega”, pues la habitación limeña no participó de grandes edificaciones o palacios, más bien, bajo los constantes efectos telúricos que ha sufrido siempre, se empezó por construir casas de una sola planta: de mucho fondo, sin tejados en su mayoría, con bastante holgura en su interior, amuebladas bajo el criterio de los dueños y su disponibilidad económica; es a partir de 1555 cuando se levantan casonas de dos pisos, que distribuyeron desenfadadamente desde el recibidor, la sala y habitaciones, hasta la cocina, establos, capilla y cuarto de servidumbre.

En dichas casas, como punto de partida, la fachada singular de la urbe limeña (labrada en piedra traída de Arica, Panamá y de las canteras de Chorrillos), sirvió de marco para la colocación del balcón, bajo la mano de innumerables orfebres, ebanistas, artesanos, torneros y artífices que incluso se consolidaron en gremios.

Los elementos mayores de la fachada eran portada, ventanaje y balcón, siendo en el siglo XVII con marcada tendencia barroca, concentrando el adorno en un solo punto. Por ejemplo, en la Plaza de Armas de Lima, las casas se mencionaban con adorno de “mucho ventanaje, ladrillo cortado y con galerías”.  La ventana fue entonces precedente del balcón, quien también se decoró con gran hermosura: los estilos más prolijos fueron el plateresco de ajimez (dividido en dos por una columna) y las “loggia” de estilo italiano, que consistían en un pórtico volado construido en saledizos o al ras de la fachada.

Dando paso de lleno al balcón, este elemento es insertado en la capital del virreinato, quien en su favorable clima seco carente de lluvia torrencial (y sólo refrescado por una leve garúa o niebla marina en sus meses de invierno) sirvió principalmente como resguardo del mundo exterior o callejero; un “mirar sin ser visto” para las gráciles damas limeñas, que a través de sus celosías (entramados de madera) se regodeaban la vista, realizaban tertulias, tomaban el fresco mañanero e incluso se dieron lugar para memorables amoríos sofocados bajo la penumbra de la religiosidad imperante.

Fueron también, marco de vigía y protección para la gente pudiente que no perdía oportunidad (como mencionan algunos cronistas) de enterarse de los aconteceres diarios o las murmuraciones que frecuentemente se daban en los altos círculos y llegaban a bocas públicas.

Como símbolo entonces, el balcón identificaba la condición social de su propietario, sin que hubiera lugar a que personas de escasos recursos pudieran recurrir a él, pues  éstos sólo eran colocados en casas, nunca en callejones ni quintas (vecindades).

Sus características básicas tomando el modelo del siglo XVII, fueron: la horizontalidad, verse apoyado por un cuerpo inferior (vigas), llevar friso calado y bajo, sus tableros o recuadros tallados, incluían celosías y sobreluz  quedando coronados por una cornisa.

Siempre adornando el segundo piso, para el s. XVII los balcones eran tallados en maderas finas, uno a cada lado de la portada, generalmente en simetría, siempre al gusto del propietario, pues también había pequeños y aislados, sobresalían media vara de la pared (768-912mm aproximadamente) colocándoseles tableros horadados, celosías  y ajimez (ventana arqueada) al ras de la fachada, siendo generalmente barnizados para conservar el color original de la madera.

Una característica excéntrica (y que sólo puedo corroborar en libros) era la colocación de forro de azulejos y tapicería interior de terciopelo, ostentoso detalle que se perdió en el s. XIX. Mención creíble realizó el padre Calancha hacia el s. XVIII que, siendo en tan grande número los balcones, les refirió parecidos a “calles en el aire”, también por la disposición de estar muy juntos unos de los otros.

Habiéndose suscitado dos fuertes terremotos en Lima, uno en 1686 y otro en 1746 (con maremoto incluido), se incitó al Cabildo por parte del francés Luis Gaudín, de retirar y dejar de construir balcones; mas el Virrey Manso de Velasco, con agudo ingenio, hizo trabajar a los maestros arquitectos para lograr una composición basada en un telar de madera y caña enlucida con barro y cal para los segundos pisos de las casas, resistentes a temblores, que ayudó a la continuidad de la construcción de los balcones, asegurando su permanencia en la arquitectura citadina.

Por su parte, el balcón republicano fue de imperante estilo neoclásico: de forma austera y sobria, corrido y de crecida dimensión. Su adorno principal eran juegos de columnas adosadas a los muros.  Hubo algunos que llegaron a dar vuelta a la esquina, sustituyendo las celosías por ventanales de vidrio, abandonando por completo el azulejo en los interiores.

Y para el s. XIX, el balcón pierde las celosías, las tallas, los canes labrados, tableros trenzados y balaustres, pues al expandirse la ciudad y volverse popular, se construye con amplitud, completamente abierto.

De esta breve reseña del balcón limeño, recupero en mi memoria los más hermosos que pude contemplar.

En primera instancia, el del Palacio Arzobispal (a un costado de Catedral) con su estilo barroco-mudéjar que impresiona e intriga al que recién visita Lima.

El balcón de Palacio de Torre Tagle, ubicado en Jirón Ucayali (también en el centro de Lima) adorna una casona que alberga actualmente oficinas del Ministerio de Relaciones Exteriores. Dudo que alguien que camine incluso distraídamente por Cercado de Lima, pueda ignorar la magnificencia mudéjar que compone este balcón, que incluso lleva vigas bellamente labradas apreciables por debajo del cajón.

La casa Osambela-Oquendo, ubicada en Jirón Conde de Superunda, inició su construcción en época virreinal y  finalizada hacia 1805, por lo cual reúne una fusión de estilos, definiéndose como afrancesado rococó. Tiene cinco cajones de balcón y tres tipos diferentes del mismo. Por ello, se lleva la mención especial de haberse colocado en una de las fachadas más extensas de Lima antigua.

Otra de las joyitas del virreinato, pero la cual no existe más y por su fascinante historia he decidido incluir, es la de la casa de la famosa Micaela Villegas “la Perricholi”; esta mujercita limeña descrita de sutil hermosura, fue amante del Virrey Amat y Juniet, que a su vez en el delirio del romance, mandó construir en su honor el Paseo de las Aguas (muy cerca del Río Rímac, que  en aquel entonces,  alegre y limpio corría por los linderos de Lima).

La casa de la cantante cómica, en su condición elevada por el virrey y su profuso amor, se erigía sobria pero elegante en el barrio rimense, con dos pisos y balcón “de cajón” sobre la portada de la casa, y junto a él, una ventana de antepecho, con doble hilera de balaustres. Afirma la leyenda que despojados de todo pudor, se lanzaban besos volados desde dicho balcón en las despedidas después de la visita del virrey Amat a doña Micaela. De la casa y el balcón sólo queda un grabado además de la historia que sin duda, arranca un suspiro.

Para finalizar el recorrido, mencionaré los balcones de mi querido barrio de Jesús María, que recreaban mi vista en algunos paseos diurnos sin que pudiera accesar a ellos, tal y como antes se admiraban, de lejos o atrás de la reja de entrada.

El primero es el impresionante balcón de la municipalidad (delegación) de Jesús María, haciendo esquina con Jirón Pumacahua, a una cuadra de la avenida Salaverry; su estilo sobrio rescata las celosías, las vigas y los remates en madera barnizada; su tamaño es impactante, casi como los cajones del centro de Lima. Adorna las oficinas de la municipalidad en dos secciones, una en el frente y otra lateral. Bajo los balcones no hay ventanales.

Como varias casas, existe una  sobre la avenida Salaverry, a donde me fue imposible accesar por la existencia de un cánido de ferocidad inimaginable, pero que asemeja el estilo tanto de fachada como de balcón del que tiene la municipalidad, pero con menores dimensiones y con la característica que da vuelta. Este ejemplifica el diseño balcón sobre ventanal con herrería debajo, clásico del s.XVIII.

Otro ejemplo son el Centro Cultural de España en Perú y la Nunciatura Apostólica, el primero, con un balcón pequeño de galería abierta, con vigas labradas en detalle de hojas de acanto; el segundo, con el característico bastidor con celosías y casetones mixtilíneos, propios del estilo neoclásico; con dos cajones asimétricos en la fachada, donde uno de ellos da vuelta en la parte izquierda.

Los balcones no fueron exclusivos del centro de Lima, ni de barrios como Jesús María, San Isidro o Miraflores, pues se tiene mención que incluso había casas con balcones de cajón, con antepechos (muros protectores sobresalientes del balcón) o doselete, con vista al río Rímac, muy cerca del Puente de Piedra.

Eso sí, son un distintivo limeño que desgraciadamente, queda resguardado sólo bajo algunos patronatos privados para su conservación, pues muchos de ellos han sido tugurizados o quedan en franco peligro para el transeúnte o habitante por su avanzado deterioro a causa de los temblores, vandalismo y abandono.

Por ello es menester, que bajo la figura emblemática de esta maravilla arquitectónica que tiende a desaparecer, poner en marcha la conservación por parte de restauradores, historiadores, arquitectos y autoridades, pero sobretodo, el rescate histórico que debe hacer en primera instancia el limeño que se duele y precia de su ciudad; la recuperación de esa memoria señorial, romántica, elegante que tuvo la “Ciudad de los Reyes” a través de sus balcones.

Queda la invitación para todo aquel que visita Lima, el recorrer también las fachadas de casa Berckemeyer, casa Goyeneche, la casa del Oidor, toda la Plaza de Armas, la Escuela Nacional de Música y la casa Canevaro (por mencionar algunas).

Que perduren muchos años y se repitan más esos balconcitos que invitan a mirar por sus celosías, a adivinar quién murmura tras de ellos, a la poesía urbana de la casa solariega, a regocijarse con la belleza de sus acabados… en pocas palabras… a dar un suspiro limeño.

Balcón de casona sobre Av. Salaverry, distrito de Jesús María. Lima, Perú.

Balcón del Instituto Pestalozzi. Av. Arequipa, distrito de Lince. Lima, Perú.

Balcón del Centro Cultural de España, distrito de Jesús María. Lima, Perú.

Edificio de la Nunciatura Apostólica del Perú. Av. Salaverry. Lima, Perú.

Vista del balcón del Obispado Castrense de Lima. Distrito de Jesús María.

Balcones modernos cerca de la Plaza de Armas en el centro de Lima.

Balcón en piedra sillar, abierto y herrado. Arequipa, Perú.

Vista de la casa de Micaela Villegas “La Perricholi”. Grabado.

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Fuentes:

– Chiappe Lanatta, Marissa. “Top: Balcones”. Diario El Comercio. Lima, Perú. Dic. del 2008.

– Fiol Cabrejos, Jorge.  “El balcón limeño”. Editor Lima N & L. 1982.

– peruanocorazon.blogspot.com

1er. Encuentro Académico Internacional: «Deidades, Paisaje y Astronomía en la Cosmovisión Andina y Mesoamericana»

Por Lunarcita

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La Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en base a  a las recomendaciones generadas en sendas reuniones académicas relacionadas a la cosmovisión, específicamente en las investigaciones en torno al paisaje ritual, la astronomía cultural , histórica y arqueoastronomía; realizadas en México, Ecuador y Perú en el año 2009  ( dentro del marco del año internacional de la Astronomía) y con el fin de intercambiar, difundir y discutir los alcances de estas investigaciones relacionadas a la cosmovisión de las sociedades ancestrales de América; organiza, en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de México, el 1er. Encuentro Académico Internacional : Deidades , Paisaje y Astronomía en la Cosmovisión Andina y Mesoamerican, a realizarse en la Ciudad de Lima, Perú   y que contará con la participación  de académicos de diversas nacionalidades que investigan estas temáticas en estas dos grandes áreas culturales de América.

Es por ello, que se extiende la invitación al público en general para los días 27   y 28  de abril del presente año, a celebrarse en las Instalaciones de la Casona de San Marcos y en el Auditorio del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú desde las  9:00 a.m.

Por este medio, se realizará un breve reseña de algunas de las conferencias, para el público  y colegas que no puedan asistir, además de algunas fotografías del evento, que contará con la  presencia de grandes maestros de la antropología, arqueología e historia de México y Perú.

Se anexa el  programa para todos aquellos que deseen asistir y reconocer las temáticas que se abordarán.

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