Por: Jesús Gerardo Guerrero Castañeda
En Mesoamérica los animales representan una gran parte de nuestro imaginario colectivo; siempre ha existido una relación estrecha entre la realidad del hombre y su convivencia con los animales.
Son ellos quienes desde los orígenes de la civilización proveen parte de nuestro alimento, vestidos, remedios curativos, materiales para fabricar instrumentos como las pieles y los huesos, y en algún momento del ambiente doméstico, aligeraron la existencia del hombre con su rol de mascotas, como compañía, compañeros de juego, seguridad o control de plagas.
Además, como símbolos, son portadores de poderes y fuerzas contra la naturaleza, y aliados en nuestra relación de humanos ante los dioses y sus caprichosos designios.
Los animales están omnipresentes en la iconografía mesoamericana desde los petroglifos y la pintura rupestre, en la alfarería, en la decoración de monumentos y edificios, en tumbas y en códices. Por estos nos enteramos de historias de una relación cotidiana.
Todos los grupos del reino animal son representados, y no solo aparecen animales reales sino también los antropomorfizados, los imaginarios, las quimeras y las modificaciones de los reales. Sus representaciones son parte activa de una trama en la que se relaciona con la historia de la humanidad. No simplemente decorativas en los quehaceres humanos y en su relación con los dioses, representando cualidades tanto humanas y divinas.
En este artículo se intentará mostrar y explicar la presencia de animales mamíferos en el Códice Laud; dando una breve descripción de sus apariciones y atributos, que pueden corresponder a su naturaleza calendárica o a sus apariciones dentro del “texto” del códice mismo.
Los mamíferos son un “grupo de los vertebrados de temperatura constante cuyo embrión, provisto de amnios y alantoides, se desarrolla casi siempre dentro del seno materno, y cuyas crías son alimentadas por las hembras con la leche de sus mamas[i].”
“…casi siempre dentro del seno materno…” porque hay excepciones, los marsupiales terminan la gestación en una bolsa, marsupio o saco. En América solo existe el Tlacuache, de gran importancia en la cosmovisión; y los monotremas que ponen huevo, no lactan por pezones sino por los poros del vientre de su madre: solo los hay en Oceanía, y son el ornitorrinco y las cuatro especies de equidna.
En tanto que el Códice Laud es un libro mexicano antiguo del postclásico tardío hecho entre el Siglo XIII y XV, probablemente del sur de México de entre los límites de Puebla y Oaxaca, doblado en forma de biombo, pintado sobre piel de venado, de 3,98 metros de longitud, tiene 24 hojas que tratan de una “Pintura de la Muerte y de los destinos”[ii].
En el Códice Laud se localizaron 49 mamíferos, de los cuales hay que diferenciar a los que están presentes en el códice como marcadores calendáricos. De las veinte figuras que dan nombre a los días, cinco son mamíferos: a saber venado, conejo, perro, mono y jaguar. En otros casos aparecen siendo actores o elementos de las ideas plasmadas en el códice.
A continuación se tratará cada mamífero observado en el Códice Laud, orden de aparición, luego se presenta una o dos imágenes de animal y una breve síntesis y descripción[iii].
MONO
Láminas:
Calendáricos: 25 (46), 27 (44), 27 (44), 29 (42), 40 (31), 43 (28), 7 (18), 13 (12), 14 (11), 23 (2), 24 (1).

En el Códice Laud se han detectado doce veces el mono[iv], en todas ellas usadas como símbolo calendárico, el mono es el úndecimo signo del tonalpohualli[v]o calendario ritual mesoamericano de 260 días.
Las personas nacidas bajo este signo eran relacionados con las artes y lo gracioso; la borrachera y naturaleza propicia a la sexualidad.
Quienes nacían bajo este signo eran considerados personas alegres, pillos, dados a las bromas y a la diversión, sociables, con facilidad para la música, también infieles y tramposos.
Aparecen coloreados en diferentes colores: rojo, verde; con la cabellera en gris, algunas veces con el hocico de diferente color y siembre con pendientes en el oído.
RATÓN
Ideográfico 26 (45)


Su única aparición tiene lugar en la lámina 26 (45), el ratón representa aquello que corrompe lo bueno y puro, el que contamina los almacenes de alimento, el matrimonio, el hogar, la milpa. El ratón trae hambre, escasez soledad, enfermedad, destruye lo planificado, contamina el futuro.
En este caso aparece como el infiel que ofrendando papel ante el templo del dios de la muerte, pide la expiación de sus pecados, aparece en posición bípeda y con el pulgar opuesto es decir un poco antropomórfico. Presenta los colmillos expuestos y un mechón en el lomo.
PERRO
Calendárico: 26 (45), 40 (31), 40 (31), 43 (28), 43 (28), 8 (17), 11 (14), 12 (13), 23 (2)

En el Códice Laud, calendáricamente el perro se representa solo con la cabeza del animal, generalmente roja con círculo azul alrededor del ojo y nariz del mismo color (en facsímiles e imágenes electrónicas aparece degradado el color), los colmillos expuestos y las puntas de las orejas carcomidas y amarillas, en algunos casos aparecen en blanco las orejas[vi].
Existían en el México Antiguo perros de muchas razas ahora desaparecidas, tamaños, colores, de pelaje corto y largo. Sin embargo, el más representativo era el xoloizcuintle apreciado por no tener cabello y ser mudo, incluso cuando se le sacrificaba.
Existen distintas teorías sobre si los caninos domésticos eran un alimento común o más bien ritual, ya que eran compañeros fieles del hombre e incluso le acompañaban al sepulcro, fuera que junto con el difunto se enterrara a su propio perro, o al de la familia, al de un amigo, al de un “padrino”, e incluso un perro comprado; ya que era necesario que el espíritu del fallecido fuera acompañado al Inframundo por un perro.

Junto con Quetzalcóatl representan al planeta Venus en su trasiego por la bóveda celeste. Quetzalcóatl como estrella de la mañana y el perro como la de la tarde.
Los nacidos bajo este signo serán leales, líderes conducen; pero pueden ser ladrones y son el compañero de la muerte.
El perro aparece en la notoria lámina 24 (1); aparece en el centro un águila guiando al sol mientras el Dios de la Muerte obscurece al Astro Rey con su vómito, es decir un eclipse, el mono aparece como marcador calendárico.
VENADO
Calendárico: 28 (43), 30 (41), 30 (41), 40 (31), 41 (30), 43 (28), 44 (27), 13 (12), 14 (11), 23 (2),
Ideográfico: 3 (22)

En el códice de estudio cuando vemos al venado en su aspecto calendárico aparece solo su cabeza, a veces con corneta y otras veces sin ella. El cuello rojo, la lengua expuesta y con bigotes o sin ellos.
Los nacidos varones bajo este signo serían gente de campo, buenos proveedores y las nacidas mujeres serían valientes, afortunadas y no darían problemas a sus padres.

Como defecto serían temerosos.
Por otra parte, como elemento ideográfico aparece en el capítulo llamado “Cuarenta días después de 1 Agua” corresponde al augurio del día Pedernal donde se ve al venado antropomorfiado, de pie con sandalias rojas, danzando, con maxtlatl[vii] blanco, con un collar de joyas y con brazaletes, ofrece una ofrenda de hule y una flecha rota. Representa al vagabundo, representan la libertad el deambular, el bosque, el que gusta de la danza y de las diversiones, lo ilimitado.
CONEJO
Calendárico: 31 (40), 32 (39), 40 (31), 43 (28), 8 (17), 15 (10), 16 (9), 23 (2)

El conejo aparece exclusivamente como figura calendárica, es por excelencia el animal de la Luna, y a su vez se le asocia con el pulque: La fiesta de esta bebida era llamada “los Cuatrocientos conejos” y su protagonista, el señor Conejo,[viii] era el borracho por excelencia.
Se le representa con las orejas distendidas hacia los lados el hijo rodeado de un sombreado azul, los incisivos expuestos y el cuello con o sin cinta roja.
Los nacidos bajo este signo eran bondadosos y solidarios, espíritus libres y como el venado relacionado con el monte y el vagar. Tendrían muchos hijos, serían borrachos y festivos.
JAGUAR
Calendárico: 40 (31), 41 (30), 43 (28), 44 (27), 1 (24), 6 (19), 11 (14), 12 (13), 23 (2),
Ideográfico: 36 (35), 11 (14), 3 (22)

El jaguar[ix] es el más importante de los animales por su poder, señor de la noche, espíritu de la guerra; en tiempos precolombinos eran abundantes y atacaban a los humanos para consumirlos, era el terror de la noche.
Era uno de los naguales o tótems[x] de los guerreros, junto con el águila.
Se solía comparar el gruñido del jaguar con el sonido producido al soplar un caracol o con el lamento de una anciana; anuncia la muerte sea por guerra, desastres o miseria.

Sus carnes eran ingeridas por sus propiedades mágicas y sus garras eran amuletos de gran valor.
Las personas que nacían bajo este signo eran valientes, pero a la vez podían ser violentos con los suyos.
En la lámina 36 (35) en el capítulo de los pronósticos de los matrimonios: el hombre vestido con piel de jaguar, indica que será valiente. También será prospero pues trae una joya florida.
En la lámina 11 (14), parte del capítulo “Los Señores de las Trecenas divididas) el Jaguar está trepado en el monstruo del cielo (lagarto azul bicéfalo) que es el trono de con cabeza emplumada y está cargado de jade y flores; curiosamente el jaguar no tiene manchas, tal vez por ser un jaguar primigenio antes de que recibiera las manchas.


En el capítulo “Cuarenta días después de 1 Agua” aparece un jaguar entrando al Templo de las flores para destruirlo, una desgracia o la guerra acaba con la prosperidad o con la alegría, siendo un jaguar terrestre tiene manchas.
COYOTE
Ideográfico 45 (26)

El Canis latran o coyote, es un cánido que solo habita las Américas los castellanos lo confundían con los lobos y con los zorros.
Se describía al coyote como un animal lanudo, de orejas diminutas y puntiagudas, hocico alargado y delgado. Astuto y buen cazador. Capaz de cazar en solitario o en manada.
Es un animal Bravo del monte que causa daño en los corrales.
En el códice aparece, dentro del capítulo “Los ritos con los manojos contados” como representación de Tezcatlipoca junto con un guajolote que son testigos del auto sacrificio ritual de una anciana.
Existen algunos dioses que toman forma de coyote entre ellos el dios Ueuecoyótl el Viejo Coyote, uno de los dioses de la discordia y la guerra.
TLACUACHE
Ideográfico 42 (29)

El Tlacuache no aparece en códice de cuerpo entero sino solamente su cabeza como adorno de la falda de Tlazolteótl, diosa de la sexualidad, de la lujuria, del parto, del algodón.
Es dañino, pero a la vez un ladrón mítico, el tlacuache robó a los dioses el pulque y el fuego, muestra gran inteligencia, es un buen guía en la obscuridad presagia los peligros y los evita.

Su cola contiene ácidos naturales que al ingerirla causan diarrea, relajación muscular e incluso inducir el parto; es un arma defensiva del tlacuache si un depredador le arranca la cola y la come siente malestar aprendiendo la lección de que no se debe comer tlacuache, aunque el resto de su carne es apreciada aún en la actualidad, pese al peligro de extinción.
Es el único marsupial americano por lo que causaba sorpresa a los aborígenes y a los conquistadores. Se alimenta de aguamiel, algunas culebrillas, alacranes y otros animales peligrosos.
Era de buen agüero, se le consideraba inofensivo y alegre. Tiene suma importancia en la cosmovisión indígena de Mesoamérica.
Palabras finales
El hombre mesoamericano, aún el que vivía en los grandes centros urbanos vivía rodeado de la naturaleza y sus criaturas. En su vida vería miles de animales. Más que los que nosotros apreciamos en nuestro ahora castigado y agotado medio ambiente. Hoy entendemos algunas cosas de su convivir con el entorno, pero también tenemos infinitas dudas sobre la naturaleza y el universo.
Todos estos animales formaban parte de la vida diaria, de la vida sobrenatural y de la vida en el inframundo. Por ello toman tal relevancia. Algunos días específicos tenían nombre de mamíferos, y otros representaban cualidades humanas. Además de que podían ser dioses, también sus tótems o naguales, y la capacidad de traer buenos y malos presagios.
Hoy podemos pasar meses sin ver nada más que perros, gatos y alimañas urbanas (ratas, cucarachas, palomas) que en la cotidianidad no nos maravillan porque ya se encuentra saturado nuestro nivel de admiración, y preferimos no desgastarnos en tratar de comprender al universo; mientras que el hombre mesoamericano buscaba respuesta y conexión entre lo real y lo mítico o religioso, como empatar al perro con Venus o al conejo con la Luna.
Los animales son parte del eslabón que nos unen a los seres humanos con la naturaleza, el cosmos, la otra vida, en una realidad presente y en otros para el futuro como presagio.
Animales de diversas especies como el jaguar, el coyote y los monos, se encuentran hoy bajo una gran presión por la destrucción de su hábitat natural y sus moradas ante la contaminación desmesurada del planeta y la explotación de los recursos naturales de selvas, bosques y áreas que deberían ser protegidas. Este es el momento de revelar nuestra relación con la naturaleza, respetar sus espacios y nuestro lugar físico y simbólico en ellos.
Notas
[i] Todas las definiciones provienen del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
https://dle.rae.es/mam%C3%ADfero
[ii]Ferdinand Anders, Maarten Jansen, Alejandra Cruz Ortiz y Luis Reyes Garcia, La Pintura de la Muerte y de los Destinos, libro explicativo del llamado Códice Laud, Akademische Druck-und Verlasanstalt, Fondo de Cultura Económica.1994.
[iii]La mayoría de los datos son tomados de:
- Ferdinand Anders, Maarten Jansen…
- Virginia González Claverán, La Expedición científica de Malaespina en Nueva España, 1789-1794, El Colegio de México, 1993.
- Gonzalo Fernández de Oviedo, Sumario de la Natural Historia de las Indias, Fondo de Cultura Económica, 1996
- Ferdinand Anders, Marten Jansen, Luis Reyes García, Manual del Adivino, libro explicativo del llamado Códice Vaticano B, Akademische Druck-und Verlasanstalt, Fondo de Cultura Económica.1993
Las imágenes son toda del facsímil a color del Fondo de Cultura Económica.
[iv]En la lámina 14 (11) aparece otro mono pero esta descarnado, por lo que es un ser mitológico y no un mamífero en esencia.
[v]El tonalpohualli es un calendario ritual y que marca el destino de los nacidos bajo cada signo.
El calendario tiene una duración de 260 días, producido de la combinación de veinte signos numerados consecutivamente del 1 al 13 que se repiten.
Los signos son Cipactli (o monstruo de la tierra), viento, casa, lagartija, serpiente, muerte, venado, conejo, agua, perro, mono, atado de hierbas, caña, jaguar, águila, zopilote, movimiento solar, cuchillo de obsidiana, lluvia y flor.
[vi]Ignoro sea error del Tlacuilo, es decir escribano, o por degradación del códice.
[vii]Taparrabo
[viii]Ome Tochtli
[ix]Los mesoamericanos llamaban ocelotl (panthera onca) y nosotros llamamos ocelote al Leopardus pardalis, que además no debe confundirse con el Leopardus wiedii o margay.
[x]Objeto de la naturaleza, generalmente un animal, que en la mitología de algunas sociedades se toma como emblema protector de la tribu o del individuo, y a veces como ascendiente o progenitor.