Por Juan Tonchez
En estos 80 años del INAH, ¿por qué no nos damos la oportunidad de construir un nuevo paradigma?, el INAH NO es sinónimo de Antropología, y no debería serlo. Una institución es un aparato burocrático, en este caso, del Estado mexicano, creado con un fin y una utilidad específica para este. No es necesario defenderlo, el INAH no existe, no es un ente con vida propia, es un aparato de relaciones de poder donde algunos toman las desiciones y otros obedecen, o sufren las consecuencias. Si lo que se dice es cierto, si el objeto de la Institución es «proteger» el patrimonio, partamos de que el patrimonio es, en primera instancia las personas y luego todo lo demás. Entonces, la defensa se debe centrar entonces en la gente, no en las estructuras de poder que las mantienen (o no) en sus puestos de trabajo. Esas, más bien, habría que desmantelarlas. Lo procedente es derribar esas relaciones de poder (y corrupción dirían algunos más atrevidos) hasta sus cimientos, si después de eso queda algo del pequeño monstruo burocrático, será una circunstancia de su valor, si no, al menos habremos caminado hacia un panorama más libre, porque la libertad de decidir fue la primera que nos quitaron, luego nos quitaron la voz, luego nos quitaron la palabra (hasta en las manifestaciones por «nuestros» derechos hablan otros, los que sí los tienen), después de eso, quitarnos el resultado de nuestra producción académica y la oportunidad de un trabajo digno y justo, fue el paso más sencillo.//
Creo firmemente que sólo mediante la autocrítica y el reconocimiento consiente de las profundas e históricas problemáticas y vicios (los reconocidos y los que no) del Instituto es que se podrá transitar a un panorama más alentador, y no a través de la autocomplacencia, las palmadas en la espalda, la minimización del abuso mediante eufemismos, ni mucho menos del silencio cómplice. Porque hay (y deberá siempre haber) antropología más allá del INAH, porque todos debemos tener el derecho a disentir, el derecho a la crítica sin represión, porque, frente a los hechos, después de ocho décadas, no, #NoTodosSomosINAH. No, no todos somos INAH, y no todos debemos serlo. La principal causa del deterioro laboral de los trabajadores eventuales es el monopolio del ejercicio de la profesión, pues si sólo puedes hacer arqueología dentro del INAH, entonces tienen todas las ventajas sobre ti. El INAH se convierte en un patrón hacendado y su sistema una tienda de raya académica, donde después de la explotación aún debes agradecer “porque tienes trabajo”.//
Continuará…
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Como se ve que te cala no jalar en el Inah mano ya descansa!