Por Segisfredo López
La anterior gestión de la Municipalidad Metropolitana de la ciudad de Lima tuvo la voluntad política de destinar recursos económicos para invertir en cultura. Si bien es cierto, creo yo, no dispuso de ingentes sumas de dinero, sí invirtió como no se había visto en las dos gestiones ediles anteriores. Desde nuestro punto de vista, aquí se trata no sólo de presupuestos, que pudieran ser insuficientes; sino de voluntad política y de gestión cultural. En este sentido, contribuiría mucho más si el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aumentara el presupuesto del Sector Cultura. En este orden de ideas, caemos nuevamente en la cuenta que esto se trata una vez más de decisión política, al más alto nivel, de voluntad en querer INVERTIR en cultura para el desarrollo.
En el caso del Ministerio de Cultura, el MEF le asignó este año un poco más de 300 millones de soles anuales.[1] En comparación a otros sectores, es poco, y por eso esta institución sostiene que no dispone de suficientes fondos. No obstante, a pesar de ello, invierte, dentro de sus márgenes presupuestales, en museos y sitios arqueológicos, mucho más que en monumentos históricos declarados bienes integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación.[2]
Y así lo ha venido haciendo en los últimos quince o veinte años desde que la situación económica del país ha mejorado. Prueba de ello es la existencia de Unidades Ejecutoras (UE), Proyectos Especiales (PE) y proyectos estatales que vienen investigando, conservando y poniendo en valor el patrimonio arqueológico nacional. Ante esto, caben las siguientes preguntas ¿hace 25 años cuántas UEs y PEs habían?, ¿cuánto dinero tenía el Estado en sus arcas para invertir en cultura?, ¿podría hacer más en la actualidad?.
No cabe duda que no es suficiente el actual presupuesto del Ministerio de Cultura y que no se invierte tanto como quisiéramos, y tal vez no tanto como probablemente se invierta en México. Asimismo, sin temor a equivocarme, tampoco es suficiente lo que se invierte en el sector cultura en los países desarrollados. Menos aún en países como España, Italia, Grecia y Portugal que han visto reducidos sus presupuestos para el sector a causa de la crisis global que los golpea desde el año 2008. No obstante, ante este panorama, qué pueden hacer los Estados de Perú y México frente al diverso y cuantioso patrimonio cultural que poseen. La respuesta desde mi perspectiva es seguir invirtiendo cada vez más en recursos humanos y en proyectos.
Por otro lado, estimo que la afluencia a espacios culturales como museos y sitios arqueológicos en México efectivamente es mayor que en Perú y no sólo por el ingreso gratuito a ellos o al bajo costo del boleto de entrada; sino al número de museos y sitios arqueológicos puestos en valor y abiertos a la visita de los ciudadanos, tanto como a la calidad de sus museos (aspectos museográficos y museológicos) que invitan a visitarlos masivamente, y, sobre todo, a que en los museos y sitios arqueológicos, la ciudadanía puede encontrar elementos de su identidad cultural que se refuerza durante la visita. Sino recordemos la bien instalada e interesante exposición etnográfica del segundo piso del Museo Nacional de Antropología (MNA). Asimismo, a que el fomento y la inversión de la cultura y las artes es una política de Estado.[3]
Al respecto, pensamos en el rol y el trabajo desarrollado por CONACULTA, el INAH, los Centros e Institutos de Investigación asociados a la ENAH y aquellos vinculados a universidades como la UNAM. Y en Perú ¿qué sucede?, ¿cómo vamos?. Sobre este tema hay mucho todavía por hacer y podría ser materia de otra reflexión aparte.
En Perú, el acceso a los museos del Estado es gratis para los estudiantes a nivel nacional, el primer domingo de cada mes según la Ley N° 29366. El costo del ingreso a los monumentos arqueológicos y monumentos históricos abiertos al público visitante no es caro; salvo el ingreso al camino inka y a Machupicchu, el cual es gratuito los días domingos sólo para los ciudadanos cusqueños. Se cuenta con una tarifa diferenciada y accesible para estudiantes, adultos y jubilados; sin embargo, tengo la impresión que en México se ofrecen más beneficios para acceder a estos espacios culturales, y hay más interés en visitar museos y sitios arqueológicos.
Por ejemplo, la entrada al Museo Nacional de Antropología es gratuita al publico nacional y extranjero residentes en México (documento vigente) los días domingos. Asimismo, es gratuita también para nacionales mayores de 60 (credencial INAPAM), menores de 13 años, discapacitados, profesores y estudiantes (credencial vigente).[4]
He visto en museos de Perú y México a escolares en las salas de exposición con sus maestros explicándoles temas desarrollados previamente en clase, lo cual realmente es muy beneficioso en la formación de los educandos; no obstante, la museografía en museos como el MNA es de primer nivel, y no sólo lo digo yo. Acá en Perú, aún nos falta tener un museo nacional de esa categoría; a pesar que existen museos regionales y locales muy buenos tales como el Museo Larco y Museo de Arte (MALI) en Lima, el Museo Tumbas Reales de Sipán, Museo Nacional de Sicán y Museo de Sitio Túcume en Lambayeque, Museo de Sitio Huaca Cao y Museo Huacas de Moche en La Libertad. Sin embargo, todavía nos falta ese anhelado Museo Nacional que bajo una visión general integre los desarrollos culturales regionales que conforman y explican el proceso civilizatorio en Perú; y proponga un discurso nacional de revalorización de nuestras raíces indígenas, como base de la identidad peruana, enriquecida con el aporte europeo, africano y asiático.[5]
Por otro lado, y cambiando de tema, aún no sé qué ciudad es más elitista, si México D.F. o Lima. Sin embargo, estimo que esto no es relevante. En México D.F. he observado que en los espacios públicos como el MNA, El Templo Mayor y su museo, la Plaza de la Revolución, y otros, confluyen todas las personas por igual más allá de su condición socioeconómica. Considero que son espacios inclusivos donde la ciudadanía reconoce elementos importantes de su propia identidad cultural. En la exposición de Códices del MNA observé a muchos ciudadanos de diversas edades y condición social, solos, acompañados o en familia, que disfrutaban la muestra tanto como nosotros.
Fue extraordinaria la decisión de exhibirlos tan bien y, como nos dijeron algunos colegas de la ENAH, no se sabía si habrá una segunda vez y cuándo se daría si así fuera.
¿Cuál es el panorama en Lima respecto a tendencias y espacios inclusivos o exclusivos?. No creo que sea muy distinto que allá en el sentido que siempre habrá grupos de individuos que busquen formar sus propias islas de exclusión. Lo vemos en algunas discotecas, playas y balnearios de Lima, por ejemplo. No obstante, acá como allá, los espacios públicos como museos, sitios arqueológicos, plazas, parques, alamedas, etc. son en esencia inclusivos por su carácter público. Sin embargo, he visto que durante la anterior gestión municipal de la ciudad de Lima, cuando la autoridad de una ciudad invierte en cultura en espacios públicos, las oportunidades de erradicar los guetos, las islas de exclusión son mayores. Y en ellos, todos -“pitucos” (“fresas”) junto con aquellos que no son estereotipados de esa forma- comparten y disfrutan.
Respecto a los comentarios sobre la biblioteca de la UNAM no puedo decir nada al respecto pues no he tenido el gusto de hacer uso de sus instalaciones, habiendo deseado y necesitado consultar algunas obras, pero sin disponer del tiempo suficiente para realizarlo. En cambio, en relación al servicio en bibliotecas de la UNMSM y la PUCP lo indicado en el artículo lo suscribo totalmente. Asumo que tal actitud se debe a políticas institucionales que si bien no gustan a todos pues limitan el acceso gratuito a sus libros, podrían cambiar e imitar otras experiencias institucionales de acceso a sus acervos bibliográficos como el de la Biblioteca de la UNAM. Ampliar su acceso a personas que necesariamente no son estudiantes matriculados, pero sí estudiosos, es una apuesta, tal vez arriesgada, pero importante y necesaria en la noble tarea de educar a una nación, fomentando el estudio y la lectura en la ciudadanía; más aún si se trata, en el caso de la UNMSM, de una universidad pública.
Sin embargo, acerca del PUMABUS puedo decir que gracias a él pudimos llegar, todos los días durante una semana, desde la Estación CU del Metrobús o desde una anterior cuyo nombre no recuerdo (¿Gálvez puede ser?) hasta el edificio de la Facultad de Arquitectura en la Ciudad Universitaria. Y eso lo agradecemos mucho. Nunca nos costó un peso ni nos pidieron carnet universitario; todo lo contrario, conductores y estudiantes nos orientaron amablemente cuando estuvimos desorientados.
Sí, en México D.F. he visto que expresiones de la cultura mexica, de las culturas originarias indígenas están presentes en muchísimos lugares públicos como el Metro, las principales avenidas, plazas, parques, monumentos, etc. Esto nos sorprendió gratamente la primera vez que fuimos a México. Hasta en el aeropuerto internacional Benito Juárez pude apreciar una exposición fotográfica temporal sobre el Águila Real mientras esperábamos el vuelo de regreso a Perú. Todo esto no hace más que fortalecer esa fuerte identidad mexicana que es bien conocida en Latinoamérica y el mundo, y de la cual se precian con justa razón. Así, mientras leíamos cada una de las leyendas de las fotos y aprendíamos un poco más de México hasta el último minuto antes de partir, me preguntaba si algo así podría hacerse en el aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima o en el Alejandro Velasco Astete de Cusco con nuestro Cóndor y Puma andinos o con los camélidos sudamericanos, u otro bien de nuestro patrimonio natural o cultural, material o inmaterial. Otra vez: visión, voluntad, decisión.
En más de una oportunidad aquí en Lima hemos conversado con amigos luego de haber visto en México y en otras partes del mundo, la difusión que hacen de su patrimonio cultural; y que en el Metropolitano y en el Metro de Lima se podrían aprovechar muchos de los paneles que allí están para difundir nuestras expresiones culturales, reemplazando parte de la propaganda comercial que allí se publicita. Sin embargo, no se realiza y se pierde una potente y masiva oportunidad de difusión cultural. Esta gestión podría realizarla la autoridad edil competente en alianza con el Ministerio de Cultura y el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Una vez más, el tema es visión y voluntad política, porque buenos ejemplos e ideas inspiradoras los hay.
Respecto a la televisión basura, aquí también es consumida por todos sin saber quién o qué sector socioeconómico la consume más. Allá no sé bien cómo es la situación con Televisa. No obstante, este problema global, por estas fechas aquí en Perú ha desatado una lucha ciudadana contra este tipo de programación televisiva que no se sabe bien en qué acabará. Ojalá que culmine en su destierro de la señal abierta, lo cual dudo que sea así; o en su defecto, en su transmisión en horarios que no sean de protección al menor. Sin embargo, la discusión sobre el problema ya se planteó, y se ha hecho viral en las redes sociales. Supongo que las marchas continuarán.
En la entrada del presente blog “DE LA CASA #51: Una visión peruana de México/WMC”, se citó lo siguiente: “Lo positivo que una minoría interesada que es una masa crítica que gusta y degusta de diversas actividades y que son aquellos que mueven México, que protestan ante cualquier acto de parte de sus gobiernos al quitarles derechos bien ganados, gente que ama y desea lo mejor para México”. Aún no sé qué tanto esta minoría mueve realmente México, si es minoría o mayoría, y quiénes la conforman. Mis dos visitas al D.F. por lapsos máximos de quince días cada una no son suficientes para indicar algo al respecto. La cita es interesante y motiva muchas reflexiones sobre el tema.
Sin embargo, he visto a mucha gente en las calles interesada en los problemas que afrontan como sociedad. He tenido la oportunidad de conversar con personas de diversas procedencias en el D.F., por lo que me doy cuenta que hay espacio en la sociedad mexicana para la reflexión y la crítica de los problemas que viven día a día. Así como la voluntad de encontrar soluciones a los problemas que hoy les aqueja. En este sentido, me sorprendió mucho y admiró ver por la televisión (Canal de la UNAM), la transmisión de las negociaciones entre los estudiantes del Politécnico y funcionarios del gobierno en las mesas de trabajo, por citar sólo un caso.
Definitivamente hay varios aspectos en común que van más allá de lo cultural. Por supuesto que hay esperanza para ambos países, y fuera de toda duda, el motor del cambio social que busca mejorar las condiciones de vida de la sociedad en su conjunto, sigue siendo la misma gente.
Por eso y por muchas razones más, ambos pueblos requerimos buscar y actuar de la mejor manera para construir un mejor presente y futuro. Si nuestros actuales países fueron en el pasado cunas de importantes civilizaciones en el mundo, qué nos impide ahora forjarnos ese presente y futuro. Qué nos impide. Esa es nuestra visión y misión. ¡Ahí está nuestro reto!.
1] Según la nota informativa del Ministerio de Cultura del 22 de setiembre de 2014 aparecida en su portal web, la Ministra del pliego acudió al Congreso de la República a sustentar la partida del sector que asciende a más de 383 millones de soles que se invertirían en la puesta en valor y conservación del patrimonio cultural así como para la defensa y protección de los pueblos indígenas. Según La Ley N° 30281 -Ley del Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2015-, publicada el jueves 4 de diciembre de 2014 en el Diario Oficial El Peruano, el presupuesto del Ministerio de Cultura aprobado es 345 450 236 millones de soles.
http://www.cultura.gob.pe/es/comunicacion/noticia/ministra-de-cultura-sustenta-presupuesto-para-el-2015-ante-el-congreso-de-la. http://www.minedu.gob.pe/p/cdd/pdf/ley_30281_Ppto_Publico_2015.pdf
2] Uno de los obstáculos existentes que han contribuido a que el Estado invierta más en monumentos arqueológicos que en monumentos históricos integrantes del Patrimonio Cultural de la Nación es el régimen de propiedad de estos últimos; muchos de ellos pertenecientes a particulares; y por lo tanto, según la ley, el Estado no tiene facultad para invertir en bienes privados. En cambio, los monumentos arqueológicos son propiedad del Estado, y según la Ley N° 28296 -Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, está facultado y es su competencia velar por su investigación, conservación y protección.
3] El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) elaboró el Programa Nacional de Cultura 2007-2012 de México. Aquí en Perú, en el año 2012 se presentó los “Lineamientos de Política Cultural 2013-2016” (versión preliminar) elaborado por el Ministerio de Cultura (https://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/pagbasica/tablaarchivos/11/lineamientomc.pdf). La necesidad que este documento preliminar conduzca a la elaboración de un documento rector que contenga políticas de Estado para el sector Cultura y su implementación es aún una tarea pendiente a plantearse a través de dicho documento que podría denominarse Programa o Plan Nacional, por ejemplo. Al cual se tendría que asignarle los recursos económicos suficientes.
4] http://www.mna.inah.gob.mx/tu-visita.html
5] Los museos, casas museos y salas de exposición a cargo del Ministerio de Cultura suman 53 a nivel nacional, según la siguiente fuente: http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/paginternas/tablaarchivos/2013/05/relacion-de-museos-del-ministerio-de-cultura-2015.pdf . Asimismo, de acuerdo a la Guía de Museos del Perú (2012) existen en el país 252 instituciones de este tipo entre públicas y privadas. Ver: http://www.cultura.gob.pe/sites/default/files/paginternas/tablaarchivos/2013/09/guiamuseos191212.pdf
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