DE LA CASA #51: UNA VISIÓN PERUANA DE MÉXICO / WMC.

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Por Wilmer Mejía Carrión

Sé que el título es ostentoso, dar una visión coherente de un país tan rico y complejo como México tomaría varios años y muchas reflexiones, sin embargo, este artículo se enfocará en sólo algunos aspectos que llamo la atención del autor que estuvo solamente 15 días en la Ciudad de México.

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Justo ahora que estamos viviendo épocas de incertidumbre con respecto al futuro de muchos proyectos culturales que dejó la anterior gestión municipal metropolitana y en un país donde el Ministerio de Cultura dice no tener suficientes fondos para cuidar y preservar nuestro legado patrimonial -pues se dice que no hay plata para la cultura-, lo que he encontrado en México no tiene comparación con el Perú.

En principio lo que me llamó la atención vívidamente fue que el mexicano tiene un mayor acceso a la cultura, podría decirse que virtualmente es para todos. Sí, los servicios culturales son, o gratuitos, o a bastante bajo costo en comparación con el Perú. Los domingos TODOS los mexicanos pueden entrar GRATUITAMENTE a cualquier museo o sitio arqueológico en todo el país. Y el resto de la semana se paga una suma que no es muy elevada, o bien si eres estudiante o profesor puedes pagar un precio especial y en algunos casos la entrada es libre. Cuando fui a Teotihuacán encontré a una madre de familia con sus dos hijos, uno de ellos me dijo que en la escuela le habían dejado un trabajo sobre Teotihuacan, así que por eso estaba apuntando lo más importante del lugar. ¿Se imaginan a un niño de cualquier ciudad del Perú entrando a cualquiera de los sitios arqueológicos que se encuentran a lo largo de nuestro país totalmente gratis con su familia?

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México D.F. es una ciudad menos elitista que Lima, no me malinterpreten, no digo que no existan diferencias de clase, éstas existen desde el comienzo de la historia escrita y México como todo país tiene una jerarquización de clases bastante fuerte, sin embargo, a diferencia de nosotros existen más espacios públicos donde pueden confluir personas de diferentes clases sociales. En el museo de Antropología puedes encontrar, en la misma sala, a un estudiante de un barrio popular haciendo su tarea, así como unos niños fresas (pitucos) sintiéndose cool porque están viendo la última exposición de los códices de México. Lo mismo en el parque (La Alameda) al frente del Palacio de Bellas Artes. En Lima los espacios públicos son más separados, los pitucos no vienen ni conocen el centro histórico, se quedan en sus distritos tradicionales y no tienen ninguna necesidad de siquiera caminar por alguna calle del centro histórico de la ciudad.

La Biblioteca de la UNAM, así como su servicio de buses (el Pumabús) dentro de Ciudad Universitaria, están a disposición de todos y de manera totalmente gratuita. No tuve ningún problema en entrar a la Biblioteca Central, nadie me pidió carnet alguna ni limitación de ninguna clase. A diferencia de la Biblioteca Central de la UNMSM, donde existe un horario especial para los externos, que son solo dos días a la semana. O peor aún, de cualquier biblioteca de una universidad Privada como la PUCP donde ni siquiera puedes entrar al campus si no eres alumno.

Al mexicano se le recuerda constantemente de donde proviene, está por todas partes sobre todo en el metro. “El Metro es cultura” señala un cartel y es cierto, existen exposiciones de arte temporal y permanente en sus diferentes estaciones. En la estación Zócalo puedes encontrar una maqueta enorme donde muestra a todo aquel que pase cómo era el México prehispánico. El arte Mexica (más conocido como azteca) cubre muchas de sus paredes. La naturaleza mexicana, el arte gráfico mexicano, el sistema solar, etc. Temas que están allí para todo aquel que quiera apreciarlo, lo haga. Pero también vi tristemente que el mexicano promedio poco interés le da a este tipo de eventos, ¿por qué? Y en esto si tenemos un cáncer social común, la televisión basura. A pesar de los esfuerzos del estado, TELEVISA vende programas de baja calidad, de consumo masivo, esta empresa es un fuerte enemigo de todo esfuerzo por llevar cultura a sus casas. El estudiante mexicano al llegar a casa encuentra en ella un hogar donde la madre y el padre ven televisión basura. Entonces el proceso de cambio social se ve ralentizado. La gente prefiere saber sobre los chismes del día que saber sobre su cultura.

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Lo positivo, que la minoría interesada es una masa crítica que gusta y degusta de diversas actividades y que son aquellos que mueven México, que protestan ante cualquier acto de parte de sus gobiernos al quitarles derechos bien ganados, gente que ama y desea lo mejor para México.

Tenemos problemas comunes como la informalidad y la corrupción generalizada entre otros. ¿Hay esperanza en nuestros países? Sí la hay. Tanto en Perú como en México ésta en su propia gente, y que entiendan su rol como ciudadanos y tomen conciencia de su potencial como colectivo para cambiar las cosas, no a medias como hasta ahora ha sucedido, sino de manera completa.

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ArKeopatías opera bajo una licencia Creative Commons, Atribución-NoComercial 2.5 México, por lo que agradecemos citar la fuente de este artículo como: Proyecto ArKeopatías./ “Textos de la casa #51″. México 2014. https://arkeopatias.wordpress.com/ en línea (fecha de consulta).

5 comentarios sobre “DE LA CASA #51: UNA VISIÓN PERUANA DE MÉXICO / WMC.

  1. Me encantó leer la entrada de Wilmer y el comentario de Segisfredo, sobre todo porque me recordaron las gratas sorpresas que como peruana y limeña me dejaron mis visitas al Distrito Federal. Es algo que uno a veces deja pasar, ya sea con resignación y o con anhelo, porque el día a día nos gana para sentarnos a reflexionar.
    Con esto les lanzo una propuesta de, quizá por este medio, generar un espacio para compartir estas visiones en paralelo que tan interesante resultan cuando se trata de patrimonio. ¡Ustedes dirán!

    1. Nosotros encantados Verónica, lo vamos armado, quizás puede ser por temáticas, es decir, ahora Wilmer nos llevó al tema del acceso a la cultura, pero podríamos recorrer muchas otras aristas acerca del patrimonio, como bien dices. Legislación, burocracia, protección, resguardo, apropiación comunitaria, urbanismo, cotidianidad, etc., etc… la lista es larga. Para comenzar, qué tal si nos platicas más sobre tus impresiones personales en el mismo sentido de la entrada de Wilmer. Te mandamos un fuerte abrazo.

  2. La anterior Gestión Municipal Metropolitana de la ciudad de Lima tuvo la voluntad política de destinar recursos económicos para invertir en cultura. Si bien es cierto, creo yo, no dispuso de ingentes sumas de dinero, sí invirtió como no se había visto en las dos gestiones ediles anteriores. Aquí se trata no sólo de presupuestos, que pueden ser magros es verdad, sino de voluntad política y de gestión. En este sentido, contribuiría mucho si el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aumentara el presupuesto del Sector Cultura. Aquí caemos nuevamente en la cuenta que esto se trata una vez más de decisión política, al más alto nivel, de voluntad en querer INVERTIR en cultura y desarrollo.

    En el caso del Ministerio de Cultura, el MEF le asigna a este sector un presupuesto de poco más de 300 millones de soles anuales. En comparación a otros sectores, es muy poco, es cierto, y por eso esta institución dice que no dispone de suficientes fondos. No obstante, a pesar de ello, sí invierte, dentro de sus márgenes presupuestales, en museos y sitios arqueológicos, muchísimo más que en patrimonio histórico. Y así lo ha venido haciendo desde que la situación económica del país ha mejorado. Sino tratemos de recordar cuántas Unidades Ejecutoras y Proyectos estatales habían hace 25 años trabajando para investigar, conservar y poner en valor el patrimonio arqueológico nacional. Pero no cabe duda, no es lo suficiente como quisiéramos, y no como probablemente se invierte en México claro está.

    El acceso a espacios culturales como museos y sitios arqueológicos en México efectivamente es mayor que en Perú y no sólo por la gratuidad para ingresar a museos y sitios arqueológicos o a los bajos costos de ingreso; sino al número de museos y sitios arqueológicos puestos en valor y abiertos a la visita de los ciudadanos, como a la calidad de sus museos (aspectos museográficos (calidad expositiva) y museológicos (calidad de los contenidos informativos) que invitan a visitarlos masivamente, y, sobre todo, a que en los museos y sitios arqueológicos, la ciudadanía puede encontrar elementos de su identidad cultural que la refuerza durante la visita (pensemos en el segundo piso del Museo Nacional de Antropología (MNA)). Asimismo, a que el fomento de la cultura y las artes y la inversión en ella es una política de Estado. Pensemos en CONACULTA, el INAH, los Centros de Investigación como la ENAH y aquellos adscritos a universidades como la UNAM. En Perú ¿qué sucede al respecto?, ¿cómo vamos?.

    En Perú, el acceso gratuito a museos y sitios arqueológicos abiertos al público se da, según una norma legislativa, solamente un domingo cada mes. Los costos no son muy altos que digamos; sin embargo, allá en México sí se ofrecen más beneficios para acceder a ellos. He visto en museos de Perú y México a escolares en las salas de exposición con sus maestros explicándoles temas desarrollados previamente en clase, lo cual realmente es beneficioso; no obstante, la museografía en museos como el MNA es de primer nivel, y no sólo lo digo yo. Acá en Perú, aún nos falta mucho para tener un museo nacional de ese nivel; a pesar que existen museos regionales y locales muy buenos como el Museo Larco, Sipán, El Brujo, Sicán, Túcume, Huaca del Sol y de la Luna, el MALI; sin embargo, todavía nos falta ese anhelado Museo Nacional.

    Aún no sé qué ciudad es más elitista, si México D.F. o Lima. Sin embargo, considero que esto no es relevante. En México D.F. he sentido que en los espacios públicos como el MNA, la Plaza de la Revolución, y otros, confluyen todas las personas por igual más allá de su condición socioeconómica. Creo yo que son espacios inclusivos donde la ciudadanía reconoce elementos importantes de su identidad cultural. En la exposición de Códices del MNA observé a ciudadanos de diversas edades y condición social, en solitario, acompañados o en familia, que disfrutaban la muestra maravillados tanto como nosotros. Fue extraordinaria la decisión de montarla tan bien y, como nos dijeron algunos colegas, no se sabía si habrá una segunda vez.

    ¿Cuál es el panorama en Lima respecto a tendencias y espacios inclusivos o exclusivos?. No creo que sea muy distinto que allá en el sentido que siempre habrá grupos de individuos que busquen formar sus propias islas de exclusión. Lo vemos en las playas y balnearios de Lima, por ejemplo. No obstante, acá como allá, los espacios públicos como museos, sitios arqueológicos, plazas, parques, alamedas, etc. son en esencia inclusivos por su carácter público. Sin embargo, he visto en la anterior gestión municipal, por ejemplo, que cuando el gobierno de una ciudad invierte en cultura para todos en espacios públicos, las oportunidades de erradicar los guetos, las islas de exclusión son mayores. Y en ellos, todos -“pitucos” (“fresas”) con aquellos que no son estereotipados de esa forma- comparten y disfrutan.

    Respecto a los comentarios sobre la biblioteca de la UNAM no puedo decir nada al respecto, pues no he tenido el gusto de hacer uso de sus instalaciones. En cambio respecto al servicio en bibliotecas de la UNMSM y la PUCP lo indicado en el artículo lo suscribo totalmente (una amiga me contaba maravillada que en la Biblioteca Pública de Nueva York le prestaban libros para la casa). Sin embargo, respecto al PUMABUS puedo decir que nos ayudó durante una semana a llegar a la Facultad de Arquitectura desde la Estación CU del Metrobus o desde una anterior cuyo nombre no recuerdo (¿Gálvez puede ser?). Y eso lo agradezco mucho. Nunca nos costó un peso ni nos pidieron carnet universitario; todo lo contrario, nos orientaron amablemente cuando lo requerimos. Una maravilla. Gracias por ello.

    Sí, en México D.F. he visto que expresiones de la cultura mexica, de las culturas originarias indígenas están presentes en muchísimos lugares públicos como el Metro, las principales avenidas, plazas, parques, monumentos, etc. Esto me sorprendió gratamente la primera vez que fui a México. Por ejemplo, hasta en el aeropuerto internacional Benito Juárez pude apreciar una exposición fotográfica sobre el Águila Real mientras esperábamos el vuelo de regreso a Perú. Todo esto no hace más que fortalecer esa fuerte identidad mexicana que es bien conocida en Latinoamérica y el Mundo, y de la cual se precian con justa razón.

    En más de una oportunidad aquí en Lima hemos conversado con amigos luego de haberlo visto en México y en otras partes del mundo, que en el Metropolitano y en el Metro se podría aprovechar muchos paneles para difundir nuestras expresiones culturales y reemplazar la propaganda comercial que allí se publicita; sin embargo, no se realiza y se pierde una potente y masiva oportunidad de difusión. Esta gestión podría realizarla la autoridad competente. Una vez más, el tema es visión y voluntad política.

    Aquí hay TV basura que es consumida por todos sin saber quién la consume más. Allá no sé bien cómo es la situación con Televisa, por ejemplo. Sin embargo, este problema que es global, por estas fechas aquí en Perú ha desatado una lucha ciudadana contra esta que no se sabe bien en qué acabará. Ojalá en su destierro de la señal abierta, lo cual dudo que sea así, pero ya se planteó el problema y supongo que las marchas continuarán.

    Aún no lo sé qué tanto esta “minoría interesada que es una masa crítica que gusta y degusta de diversas actividades y que son aquellos que mueven México, que protestan ante cualquier acto de parte de sus gobiernos al quitarles derechos bien ganados, gente que ama y desea lo mejor para México” mueve realmente México, si es minoría o mayoría, y quiénes la conforman.

    Sin embargo, he visto a mucha gente en las calles interesada en los problemas que afrontan como sociedad. He tenido la oportunidad de conversar con personas de diversas procedencias en el D.F., por lo que me doy cuenta que hay espacio en la sociedad mexicana para la reflexión y la crítica de los problemas que viven día a día. Así como la voluntad de encontrar soluciones a los problemas que hoy les aqueja.

    Definitivamente hay mucho en común que va más allá de lo cultural. Por supuesto que hay esperanza para ambos países, y fuera de toda duda, el motor del cambio social que busca mejorar las condiciones de vida de la sociedad en su conjunto, sigue siendo la propia gente. Por eso y por muchas razones más, ambos pueblos requerimos buscar y actuar de la mejor manera para construir un mejor presente y futuro.

    1. Muchas gracias por tu extenso y muy completo comentario Segisfredo López. Creo que podemos convertirlo si nos permites en una entrada para nuestro blog. ¿Qué te parece? / Saludos desde México.

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