«Hay que entender las huacas como lugares modernos y públicos», señala RAC.
Hace poco menos de cien años, el gobierno del Perú comenzó a planificar la expansión de la ciudad de Lima sobre un territorio entonces cubierto por haciendas y un gran número de sitios arqueológicos, los restos de más de cinco mil años de ocupación prehispánica.
Se comenzó un proyecto de construcción de grandes avenidas que unirían la ciudad de Lima con los poblados vecinos del Callao, Magdalena, Miraflores, Barranco y Chorrillos, avenidas que también servirían para incentivar el proceso de urbanización.
Una de las primeras de estas avenidas en ser construida llevaba un nombre muy optimista, El Progreso, y fue construida a través de dos grandes montículos de tierra. Tal vez en ese entonces se consideró que la demolición parcial de esos cerros no era de mayor importancia, ya que la construcción de una importante vía de comunicación que conectaría la ciudad de Lima con el Callao y que promovería el desarrollo urbano de esa zona era de altísima prioridad, elemental para el progreso del país.
Ochenta años después, la decisión de construir la ahora llamada avenida Venezuela en ese estrecho pase entre las huacas San Marcos y Aramburu ha llevado a tener una importante vía con un frustrante cuello de botella, ya que es prácticamente imposible ampliarla sin afectar una u otra huaca. Tenemos, entonces, una absurda situación donde el tráfico se atasca, y la gente frustrada reclama que ampliar la avenida es más importante que conservar la huaca.
Huacas como obstáculo
Sin embargo, el verdadero problema fue que la avenida fue planificada y construida en una época donde las huacas eran consideradas montículos que podían ser demolidos sin mayor problema. En otras palabras, el problema es que la expansión de Lima se planificó y realizó mayormente sin considerar ni darle lugar a las huacas.
Es probable que ni los hacendados, ni el gobierno de esa época pudieran imaginarse una Lima moderna donde los sitios arqueológicos eran espacios urbanos, tan importantes como los parques y las plazas.
Si queremos entender por qué hay tantas huacas en peligro hoy en día, haríamos bien en revisar un poco la historia del crecimiento de Lima durante el siglo XX. Hay que regresar a esos años cuando las huacas eran consideradas obstáculos al desarrollo, ruinas cuyo polvo molestaba a los vecinos, como pasaba en Pucllana y Huallamarca.
Pucllana pre urbanización, años 30. Foto: Servicio Aereofotográfico Nacional
No es coincidencia que queden tan pocas huacas en distritos como Miraflores y San Isidro, a diferencia de distritos que comenzaron como Pueblos Jóvenes y luego se formalizaron, como es el caso de San Martin de Porres. La diferencia se explica en la manera cómo creció cada distrito.
En el caso de Miraflores y San Isidro, los futuros “barrios aristocráticos” (como se lee en la publicidad de la época), las antiguas haciendas fueron urbanizadas pensando en las clases medias y altas, que significa que el valor de la tierra ya era elevado desde antes que se construyese la primera casa y trazado la primera calle.
Huacas como vacíos
Un plano de Miraflores de 1933 muestra la huaca Pucllana bajo una ciudad imaginaria de manzanas, calles y plazas, indicando que para la mentalidad de los urbanizadores y la municipalidad, Pucllana solo tenía valor por su terreno, y era más provechoso urbanizar ese terreno.
Pucllana hoy: la calle Independencia cortó el sitio. Foto: Google / Rosabella AC.
No es coincidencia tampoco que tantos Pueblos Jóvenes y barriadas se hayan desarrollado alrededor y encima de las huacas, ya que eran terrenos considerados de poco valor.
Incentivar, de manera discreta o abierta, la ocupación de estos terrenos “vacíos” resultó ser para el gobierno una solución fácil al problema de dónde iban a vivir los inmigrantes, la gente de pocos recursos, y las clases trabajadoras, una población diversa, pero mayormente excluida del mercado formal de vivienda.
No hay que olvidar que demoler una huaca y nivelar el terreno implica un costo en mano de obra, logística y tiempo, una inversión que es probable que la mayoría de los pobladores no podía hacer. O tal vez se daban cuenta que no salía a cuenta económicamente.
Si lo vemos de cierta manera, la destrucción de un montículo en el sitio arqueológico de El Paraíso es similar a la destrucción de casonas y ranchos, e incluso tiene relación a la invasión de los acantilados en Barranco para construir edificios. Todo se puede explicar por el aumento en el valor de la tierra, y la existencia de un mercado de construcción voraz y poco regulado.
Huacas reconocidas como valor
Las huacas son destruidas por la misma razón que las casonas: para urbanizar, para desarrollar, para densificar, para proveer a la ciudad de más departamentos, oficinas, centros comerciales, infraestructura urbana.
Muchos de nosotros nos confortamos tildando de ignorantes y salvajes a los que destruyen las huacas, y exigimos duras sanciones y la intervención del Estado. Sin embargo, nos olvidamos que hace unas décadas el mismo Estado y las urbanizadoras destruían sitios arqueológicos con gran tranquilidad con el fin de expandir y modernizar la ciudad.
Nos olvidamos que hace unas décadas eran solo unos pocos, liderados por visionarios extraordinarios como Julio C. Tello, los que veían en las huacas algo digno de conservar. Cuando la ciudad se formaliza, cuando la gente se enriquece, cuando el valor de la tierra crece, cuando la ciudad se densifica, las huacas solo pueden seguir existiendo si la gente ve en ellas un valor que excede el valor económico del espacio que ocupan.
Cuando las huacas son entendidas no solo como sitios históricos sino también como espacios urbanos modernos y públicos, abiertos a todos, tan necesarios como los parques, plazas y veredas, estaremos creando un valor que resistirá las presiones económicas.
*Rosabella Álvarez-Calderón Silva-Santisteban es arqueóloga, Licenciada por la Universidad Católica. Este año concluyó sus estudios de Maestría en conservación crítica de arquitectura en la Universidad de Harvard, donde presentó la tesis: “El paisaje urbano negociado – sitios arqueológicos y Lima, una ciudad de múltiples capas”. Actualmente vive y escribe desde Somerville, Massachusetts, Estados Unidos.
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Fuente: http://limamilenaria.blogspot.mx/2013/11/huacas-y-boom-inmobiliario-el-valor.html?showComment=1384705812690#c4814974502978014580 / Los derechos de los textos y las fotos son de sus autores.
¿A qué te refieres con la «monumentación» Jorge?
Gracias por la pregunta Totochtli. El término «monumentación» es un procedimiento técnico que efectúa el Ministerio de Cultura – Lima en su sub dirección de catastro y delimitación de zonas arqueológicas. Se trata de ir a un sitio arqueológico, plantear su delimitación, colocación de hitos, colocación de panel informativo, e inician un proceso legal de declaratoria de sitio donde lo más destacable es una Resolución Directoral Nacional de declaratoria, verdad!! se integra una serie de actividades de concientización en el ámbito; por su puesto esto no lo salva, ahí los resultados, a eso internamente el Mincultura Perú lo denomina «monumentación».
He trabajado en el Mincultura, también en direcciones regionales y en algunos proyectos nacionales, viajo constantemente a varias regiones del país a asesorar o a ayudar con temas de inversión para la puesta en valor de sitios donde lo primordial es su investigación científica y conservación insumos del manejo y uso sin más; pero además e visto estos procesos un tanto lamentables pues no se logra una gran efectividad en ningún sentido, porque aún los sitios declarados patrimonio mundial ni siquiera cuentan con una delimitación clara en términos jurídicos, su delimitación sigue siendo una ficción en acción sobre todo sostenida, mira tu para que esto funcione necesitamos contar con un programa visionario donde derrepente Planes de Manejo y uso de sitios puedan ser parte de estas herramientas; tampoco se de muchos efectivamente viables, creo que recién existe uno para Chavín y no se sí cuente con una gestión de inversión, manejo y presupuestos para ser efectivo, Marcahuamachuco también tiene otro (RDN 1491/INC-ME, 8 de Julio 2010) y no se donde más, a la par se han elaborado Planes Maestros aunque los de Chan Chan, Caral y aun Kuelap son disimiles en concepción y visión y ha pasado mucho tiempo de su existencia requieren probablemente una retroalimentación para continuar, pienso.
Disculpa que me extiendo y sientas que me voy por otros ámbitos, pero creo que el tema de «monumentación» se relaciona indefectiblemente a la salvar la suerte momentánea frente a efectos como un Boom inmobiliario que van por una visión mas sostenida. Podría ser una medida rápida que este adoptando la administración pública del patrimonio arqueológico, cuando refiero esto existe una seria preocupación por el patrimonio arqueológico sea en Lima y del interior del país sobre estas acciones diría yo que podrían ser evanescentes en el plazo medio y amplio.
Algo más agrego, yo miro que «monumentación» caso Lima es una acción un tanto pragmática (?) espero no te incomode esta palabra que uso, pues para solucionar más se mira desde la perspectiva en su Puesta en Valor cuyo análogo estaría siendo la adecuación de «Parques Arqueológicos», que por ahí excelente idea inmediata pero no se si sostenible, al final creo que nos interesa coexistir con el pasado o No, no creo que remplazarlo o tergiversarlo de manera simbólica en el espectro de la vida urbana o el caso que sucede en ciudades como Lima?. No se si por ahí el problema se resuelva o controle, solo creo que todos vemos que hasta la fecha es insuficiente pues hay competidores económicos y de inversión que son más veloces que nuestras propuestas, bueno, ya vez tu muy bien lo analizas en tu valioso y primigenio estudio. Pregunto, creyendo que somos capaces de responder y entregar a la sociedad acerca de: ¿cuál es nuestro pasado histórico y arqueológico y dónde nos ubicamos y ubicaremos en el futuro, sea para Lima o el resto del Perú. Creo que antes o a la par de tratar de que sea visto como un «parque» debemos responder las preguntas, no todo se tiene que restaurar para mostrar no es cierto. hay aquello que se tiene que conocer científicamente y luego proteger, probablemente para que se entregue a la sociedad en general sea responsable algún tipo de museización. Hoy debemos transmitir cómo es que las sociedades del pasado han enfrentado un futuro incierto y se han llenado de esperanzas a pesar de las dificultades y adversidades a pesar que hoy mas que nunca nos seguimos transformando?, ciudad o metrópoli debería seguir viendo eso. Cuáles deben ser nuestras propuestas como profesionales y responsables en parte del pasado de un lugar?
Tu que crees?
Lo dejó ahí espero no incomodar con estos comentarios y en todo caso con gusto para dialogar ampliamente y ver diversas ideas y experiencias al respecto, seguro encontraremos muy buenas y aún más transmitirlas a los demás.
Saludos Totochtli.
Muchas gracias Jorge Ruiz por la amplia respuesta, y perdona por la tardanza en contestar. Noto que es un tema muy interesante y desfortunadamente con puntos similares en México. Te comento que no soy yo el autor del texto se puede leer en esta entrada, sino de Rosabella Álvarez-Calderón Silva-Santisteban, lo hemos tomado de otro sitio con el afán de generar una discusión y reflexión sobre este tema, por lo que nos encantaría que pudieras ampliarnos esta visión tuya en una artículo para nuestra revista electrónica sobre arqueología y patrimonio, Textos ArKeopáticos. Hace unos meses he tenido una número especial sobre el Perú, que puedes consultar y descargar en este sitio: http://issuu.com/arkeopatias/docs/revistatextosarkeopaticosnumero3 Esperamos que sea de tu agrado y que sentemos las plataformas para abordar de manera conjunta estos temas. Un abrazo desde la Ciudad de México.
Atte.
Juan Tonchez
Editor Responsable de la revista ArKeopáticos/ Textos sobre arqueología y patrimonio.
Gracias por la respuesta y la aclaración sobre la autora del artículo sumamente interesante y de suma valía pues es reflejo de una investigación, ojala hubieran más, disculpa mi equivocación y apuro, ahí esta el comentario. Te agradezco también la invitación de escribir en esta revista digital que esta excelente.
Por su puesto que lo haré y no bien tengo algo te envío para conocer tus apreciaciones, arreglos y demás detalles.
un fuerte abrazo desde Lima Perú.
Excelente análisis. La realidad de la existencia de sitios arqueológicos y el surgimiento de «ciudades» como Lima y en consecuencia aquellas en el interior del país las que aspiran igual, su devenir es complejo y crucial.
Qué sucederá con la presencia de elementos arqueológicos y las aspiraciones de la «ciudad» a aspectos como: «metrópoli» u otros para el 2030?.
Quizá para preservar miremos a la «monumentación» como posibilidad. No sé si esto esten pensando no lo digo por las huacas solo de Lima sino por sitios arqueológicos al interior del Perú y sus regiones cuyas características y realidades son distantas a sitios rodeados por un espacio urbano. Probablemente muchos ya esten sufriendo impactos diversos ( incremento de infraestructura extractiva) que no solo es la minería o el petróleo. Creo que sería valioso ampliar la observancia para el caso del Perú pues el Boom de urbanizadoras es solo un detalle visual de facil muestra, habrá que andar mas por los rincones del Perú para ampliar este estudio intersante.