Etnohistoriador Aldo Armando Guagnelli Núñez
Arqueólogo Jonathan Rosas Peña
Arqueólogo Juan José Guerrero García
Los pueblos originarios del Valle de Teotihuacan. Concepción de pueblos originarios
El término “pueblos originarios” surge en América Latina en la década de los ochenta, refiriéndose para entonces a los pueblos indígenas del continente. Más tarde, en los noventa, en México se utiliza tal categoría para identificar a aquellos pueblos de raíz mesoamericana fundados durante la Colonia, con presencia indígena o no, que conservan una identidad sustentada en los siguientes elementos básicos: I. Una delimitación política y territorial fundada en títulos primordiales o documentos reconocidos por las autoridades novohispanas; II. Identificación de la unidad social con el entorno ecológico y una complejidad de pensamiento en torno a ello; III. Organización política y religiosa representada en sistemas de cargos y mayordomías; IV. Reproducción de actividades económicas y de tecnologías mesoamericanas, y IV. Persistencia de tradiciones de origen prehispánico, o bien, configuradas durante la época colonial.
Conforme a lo anterior consideramos que las comunidades y pueblos del Valle de Teotihuacan, localizados a su vez dentro del perímetro de la Zona de Monumentos Arqueológicos de Teotihuacan, constituyen en realidad pueblos originarios con un fundamento más profundo aún: se encuentran reocupando los espacios de la ciudad prehispánica de Teotihuacan, la más grande e importante del periodo clásico precolombino.
Así, tenemos los siguientes elementos de continuidad cultural:
- Reutilización y resignificación de los espacios públicos y domésticos, así como de caminos antiguos;
- Traza urbana colonial de los centros de población;
- Cuentan con documentos fundatorios y se encuentran referenciados en fuentes etnohistóricas;
- La toponimia es característica de lugares y predios;
- El aprovechamiento de los recursos naturales (manantiales, jagüeyes, ríos, cerros; flora y fauna endémica);
- Actividades económicas tradicionales: agricultura de temporal, talleres de obsidiana, organización en faenas, por mencionar algunas;
- Filiación familiar de profundo arraigo;
- Organización religiosa tradicional en fiscalías y mayordomías dentro de la práctica del catolicismo, así como la realización de procesiones e interrelación patronal entre las comunidades. Algunas procesiones, incluso, se realizan en las inmediaciones de la Zona Arqueológica;
- Tradiciones festivas y gastronómicas;
- En algunos sectores, la práctica de tradiciones prehispánicas como la danza, la música y la utilización de temascales;
- Existe, además, presencia de arquitectura vernácula correspondiente a la primera mitad del siglo XX y anterior, inclusive, que marca la transición entre el campo y la ciudad.
En contrasentido, podemos identificar como elementos de cambio los siguientes: a) El patrón de vivienda ha sufrido modificaciones en la medida en que también lo han hechos las relaciones familiares, pasando de una familia numerosa compuesta de abuelos, padres, hijos, tíos, nueras y yernos, ocupando todos un mismo predio e incluso vivienda, al patrón de dotación parcial en un mismo predio en donde éste se divide en viviendas unifamiliares, lo cual se hace a través de donaciones o compraventas, principalmente. Ello genera el incremento de construcción doméstica, la cual se encuentra regulada dentro del régimen monumental; b) La propiedad privada y la noción de beneficio individual está sobrepasando a la propiedad comunal y el beneficio colectivo. No obstante, existe régimen ejidal en amplias áreas, aunque la tendencia turística y de prestación de servicios tiende a incrementarse, y c) Los cambios en los patrones sociales (económicos, habitacionales, urbanísticos), han desvinculado a las comunidades actuales de su pasado histórico.
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¿Cómo intregan los conceptos de «continuidad» y «resignificación»?